Cuando se lanzó el 25 de septiembre de 1972, «Black Sabbath’s Vol. 4» marcó un antes y un después en la historia de la banda. Poderoso, metalizado y ganchero como el infierno, el disco vio a la banda pasar de su status de oscuros fumachurros a convertirse en las rutilantes y exitosas rockstars que hoy conocemos y amamos. Al mismo tiempo, como todo disco que se precie, «Vol. 4» tuvo GRANDES problemas detrás de escena, principalmente a raíz del uso desenfrenado de drogas que lentamente le fue pasando factura a la banda. El resultado fue un disco que ha resistido sin problemas la prueba del tiempo y continúa emocionando al público, quizás debido a la agitación que rodeó toda su genesis. Para celebrar el 50º aniversario de esta joya, profundizamos en la historia de este registro monumental y examinamos algunas de las cosas que intervinieron en su creación y que tal vez no conozcas.
1. ESTE FUE EL PRIMER ÁLBUM QUE PRODUJO LA BANDA POR SÍ MISMA. Los músicos de Sabbath habían confiado en distintos productores para ayudarlos a grabar sus discos anteriores, pero esta vez la banda decidió tomar las cosas en sus propias manos. “Fue el primer álbum que producimos nosotros mismos”, observó Ozzy Osbourne en una edición de 1972 de Sounds. “Anteriormente, teníamos a Rodger Bain como productor y, aunque es muy bueno, realmente no sentía lo que estaba haciendo la banda. Era una cuestión de comunicación. Esta vez lo hicimos con Patrick (Meehan), nuestro manager, y creo que todos estamos muy contentos”. Dicho sea de paso, Meehan tuvo poca o ninguna participación en el álbum pero no obstante pidió tener crédito como productor, según recuerda el guitarrista Tony Iommi.
2. EN LA FOTO DE TAPA, BLACK SABBATH JUGÓ DE LOCAL. Black Sabbath comenzó 1972 con una breve gira por Inglaterra. Fue entonces, en un concierto en el Ayuntamiento de su Birmingham natal celebrado el 24 de enero de aquel año, que el fotógrafo Keith Macmillan (el responsable de las imágenes de tapa de «Black Sabbath» y «Paranoid») tomó la foto que hoy es famosa en todo el mundo, donde Ozzy hace triunfales signos de la paz con los brazos extendidos y que ocuparía finalmente la portada de «Vol. 4». Como reflexiona el artista, “A veces simplemente captas una de esas imágenes icónicas. Se ha parodiado a morir, ¿no?”. Ozzy se lo toma con resignación: “[Los signos de la paz] eran algo que se hacía. Todo el mundo los hacía, así que yo también lo hice. Pero no era lo mío. Estaba lejos de ser un tipo pacífico”… Macmillan colaboró una vez más con el Grupo Bloomsbury para el tratamiento tipográfico y el diseño de la tapa y cree recordar que él mismo solarizó la imagen de Osbourne: “Es una imagen poderosa y la tipografía funciona con ella. Bien directa, en tu cara». El fotógrafo no recuerda mucho del concierto en sí, aparte de que fue ruidoso («casi me quedé sordo», dice) y mal iluminado desde el punto de vista fotográfico. Recuerda que usó una cámara Hasselblad y luchó duramente tratando de aprovechar la iluminación del escenario; a pesar de todo, pudo tomar retratos de cada miembro de la banda en acción para incluirlos en el arte del álbum, que Vertigo amplió esta vez con paneles fotográficos especiales. “La iluminación fue horrible, pero las fotos capturan la atmósfera”, afirma. “Tienen la sensación de ellos tocando en vivo, ¿no es así? De hecho, estoy bastante satisfecho con el ambiente general”. Este sería el último álbum en el que Macmillan trabajó con el grupo.
3. HUBO MUCHA AGUA BAJO EL PUENTE (O BAJO EL PONT). Una vez que terminó la gira inglesa de Sabbath, comenzaron a grabar su cuarto álbum en los estudios Marquee de Londres. En el transcurso de tres días, según el libro de David Tangye y Graham Wright «How Black Was Our Sabbath», la banda grabó «Snowblind» y el interludio psicodélico «FX». Luego volvieron a los shows con una serie de fechas en los EE.UU, donde agregaron el recién grabado «Snowblind» al set. Después de unas semanas de descanso, la banda se dirigió al oeste para grabar el resto del álbum. La lujosa mansión de Los Ángeles donde se instalaron se encuentra en Stradella Road, una curva apartada en el elegante (y carísimo) barrio de Bel-Air. La casa de seis habitaciones se construyó en 1936 y se renovó en 1970, poco antes de la llegada de Black Sabbath. La propiedad pertenecía a John Du Pont, millonario filántropo y heredero de la fortuna de su familia (posteriormente acusado de asesinato en 1997 en un famoso caso que hasta inspiró una película) que rara vez pasaba por allí. Entonces Black Sabbath se puso a sus anchas: «Era una casa fabulosa con un salón de baile y un poco de todo”, recuerda Iommi. “Teníamos el equipo instalado en una habitación junto a la piscina, y podíamos ensayar y escribir durante el día y divertirnos por la noche”. ¡Y a veces también de día! “Una vez decidimos hacer una guerra de agua, donde nos tirábamos agua unos a otros”, dice Iommi. Butler recuerda haber metido una manguera en la casa. Iommi continúa: “En medio de todo eso, Ozzy abrió la puerta y se quedó parado allí, mojado, mirando… ¡y era el puto dueño de la casa! El tipo dijo: ‘¿Qué diablos está pasando aquí?’ Y nosotros onda, ‘Oh, no’”. Entonces, ¿cómo le explicaron todo al Sr. du Pont?… «¿Le gustaría algo de dinero?», dicen que Butler le dijo.
4. LOS CUATRO MÚSICOS RECIBÍAN BOCHA DE COCAÍNA DOS VECES POR DÍA (!). A diferencia de lanzamientos anteriores como «Master Of Reality» de 1971, la droga elegida por Sabbath en esta ocasión fue la cocaína colombiana. Casi inmediatamente luego de que la banda se instalara en la mansión, las drogas comenzaron a llegar, casi literalmente. “Teníamos un dealer que solía aparecer de vez en cuando”, dice Butler. “Solía traer estas cajas de detergente, como Persil y Oxo, y en lugar de detergente en polvo venían llenas de cocaína. Y literalmente vaciaba estas cajas de cocaína en medio de la mesa. Formaba una montañita. Y luego teníamos cosas que traían personas que nuestro manager conocía”. Butler profundiza su voz melodramáticamente: “La mafia”, dice antes de volver al tono normal. “Y lo que nos traían venía en unas botellitas con tapas de cera. Era cocaína 100% pura. Y eso era solo el material bueno”. Lo que pasó por las mentes de los músicos es indescifrable, pero lo que pasó a través de sus narices… es inestimable: “Sería casi imposible exagerar la cantidad de coca que tomamos en esa casa”, dijo Ozzy en su autobiografía «I Am Ozzy». “En cierto punto estábamos tan metidos con la merca que teníamos que recibirla dos veces al día”. Iommi acota: “Solíamos traerla en un avión privado”. Se estima que, en total, Black Sabbath gastó alrededor de U$60000 en la grabación del álbum… y aproximadamente U$75,000 en cocaína (!).
5. OZZY, EL BOTÓN Y LOS BOTONES. En otra ocasión, la banda estaba sentada alrededor de una mesa con un pequeño volcán de coca cuando Osbourne notó un botón al lado de una ventana. «Ozzy lo miró y dijo, ‘Me pregunto qué hace este botón’ y lo presionó… y no pasó nada», dice Butler. “Pensé que era el aire acondicionado’, dijo. Así que lo presionó de nuevo”, dice Butler. «Y otra vez no pasó nada. Lo presionó una tercera vez, y de vuelta no pasó nada. Así que se sentó. Pasó un rato y todos estábamos sentados tomando coca, fumando marihuana, porros… Y de repente, vimos todas estas luces azules afuera, parpadeando. Y todos onda, ‘¿Qué diablos está pasando?’”. Lo que sigue lo cuenta Iommi: «Miré por la ventana y vi que tres o cuatro patrulleros se detuvieron en el camino, y grité, ‘¡Oh, mierda! Miren, la policía está afuera’. Todos corrieron a tratar de limpiar la coca de la mesa. Fue un pandemónium absoluto”. Ozzy ya se veía tras las rejas: «Dije, ‘¡Oh, Dios, estamos arrestados!'». Resultó que el cantante había activado el botón de pánico de la casa, una alarma silenciosa que convoca a las autoridades. “Había una mucama en la casa en ese momento”, recuerda Butler entre risas. “Le dijimos: ‘andá y demorá a la policía’. Entonces ella fue a la puerta mientras nosotros tirábamos toda la coca y el faso y todo lo que teníamos por el inodoro, subíamos y bajábamos corriendo las escaleras, vaciamos nuestros escondites personales y todo… Y el policía solo dijo: ‘¿Está todo bien?’ Y ella responde: ‘Sí’. Todo bien, gracias’. Y eso fue todo. Y acabábamos de tirar unos cinco mil dólares de coca»… BONUS: En 2020 Osbourne escribió «It’s a Raid» junto a Post Malone, un tema proto-punk sobre el incidente, que se incluyó en su álbum de ese año, «Ordinary Man».
6. HAY UN TEMA DEDICADO A LA COCAÍNA (QUÉ SORPRESA). «Snowblind» (cegado por la nieve, traduciendo mal y rápido) habla, como era de esperarse, de la cocaína. De hecho en el argot falopero, «snowflakes» (copos de nieve) es la droga ya lista, «snowblind» es el efecto que produce y la frase «my eyes are blind but I can see» (Mis ojos están ciegos pero puedo ver) puede hacer referencia tanto al trip como a la sobriedad o incluso una sobredosis. Originalmente Black Sabbath quería usar «Snowblind» como título del álbum, pero el sello rechazó ese término para evitar cualquier controversia; de todos modos, la banda se divirtió un poco con una dedicatoria en la tapa del disco debajo de la lista de temas que decía: «We wish to thank the COKE-Cola Company of Los Ángeles», así, con total sutileza… la misma de un elefante en un bazar. BONUS: el legendario Frank Zappa (QEPD), a pesar de que no le gustaban las drogas, le dijo a la banda que sí disfrutaba esta canción. Zappa también sorprendió a Sabbath haciendo una versión en vivo de «Iron Man» con su propia banda.
7. «FX» FUE COMPUESTO AL DESNUDO (!) Y CON EL CRUCIFIJO DE IOMMI (!!) Este breve instrumental consiste mayormente en ecos del crucifijo que Iommi suele llevar alrededor de su cuello golpeando contra su guitarra con «efectos» de eco añadidos, de ahí el título «FX» (que en inglés suena como «effects»). Ahora, si “Snowblind” era sobre drogas en teoría, “FX” era sobre narcóticos en la práctica. “Creo que acababa de terminar el solo o algo así”, recuerda Iommi. “Puse mi guitarra en su soporte y nunca la desconecté. Estaba haciendo feedback, e hice tapping y sonó ‘boing’ y, por supuesto los ingenieros lo grabaron y fue un poco loco, la verdad, porque estábamos bastante idos». Butler agrega más detalles: «Tony se sacó toda la ropa pero se dejó la cadena con la cruz puesta, y la cruz comenzó a rebotar en las cuerdas de su guitarra. Y él simplemente jodía con eso y bailaba por todo el estudio así, sin ropa. Y el ingeniero puso un efecto en en la sala de control, y sonaba bastante bien, así que fuimos y empezamos a golpear las cuerdas así como él lo hacía con su cruz». Volviendo a Iommi: “Todo el mundo empezó a bailar alrededor de la guitarra, tocándola, y creo que estábamos desnudos en ese momento. Creo que se nos fue un poco de las manos. Fue una de tantas boludeces que hicimos y por supuesto, lo último que pensás es que vaya a parar al álbum. Pero alguien dijo: ‘¿Por qué no lo ponemos en el álbum?’”.
8. GEEZER BUTLER SE REVELÓ COMO UN CONSUMADO LETRISTA. Si bien Ozzy era el vocalista de Black Sabbath en ese momento, el principal compositor de letras era su bajista, Geezer Butler. “La mayoría de las letras fueron de Geezer”, dice Osbourne. “Yo hacía alguna que otra. Escribí la de la canción ‘Black Sabbath’. Pero Geezer es un letrista jodidamente fenomenal. Escribe de modo muy inteligente. Un tipo muy educado”. Butler no recuerda qué inspiró específicamente sus letras, aparte de cómo se sintió en ese momento. ¿Era fácil escribir letras entonces? “Sí, especialmente con todas las drogas involucradas”, dice sin inmutarse. “[Fue fácil] porque habíamos estado de gira durante dos o tres años en EE.UU. y alrededor del mundo, y eran todas las experiencias que estaba viendo por primera vez”. Por ejemplo, en referencia a una frase especialmente severa y poética en «Cornucopia» («La gente dice que soy heavy/No saben lo que escondo»), Butler dice que refleja su estado mental en ese momento. “Creo que la mayoría de mis letras son bastante depres”, dice. “Porque no había pastillas ni nada por el estilo con lo que pudieras tratarte [para la depresión]. Ibas al médico y te decían que salieras y tomaras un par de pintas de cerveza en el pub o sacaras a pasear a tu perro, pensando que era algo pasajero. Entonces, la forma de expresar mis sentimientos fue escribir la letra”.
9. «TOMORROW’S DREAM» SE INSPIRÓ EN MARC BOLAN Y T.REX. En el mismo show de Birmingham donde se tomó la foto de tapa, el grupo también estrenó el tema “Tomorrow’s Dream”. Comienza con una línea de guitarra pesada y Osbourne cantando sobre cómo se aleja porque no se siente amado.“Lo que la inspiró en realidad fueron Marc Bolan y T. Rex”, dice Butler, quien escribió la letra, y aclara que nunca conoció personalmente a Bolan. “Cada vez que veía a Bolan, siempre me recordaba lo frágil que es todo. Fue una gran estrella en Inglaterra, pero no se supo nada de él fuera del país. Y la letra trata de lo delicado que es ser una estrella del pop: cómo un día sos grandioso y cómo al día siguiente te olvidan”. En ese momento, T. Rex había lanzado «Electric Warrior», cuna del hitazo glam-rockero «Get It On» y número uno en las listas de Inglaterra; el puesto más alto que el grupo de Bolan obtuvo en EE.UU. fue el #32.
10. «SUPERNAUT» PRIVILEGIÓ UN RIFF ANTES QUE UN ESTRIBILLO. En «Supernaut», el tema es el escapismo, con un toque de fantasía: el personaje de la canción practicó la magia y vivió mil años. Cabe destacar que el título no aparece en la letra y no solo eso: la canción no tiene un estribillo, claro que no lo necesitó con el riff de guitarra de Iommi despejando el camino. En una entrevista con la web Songfacts, el guitarrista cuenta al respecto: «Tenía un wah-wah y comencé a tocar este riff, que luego fue ‘Supernaut'», dijo. «A todos les gustó, y terminamos convirtiéndolo en la canción… Así es como siempre hicimos las cosas en Sabbath: siempre tocaba algo y los demás tenían que decir ‘Oh, me gusta eso’. Si nadie decía nada al respecto, simplemente seguíamos adelante y hacíamos otra cosa. Siempre tenía que haber alguien que dijera: ‘Oh, realmente me gusta eso’, porque si no yo seguía tocando riffs».
11. «CHANGES» SALIÓ DE LA NADA Y DE UN FINAL. Entre todas sus aventuras, andanzas, descontroles y trapisondas, la banda mantuvo su enfoque en la música grabando en Record Plant, justo al sur de Sunset Strip. “Sentí que podíamos sacar sonidos más pesados allí”, recuerda Ward. “Teníamos más canales a nuestra disposición. Eso significa que el baterista también tenía más canales, lo cual, en 1972, 1973, era algo grosso”. Cuando no buscaban ritmos ensordecedores, experimentaban con sonidos más suaves. Una noche, Iommi decidió tocar el piano en el salón de baile de la mansión. “Realmente nunca había tocado en serio el piano, y fue una de esas noches, me senté a juguetear con el teclado y comencé a tocar un melodía”, dice. “Y luego entró Ozzy, y comenzó a cantar, y luego entró Geezer… Teníamos un Mellotron que creó los sonidos de las cuerdas -una especie de tecladito que tocaba cintas- y Geezer comenzó a acompañar el piano. Y de repente tuvimos una canción”. Ozzy lo recuerda con alegría: “Lo que estaba tocando salió de la nada. Y fue hermoso”. La melodía se convirtió en «Changes», una balada conmovedora sobre la ruptura de una relación. En la primera versión Ozzy cantaba sobre un amante que no es amable; Butler suavizó un poco la letra y trató de hacerla más personal: “Tony acababa de romper con su novia en ese momento y Bill estaba pasando por un divorcio”, dice el bajista. “Así que había un aire bastante melancólico en la casa, y me di cuenta de eso”. “Sí, descubrí que se trataba de mí”, dice Ward con una sonrisa, ya que solo se enteró de este detalle hace cinco años (!). “Creo que en ese momento, tal vez un año o dos antes, había pasado por una situación muy triste con mi primera esposa y comencé una nueva relación. Supongo que Geezer o tal vez Ozz habían visto el efecto que tuvo en mí, pero yo no fui capaz de notarlo».
12. «VOL. 4» INSPIRÓ A SU VEZ NUMEROSOS COVERS. A través de cinco décadas, bandas de música pesada de distintos estilos tales como Ministry, Screaming Trees, Sepultura, Soulfly, Converge, Entombed, Spirit Adrift, Fudge Tunnel, Black Label Society, Sleep, Overkill, Cathedral y System Of A Down, entre otras, han versionado canciones del álbum. “Changes”, en particular, ha dejado un legado fascinante: Ozzy hizo una versión como solista y se convirtió en un éxito del Top 10 de rock clásico en 1993; más tarde también hizo un dueto con su hija Kelly después del éxito del reality de MTV «The Osbournes», que fue Nº1 en Inglaterra. Eminem también la versionó en su álbum de 2010, «Recovery», pero quizás la interpretación más sorprendente fue la del cantante de soul Charles Bradley. quien la cantó apasionadamente en 2013. Tanto Osbourne como Iommi se sintieron especialmente conmovidos por la forma en que la cantó. “Esa canción ha tenido una buena vida”, dice el zurdo guitarrista.
13. «VOL. 4» TERMINÓ LLAMÁNDOSE ASÍ POR UNA CUESTIÓN DE… ¿INCOMUNICACIÓN? Para junio de 1972, Black Sabbath abandonó la mansión Du Pont (no sin antes pagar lo necesario para las reparaciones) y volvió a Londres para terminar el disco en los Island Studios y un mes más tarde, estaban de vuelta en EE.UU. para otra serie de fechas. Algún tiempo después de que Warner Bros. recibiera los masters del tentativamente titulado «Snowblind», alguien en el sello pensó mejor en el título y exigió un cambio. “No pudieron ponerse en contacto con nadie para averiguar lo que opinábamos”, recuerda Butler. “Creo que Ozzy, Bill y yo estábamos de vacaciones y no sé por dónde andaba Tony. Y creo que nuestro manager dijo: ‘Oh, bueno, entonces llámenlo ‘Vol. 4’, simplemente’. Y eso fue todo”. ¿Qué pensó Butler del nombre que finalmente recibió el álbum? “Pensé que era horrible”.
14. TODO (NO) VA MEJOR CON COCA. Por supuesto, tanta cocaína eventualmente terminó afectando no solo la creatividad sino también la salud de los miembros de Black Sabbath. Durante un show en apoyo de «Vol. 4» en febrero de 1873 en el Hollywood Bowl de Los Angeles, Iommi experimentó en carne propia las secuelas del abuso: «Tony había estado consumiendo coca literalmente durante días. Todos lo hicimos, pero Tony se había excedido. Se bajó del escenario y colapsó», dijo Osbourne. Como si fuera poco, durante la prueba de sonido ese mismo día, un cristiano enloquecido intentó subir al escenario y apuñalar a Iommi con una daga (!), pero fue detenido justo a tiempo por los plomos de la banda. Según Butler, «queríamos tomar un descanso» en ese momento. Otra secuela del abuso fue la paranoia creciente en el seno interno del grupo; Ozzy sufría por la continua ansiedad de la banda ante la posibilidad de ser arrestados, que empeoró después de que fueron al cine a ver «Contacto En Francia» («The French Connection», de 1971), sobre policías encubiertos de Nueva York que desmantelan una red internacional de contrabando de heroína. «Para cuando aparecieron los créditos», recordó Osbourne, «yo estaba hiperventilando». En 2013, Butler admitió a la revista Mojo que había que cortarla porque la situación estaba a punto de descontrolarse: «No me di cuenta de lo locas que se habían vuelto las cosas hasta que llegué a casa y la chica con la que estaba no me reconoció».
15. OZZY CONSIDERA QUE «VOL. 4» ES EL APOGEO DE LA BANDA. Al igual que en «Changes», Black Sabbath también comenzó a experimentar cambios en los años posteriores al lanzamiento del «Vol. 4». A fines de los 70, el exceso de alcohol y drogas los llevó a separarse de Osbourne. Aunque algunos de los miembros se estremecen al pensar en sus actividades extracurriculares en ese momento, ahora todos reconocen a este trabajo como un momento crítico en su historia: un álbum que refleja un momento divertido en el que lograron elevar su arte. “Todo se reduce a esto, si Tony Iommi no hubiera inventado los riffs monstruosos que inventó, no podríamos haberlo hecho”, dice Osbourne. “Cada vez que se le ocurría un nuevo riff, yo decía: ‘Él no va a superar eso’. Y cada vez, lo hacía”... Dejando a un lado todo el consumo de drogas, «Vol. 4» mostró a la banda en la cima de su carrera y, para Osbourne, al día de la fecha representa el punto más alto de su creatividad. En su autobiografía lo deja claro: “A pesar de todo el quilombo que nos rodeaba, musicalmente esas pocas semanas en Bel Air fueron las más fuertes que hemos tenido”.… Para cerrar, digamos que «Vol. 4» fue lanzado el 25 de septiembre de 1972, y aunque la mayoría de los críticos de la época le dieron duro, el cuarto álbum de estudiod el grupo alcanzó el disco de oro en menos de un mes y fue el cuarto lanzamiento consecutivo de la banda en vender un millón de copias en los EE.UU. Fue también número 13 en la lista de álbumes pop de Billboard y número 8 en la lista de álbumes del Reino Unido.
Periodista especializado en artes, espectáculos, gastronomía y cultura pop. Co-fundador de las revistas argentinas Riff Raff (entre 1985-86) y Madhouse desde 1989 hasta 2001. Director del primer fanzine de habla hispana dedicado a Kiss y autor junto a Carlos Parise del libro «Heavy Metal Argentino» (1993).