Cadena Perpetua vuelve a tocar después de casi medio año y eso amerita dos cosas: primero, descorchar un champagne para brindar, y segundo el correspondiente análisis de la Madhouse donde te contamos todo acerca de lo que seguramente será un Obras a explotar. Si ya tienen sus copas en mano, ¡pasen y lean!

CP es una banda absolutamente necesaria, dentro de la escena y dentro de la realidad social atormentada que vivimos en este 2024 más que orwelliano. Pero, paradójicamente, el grupo está en un estado de ebullición: mientras dos de sus integrantes atraviesan un auto exilio europeo, la banda se embarca en un nuevo y más que esperado disco de estudio (Plaga es de 2010, ¿de verdad hay que esperar tanto?)

Hoy, la banda puede no tocar todos los fines de semana ni una vez al mes, pero hacen una mini gira invernal y revientan los lugares donde tocan, por más alejados que sean. Y por más alejados que ellos estén a nivel distancia de Argentina, porque la efusividad de sus seguidores desborda las pantallas y les demuestra que la fidelidad del público es total.

Entonces, el grupo puede anunciar casi al pasar sus nuevos shows y la efervescencia es infernal: desde la desesperación por saber las fechas y los lugares, hasta la irracionalidad de querer estar en todos los conciertos, pasando por quienes lloran de alegría y felicidad por ver a estos 3+1 locos que hace más de 3 décadas son quienes componen himnos de batalla o canciones que identifican a sus fans más allá de todo lo explicable.

Este humilde cronista, que ya está más cerca de los 50 que de los 40, ha tenido la suerte de verlos en vivo desde incluso antes de que saliera su primer casete a la calle (Cadena teloneando a La Polla Records en la segunda visita de los de Salvatierra a estas pampas). Y puede dar fe del crecimiento exponencial de la banda desde aquellos años en los que eran pura energía desquiciada a estos momentos en los que pueden afinar la pluma y sacar un disco con influencias super disimiles como lo fue Plaga (tanto es así que el propio Stuka, patriarca del punk, terminó versionando un tema de ese álbum).

¿Y qué es lo que trae CP en este regreso al Estadio Obras después de casi medio año sin vernos las caras? Anota: primero que todo, el poder volver a vibrar con una banda excelente y llena de emotividad, que descansa en uno de los mejores bateristas de la escena vernácula (ah, esos lugares comunes tan trillados en el periodismo de rock…) como lo es el Chino Biscotti, un bajista como Edu Graziadei que es más que un pilar, es un tipo que toca con una sonrisa y que tiene una militancia política insoslayable, y el Vala Valente que escribe cosas que llegan tan profundo que uno no sabe qué hacer con esa congoja que lo atraviesa (escuchar “Vivirías” es tan fuerte, no me hagan llorar que es temprano). Bueno, el Vala tampoco sabe qué hacer con esa emoción, a veces es tan fuerte todo que él mismo se rompe en mil partes sobre el escenario al verse desbordado…

¿Y qué más hay? Prometen adelantar temas del nuevo disco, y eso ya genera una cosa acá que te dan ganas de que sean 10 canciones nuevas para saber en qué andan metidos. Y además, esa catarata de temas que nos recuerdan a nuestros años felices, en las que siempre había gente como Luisito que se metía con la rubia equivocada, o le pedíamos a aquel amigo que traiga una pala y a su hermana y que nos saque del cajón, o la eterna elegía de aquél jubilado que aún tenía fuerzas para seguir aunque la realidad le pegue tan fuerte (¿es 1997 o 2024?), la sensibilidad de aquellos que se encuentran con su alma y le piden que no sufra tanto, o de quienes tuvieron que irse del país y hoy son inmigrantes en tierras extrañas pero con el corazón bombeando emociones desde su tierra natal. O la fortaleza de aquellos que eligen no mirar al cielo y hacerse cargo de que somos nosotros mismos los responsables de nuestro destino, más allá de las nubes que nos tapan el sol. Sin olvidar, claro está, a quienes somos sindicados como delincuentes por nuestro instinto de resucitar, hartos de vivir a base de Clonazepam y atados a la televisión/depresión.

No todos los días uno tiene la fortuna de poder ver a una banda coherente, enérgica, que apunta sus cañones hacia el lado de la emotividad, de aquello que nos conmueve, y con casi la misma formación desde hace 3 décadas. Ojalá estos locos sigan toda la vida con su plan simple: desdudarnos y mostrarnos quiénes son los muertos vivos. Y vos ¿qué estás esperando, decime qué estás esperando?  

Cadena Perpetua se presenta en el Estadio Obras (Avenida del Libertador 7395) el sábado 14 de diciembre.

La banda invitada serán los mercedinos de Da-Skate: https://www.instagram.com/daskateok/

Las entradas las conseguís acá (si es que queda alguna): https://ticketing.coolco.io/tickets-ar/es/cadena-perpetua-en-obras

Fotos en vivo: Huberto Andrada

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