Lanzado el 8 de noviembre de 1972, el segundo álbum solista de Lou Reed, «Transformer», elevó a este artista estadounidense del status de estrella de culto (y menor, para colmo) a uno de los artistas internacionales más talentosos, conocidos y de los que más se haya hablado, debatido y discutido en el universo del rock and roll, con su retrato incisivo del demimonde warholiano y neoyorquino y el hit distintivo, el crudamente deslumbrante «Take A Walk On The Wild Side», que llegó al Top 40 en ambas costas de EE.UU., escapando de la censura con una de las líneas más memorables del rock… Para celebrar el 50º aniversario de «Transformer», en vez de recorrer tema por tema o contar por enésima vez la historia de su creación (que a esta altura circula hasta en webs tibetanas), les proponemos conocer a través de un video la historia de quienes inspiraron esta memorable canción. De modo que salgan de su zona de confort, lean, denle play… y métanse sin anestesia ni cinturón de seguridad en el más salvaje de los lados.

El fotógrafo británico Mick Rock fue el autor de la foto de tapa que así, quemada, parece de estudio pero en realidad se tomó en vivo en el King’s Cross Cinema de Londres el 14 de julio de 1972. «La foto no estaba destinada a la tapa», contaba Rock. “Pero le mostré a Lou la hoja de contactos y él se concentró en eso. En realidad, es una toma nítida. Me fui e hice algunas copias, y la primera se desenfocó en la impresión. Me encantó mientras la veía aparecer. Cuando le dí a Lou las copias, dijo: ‘Esa tiene que ser la tapa’. Y claro, esto nos marcó a él y a mí durante unos 45 años”.

TRANSFORMARSE SIN CAMBIAR. Lou Reed tuvo que bancarse malas críticas en las décadas posteriores al debut de una de las bandas más influyentes en la historia del rock, ya sea por su famosa irascibilidad o por sus etapas de composición mediocre. Pero siempre tuvo forma de recuperarse, demostrando una y otra vez su relevancia cultural. Por ejemplo, cuando parecía que había gastado toda su credibilidad con la infame “The Original Wrapper” del álbum «Mistrial» de 1986, regresó tres años después con el descarnado rock and roll clásico de su quinto álbum, «Nueva York» (y tocó en la Casa Blanca a pedido de de su viejo admirador y amigo Vaclav Havel, presidente de la República checa). Reed fue un verdadero sobreviviente de una escena urbana que tuvo más bajas que estrellas, y´principalmente logró que la supervivencia pareciera algo bueno.

En la contratapa están la supermodelo londinense de los 60 Gala Mitchell, junto al road manager de Lou Reed, Ernie, con una gran banana en sus pantalones (envuelta en un zoquete para lograr aún más impacto). La foto fue tomada por Karl Stoecker, quien fotografió a las glamorosas chicas de las tapas de los tres primeros álbumes de Roxy Music.

SEGUNDAS PARTES A VECES SON BUENAS. Sin embargo, cuando lanzó su primer álbum solista después de dejar Velvet Underground en 1972, parecía probable que Reed apuntara hacia zonas más oscuras. «Lou Reed» es principalmente una gran colección de canciones (en su mayoría sobreproducidas), «pero no es un disco terriblemente interesante», escribe Mark Deming en la web Allmusic, «y se destaca hoy más como una curiosidad histórica que cualquier otra cosa» por sus primeras versiones. de canciones como «Berlín». No ocurre lo mismo en el siguiente álbum que hoy 8 de noviembre cumplió sus primeros 50 años, es decir «Transformer», que cuenta con lo que bien podrían ser algunas de las mejores grabaciones que Reed haya hecho, como «Perfect Day» y «Satellite of Love». ¿Qué marcó la diferencia? La influencia de David Bowie, que produjo esta obra junto a su talentoso guitarrista Mick Ronson, quizás haya pesado un poquito…

«¿Otra vez lo invitaste a Mick, Lou? ¡No te hagas el gil que se chupa todo el champán de la carta y después yo tengo que levantar el muerto!»

BOWIE, EL TRANSFORMISTA. El sello de Lou, RCA, le presentó a otro de sus artistas discográficos, David Bowie, que estaba en la cresta de la ola con el éxito de «The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars». Bowie era fan absoluta de la Velvet, e incluso tocaba «White Light/White Heat» en sus shows en vivo y había rendido homenaje a la banda en su álbum «Hunky Dory». El sello sugirió a Bowie que produjera el nuevo álbum de Lou y Bowie encontró la tarea abrumadora, según le contó a Classic Albums: “Estaba petrificado de que dijera ‘Sí’, que le gustaría trabajar conmigo como productor. Tenía tantas ideas y me sentía tan intimidado por mi conocimiento del trabajo que él ya había hecho… Lou tenía este gran legado de trabajo”. Bowie convocó al guitarrista y arreglista Mick Ronson para las tareas de coproducción y al ingeniero de «Ziggy…», Ken Scott, y juntos pudieron dar forma a las canciones de Lou en un álbum. Aunque hacía referencia a la escena glam que estaba electrificando a Londres, «Transformer» difería de «Ziggy…» con su tema realista y descarnado. En lugar de representar un mundo ficticio apocalíptico de la era espacial, las historias se inspiraban en las calles del centro de la ciudad de Nueva York.

«Simplemente ODIO que mojen el pancito en la salsa de mi plato, pero… ¡es Mick Ronson!»

EL LOU DE LA CALLE. Con su estilo casi naif, directo y sin prejuicios, Lou cantó sobre los lados más oscuros de la vida y las criaturas nocturnas de la ciudad: «Escribí sobre personas que conocía y de dónde vengo». De hecho Lou llevó un cuaderno durante su permanencia en The Factory, anotando cosas divertidas que todos decían, pero más importante aún, observó cómo esta amplia gama de personajes de diversos orígenes podían reinventarse en su propia versión de la belleza. Sus simpáticas observaciones entretejidas en cuentos de las transformaciones de estos antiguos inadaptados eran románticas y hermosas en sí mismas. Y su poesía urbana evocó una variedad de emociones, desde los celos hasta el humor y el amor. Como le dijo a Classic Albums, “Cada canción que compuse en mi vida, la he tratado de escribir emocionalmente. Todasestán diseñadas para tratar de causar una emoción y siempre tratan sobre el conflicto”.

La novela de Algren, con dedicatoria de puño y letra (aunque no para Lou)

THE WILD WILD SIDE. «Transformer» también contiene la única canción que llevó a Reed al mainstream, la espectacular «Walk On The Wild Side». Esta extrae su fuerza narrativa y su naturaleza increíblemente subversiva (sobre todo para la época) de su inspiración central: la escena de The Factory de los años 60 que rodeaba al impredecible artista Andy Warhol, la cual, en efecto, convirtió a Lou Reed en Lou Reed cuando Warhol tomó la Velvet Underground bajo su protección. La canción nos recuerda que Reed estaba en su punto más fuerte cuando contaba las historias de su entorno, ya fuere el mundo de los drogadictos, los estafadores callejeros y los trabajadores sexuales, o los artistas marginales del centro de la ciudad que no temían experimentar con nuevas identidades y personajes.

UNA INSPIRACIÓN DE NOVELA. Estos eran mundos compartidos, y Reed los conocía lo suficientemente bien como para capturarlos en un marco literario provisto por la novela de Nelson Algren llamada «A Walk On The Wild Side» (1956). En lugar de crear una adaptación del libro como pretendía en un principio, Reed escribió sobre seis personajes de The Factory, «superstars» de la camarilla de Warhol que encarnaban el estilo cool, transgresor y genial que Reed tomó como inspiración. La primera es Holly Woodlawn, una mujer transgénero que se mudó a Nueva York desde Miami para escapar de la discriminación. Warhol descubrió a Woodlawn trabajando en las calles y la puso en sus películas, «donde prosperó», señala el video que pueden ver más abajo, convirtiéndose en «una figura importante en la historia LGBTQ y, gracias a Lou Reed, también en la historia de la música».

Andy & Candy: cada uno era el espejo del otro

PERSONAJES DE PELÍCULA. El siguiente verso nos presenta a otro miembro importante del círculo íntimo de Warhol, Candy Darling, quien también era transgénero y estrella de las películas de Warhol, y quien inspiró no solo «Walk On The Wild Side» sino también «Candy Says» y, muy posiblemente, «Lola» de los Kinks. Darling ya es familiar para aquellos que conocen la escena de The Factory, al igual que el tema de la tercera estrofa, Joe Dallesandro, a quien Warhol convirtió en una estrella de culto en películas como «Flesh» (1968) y quien, a diferencia de la mayoría de los artistas de The Factory, en realidad pudo tener éxito con el gran público a través de roles en «The Cotton Club» y «The Limey». Cabe destacar que Joe también trabajó como modelo de entrepierna (!) en la tapa del álbum «Sticky Fingers» (1971) de los Rolling Stones y es asimismo el torso en topless en la portada del álbum debut de The Smiths (1984), que presenta una foto tomada de la peli «Flesh».

Joe Dalessandro, de frente y de perfil o mejor dicho, de entrepierna y pecho en las tapas de dos históricos discos

«TRANSFORMER», UN ÁLBUM DE PERSONAJES. A medida que el video describe breves biografías de cada musa inspiradora de «Walk…», veremos que Reed no solo estaba rindiendo homenaje a su comunidad artística de origen, sino también preservando un panteón de figuras culturales que eran importantes de una forma u otra para el movimiento de derechos homosexuales, como así también para la estética Warhol de los años 60 y para el nacimiento del glam rock en los años 70. «Walk On The Wild Side», señala el video de Polyphonic, «nos ofrece un pequeño vistazo a una escena histórica y nos ayuda a comprender a las personas que rodeaban a Lou Reed que influyeron en el gran artista que fue»... Sin duda, el trabajo más perdurable de Reed proviene de sus compasivos retratos de los artistas y sus séquitos que hicieron que el mundo sobre el que escribió fuera tan sexy, peligroso, complejo e intrigante. Vean entonces el video y a continuación, mientras brindan con lo que tengan a mano por su primer y brillante medio siglo, disfruten «Transformer» a todo volumen.

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