Muchas bandas son despedidas por sus sellos discográficos, pero normalmente una decisión así toma su tiempo -a veces varios años- y unos cuantos lanzamientos poco exitosos antes de que una discográfica se disponga a darle el olivo a un proyecto en el cual invirtió tiempo, esfuerzo y dinero. Tal es la manera en la que usualmente funcionan las cosas… salvo, claro está, que tu sello sea A&M Records y la banda en cuestión sea los Sex Pistols. A continuación, la historia de una brevísima carrera, una cuantiosa indemnización, un negocio tardío y la forma de obtener ganancia del caos.
Fue en un 16 de marzo como este, pero de 1977 y en Inglaterra, que A&M rompió su contrato con los Pistols después de haberlos contratado apenas el 10 de marzo por la nada despreciable suma de £150,000, no mucho después de que fueran despedidos por EMI, verdadero peso pesado de las discográficas británicas e internacionales al cual la banda llegó incluso a dedicarle un tema. “EMI considera que no puede promover las grabaciones de este grupo en vista de la publicidad adversa generada durante los últimos dos meses”, dijo un comunicado oficial de aquel entonces.
El día de la firma, llevada a cabo frente al mismísimo y muy británico palacio de Buckingham en lo que fue una más que publicitada movida, hubo posteriormente una conferencia de prensa importante anunciando la nueva asociación y el próximo lanzamiento del single “God Save the Queen”, después de lo cual la banda hizo una famosa incursión a las oficinas de A&M durante la cual el flamante bajista de la banda, Sid Vicious, aprovechó la oportunidad para destruir un inodoro, cortándose el pie en el proceso y dejando tras de sí un rastro de sangre por toda la oficina. Cabe señalar que hay cierta disparidad entre quienes relataron la anécdota acerca de si Vicious se cortó antes o después de romper el inodoro, polémica que a la fecha continúa sin resolverse.
Mientras eso sucedía, el vocalista John Lydon estaba ocupado disparando obscenidades a los miembros del personal de la oficina, en una actitud digna de su apodo de Johnny Rotten (Juanito Podrido); por su parte, el guitarrista Steve Jones no perdió el tiempo y aprovechó para levantarse primero y darle bomba después a una secretaria, en un cuartito usado como depósito. Todo en una sola, memorable, escandalosa visita.
“El día en que firmamos para A&M fue una pesadilla total”, recuerda Steve Jones en su reciente autobiografía “Lonely Boy”. Y detalla: “Empezamos a darle a la botella a las ocho de la mañana, bebiendo vodka puro en un cuartito, luego nos llevaron a Buckingham para hacer una firma falsa para las fotos, luego fuimos a escuchar la versión terminada de ‘God Save The Queen’ en los Wessex Studios (esto fue lo único bueno porque no podía creer lo sorprendentemente bien que sonaba; no por haber sido parte sino hablando en general, como fan), después nos peleamos en el auto, después fuimos a A&M donde hubo todo tipo de kilombos. Fue un largo y jodido día de ser arrastrados de aquí para allá y hacia el final todos estábamos tan cabreados que no sabíamos lo que hacíamos. Todo lo había arreglado Malcolm (N. McLaren, célebre manager de la banda), él controlaba todo, pero no tenía manera de saber lo que realmente sucedería a partir de allí”.
Pocos días después, durante un altercado en un club londinense, los medios reportaron que Rotten habría amenazado de muerte a un buen amigo del director inglés de A&M (!). Entre ese incidente y los informes acerca de la banda cuyos miembros se puteaban entre sí a los gritos y se escupían unos a otros mientras esperaban un vuelo en el aeropuerto Heathrow de Londres, los ejecutivos de la discográfica tuvieron más que suficiente, y el contrato de la banda fue terminado sólo seis días después de su firma. Como indemnización, la banda recibió la más que razonable cantidad de £75.000.
Para junio, la banda ya había llegado a su hogar final, Virgin Records, donde vendieron 150.000 copias del controvertido single “God Save The Queen” en apenas un día; a pesar de la prohibición en la BBC Radio One y la decisión de varias cadenas de disquerías de no vender el single, el mismo alcanzó oficialmente el segundo puesto del ranking; extraoficialmente, toda la industria sabía que habían alcanzado el primero.
Tras la salida de Sex Pistols, casi todas las 25.000 copias de “God Save… » que A&M había impreso fueron destruidas rápidamente. Las pocas que quedan en existencia están entre las piezas más valiosas de vinilo en el mundo, siendo recientemente valuadas por la célebre revista Record Collector en más de U$12.000. Cada una, claro. Como muchos discos, este también significó un negocio redondo… aunque le haya tomado 40 años conseguirlo. Después de todo, y como dice la letra de “The Great Rock’n’roll Swindle”, en la historia de la banda muchos hicieron cash a partir del caos ?
Periodista especializado en artes, espectáculos, gastronomía y cultura pop. Co-fundador de las revistas argentinas Riff Raff (entre 1985-86) y Madhouse desde 1989 hasta 2001. Director del primer fanzine de habla hispana dedicado a Kiss y autor junto a Carlos Parise del libro «Heavy Metal Argentino» (1993).