¿Qué es lo que marca a una época? ¿Qué hace que un año en particular sea recordado? ¿Las costumbres? ¿Los hechos? 1974 fue un año convulsionado (¿qué año no lo es?) en todo el mundo, aunque dejó cosas positivas (¿qué año no las deja?). Así, mientras el mundo se asombraba cuando a lo largo de aquellos doce meses fallecía Perón en Argentina, el caso Watergate provocaba la renuncia de Nixon en EE.UU. Turquía invadía Chipre y la crisis del petróleo hacía sentir sus efectos en buena parte del planeta, en el universo de la música popular las cosas no estaban menos inquietasy los discos que se editaron reflejaron en buena medida los cambios sociales, políticos y culturales que se vivían por entonces. ¡Sigan leyendo que esto recién empieza!

1974 FUE UNO DE ESOS AÑOS INTERMEDIOS EN LOS CUALES LA MÚSICAESTABA EN UN CASI PERMANENTE ESTADO DE CAMBIO, las escenas morían o mutaban y -a juzgar por la abundancia de discos novedosos- muchos artistas nuevos se apresuraban a llenar el vacío. Mientras Bowie exploraba la ciencia ficción y los futuros dist{opicos y Brian Eno abandonaba Roxy Music en favor del experimentalismo ambiental, el glam -que lentamente veía asomar su ocaso- se vio sostenido por viejos rockeros con labios pintados y maquillaje (Sweet, Gary Glitter, Alvin Stardust). El funk y el soul se preparaban para dar paso a la disco music, mientras que el rock progresivo -el estilo más en boga en aquellos momentos- se estaba volviendo cada vez más exagerado y abrumador, como lo indica la sinfonía de rock orquestal de Rick Wakeman, «Journey to the Center Of The Earth», y el impenetrable «Hall Of The Mountain Grill» de Hawkwind. Entre los gigantes del rock, Led Zeppelin guardó silencio, Deep Purple lanzó no uno sino dos discos y una de las mejores formaciones de los Rolling Stones llegó a su fin cuando el guitarrista Mick Taylor renunció luego del lanzamiento de «It’s Only Rock ‘n Roll»; en los EE.UU., Kiss hacía su debut discográfico al igual que Rush, Zappa brillaba con su impredecible, rebelde talento y comenzaban a surgir las primeras bandas que, disconformes con el panorama de aquel entonces, conformarían más tarde el inicio del punk… Ese año se formaron los Ramones, Blondie, Cheap Trick, The Stranglers y Van Halen, nacieron futuros intérpretes Alanis Morisette, Robbie Williams, Imelda May, James Blunt y Cedric Bixler-Zavala, ABBA saltó a la fama mundial tras ganar el concurso Eurovisión, tres Beatles lanzaron sendos álbumes solistas y Bob Marley se separó de Peter Tosh y Bunny Wailer para seguir como solista…

¿QUÉ MARCA, ENTONCES, ES LA QUE DEJA UN AÑO EN LAS MEMORIAS DEL PASADO Y EN LAS MENTES DEL FUTURO? Pasó de todo en 1974, y así como los diarios, revistas, libros, programas de TV y películas resultan testimonios invaluables que reflejan el pulso y el alma de aquel año, lo mismo pasa con los discos, que son la tarjeta de presentación de la música de aquellos momentos: cómo sonaba, qué buscaba, quiénes la hacían. Hubo de todo aquel año, fiascos irredentos, novedades revolucionarias y música maravillosa; es inevitable y acaso interesante especular con el hecho de que si los discos cuya reseña van a leer a continuación se lanzaran hoy, podrían o no llegar a la cima de TikTok o serían arrastrados en medio del gigantesco tsunami digital de Spotify… Hay muchísima música con la que cualquier oyente tiene que lidiar en el mundo moderno y, a veces, puede parecer como si nos estuviéramos ahogando en un mar de mediocridad: ¿fueron efectivamente mejores las cosas -la música y el rock, en particular- en el pasado? Los invitamos a repasar y/o descubrir y/o redescubrir (por orden de aparición) estos 50 discos que cumplen 50 años, es decir lo que se escuchaba en aquellos días de gloria, y -como decía un locutor televisivo argentino de doble apellido- a sacar sus propias conclusiones. Preparen entonces los vinilos y/o los cassettes o magazines, enchufen el Wincofón, denle play… ¡y allá vamos!

1. «COURT AND SPARK» – JONI MITCHELL (Enero 17). Figura estelar y símbolo del folk rock norteamericano desde los 60s, la canadiense Joni Mitchell alcanzó su punto comercial más alto con este álbum, que puede resumirse una fusión extraordinariamente hábil de folk, pop y jazz que a la fecha se mantiene como su trabajo más vendido. Si bien es tan introspectivo y consistente como «Blue», en esta ocasión -un disco conceptual que explora el papel de la honestidad y la confianza en las relaciones, románticas y de todo tipo- se aleja de la composición de canciones confesionales para adentrarse en estudios de personajes: el hit «Free Man In Paris», escrito sobre el famoso empresario, cineasta y ejecutivo discográfico David Geffen, es una indirecta (quizá no tan sutil, para ser sinceros) a las maquinaciones de la industria musical, mientras que «Raised On Robbery» ofrece una mirada aguda y divertida al entorno depredador de la escena de los bares de solteros. Gran parte de «Court and Spark» está dedicada a temas románticos de tono cauteloso, tanto la canción que da título al disco como «Help Me», el single de mayor éxito, miden cuidadosamente los riesgos del romance, mientras que «People’s Parties» y «The Same Situation» están cargadas de preocupación y dudas, en oposición directa a la música, que es inteligente, suave y fluida desde la primera hasta la última nota.

2. «ROCK’N’ROLL ANIMAL» – LOU REED (Febrero) En 1974, tras el desastre comercial que significó su álbum «Berlin», Lou Reed necesitaba un éxito, y «Rock N’ Roll Animal» fue una (rara) muestra de perspicacia comercial por su parte, justo el álbum adecuado en el momento adecuado. Grabado en vivo en diciembre de 1973 con la banda de Reed en su mejor momento, este álbum, además de formar parte de una de las tendencias de mayor éxito de los 70s como lo fueron los discos «live», ofrecía un conjunto de sus canciones más emblemáticas (la mayoría de sus días con Velvet Underground) en arreglos que presentaban sus delicadas pero muy efectivas melodías y letras callejeras en su forma más aceptable (o al menos todo lo aceptable que puede ser un álbum con una canción llamada «Heroin»). Está la típica grandilocuencia del rock de estadios de la década, pero los guitarristas Dick Wagner y Steve Hunter (ambos tocarían luego con Alice Cooper) elevan con clase estas canciones, mientras que la voz apasionada pero controlada de Reed hace que temas como «Sweet Jane», «White Light/White Heat» y «Rock ‘n’ Roll» suenan finalmente como los bombazos radiales que siempre deberían haber sido. Reed rara vez volvería a sonar tan comercial, pero «Rock N’ Roll Animal» demuestra que podía complacer al público cuando tenía que hacerlo. Imperdible.

3. «SLAUGHTER ON 1OTH AVENUE» – MICK RONSON (Febrero 1) Una década después de su lanzamiento como superestrella rockera solista, le preguntaron al talentoso guitarrista Mick Ronson qué opinaba del mismo: el tipo se encogió de hombros, como si realmente no tuviera nada que decir al respecto. En 1983 David Bowie acababa de disolver a los Spiders y «retirarse»: por supuesto, en ausencia del ídolo del cual Ronson era ladero, el manager Tony DeFries quería seguir facturando. «Tony me dijo: ‘OK, podemos convertirte en una gran estrella, conseguirte un contrato con RCA, todo eso’. Así que dije ‘maravilloso’, y me fui a grabar mi propio disco»... La aventura de Mick no iba a ser tan solitaria: su antiguo jefe todavía estaba a mano para darle un toque mágico. Fue así que David escribió la delicada «Growing Up And I’m Fine», la letra de «Music Is Lethal» (teñida del histrionismo glam de «Time» de «Aladdin Sane») y coescribió «Pleasure Man/ Hey Ma Get Papa» con el violero (quien, conscientemente o no, canta muy al estilo de Ziggy); de hecho, el intenso duelo sintetizador/guitarra con el que concluye este último tema y, por supuesto, la canción que da título al disco, son prueba fehaciente del amor de Ronson por su trabajo con Bowie, pero revisando hoy este disco (¡medio siglo después!), es la ausencia de machaques, chillidos y retorcimiento de cuerdas el detalle que hizo que «Slaughter on 10th Avenue» siga siendo mucho más que un mero disco solista de un guitarrista; también logró que el álbum, de hecho, esté a la altura de cualquiera de los álbumes de Bowie inmediatamente posteriores a Ronson como una instantánea de una época especial, en la que la triple disciplina del glam, el rock y el «Precious Art» chocaban sin miramientos.

4. «HERE COME THE WARM JETS» – BRIAN ENO (Febrero 8) “El título Warm Jets surgió del sonido de guitarra en la canción de ese nombre, que describí como ‘warm jet guitar’, porque sonaba como un jet afinado. Luego tenía un mazo de cartas con la imagen de una mujer, y en cierto modo conectaban. Esa era una de las cosas que acontecían en ese momento: la idea de que la música todavía estaba ligada a alguna idea de revolución, y que una de las revoluciones era una revolución sexual. No estaba haciendo un gran comentario político, simplemente me gustaba divertirme con esas cosas. La mayoría de la gente no se dio cuenta durante mucho tiempo: ¡estaba profundamente oculto!”Brian Eno alcanzó la fama como el extravagante músico andrógino que tocaba el sintetizador y los “efectos de cinta” en los dos primeros discos de Roxy Music. Sin embargo, no le gustaba estar a la sombra del cantante y frontman Bryan Ferry: Eno y el resto de la banda no tenían créditos compositivos y querían tener más participación en la dirección musical de la banda. Por supuesto, surgieron conflictos y, alegando su desinterés en involucrarse con el estilo de vida del rock n’roll y las giras, Eno se abrió del grupo. Así, en su primer disco solista, se sentó por primera vez en la silla de producción y se sintió tan cómodo que a la fecha produjo todos sus álbumes (bueno, algunos en colaboración). A finales de la década, Eno había trabajado en álbumes de David Bowie (la famosa “Trilogía de Berlín”), Talking Heads, John Cale, Ultravox, Devo y John Cage, solo por nombrar algunos. Y no olvidemos que este artista de vanguardia luego produjo bandas como U2 y Coldplay y remezcló a Depeche Mode… volviendo a este debut solista, Eno reunió a una amplia gama de músicos invitados, ya que quería ver qué pasaría cuando intentaran superarse unos a otros: de hecho esperaba accidentes (¿o tal vez choques?) que, con suerte, reemplazarían los resultados que había imaginado. Algunos nombres: Robert Fripp y John Wetton de King Crimson, Simon King de Hawkwind, Chris Spedding, Lloyd Watson, el productor Chris Thomas y todos los miembros de Roxy Music, excepto Bryan Ferry. Un detalle particular: Eno se comunicó con sus músicos a través de la danza y el lenguaje corporal (!) y escribió algunas de las “letras” cantando tonterías (!!). El resultado es pop experimental del más alto nivel, con un mix de influencias que fueron del funk a la música de los 50s, del glam al punk, de la proto-new wave a las baladas. Lleno de densos paisajes sonoros y detalles minuciosos, “Here Come the Warm Jets” revela algo nuevo en cada escucha y preparó el terreno para una increíble carrera musical.

5. «BURN» – DEEP PURPLE (Febrero 15) La tercera formación de Deep Purple debutó con «Burn» en 1974. El vocalista David Coverdale, desconocido por aquel entonces, fue una de las dos incorporaciones al grupo junto al bajista y vocalista Glenn Hughes. «Es asombroso», dijo Coverdale a la prensa estadounidense en 2023. «Tenía 21 años y haciendo estas cosas… ¿De dónde diablos lo sacaba, se preguntaba, hablando de la profundidad de sus contribuciones como compositor. Si bien este álbum tenía momentos -como la contundente canción que le da título- que recordaban a su pasado, el sonido de Deep Purple en esta ocasión definitivamente era diferente. Puede aseverarse a modo de resumen que «Burn» supuso la evolución de la banda más allá de su base tradicional de hard rock para incorporar también soul y funk a la mezcla. Fue el primero de los dos álbumes que la banda publicó ese año, ya que «Stormbringer» (al que van a ver en este informe, tranquis) llegaría más tarde, a principios de noviembre.

6. «KISS» – KISS (Febrero 18) «Kiss», en 1974, introdujo al mundo del rock a Gene Simmons, Paul Stanley, Ace Frehley y Peter Criss. Este debut autotitulado contiene lo que hoy son grandes clásicos del grupo, con elementos del rock & roll festivo de los Rolling Stones/New York Dolls, melodías beatlescas y el heavy metal de Sabbath y Zeppelin, grabado -quizá un poco demasiado limpiamente- por los productores Richie Wise y Kenny Kerner (de Gladys Knight), en un modo que no refleja cabalmente el indiscutible poder de la banda en vivo. Los principales compositores, Stanley y Simmons, mostraron un don especial para crear -solos o en dupla- melodías y riffs asesinos, como se aprecia en «Nothin’ to Lose» y «Deuce» (de Simmons), «Firehouse» y «Black Diamond» (de Stanley), así como «Strutter» y «100,000 Years» (de ambos). También se incluye el himno alcohólico de Ace Frehley «Cold Gin», «Let Me Know» (un tema que Stanley tocó para Simmons en su primer encuentro, entonces titulado «Sunday Driver»), y uno de los pocos instrumentales de la banda: «Love Theme From Kiss» (escrito por toda la banda). Inicialmente este álbum fue recibido con indiferencia por parte de críticos y público, algo que no cambió cuando añadieron el cover del single bubblegum pop de Bobby Rydell de 1959, «Kissin’ Time», con la esperanza de aumentar las ventas (se usó para un concurso de besos en la radio. Sí, de besos). Sin inmutarse, Kiss puso manos a la obra y no tardó en publicar su segundo álbum, «Hotter Than Hell», en octubre del mismo año. En una entrevista realizada en 2021, Stanley admitió que los tres primeros álbumes del grupo sonaban «berretas» en comparación con sus shows en vivo, en particular «Kiss». Y, si lo dice Stanley…

7. «WATERLOO» – ABBA (Marzo 4). El segundo álbum de ABBA contiene la canción que da título al disco y que los hizo triunfar en el histórico concurso Eurovisión, así como «Honey, Honey», un éxito menor en EE.UU. Este álbum es bastante inusual en la producción del grupo, sin embargo, por el hecho de que las voces de los BB (Björn Ulvaeus & Benny Andersson) todavía aparecen de forma bastante prominente, y por la variedad de sonidos -incluyendo reggae, folk-rock y hard rock- que combinan con acierto en sus canciones de neto corte pop. Se destaca el reggae «Sitting in the Palmtree», con su perfecto ritmo caribeño y las radiantes voces de las AA (Agnetha Fältskog & Anni-Frid Lyngstad), que conducen el estribillo tras el ritmo. «King Kong Song» es un buen ejemplo de hard rock básico, con voces chillonas y guitarra sobreamplificada (cortesía de Janne Schaffer), aunque incluso aquí, cuando las voces femeninas asoman en los coros, es difícil no escuchar atentamente; el cuarteto conocía el arma poderosa que tenía, pero todavía no terminaba de entender cómo usarla. Se acercan un poco más a su fórmula ganadora en la pegadiza canción pop-folk «Hasta Mañana», mientras que «Dance (While the Music Still Goes On)» da en el clavo como encarnación del sonido euro-disco que el grupo abrazaría en sus futuros álbumes, aunque también insinúa un vago sonido oldies, onda Four Seasons o Beach Boys. Un disco que vale sobre todo como reflejo de una época, un estilo y un sonido muy particulares.

8. «KANSAS» – KANSAS (Marzo 8) Fue el legendario promotor estadounidense Don Kirshner (famoso por su show televisivo) quien ayudó a dar a conocer a Kansas, fichándolos para su sello y publicando su álbum debut homónimo en marzo de 1974. Tuvieron unos comienzos humildes, como reflejó más tarde el guitarrista Rich Williams, que ensayaba en el sótano de una peluquería del centro de la ciudad. «Fue una época bastante dura», dijo en 2023, en relación con las difíciles condiciones del espacio.«Pero sos pibe y tonto y no te importa… simplemente te alegrás de estar allí». En los 70s Kansas se destacaba de sus pares, ya que era una banda americana que se atrevía a tocar a la escala épica de art rockers ingleses consagrados como Genesis. En consecuencia, su disco debut es un híbrido realmente extraño de pompa británica, un tenaz concepto artístico y boogie de estadios, todo ello servido con más violines que flautas en un álbum de Jethro Tull. En cierto sentido es difícil no admirar su ambición, ya que pocas bandas se han esforzado tanto para lograr este mix de influencias; con todo, las canciones, incluyendo «Belexes» y la expansiva «Apercu» demostraron que, con buena voluntad y ganas de excavar, había un gran filón de prog rock para encontrar en el grupo.

9. «QUEEN II» – QUEEN (Marzo 8) Muchas bandas jóvenes luchan para encontrar material nuevo para ese importante álbum que suele ser el segundo. En Queen, por otro lado, estaban ansiosos por lanzar un segundo LP mucho antes de que su sello estuviera listo para ello. Tenían un acuerdo con su management más bien inusual que le permitia al grupo acceder a los Trident Studios antes de encontrar un sello que distribuyera el disco. Fue así que el grupo terminó las sesiones de su debut homónimo meses antes de que el álbum tuviera sello, y regresaron a Trident un mes después de que «Queen» finalmente saliera a la venta en julio de 1973. Debió ser frustrante para la banda; sin embargo, como resultado, pudieron centrar más su atención en las canciones que compondrían «Queen II». Tenían un mes para tocar en Trident y cierta distancia para considerar las razones por las que el disco debut no había encabezado las listas como querían. Este conjunto de 11 canciones ampliaría el alcance de su sonido y al mismo tiempo afinaría los ganchos compositivos del grupo, que dividió el LP en un «White Side» (escrito principalmente por el guitarrista Brian May) y un «Black Side» (compuesto por Freddie Mercury) con contundentes melodías pop para complementar los arreglos grabados con los coproductores Roy Thomas Baker y Robin Geoffrey Cable. El sonido de Queen estaba evolucionando al estilo de banda de estadios que los consagraría como una de las bandas más grandes del planeta, pero sus letras aún eran bastante extravagantes y esotéricas. Canciones como «Ogre Battle» y «The Fairy Feller’s Master Stroke» agregaron profundidad literaria y chispas de fantasía a los pesados riffs de la música. La prensa británica había sido mayoritariamente amable con el primer álbum de la banda, pero le dieron una recepción más fría a «Queen II»; aún así, las críticas positivas no contribuyeron mucho a las ventas la primera vez, y las reseñas negativas no hicieron daño en esta ocasión. De hecho, lo único que realmente los frenó fue la salud de May: afectado por hepatitis, tuvo que ausentarse 41 shows en la gira de «Queen II». Para entonce y a despecho de enfermedades y críticas, Queen ya estaba en marcha: ni siquiera frenar la gira para que su guitarrista pudiera recuperarse fue suficiente para detenerlos. Queen regresó al estudio en verano y a las disquerías en noviembre… pero eso lo van a leer un poco más adelante.

10. «GET YOUR WINGS» – AEROSMITH (Marzo 15) Aerosmith no esperó a que el impulso de su debut homónimo se desvaneciera y comenzó a crear los cimientos de su clásico sonido hardrocker con su segundo álbum, «Get Your Wings». Elaborado en los estudios Record Plant de Nueva York a fines de 1973 y principios de 1974, sería el primero de cuatro discos emblemáticos producidos por Jack Douglas, personaje clave en la identidad sonora del grupo bostoniano. Intercalado entre el (inicialmente) poco exitoso debut homónimo del grupo en 1973 y «Toys In The Attic», su lanzamiento de 1975 con sonido más sofisticado y ventas de platino, «Get Your Wings» hoy es considerado por muchos puristas como un «grandes éxitos» involuntario. Desde el áspero riff de “Same Old Song and Dance” hasta otros temas icónicos como “S.O.S. (Too Bad)”, “Pandora’s Box” y el intenso cover del clásico “Train Kept A-Rollin’”, se siente la presencia física de Joe Perry y Brad Whitford machacando con una urgencia deslumbrante, como si sus Marshalls estuvieran colocados estratégicamente entre tu equipo de música y el sofá de tu living. Además, se puede (casi) sentir el aliento sensual de Steven Tyler durante “Lord Of The Thighs” a través de los parlantes. Si eso no es lo suficientemente “real”, también está Tom Hamilton marcando con determinación las gruesas líneas de bajo de “Seasons of Wither”; en cuanto a Joey Kramer, su poderoso trabajo de batería de un solo bombo, con sabor funk e inspirado en el R&B, sigue siendo un ejemplo impecable de cómo (todavía) debe tocarse un tema de rock… Si bien «Get Your Wings» no tuvo un desempeño a la altura de la calidad del material del disco, sin dudas allanó el camino para que Aerosmith perfeccionara su composición y su arte sonoro.

11. «RUSH» – RUSH (Marzo 18) El parto del álbum debut del trío canadiense Rush fue un proceso doloroso, tal como el bajista y vocalista Geddy Lee detalló en sus memorias en 2023. Sin embargo, en el primer álbum incluyeron una canción que se mantendría en su catálogo a lo largo de sus 40 años de giras. «Working Man», como explicó Lee, se inspiró en los primeros días de la banda. En concreto, «esos bares de mierda de Ontario», escribió, donde veían a «obreros y laburantes bebiendo sus cervezas después del trabajo». La mentalidad obrera plasmada en las letras marcó una pauta importante, y podría decirse que estableció una conexión instantánea con los fans que, en última instancia, los seguirían durante toda su existencia. Por otro lado, este debut tiene poco que ver con su famoso hard prog rock (perfeccionado en futuros lanzamientos como «Hemispheres» o «Moving Pictures») porque aquí, en vez de arreglos complejos y letras reflexivas, Rush suena casi idéntico a Led Zeppelin: riffs bluseros combinados con coros onda «baby, baby». La razón principal es que su letrista/baterista, Neil Peart, aún no estaba en la banda: todavía le daba a los parches John Rutsey, que completaba la formación original con el mencionado Lee y Alex Lifeson (guitarra), y si conocés la discografía posterior vas a notar que algo falta… Con todo, los fans de Rush de toda la vida pueden apreciar este debut porque nunca volvieron a este estilo; los recién llegados tienen en cambio todo un mundo posterior (y más interesante) para explorar.

12. «APOSTROPHE (‘)» – FRANK ZAPPA (Marzo 22) Como frontman de la banda de art-rock experimental Mothers of Invention, Frank Zappa ya tenía flipando a sus fans desde mediados de los 60s. Pero, aunque era muy respetado tanto por la crítica como por los fans por su increíble habilidad con la guitarra, su talento como arreglista y su sentido único (y acidísimo) del humor, aún no había conseguido un verdadero éxito comercial que lo catapultara al estrellato, como finalmente ocurrió en 1974 con «Apostrophe (‘)», un disco de apenas 30 minutos que, sin embargo, mostraba con creces todo lo que Zappa podía ofrecer. Todo empieza con una suite de cuatro canciones que incluye el tema «Don’t Eat the Yellow Snow», la historia sobre un esquimal a quien le aconseja «Fijate donde van los perros huskies/ y no comas esa nieve amarilla»… A pesar de sus gags infantiles, o quizá debido a ellos, el álbum consiguió entrar en el top 10 del Billboard 200 y finalmente logró el disco de oro. «Apostrophe (‘)» también fue elogiado por su lírica satírica que tocaba -cada vez más- temas sociales, como por ejemplo la canción «Uncle Remus», que trata de la ralentización del movimiento por los derechos civiles en los 70s y que muestra a Zappa quizá en su lapso de mayor conciencia social. Si bien en su momento este genial artista (QEPD) fue criticado por algunos fans por «venderse» (¿?), este álbum perduró como uno de sus clásicos.

13. «OPEN YOUR EYES» – EARTH, WIND & FIRE (Marzo 25) Los funky-coloridos Earth, Wind & Fire estuvieron en auge a principios de los 70s, alcanzando su máximo esplendor con dos álbumes número 1 en 1975: «That’s The Way Of The World» y «Gratitude». Hoy en día, su sonido se reconoce al toque, pero en 1974 su identidad musical todavía se estaba construyendo a través de lanzamientos como este «Open Our Eyes» , un álbum impecable que metió incluso tres singles en el Top 100. El sonido de hits como «Mighty Mighty» y «Kalimba Story» demostró que EW&F era un grupo verdaderamente visionario, dispuesto a explorar el muy de moda funk y fusionarlo con sus influencias anteriores de soul y R&B para crear algo verdaderamente atemporal. «Open Our Eyes» fue aclamado por la crítica y los fans suelen considerarlo uno de los mejores trabajos del grupo; de hecho, aunque no tuvo tanto éxito de ventas como sus dos álbumes consecutivos que alcanzaron el número 1 al año siguiente -este se quedó en un respetable número 15-, este trabajo fue el primer disco del grupo que llegó a ser disco de oro, y la RIAA lo certificó como disco de platino en 1986.

14. «SHININ ON» – GRAND FUNK RAILROAD (Marzo 30) Este fue el segundo álbum en el que Grand Funk Railroad trabajó con el productor Todd Rundgren. El binomio añadió dos singles más al Top 40 a la lista de éxitos del grupo, y uno de ellos, el demoledor cover de «The Locomotion», surgió de forma un tanto espontánea. Como recordaba el batería y vocalista Don Brewer en 2016, fue Mark Farner quien entró en el estudio, cantando casualmente la canción. Se dieron cuenta de que había algo ahí y se lanzaron a trabajar en su propia versión, con Rundgren ayudándoles a dar forma a un tratamiento que se hacía eco de las vibraciones fiesteras de «Barbara Ann» de los Beach Boys. Un dato de color (amarillo): la canción apareció más tarde en el episodio «Homerpalooza» de Los Simpson.

15. «MEET THE RESIDENTS» – THE RESIDENTS (Abril 1) Si hay una banda que encarna la palabra “raro” en la música, sin duda es The Residents. Desde el comienzo de su carrera, vienen haciendo música tan extraña, inusual y jodida que a veces es difícil aceptar el hecho de que este grupo existe. The Residents no son para todo el mundo, y eso es comprensible. Aún así, si de veras querés escuchar lo inquietante y desconcertante que puede llegar a ser la “música”, hasta qué punto puede llegar a molestarte por completo, entonces el así llamado primer álbum de The Residents, «Meet The Residents», seguramente te hará pensar sobre la música de manera MUY diferente. A lo largo del álbum cuya tapa parodia al de los Beatles, The Residents toca todas las notas equivocadas de la manera correcta; por dar un solo ejemplo, abren con un cover de «These Boots Are Made For Walking» de Nancy Sinatra (titulada «Boots») que no se parece en NADA al original, tan brillantemente incorrecto que da la impresión de que nunca habían escuchado la canción original e hicieron un cover solo con la letra. El resto del álbum es así: la producción es pésima, el montaje es atroz, la voz es horrible… Eso no son quejas, ojo, sino elogios. Lo que hace que este álbum sea tan grandioso es cómo The Residents convierten algo que es un desastre caótico en “música» de principio a fin, nos muestra hasta dónde puede llegar la música más allá de los límites,que la música no está destinada a ser parte de una fórmula ni a ser superficial… en suma, nos muestra que la música debe ser libre y honesta. El resultado es una impecable obra maestra de defectos, un plato absolutamente bizarro para oyentes muy aventureros. un álbum especial para cualquiera que odie la música pegadiza y predecible: escuchalo y nunca más volverás a escuchar música de la misma manera.

16. «SECRET TREATIES» – BLUE OYSTER CULT (Abril 5). Este es el último y mejor de la llamada trilogía de álbumes “en blanco y negro” que inició la carrera de Blue Öyster Cult: un trío de misteriosos discos de rock con versiones monocromáticas que alcanzaron su punto máximo con este lanzamiento de 1974. Es oscuro, esotérico y también un poco divertido; es un álbum de horror paródico de garage-rock que recuerda a «Killer» de Alice Cooper, con un mix de temas para todos los gustos: está el psicodélico «Career Of Evil», el curiosamente simpático «Cagey Cretins» y el sísmico y psicótico «Harvester Of Eyes», por citar algunos que ni siquiera son los mejores. El rock-boogie «ME262» nos pone a pilotear un Junkers Jumo 004 (“Hitler está hablando por teléfono desde Berlín, te convertirá en una estrella”), «Dominance And Submission» tiene un ritmo magnífico y oscilante, un clímax inolvidable y algunas interjecciones espeluznantes. Pero el álbum realmente alcanza su punto máximo con sus temas finales, «Flaming Telepaths» y «Astronomy», ambas obras maestras con una música conmovedora e imágenes bellamente crípticas. La astronomía en particular es un auténtico quebradero de cabeza: intriga saber qué significa realmente “el nexo de la crisis, el origen de las tormentas”, pero quizá no saberlo es la idea, y la razón por la que «Secret Treaties» sigue siendo -50 años después- una obra tan fascinante y atractiva

17. «SECOND HELPING» – LYNYRD SKYNYRD (Abril 15) Este trabajo de Lynyrd Skynyrd amplió aún más el perfil de la banda, dándoles su mayor éxito, es decir la inmortal «Sweet Home Alabama», que alcanzó el Top 10 de las listas de singles de Billboard en agosto de 1974. Creada como respuesta a «Southern Man» de Neil Young, la canción era sólo una de las muchas de «Second Helping» que destacaban el talentoso núcleo compositivo del grupo de rock sureño: Ed King, Allen Collins y Gary Rossington. El trío, tanto colectiva como individualmente, trabajó en estrecha colaboración con el vocalista Ronnie Van Zant para elaborar el material del disco, que eventualmente fue disco de oro y, finalmente, doble platino, estableciendo a Lynyrd Skynyrd como un gran éxito a nivel nacional y -por qué no- mundial.

18. «PHENOMENON» – UFO (Mayo 1974) Imposible subestimar el impacto del guitarrista Michael Schenker en la carrera de UFO. Antes de la llegada del adolescente alemán (sólo tenía 19 años cuando se fue de los Scorpions), los primeros álbumes de los rockeros británicos habían sido completamente ignorados en todas partes, excepto en Japón. Pero con Schenker a bordo, el sonido del grupo recibió una inyección de actitud muy necesaria, virando hacia el estilo anglo-hard rock que los haría famosos. Eso no quiere decir que su primera colaboración, «Phenomenon», fuera un golazo instantáneo. Todo lo contrario, ya que la banda no se mostraba muy convencida a la hora de darle total libertad al estilo más agresivo de Schenker, frenando al crack guitarrero en ciernes lo suficiente como para aplacar el impacto de rocks prometedores como «Oh My» y «Too Young To Know». Por su parte, «Time on My Hands» y «Crystal Light» están empantanados en guitarras acústicas excesivas, mientras que «Space Child» muestra destellos de su fallido pasado de space rock. Si se necesitan más pruebas de la falta de certezas del grupo, ahí está el hit «Doctor Doctor» para ofrecerlas: si bien más tarde se convirtió en un tema básico y obligatorio en los conciertos, y aún es un favorito de los fans, la versión original que aquí se escucha ni siquiera tiene una letra realmente terminada, y no contiene nada del fuego inmortalizado por el show espectacular capturado en «Strangers in the Night» de 1979. De hecho, el único momento en el que «Phenomenon» realmente se enciende es durante el abrasador «Rock Bottom», donde Schenker logra desplegar su magia. En suma, este disco se las arregla ampliamente para mantenerse firme, pero a la hora de la verdad sólo es una muestra (no gratis precisamente) de lo que aún estaba por venir.

19. «KIMONO MY HOUSE» – SPARKS (Mayo 1) El dúo estadounidense Sparks fue una banda tan exitosa como difícil de categorizar, ya que avanzó a través de muchas corrientes musicales y fue pionera en una gran cantidad de estilos. Posiblemente uno de los mejores álbumes del grupo hoy considerado de culto, este «Kimono My House» de 1974 (tercero en su discografía) encuentra a los hermanos Mael (Ron escribió la mayoría de las canciones y tocó los teclados, mientras que Russell era la voz líder) tocando su ingenioso mix de pop con mucha guitarra y teclado en 12 excelentes canciones. Añadiendo al menú un toque de bubblegum, gotas de glam rock, de ópera e incluso algo del experimentalismo onda Zappa, los Maels confeccionaron un cocktail de estilos e influencias verdaderamente atrapante. Además de dos de sus grandes éxitos («This Town Ain’t Big Enough for Both of Us» y «Amateur Hour»), el álbum incluye otro que a menudo se pasa por alto, «Here in Heaven». Un disco básico y necesario para tener más idea de lo que sonaba hace medio siglo y en otras latitudes. BONUS: Michi Hirota, la mujer con el abanico en la foto de tapa, prestó su voz para el tema «It’s No Game (Part 1)» del álbum Scary Monsters de David Bowie, de 1980.

20. “QUO” – STATUS QUO (Mayo 3) En la primavera (boreal) de 1974 y con el lanzamiento de su séptimo álbum, Status Quo ya era considerada una de las instituciones más confiables del rock británico, proveedores de un boogie rockero y ondulante que nunca sabía cuándo parar. Y cuando «Break the Rules» se desprendió del LP aún inédito para darle al grupo su cuarto éxito en el Top 20 en poco más de un año, quedó claro que «Quo» mantendría el estilo de la banda. Ocho temas compusieron el que ahora sería el formato estándar para los álbumes del grupo, una clara división entre los dos grupos de compositores (Rossi/Young, Parfitt/Lancaster), un tema final que dura eternamente y, lo mejor de todo, un par de de introducciones que no se parecían en nada a Status Quo, pero claro, la banda no tarda en desencadenar el boogie. «Backwater» mantiene esa máscara puesta durante un minuto y ocho segundos, pero es un sello distintivo del genio de Status Quo que, todos estos años después, aún puede mantenerte adivinando lo que van a acer. «Just Take Me» también contiene más sorpresas de las que le corresponde, con un solo de batería que a su vez surge de la parte final de «Backwater». Y si «Break the Rules» vuelve al esquema básico, quizá sea mejor luego de tantas transgresiones... En los otros temas, «Quo» efectivamente se acomoda en su status quo; el momento más destacado es el cierre con «Slow Train», una epopeya de ocho minutos que entra como un tren a toda máquina y luego choca con una giga irlandesa… Los Chieftains quizá lo hubieran hecho mejor, pero Status Quo lo hizo más fuerte.

21. «TOO MUCH TOO SOON» – NEW YORK DOGS (Mayo 10) A pesar de gozar de una reputación mucho menor que el álbum debut autotitulado de los New York Dolls, «Too much Too Soon» muestra, quizás incluso de forma más descarada, el auténtico espíritu trash del grupo. La producción confiada a George Francis Morton acerca con toda naturalidad a la banda neoyorquina a una de sus principales fuentes de inspiración: la música de las girl bands blancas de los 60’s, sobre todo las Shangri-Las (Morton fue el hombre detrás de Leader of the packRememberGive him a great big kissWhat is loveI can never go home anymoreSophisticated Boom BoomDressed in black), dándole menos ganancia a las guitarras, adulterando el sonido crudo del grupo con el uso de algunos efectos (como ya había sido el caso de los discos de Shangri-Las), la incorporación de coros femeninos y la entrega de algunos oscuros singles de su colección a David Johansen y Johnny Thunders con la intención de añadir algunos covers, para hacer el juego aún más grotesco y al mismo tiempo creíble. La elección recayó en «Bad Detective» de los Coasters, «Showdown» de Archie Bell & The Drells y «Stranded in the Jungle» de los Jayhawks a lo que se suma «Don’t Start Me Talkin'» de Sonny Boy Williamson que los Dolls ya tenían en su repertorio. Aquí hay un sonido que inspiraría generosamente a un enjambre de grandes bandas (¿Cuánto Fleshtones hay en «Don’t Start Me Talkin'» y «It’s too Late»? ¿Y cuánto le debe el sleaze rock a los riffs de «Human Being» y «Who Are The Mystery Girls?», sin los cuales tal vez ni siquiera los Damned habrían nacido jamás? ¿Cómo no decir nada del ataque de «Puss N’ Boots», que los Pistols incorporaron en su «Liar» sin ser nunca citados por plagio?) y que alcanzó un nivel de expresión eficaz y convincente en muy poco tiempo. Pero, sobre todo, «Too Much Too Soon» representa la elección precisa y valiente de los Dolls de alejarse del pomposo papel de nuevos héroes del rock’n’roll en favor del de artistas sarcásticos y burlones, optando por desenmascarar su vulnerabilidad sin alterar la sonrisa burlona que los distinguía.

22. BAD COMPANY – BAD COMPANY (Mayo 24) Bad Company fue el primer álbum publicado por el sello Swan Song de Led Zeppelin, que también se situó en lo más alto de las listas de álbumes de Billboard. El disco reunió a un nuevo supergrupo formado por el vocalista Paul Rodgers y el batería Simon Kirke, surgido de las cenizas de su anterior banda, Free, junto con el guitarrista de Mott the Hoople Mick Ralphs y el bajista de King Crimson Boz Burrell. La combinación tuvo un éxito arrollador, y la voz blusera y empapada de whisky de Rodgers contribuyó a que «Can’t Get Enough» y «Movin’ On» se convirtieran en grandes éxitos, mientras que «Rock Steady», «Ready for Love» y la canción que da título al disco sonaron y suenan con frecuencia en las radios hasta el día de hoy.

23. «DIAMOND DOGS» – DAVID BOWIE (Mayo 24) En 1974, las cenizas de Ziggy Stardust aún estaban calientes cuando David Bowie comenzó la adaptación musical de la novela de George Orwell, «1984», apenas 10 años antes de esa fatídica fecha. Ante la negativa de los herederos del autor original, el cantante revisó su copia borrando sólo un mínimo de vínculos con la obra para que ésta pasara. Sin embargo, las referencias emergen claramente a través de las canciones «1984» (sí), «Big Brother» y «We Are the Dead». El concepto, como suele ocurrir con David Bowie, es el de un futuro cercano, aplastado por una dictadura del que, sin embargo, emergen algunos rebeldes, entre ellos Halloween Jack, personaje interpretado por el cantante y representado en la portada del álbum. En una atmósfera de rock’n’roll abrasivo y decadente, el álbum muestra esta visión pesimista de un profeta mitad hombre, mitad perro con el hocico todavía cubierto de pólvora. Abrasivo porque lo llevan guitarras furiosas, incluida la del propio Bowie (ya sin Mick Ronson), que disolvió los Spiders From Mars para lanzarse casi solo, entre la megalomanía y la urgencia, en el tema que titula al disco o en la famosa «Rebel, Rebel» con acentos stonianos; decadente con la atmósfera cabaretera de la suite «Sweet Thing»-«Candidate»-«Sweet Thing (reprise)», aunque ya vista en «Aladdin Sane» y aún por llegar con «Station to Station» y los álbumes de su trilogía berlinesa. El final presagia el futuro de «white-plastic-soul» del cantante a través de las canciones «We Are the Dead», «Big Brother» y especialmente «1984», funky como el infierno. Todavía marcado por el glam rock, «Diamond Dogs» es, sin embargo, el canto del cisne de Bowie, que aquí pasa magistralmente la página del brillo mostrando un lado mucho más oscuro y pesimista que el de las coloridas hazañas de Ziggy. El álbum es notablemente coherente a pesar del contraste de ritmos, y fue y sigue siendo simplemente indispensable dentro de la impresionante carrera del Duque Blanco.

24. «IN FOR THE KILL!» – BUDGIE (Junio 1) El cuarto lanzamiento de Budgie, «In For The Kill!», confirmó su consistente composición heavymetálica. Al igual que lanzamientos anteriores, el álbum presenta enormes riffs metaleros, cortesía del guitarrista Tony Bourge y las voces ululantes del bajista Burke Shelley. «Crash Course in Brain Surgery» (su segunda canción en ser versionada por Metallica) contiene un riff repetitivo y continuo, mientras que «Zoom Club» enfatiza la importancia del todopoderoso power chord, es decir acorde del poder. La canción principal (se rumorea que fue versionada por Van Halen en sus días de tocar en pequeños clubes) es heavy metal en su forma más vibrante, mientras que el grupo equilibra el álbum al incluir un tema folk con armonías vocales tipo Beatles («Wondering What Everyone Knows») . «Living on Your Own» continúa la tradición de la banda de largos temas finales, poniendo fin a otro álbum tristemente pasado por alto de esta banda británica. Junto con los primeros tres («Budgie», Squawk y «Never Turn Your Back on a Friend«), «In For The Kill!» completa una poderosa, importante -y para la época, pionera- colección de heavy metal.

25. «BEFORE THE FLOOD» – BOB DYLAN (Junio 20) Bob Dylan y los canadienses The Band necesitaban la gira de reunión de 1974, ya que la fortuna de Dylan venía tambaleándose desde que su álbum «Self Portrait» tropezara junto a «Cahoots» de The Band de 1971. La gira, con la consiguiente publicidad, devolvió a ambos artistas a los primeros planos, rompiendo récords de ventas y obteniendo excelentes críticas. «Before the Flood», un álbum doble grabado durante la gira, sugiere que estos fueron shows generalmente dinámicos, pero no porque se deleitaran con el pasado sino porque Dylan estaba luchando contra la nostalgia de su audiencia; nostalgia que fue promovida como la verdadera razón detrás de estos conciertos. Sin embargo, eso es lo que le da tanta emoción a la música: aquí Dylan reelabora, reorganiza y reinterpreta estas canciones de un modo emocionante, años después de su lanzamiento inicial. Y solo pudo hacerlo con un grupo tan comprensivo, tan conocedor de sus características como The Band, cuyas propias grabaciones aquí son un respiro de la tormenta. Y esta es una tormenta: el sonido de un gran rockero, sorprendiendo a su banda y a su audiencia al desgranar sus mejores canciones de una forma que puede no ser reconfortante, pero que le garantizó el reconocimiento como uno de los mejores álbumes en vivo de aquel momento.

26. «461 OCEAN BOULEVARD» – ERIC CLAPTON (Julio 1974) Este álbum (el segundo solista y en estudio de Eric Clapton), que presenta el cover de “I Shot the Sheriff” de Bob Marley, se convirtió en un éxito internacional en múltiples países, vendiendo más de dos millones de copias. El disco marcó el regreso de Clapton a la grabación después de una ausencia de tres años mientras luchaba duramente contra su adicción a la heroína. El guitarrista no estaba seguro de sus perspectivas para el futuro, pero encontró consuelo escuchando algunos de sus discos de blues favoritos. Por ello, «46l Ocean Boulevard» se compone principalmente de covers; entre ellos, hay dos potentes originales de Clapton, incluida la favorita de los fans, “Let it Grow”. Con su atmósfera relajada y amigable y sus fuertes raíces de blues, este trabajo sentó las bases para los álbumes de Clapton de los 70s: aunque luego se esforzó por hacer un álbum con el mismo estilo, estructura y feeling, nunca logró replicar sus encantos.

27. «FULLFILLINGNESS FIRST FINALE» – STEVIE WONDER (Julio 22) Después de la justa ira y la desesperación ocasional del socialmente motivado «Innervisions», Stevie Wonder regresó con un disco acerca de relaciones. La tapa muestra su vida como una rueda, parte de la cual espera con ansias y parte de la cual ya ha completado (esta última acompañada de imágenes del pequeño Stevie, una niña con globos, su logotipo familiar de Tauro y múltiples premios Grammy). Las canciones y los arreglos son los más cálidos desde «Talking Book», y Stevie se luce con su voz abarcando los caprichos del amor, desde soñar con él («Creepin'») pasando por ser tímido («Too Shy to Say») hasta saber cuándo termina («It Ain’t No Use»). Los dos grandes singles son «Boogie On Reggae Woman», con un ritmo electrónico que equilibra congas orgánicas y piano gospel, y «You Haven’t Done Nothin'», un ácido rechazo al presidente Nixon y al incidente Watergate (ya había escrito «He is Missstra Know-It-All» sobre el mismo tema). Como antaño, «Fulfillingness…» es principalmente obra de un solo hombre; Stevie invitó a unos pocos músicos, y la mayoría de ellos coristas (aunque del mejor calibre: Minnie Riperton, Paul Anka, Deniece Williams y los Jackson 5). También como antes, las apariencias están perfectamente elegidas; «Too Shy…» sólo puede beneficiarse del bajo acústico de la estrella de Motown James Jamerson y la celestial steel guitar de Sneaky Pete Kleinow, mientras que los Jackson 5 brindan un justo amén a la predicación de Stevie en «You Haven’t…». El único elemento que falta aquí, en comparación con el resto de su serie de brillantes discos de principios de los 70, es un enfoque más claro: es por eso que «Fulfillingness…» termina resultando más una colección de excelentes canciones que un excelente álbum.

28. «TOOTH, FANG & CLAW»TED NUGENT’S AMBOY DUKES (Agosto 1974) Este fue el sexto y último álbum del hoy controvertido (y ayer también, bah) Ted Nugent con los Amboy Dukes. El guitarrista continuó inclinándose hacia el rock más duro, búsqueda que se hizo omnipresente en su trabajo solista. Pero también siguió reconociendo sus influencias, a veces de forma directa, como cuando la banda hizo un cover de «Maybellene» de Chuck Berry. También fue la primera vez que se hizo cargo de la voz principal en todos los temas, salvo en dos instrumentales. «Tooth, Fang & Claw» incluye «The Great White Buffalo», que se mantuvo como un elemento básico en los setlists en vivo de Nugent durante décadas después de su aparición inicial en este álbum.

29. «TINA TURNS THE COUNTRY ON!» – TINA TURNER (Septiembre). El primer álbum solista oficial de la gran Tina Turner, todavía bajo la «protección» de su todavía marido, el controvertido Ike Turner, fue un trabajo bastante atípico, con la cantante reinterpretando canciones country clásicas («I’m Moving On» de Hank Snow) y modernas (dos temas de Bob Dylan, «Don’t Talk Now» de James Taylor y «Help Me Make It Through the Night» de Kris Kristofferson), con un tinte r&b/soul muy marcado. También se presentan dos temas nuevos: «Bayou Song», escrita para Turner por P.J. Morse y «The Love That Lights Our Way», de la banda sonora de la película televisiva «The Autobiography of Miss Jane Pittman». Editado cuando Turner todavía era miembro de Ike & Tina Turner Revue, este disco en realidad fue un intento del manipulador Ike para exponerla a una audiencia más amplia. Aunque el álbum no llegó a las listas, le valió a la Turner una nominación al premio Grammy en la categoría «Mejor interpretación vocal femenina de R&B». Más allá de todos estos detalles, la producción de Tom Thacker, las sustanciosas ejecuciones vocales de Tina y la buena selección del material contribuyen a darle a este álbum una calidad particular (e inesperada).

30. «ELDORADO» – ELECTRIC LIGHT ORCHESTRA (Septiembre 1) Este es el álbum donde Jeff Lynne finalmente encontró el sonido que había deseado desde que co-fundara Electric Light Orchestra tres años antes. Hasta este punto, la mayor parte de la música del grupo había sido independiente: Lynne, Richard Tandy y otros aportaban lo que fuera necesario, vocal o instrumentalmente, incluso si eso significaba sobregrabar su trabajo capa tras capa. Lynne vio las limitaciones de este proceso y optó por la presencia de una orquesta; eran sólo 30 piezas, pero el resultado fue una paleta musical mucho más rica de la que el grupo había tenido jamás, y su disco y propuesta más exitoso y ambicioso hasta ese momento. De hecho, «Eldorado» recuerda en algunos aspectos a «Sgt. Pepper’s»; ojo, no es que tuviera el mismo impacto o fuera tan distintivo, pero tenía los pies plantados en muchas y diversas tradiciones musicales y aún así logró que todo funcionara en un contexto de rock, hecho que sí lo asemeja al clásico de los Beatles. Esta es una obra muy romántica, especialmente en la apertura «Eldorado Overture», impregnada de una noción nostálgica de fantasía popular de las décadas de 1920 y 1930 (plasmada en películas y novelas como «Lost Horizon» de James Hilton y «The Razor’s Edge» de Somerset Maugham) sobre buscadores desilusionados. También tuvo el mejor single de Lynne hasta ese momento, «Can’t Get It Out Of My Head», que la mayoría de los oyentes de radio tampoco podrían sacarse de sus respectivas cabezas. La integración orquestal sería aún más completa en álbumes futuros, pero «Eldorado» se destacó por mezclar la banda y la orquesta (y al coro, bueno) de maneras que no violentaban los mejores elementos de ambas.

31. «ROCKA ROLLA» – JUDAS PRIEST (Septiembre 6) Como debut es quizá incompleto y sin mucho foco, pero aún así «Rocka Rolla» tiene su valor -histórico o rockeroarqueológico, diríamos- y es que comienza a delinear el territorio musical que Judas Priest exploraría durante el resto de la década: aterradoramente oscuro en su efecto, ajustado en sus ritmos y capaz de expandir sus canciones a longitudes épicas. Por otro lado, también es más turbio, menos preciso y poderoso en sus riffs, y está más basado en el blues; las deudas estilísticas con Black Sabbath y Deep Purple son obvias, aunque se volverían mucho menos evidentes en lanzamientos posteriores. Las composiciones alternan entre canciones cortas y suites ampliadas; algunas son decentes, pero en general no establecen una dirección real y tienden a avanzar sin rumbo, sobre todo en las composiciones más largas. Principalmente una curiosidad para los fans incondicionales, «Rocka Rolla» definitivamente insinúa el potencial y la originalidad que más adelante mostraría Judas Priest, pero no siempre sugiere el salto cuántico en visión que ocurriría con su próximo disco, «Sad Wings Of Destiny».

32. «HEROES ARE HARD TO FIND» – Fleetwood Mac (Septiembre 13) Este álbum de 1974 marcó el final de un capítulo para Fleetwood Mac, un período extremadamente complicado en el que el grupo se separó brevemente y su manager mandó de gira a una versión completamente nueva de la banda. Aunque la situación se resolvió finalmente y se convenció al guitarrista Bob Welch para que siguiera con el grupo durante otro disco, este abandonó las filas poco después de la edición de «Heroes are Hard to Find». Hubo un hito agridulce adicional, ya que el álbum se convirtió en el primero en entrar en el Top 40, pero no todo estaba perdido; cuando se reagruparon en 1975, añadieron a Lindsey Buckingham y Stevie Nicks a la formación. El resto, como suele decirse, es historia.

33. «WALLS AND BRIDGES» – JOHN LENNON (Septiembre 26) Este disco se grabó durante el infame «fin de semana perdido» de John Lennon, mientras se exiliaba en California durante su separación de 18 meses con Yoko Ono. Los planes para hacer un disco con Phil Spector habían fracasado y la vida personal de Lennon estaba dispersa, por lo que no es sorprendente que «Walls And Bridges» (producido finalmente por Jimmy Lovine) sea un trabajo caótico ni que contenga cantidades iguales de brillantez y tonterías. Entre ambos extremos está el animado dúo con Elton John «Whatever Gets You Thru the Night», que fue el primer tema como solista en llegar al número uno. Su onda brillante y soleada se replicó a lo largo del disco, particularmente en rocks medianos como «What You Got», pero también en agradables pops como «Old Dirt Road». Sin embargo, los mejores momentos de este disco llegan cuando Lennon es más abierto con sus emociones, como en «Going Down on Love», «Steel and Glass» y la hermosa y vertiginosa «No. 9 Dream». Incluso con momentos tan buenos, el álbum es desigual, ya que contiene su buena parte de material mediocre como «Beef Jerky» y «Ya Ya», abrumados por melodías débiles y una gran sobreproducción.

34. «QUATRO» – SUZI QUATRO (Octubre) Editado en 1974 por la bajista y vocalista Suzi Quatro, nacida en Detroit, «Quatro» fue y sigue siendo un álbum influyente para los músicos de rock y punk. A lo largo de su carrera, Quatro siempre se mostró abierta sobre su lucha por encontrar la fama en Estados Unidos tal como lo hizo en otros países; en ese esquema, «Quatro» representa el pináculo de su fama internacional, alcanzando el número 1 en las listas australianas. Algunos podrían argumentar que este segundo álbum no es representativo del talento de la bajista, ya que no alcanzó el éxito comercial que se esperaba, pero no se puede subestimar el impacto que tuvieron temas como «The Wild One» y «Devil Gate Drive» en otros músicos afines. De hecho el álbum sirvió de base para que muchos nombres conocidos alzaran el vuelo, como Joan Jett y las Runaways, que a menudo atribuyen a la Quatro el mérito de ser una influencia tanto musical como personal, mientras que se la menciona explícitamente como inspiración varias veces en el documental de 2010 «The Runaways».

35. «RED» -KING CRIMSON (Octubre 1). King Crimson grabó los primeros temas de «Red», considerado más tarde como uno de los álbumes más pesados de todos los tiempos, con sólo tres miembros. A los miembros principales Robert Fripp, John Wetton y Bill Bruford se les unieron viejos alumnos de Crimson como Ian McDonald y Mel Collins, que ayudaron a dar cuerpo a las grabaciones iniciales con capas y capas de sonidos adicionales. La favorita de los fans, «Starless», es uno de los temas más destacados de «Red», aunque el álbum tuvo una recepción desconcertantemente floja en lo que respecta a las ventas, a pesar de recibir críticas favorables. La banda se disolvió poco después de la edición de este álbum y Fripp no volvería a reunir a King Crimson en un álbum hasta la publicación de «Discipline» en 1981.

36. «IT’S ONLY ROCK’N’ROLL» – ROLLING STONES (Octubre 18) Este fue el último álbum de los Stones en el que participó Mick Taylor y, por si fuera poco, contó con su sustituto, Ronnie Wood, tocando la guitarra acústica de 12 cuerdas en la canción que da título al disco, canción que empezó a tomar forma durante una improvisación épica en la que participó una banda formada por Wood, el batero Kenney Jones, David Bowie y el bajista Willie Weeks. Inicialmente, los Stones pensaban grabar un disco con un lado grabado en vivo (recordemos que hablamos de vinilos) y otro con covers de algunas de las canciones favoritas del grupo. Sin embargo, abandonaron esa idea y optaron por grabar un álbum completo de material nuevo, con Mick Jagger y Keith Richards supervisando la producción del disco bajo el nombre de The Glimmer Twins (!). Si bien es desparejo, a veces «It’s Only Rock ‘n Roll» enciende el fuego: las canciones y las interpretaciones son más sólidas que las del predecesor «Goats Head Soup» y suenan naturales en vez de descuidadas… En todo momento, los Stones llevan su título de «mejor banda de Rock & Roll del mundo» con una sonrisa desafiante, lo que hace que el amargo cinismo de «If You Can’t Rock Me» y la canción que da título al disco sean aún más sorprendentes, y que la experimentación reggae de «Luxury», la dolorosa belleza de «Time Waits for No One» y el agradable relleno de «Dance Little Sister» y «Short And Curlies» sean aún más agradables.

37. «HOTTER THAN HELL» – KISS (Octubre 22) Aunque el álbum debut de Kiss tuvo un rendimiento pasable en las listas, no fue el éxito de ventas que esperaban. En el verano de 1974, el álbum se esfumó definitivamente del ranking y Kiss volvió al estudio para trabajar en el siguiente. Los productores Richie Wise y Kenny Kerner volvieron a trabajar con ellos y, aunque el sonido es más confuso (y hay más relleno en las composiciones), «Hotter Than Hell» es otra quintaesencia de Kiss. Algunas canciones han caído en el olvido con el paso de los años (pocas se han presentado en concierto después de los 70), pero no obstante tiene sus joyas. No está claro si los miembros del grupo tenían problemas con sus relaciones personales en aquella época, pero es un hilo común que recorre las canciones: la lenta «Got To Choose» y la trepidante «Parasite» tratan del amor que sale mal; la canción que da título al disco trata del amor inalcanzable, mientras que «Goin’ Blind» es la inquietante historia de un anciano de 93 años que tiene una aventura con una jovencita de 16 años (!). También se incluyen dos favoritos de los fans, «Let Me Go, Rock ‘n’ Roll» y «Watchin’ You», así como la versión eléctrica original de «Comin’ Home» (la versión acústica fue la apertura del MTV Unplugged de 1996) y «Strange Ways», que contiene uno de los mejores solos de guitarra de Ace Frehley. Aunque a «Hotter…» le fue peor en las listas que a «Kiss», se ha convertido en un álbum venerado por los fans de Kiss a lo largo de los años, y con razón.

38. «CRIME OF THE CENTURY» – SUPERTRAMP (Octubre 25) La historia de Supertramp podría haber llegado a un final prematuro. Pero los miembros Rick Davies y Roger Hodgson reorganizaron la banda y con una formación completamente nueva para su tercer álbum, «Crime Of The Century», y lo más importante, solidificaron su sonido. El grupo coprodujo este trabajo con Ken Scott (David Bowie, The Beatles) y hay que decir que todavía denotaba una fuerte influencia de Pink Floyd, particularmente en sus extensos arreglos de art rock adornados con saxofones, pero Supertramp no es tan espeluznante como Floyd: son sarcásticos elitistas universitarios, una variación simplificada de Steely Dan o tal vez un 10cc menos difícil, lleno de chistes y alusiones filosas, que se aprecian mejor en «Bloody Well Right». También está presente una ligera vena sentimental y una gran afición por el pop, que se escucha en la exitosa «Dreamer», una obra de arte pop que se convirtió en su primer gran éxito. Eso y «School» son los momentos pop concisos del disco; el resto es tan atmosférico como «Dark Side of the Moon«, pero más beatlesco y ligero… Por momentos, el álbum flota en su propio mundo, con un efecto más tedioso que hipnótico, pero sigue siendo un gran salto adelante para el grupo y su álbum más consistente fuera de esa gema de 1979, «Breakfast In America».

39. «NATTY DREAD» – BOB MARLEY & THE WAILERS (Octubre 25) «Natty Dread» es quizás el mejor álbum de Bob Marley, la grabación de reggae más emblemática de todos los tiempos. Este fue el primer álbum de Marley sin sus ex compañeros de banda Peter Tosh y Bunny Livingston, y el primero lanzado como Bob Marley & the Wailers. La sección rítmica compuesta por el bajista Aston «Family Man» Barrett y el baterista Carlton «Carlie» Barrett permaneció en su lugar e incluso contribuyó a la composición, mientras que Marley agregó un trío vocal femenino, las I-Threes (que incluía a su esposa Rita Marley) e instrumentación adicional para darle cuerpo al sonido. El material define de qué se trataba originalmente el reggae, con comentarios políticos y sociales mezclados con elogios religiosos a Jah. La celebratoria «Lively Up Yourself» sigue la misma línea que «Get Up, Stand Up» de «Burnin'»; en cuanto a «No Woman, No Cry» es no solo un temazo sino una de las baladas más conocidas de la banda. «Them Belly Full (But We Hungry)» es una poderosa advertencia de que «una turba hambrienta es una turba enojada». «Rebel Music (3 O’Clock Road Block)» y «Revolution» continúan con ese espíritu, mientras Marley asume el manto de profeta abandonado por los gurúes de los 60s como Bob Dylan. Además de los puntos fuertes de las letras, la música en sí está llena de emoción y alegría, con los intérpretes manejando un ritmo sólido en cada tema. Teniendo en cuenta que la música rock popular estaba entrando en el sonambulismo de la era disco cuando se lanzó «Natty Dread», la potencia lírica y musical es orprendente. Marley estaba exponiendo la discriminación, la avaricia, la pobreza y la desesperanza y, al mismo tiempo, arengaba a las tropas como pocos intérpretes (o ninguno) intentaron hacerlo a mediados de los 70s

40. «AUTOBAHN» – KRAFTWERK (Noviembre 1) Aunque los primeros tres álbumes de Kraftwerk fueron innovadores por derecho propio, «Autobahn» es donde el hipnótico pulso electrónico del grupo germano realmente se hizo realidad. La principal diferencia entre este disco y sus predecesores es cómo desarrolla un pulso insistente y propulsor que hace que los ritmos y riffs repetidos de los relucientes teclados electrónicos y las guitarras en trance sean aún más cautivantes. La canción principal de 22 minutos, severamente editada, se convirtió en un single de éxito internacional y sigue siendo el summum de Kraftwerk -engloba a la banda y su importancia en una sola canción- pero el resto del álbum ofrece paisajes sonoros igualmente intrigantes. Dentro de «Autobahn», las raíces del electro-funk, el ambient y el synth pop son evidentes: es un álbum pionero e imprescindible, incluso aunque sus trances electrónicos puedan no captar la atención de todos los oyentes.

41. «FLY TO THE RAINBOW» – SCORPIONS (Noviembre 1) En su segundo trabajo, los Scorpions comenzaron a establecer su característico sonido hard rockero al tiempo que se desinfectaban de las últimas tendencias hippie-psicodélicas que les quedaban. De hecho, la banda irrumpe de manera sencilla con la rockera «Speedy’s Coming» antes de recurrir a los malos hábitos antes mencionados en temas prometedores como «Fly People Fly» y «They Need a Million»; el primero nunca despega, pareciendo casi un preludio de la canción principal, y el segundo se ve decepcionado por las flojas voces de los guitarristas Rudolf Schenker y Uli Jon Roth, que no necesitaban competir con el vocalista Klaus Meine. Roth insiste, sin embargo, en ocupar un lugar central en «Drifting Sun», que expone sus claros hendrixismos, como el riff inicial sacado de «Spanish Castle Magic». Y si bien cierra el álbum de manera bastante esquizofrénica, la épica canción principal de nueve minutos se convertiría en un estándar de los shows en vivo, aunque sin su innecesaria intro folk. «Fly To The Rainbow» significó otra experiencia en crecimiento para los Scorpions, que se llevaría el premio mayor con «In Trance» al año siguiente.

42. «STORMBRINGER» – DEEP PURPLE (Noviembre 8) Hay que aceptarlo: «Stormbringer» no alcanza la excelencia de «Machine Head» y «Who Do We Think We Are», pero aun así cuenta con algunos clásicos contundentes, incluido el ardiente «Lady Double Dealer», la siniestra canción principal (un tesoro del metal gótico), la esforzada «High Ball Shooter» y la melancólica balada «Soldier Of Fortune». La mayoría de las otras canciones de este disco decente -aunque desigual- no son esenciales. Al igual que «Come Taste The Band», «Stormbringer» resultará de interés obligado para los fans más entusiastas de Deep Purple; para los oyentes ocasionales que deseen conocer más al grupo o para los fans principiantes con la banda, quizá sea mejor comenzar la casa no por el techo sino por los cimientos, es decir con cualquiera de los proyectos de estudio mencionados anteriormente o por qué no el «Made in Japan» en vivo.

43. «SHEER HEART ATTACK» – QUEEN (Noviembre 8) Después de causar sensación con su debut homónimo en 1973, Queen regresó al año siguiente con dos álbumes más. «Sheer Heart Attack» fue el segundo y mostró que la banda inglesa continuaba evolucionando, alejándose de sus inclinaciones progresivas de los dos primeros álbumes y tomando una dirección más vecina al hard rock, como lo demuestra la energía cortante de “Stone Cold Crazy”. Pero aun así dejaron mucho espacio para su lado más melódico con temas como “Killer Queen” y “Now I’m Here”. El vocalista Freddie Mercury señaló que eran conscientes de que el álbum incluía muchos estilos variados, pero «estábamos muy interesados en las técnicas de estudio y queríamos utilizar lo que estaba disponible».

44. «NIGHTLIFE» – THIN LIZZY (Noviembre 8) Es curioso que «Nightlife» (el primer álbum que Thin Lizzy grabó para Mercury, primero además que incluye a los guitarristas Scott Gorham y Brian Robertson, el álbum que en muchos sentidos inició su era clásica) sea en muchos sentidos una completa anomalía dentro de su discografía. Es un disco tenue y conmovedor, de un modo en que la banda nunca lo fue antes y rara vez lo fue después. Sin duda, el título («vida nocturna») es exacto, pero no en el sentido de que esto sea una banda sonora para una noche de joda en la ciudad, sino todo lo contrario. Es la banda sonora para una noche íntima, en soledad o en pareja, ya que tiene momentos ideales ya fuere para la contemplación o la seducción. Hay algunos momentos de rock duro y primario (vean si no la funky «It’s Only Money» y o la atrevida «Sha-La-La», ambas excelentes cartas de presentación de Gorham y Robertson), pero apenas se destacan en un panorama casi jazzero y emotivo, incluso si no logran alterar ese estado de ánimo. Y es ese clima lo que resulta tan atractivo en «Nightlife»: es un sonido cálido y conmovedor inédito en la obra previa de Thin Lizzy. Y no es sólo por la sensación de la música, sino también por el crecimiento de Phil Lynott como compositor. Si bien el tono general es sentimental, (especialmente el cierre con «Dear Heart») nunca resulta empalagoso o cursi sino efectivo y esto se aprecia particularmente en temas como «She Knows» y en el single «Showdown». Estos pueden ser los puntos culminantes, pero no son los únicos, son solo los signos más inmediatos y representativos de los encantos que posee este disco, injustamente subestimado.

45. «THE END…» – NICO (Noviembre 11) La hierática germana Christa Paffgen, modelo e intérprete de «La Dolce Vita» de Fellini, recibió el apodo de Nico y se sumergió en la vorágine del rock cuando Andy Warhol la presentó a los Velvet Underground, banda a la que luego se unió como su cantante femme fatale. «Chelsea Girl«, su debut como solista, interesa principalmente por sus vínculos con la banda que Nico acababa de dejar. Cinco canciones fueron escritas (pero no grabadas) por Velvet Undergrounders; otras tres fueron escritas o coescritas por un jovencísimo Jackson Browne y uno de ellos acompañado únicamente con feedback de guitarra, sin duda tocada por Lou Reed. Su siguiente trabajo, «The Marble Index», supuso una mejora sustancial. El arreglista John Cale tomó la inquietante poesía de Nico y le puso música aún más inquietante, lo que resultó en uno de los discos más aterradores jamás realizados (y también poderosamente efectivo). La colaboración Nico-Cale continuó en «Desertshore», álbum configurado con arreglos ligeramente menos góticos, lo que demuestra que el canto de Nico (ella no “cantaba” más de lo que escribía “canciones”) puede ser tan escalofriante a capella como acompañado de una banda sonora de película de terror. Tres años más tarde, ella y Cale se unieron al guitarrista de Roxy Music Phil Manzanera y Brian Eno en el sintetizador (en los temas «It Has Not Taken Long», «You Forget to Answer» and «Innocent and Vain») para «The End…». La canción principal es el clásico de The Doors, que Nico también había grabado anteriormente en el álbum en vivo titulado «June 1, 1974» . Cabe destacar que «You Forget…» habla del dolor que sintió Nico cuando no pudo comunicarse por teléfono con su ex amante y cantante de Doors, Jim Morrison, solo para descubrir más tarde que había muerto. Con una excepción, el resto de «The End…» es material original, poniendo énfasis en la voz de Nico y el espeluznante armonio de los pies en lugar de los efectos de sonido que distraen. La excepción, el himno alemán “Das Lied der Deutschen” (o “Deutschland Über Alles”), es suficiente para hacerte salir corriendo a comprar bonos de guerra. BONUS: La tapa y la contratapa presentan fotos de la película de Philippe Garrel «Les Hautes Solitudes» (1974) en la que Nico aparece con Jean Seberg.

46. «COUNTRY LIFE» – ROXY MUSIC (Noviembre 15) Continuando con los desarrollos estilísticos de «Stranded», «Country Life» encuentra a Roxy Music en la cima de sus poderes, alternando entre el majestuoso e inquietante art rock y el glamoroso y elegante pop/rock. En el mejor de los casos, Roxy combina estos dos estilos, como en el estimulante tema de apertura «The Thrill of It All», pero «Country Life» se beneficia considerablemente del flujo y reflujo de los mencionados extremos del grupo, ya que muestra su hábil ejecución instrumental y sus cautivantes texturas compositivas. En muchos sentidos, este trabajo ofrece el mejor y más consistente conjunto de canciones de la banda, que despliegan una sorprendente profundidad. Desde el elegante rock de «All I Want Is You» y «Prairie Rose» hasta el no menos elegante pop de «A Really Good Time», «Country Life» está lleno de canciones emocionantes, y Roxy Music rara vez sonó tan estimulante como lo hace en este soberbio disco.

47. «THE LAMB LIES DOWN ON BROADWAY» – GENESIS (Noviembre 22) Este fue el sexto álbum de estudio de Genesis y el último de Peter Gabriel con la banda. El extenso doble LP contiene más de 90 minutos de música, hilvanada por un elaborado concepto sobre el que hubo que debatir largo y tendido para llegar a un acuerdo. Mientras la banda trabajó en el material nuevo en Headley Grange durante tres meses, decidieron producir un álbum conceptual con una historia ideada por Gabriel sobre Rael, un joven puertorriqueño de la ciudad de Nueva York que se embarca en un viaje de autodescubrimiento y encuentra incidentes y personajes extraños en el camino. El álbum estuvo marcado por crecientes tensiones dentro de la banda ya que Gabriel, quien insistió en escribir todas las letras, dejó temporalmente el rupo para trabajar con el cineasta William Friedkin y necesitaba tiempo para estar con su familia. La mayoría de las canciones fueron desarrolladas por el resto de la banda a través de sesiones improvisadas y fueron grabadas en Glaspant Manor en Gales, utilizando un estudio móvil. Hubo debates adicionales sobre la idea de interpretar el álbum entero en vivo, preocupados por la posibilidad de que fuera demasiada música nueva para el público. Al final, «The Lamb Lies Down on Broadway» obtuvo el favor de los fans de todo el mundo y se considera una de las obras clásicas del grupo.

48. «RELAYER» – YES (Noviembre 29) El que aquí nos convoca fue el primer álbum de Yes tras el alejamiento del tecladista Rick Wakeman, que fue sustituido por su colega Patrick Moraz, que supo aportar elementos de funk y jazz fusión al sonido del grupo. Tras su doble álbum conceptual, «Tales From Topographic Oceans», los Yes también se redujeron musicalmente, centrándose en un único álbum de material nuevo. Pero eso no abarcó a la duración de las canciones: todo el lado A del disco contiene la épica «The Gates of Delirium», de casi 22 minutos (!). Aunque tuvo una recepción despareja por parte de críticos y fans, «Relayer» logró llegar al disco de oro y se vendió con regularidad a lo largo de los años.

49. «DESOLATION BOULEVARD» – SWEET (Noviembre 30) Empecemos por que recordar que «Desolation Boulevard», el segundo album de los glamsters Sweet se editó en Inglaterra en noviembre de 1974, aunque no llegaría a Estados Unidos hasta el año siguiente. Esto es un dato importante porque la edición americana incluía una versión drásticamente modificada de su single «Fox On The Run», que llevaba la canción en una dirección más pop. Fue un acierto, ya que esa versión renovada del single se convirtió en la definitiva. Como el guitarrista Andy Scott recordó años más tarde, la grabaron de forma encubierta, trabajando en secreto en un estudio propiedad de Ian Gillan, cantante de Deep Purple. Scott añadió la característica introducción de sintetizador, según él, después de que el resto de la banda, como era habitual, «se hubiera ido al pub» (!) ¿Y el álbum? Esencialmente se compone de tres tremas dinámicos impulsados por un montón de relleno, pero esos temas -«Ballroom Blitz», «The 6-Teens» y la mencionada «Fox…» – son adictivas muestras de glam rock bubblegum. Y el relleno es ridículamente tonto y divertido, con «Sweet F.A.», «I Wanna Be Committed» y «No You Don’t» que suenan como una especie de prototipo extraño del bubblegum más punky de los Ramones (sin la ironía de los neoyorquinos, claro está). A la fecha y entre aciertos y defectos, sigue siendo un disco divertido y que suena sorprendentemente fresco, incluso con todas sus técnicas de producción tan kitsch y tan propias de los años 70.

50. «DARK HORSE» – GEORGE HARRISON (Diciembre 9) Cierra nuestra lista el primer álbum solista de George Harrison después de los Beatles que no llegó a las listas de ventas británicas (!). Tal como lo leen, no todas fueron rosas todo el tiempo para todos los Fab Four. Había sido una época complicada para el guitarrista, que se encontró (junto con sus antiguos compañeros de banda) inmerso en un conflicto legal con su antiguo mánager, Allen Klein, mientras su matrimonio también se desmoronaba. Es comprensible entoncs que el material de «Dark Horse» se basara en gran parte en la discordia y la lucha que Harrison estaba atravesando. Aunque el álbum recibió críticas variadas, produjo dos singles de éxito -incluida la canción que da título al disco- y se situó en el Top 5 de las listas de Billboard en Estados Unidos.

1974 EN ARGENTINA

¿Y por casa, cómo andábamos? Argentina no era ajena al hervidero mundial, aunque por supuesto en su propia dimensión y en sus propios términos. La mencionada muerte de Perón agitaría aún más las aguas en un país ya convulsionado por los secuestros, atentados y hechos de violencia, clima que fue creando la antesala del futuro golpe militar. El rock tenía presencia y entidad aunque todavía no era masivo y sufría la censura de las autoridades, la violencia en los recitales y espectáculos afines (basta recordar la bomba que destruyó el Teatro Argentino y frustró el estreno de «Jesucristo Superstar») y el acoso de las autoridades, situación que algunos grupos reflejaban y otros sublimaban -o ignoraban- en sus letras. El folk rock seguía vigente y el prog rock era tendencia, aunque también asomaban algunas bandas que sentaron las bases y fueron influencia clave para el futuro advenimiento de géneros como el heavy metal o el punk… rescatamos así 10 de los discos más importantes lanzados aquel año, ordenados (lo más rigurosamente posible, dada la escasez de data) por orden de edición, al igual que la lista de álbumes extranjeros. Pasen, lean, revivan, descubran, comenten.

«BRUMAS» – AQUELARRE (Febrero) El tercer disco de la banda compuesta por Emilio Del Guercio (bajo y voz), Héctor Starc (guitarra y voz), Rodolfo García (batería y percusión), Hugo González Neira (órgano) y Rodolfo Alchouron (arreglos y dirección orquestal) se grabó en los Estudios Phonalex entre septiembre y diciembre de 1973 y mostró al grupo más volcado hacia el prog rock con influencias jazzeras, dejando atrás su estilo más rockero y directo. BONUS: La reedición en CD de 1997 incluyó el simple «Violencia en el parque / Ceremonias para disolver», dos canciones que no fueron incluidas en el álbum original. El primero fue el tema más conocido del grupo en aquel momento, cuya letra aludía a las reuniones creativas del Parque Centenario y a la dura represión policial sufrida.


«INVISIBLE» – INVISIBLE (Abril) Grabado en Estudios Phonalex, es el primer álbum de estudio de Invisible; la banda, integrada por el recordado Luis Spinetta (voz y guitarra), Pomo Lorenzo (batería) y Machi Rufino (bajo) realizó un cambio clave al tocar sin distorsión y obtener así un sonido más claro y aleatorio. La ilustración de la tapa se llama «El Charco» y pertenece al artista plástico holandés M.C. Escher, al igual que las ilustraciones que acompañan las letras en el sobre interno; este artista (y también las culturas indígenas) fueron la principal inspiración para El Flaco. Inicialmente el álbum se presentó como un álbum doble, integrado por un LP y un simple titulado «La Llave Del Mandala». El sobre traía ambos discos y tenía todas las letras del álbum y del simple, cada una de ellas encabezada por una imagen, cuatro de ellas obras de Escher (a quien Spinetta dio crédito en el álbum). El disco en sí mostraba a Invisible en el umbral de las grandes obras, no al gran nivel del futuro «Durazno Sangrando», pero sí con improvisaciones y riffs para el recuerdo y temas como «Jugo de Lúcuma», «Irregular» o «Suspensión».

«AVE ROCK» – AVE ROCK (Mayo) Ave Rock fue una banda de rock progresivo fundada en 1972 y conformada por Luis Borda (guitarra), Federico Sainz (voz), Oscar Glavic (bajo) y Marcelo Saborido (batería). Al poco tiempo, Daddy Antogna reemplazó a Saborido y se incorpora el tecladista Osvaldo Calo; con esa formación grabaron su álbum debut en la segunda mitad de 1973, para editarlo finalmente en mayo del año siguiente. Son apenas cinco temas (tres de ellos tienen letra), que muestran una base sin fisuras sobre la cual alternan largos e intrincados pasajes musicales, con influencias de Yes, Pink Floyd, Genesis y bandas similares de la época. El disco tuvo buenas críticas y buena respuesta del público y sirvió de base para el lanzamiento de «Espacios» tres años después, pero este último fue la despedida de un grupo que puede interesar a los fans del estilo de aquí, de allá, de ayer, de hoy y de siempre.

«BANDA DE CABALLOS CANSADOS» – LEÓN GIECO (JUNIO). No hay datos concretos acerca de la fecha precisa de lanzamiento de este disco de León Gieco, el segundo de su cosecha y con un titulo inspirado en «All The Tired Horses» de Bob Dylan, que también sirvió para nombrar a su banda integrada por Rodolfo Gorosito (guitarra y voz), Rubén Batán (bajo y voz) y Vicente Buzzo (batería y voz). Por supuesto hay estrellas invitadas, como Raúl Porchetto que toca el piano en «Mil Gaviotas Muertas» y el mismísimo Alejandro Lerner, quien hizo además su debut discográfico tocando el piano en tres temas: «Dime Que Estás Llorando», «Un día Baltazar» y «Ramos De Manzanillas». ¿El disco? Desparejo (León seguía buscando su mejor forma), aunque no por ello desprovisto de momentos interesantes, como en los temas “Todos los caballos blancos”, “Dime que estás llorando” y «Algo Fuerte Amigo», todas con alma notablemente rockerita. BONUS: El tema “John, El Cowboy” y la estrofa que dice “Y John mató al sheriff y el pueblo gritó libertad” provocó que la policía lo arrestara por subversivo; según palabras del cantautor, «Los tipos creyeron, o quisieron creer, que yo estaba anunciando el asesinato del comisario Villar cantando ese tema por televisión. Me dijeron que era un subversivo y me encerraron durante más de una semana en una celda de un metro por dos, con un colchón y una lamparita que estaba prendida las veinticuatro horas del día. A la noche se escuchaban gritos y movimiento de gente que traían y que llevaban no sé hacia donde». Increíble -y afortunadamente- León terminó siendo liberado y pudo contar el cuento.

«CIUDAD DE GUITARRAS CALLEJERAS» – MORIS (Julio) Fue el segundo disco de estudio de Moris, el primero para el sello RCA y el primero luego de su influyente «30 Minutos De Vida», lanzado cuatro años antes (!). Aquí hay más rock, más energía y definitivamente otra onda, con grandes temas como «Te Tocarán El Timbre», «Muchacho Del Taller Y La Oficina» o «Mi Querido Amigo Pipo», mostrando influencias variadas y demostrando progresos de todo tipo tanto en la lírica como en el sonido y la grabación (el álbum fue producido por Horacio Martínez, manager de Los Gatos. A Moris lo acompañaron el batero Ricardo Santillán y el bajista uruguayo Daniel Russo (a quien oportunamente reemplazaría otro uruguayo, Beto Satragni), pero también hay invitados de la talla de Litto Nebbia (en bajo), Ciro Fogliatta (en piano), Lalo Fransen (tumbadoras) y Rodolfo Alchouron (arreglos de cuerdas). El resultado fue un álbum intenso, vital, necesario, cuyo único defecto quizá sea la tapa, no precisamente deslumbrante.

«VOL. 5 – TRIÁNGULO» – PAPPO’S BLUES (Agosto) «Hay triángulos que no van más allá de sus propias tumbas. Lo que se piensa en un minuto de existencia y lo que sucede a cada instante sólo nosotros lo vivimos. El triángulo, como conjunto, esta más allá de la vida de un pensamiento deslizándose delante nuestro. Hay una historia fácil de comprender si la observamos», escribió el inolvidable Pappo en la contratapa de la quinta entrega de su banda Pappo’s Blues. Fueron seis las canciones para esta quinta entrega, un trabajo de corte experimental para el Carpo, con influencias clásicas y progresivos e incluso un instrumental en guitarra acústica, aunque sin perder de vista el blues que siempre nutrió su música. La banda se completó con Daniel Beaudoux en bajo y Eduardo Garbagnati en batería, y también hubo dos invitados deluxe, nada menos que León Gieco y Nacho Smilari que aportaron su voz para «El Buzo». Al finalizar la grabación, Pappo viajó nuevamente a Inglaterra, donde se quedó por dos años… pero esa es otra historia.

«VOX DEI PARA VOX DEI» – VOX DEI (Noviembre) Este álbum lanzado por CBS, el sexto de la banda, marcó la última participación de Ricardo Soulé hasta su regreso en 1978. En principio Soulé había sido invitado por Danny Peyronel a visitar Inglaterra, ya que los Heavy Metal Kids (banda donde Danny era tecladista y cantante), había lanzado su álbum debut que incluía un cover del tema de su autoría «Canción Para Una Mujer Que No Está» (retitulada como «It’s the Same»), el cual presentarían en vivo en el Wembley Arena de Londres; finalmente Soulé terminó aceptando una propuesta de Pappo para pasar juntos una temporada en Inglaterra. «Vox Dei para Vox Dei fue uno de los discos más minuciosos de todos los LPs que grabamos», recordó Soulé, hablando del disco y de aquellos años de la banda. «Hubo una producción de Hugo Piombi y el LP se vendió mucho. Y luego yo ya no cuento… Llegó un momento de saturación, discutíamos entre nosotros; estábamos agotados y desgastados. Lo mejor era tomarme un descanso y me fui a Inglaterra; era el ’75. Aprendí muchas cosas».


«PEQUEÑAS ANÉCDOTAS SOBRE LAS INSTITUCIONES» – SUI GENERIS (Diciembre 16) El célebre dúo folkrockero conformado por Charly García y Nito Mestre tuvo una veloz evolución: tras el debut en 1972 con «Vida», más inocente y sencillo, con el segundo álbum «Confesiones De Invierno» la música y las letras van un paso más allá, sumando conciencia personal y social, armonías vocales y canciones más logradas, y este crecimiento tiene su apogeo en «Pequeñas Anécdotas…», ya con formato de cuarteto (completado por el guitarrista Rinaldo Rafanelli y el baterista Juan Rodríguez, a los que se sumaron David Lebon, Jorge Pinchevsky, María Rosa Yorio, Carlos Cutaia y Billy Bond), música más cercana al prog rock, letras más contestatarias y políticas a tono con la época y clásicos que le daban duro a la censura, las autoridades, el autoritarismo, la violencia y la tensa situación social como «El Show De Los Muertos», «Las Increíbles Aventuras Del Señor Tijeras», “Para Quién Canto Yo Entonces» (con León Gieco en la armónica) o “Música De Fondo Para Cualquier Fiesta Animada». «Instituciones», tal el título provisorio de su tercer disco, no pasó la revisión de la censura y como consecuencia algunas canciones quedaron excluidas («Juan Represión», «Botas Locas», reemplazadas a regañadientes por García con “Tango en segunda” y “El tuerto y los ciegos”) y hubo que modificar las letras de otras, al igual que el título del disco, que finalmente sería rebautizado como «Pequeñas anécdotas sobre las instituciones» por el productor Jorge Álvarez para “suavizar el tono crítico del título”… cuando salió, el álbum (cuya tapa muestra el inconfundible arte de Juan Orestes Gatti) no fue bien recibido por la gente, que pedía el viejo material en lugar del nuevo, más complejo y extendido, y solo el tiempo le dio a esta obra el reconocimiento merecido.

«CLAUDIO GABIS» – CLAUDIO GABIS. Mucho blues, poca psicodelia, bastante rock, algunos instrumentales y muchos invitados marcan el pulso del segundo álbum solista (salvo el año, no hay datos de su fecha exacta o aproximada de lanzamiento) del guitarrista de Manal, producido por Billy Bond y grabada tras un período que Gabis pasó en Brasil tras la edición de «Claudio Gabis y La Pesada». En la ocasión Gabis contó con invitados de lujo, entre ellos el bajista Alejandro Medina (su compañero en Manal), Charly García, David Lebón, el violinista Jorge Pinchevsky, el batero Black Amaya, el pianista Emilio Kauderer (compañero de Gabis en Bubbling Awe, la banda que tuvo antes de Manal y el ya mencionado Bond, que muestran su magia en ocho temas donde se destacan «Esto Se Acaba Aquí», «Bajando A Buenos Aires» y «Blues De Un Domingo Lluvioso». Un disco necesario de un músico idem.

«COLOR HUMANO III» – COLOR HUMANO. Como su título lo anticipa, esta es la tercera entrega discográfica de Color Humano (trío compuesto por Edelmiro Molinari, Oscar Moro y Rinaldo Rafanelli, que originalmente tuvo a David Lebon como baterista hasta que se fue a Pescado Rabioso) que complementa al disco «Color Humano 2» aparecido el año anterior, ya que originalmente ambos saldrían juntos como un álbum doble, intención frustrada por la crisis mundial del petróleo que hacía escasear no solo la nafta sino otros productos derivados, como el acetato de vinilo (clave en la producción de discos). Se grabó entre marzo y junio de 1973 en los estudio Phonalex y fue editado en 1974 por el sello Microfón y cuenta entre sus invitados a Egle Martin, que realizó percusión en «A Través De Los Inviernos». Tras este disco, Molinari decidió irse de Argentina y así terminó la breve -pero intensa- carrera de la banda. PD: este es otro disco cuya fecha exacta de edición se desconoce.

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