Marvin Berry and the Starlighters. back-to-the-future-2171_09870_rgb Universal Pictures.

No hubo que esperar demasiado tiempo desde su aparición para que el cine le tendiera la mano al naciente rock & roll. Al principio la jugada era darle a la estrella del momento el rol protagónico, y “ya que estás cantate alguna que sepamos todos”, como fue el caso de Elvis. Después fue el turno de The Beatles, para esta vez para hacer de ellos mismos. Más tarde llegarían títulos de todos los formatos, desde los documentales, ya sea de un concierto (“Woodstock”, “The Concert for Bangladesh”) o sobre un artista en particular (“The Filth & The Fury-); films basados en discos emblemáticos de bandas (“Tommy”, “The Wall”), o biopics (“The Doors”, “Bohemian Rapsody). Pero hubo un día en que el séptimo arte descubrió que para incluir a una banda en la narración podía inventarlas, sin depender de la realidad. Su hermanita bastarda, la televisión, no se quedó atrás y llegó a la misma conclusión. Así surgió un nuevo rubro que terminó dándonos más de una alegría y al que hoy vamos a repasar. En cambio, si no las conocías aún, entonces es momento de que corras a buscarlas (dale, que hoy es cuestión de un clic), no te vas a arrepentir. Estés en el lote que estés, a continuación, te dejamos con este listado -en el más aleatorio de los órdenes- de algunas de las mejores bandas falsas que fueron un suceso verdadero.

15. STEEL DRAGON: Si hay algún fan de Judas Priest en la sala, seguramente sabrá que la historia que cuenta “Rock Star (2001), está inspirada en la vida de nuestro amigo Tim “Ripper” Owens. En efecto, el protagonista del film, un cantante aficionado interpretado por Mark Wahlberg, ve hacerse realidad su sueño del pibe cuando Steel Dragon, la banda de sus amores, pierde a su vocalista y lo elige para reemplazarlo. El dato relevante es que el grupo en cuestión contó con músicos de renombre, no sólo interpretando a los miembros de la banda, también grabando las canciones de la película. En el bajo lo tenemos a Jeff Pilson (Dokken), detrás de los parches a Jason Bonham (UFO, BCC), y en la primera guitarra a nada menos que Zakk Wylde (Ozzy, Black Label Society). Para hacerse cargo de la parte vocal, se contrató los servicios de Jeff Scott Soto, quien puso su voz a las canciones interpretadas por el cantante saliente de Steel Dragon, Bobby Beers, mientras que Michael Matijevic (Steelheart) hizo lo propio con Izzy Cole, el personaje principal. Para muestra basta un botón (o un Dragon, en este caso) y aquí les dejamos «We All Die Young», de lo mejorcito del grupo.

14. STILLWATER: “Almost Famous” (2000), cuenta la historia de William Millar, un pibito muy fan del rock & roll, que decidido a dejar la monotonía de su pueblo natal decide probar suerte como cronista de la revista Rolling Stone, cosa que logra cuando ese medio le encarga cubrir la gira de los Stillwater, una banda que esta por patear las puertas del estrellato. Dirigida por Cameron Crowe (“Singles”, “Vanilla Sky”), el film tiene mucho de autobiográfico. Crowe fue el colaborador más joven que tuvo la RS, pudiendo a muy corta edad entrevistar a buena parte de los nombres más importantes de la escena rockera de principios de los 70. Justamente, uno de los atractivos de la película es combinar ficción con realidad (el grupo como soporte de Black Sabbath, por ejemplo), o hacer que los Stillwater vivan situaciones en pantalla que hacen referencia, de manera velada, a sucesos que forman parte del anecdotario de bandas reales de la época. Sirven de ejemplo escenas tan recordadas como aquella en que su cantante, Russell Hammond (Billy Crudup) se arroja a una pileta desde un tejado al grito de “I’m a golden god!» (¡soy un dios dorado!), atribuída a Robert Plant (años más tarde nuestro Charly García superaría esa marca). Dato curioso 1: existió una banda llamada Stillwater, oriunda de Georgia, y si bien para 2000 ya estaban disueltos, Cameron Crowe debió pedir la respectiva autorización para usar el nombre (!). Dato curioso 2: las canciones que interpretan los Stillwater en pantalla fueron compuestas por el mismo Crowe, junto a su esposa Nancy Wilson (sí, la de Heart) y nada menos que Peter Frampton, quien hace el papel de Reg, el road manager de Humble Pie, banda de la que formó parte en la vida real. Los dejamos con «Fever Dog»… y a subir el volumen.

13. THE LONE RANGERS: En “Airheads” (1994), Chazz (Brendan Fraser), Rex (Steve Buscemi) y Pip (Adam Sandler) son los miembros de este trío de hard rock, que ve transcurrir sus días entre trabajos de poca monta y la constante indiferencia de las compañías discográficas. Rex se gana el mango en una juguetería, y cuando sus dueños ordenan retirar de la venta unas armas por ser “demasiado realistas”, decide quedarse con algunas y llevar a cabo junto a sus compañeros un plan temerario: tomar por asalto una emisora radial a punta de pistola trucha, para pasar su música al aire. Imposible no recordar la escena en la que un policía de civil se acerca a parlamentar con el grupo, haciéndose pasar por un ejecutivo de Capitol Records, ofreciéndoles un supuesto contrato de grabación a cambio de que liberen a los rehenes. Para poner a prueba sus conocimientos musicales, los Airheads le preguntan quién resultaría ganador en una pelea entre Lemmy y Dios. Cuando éste contesta «Dios», Rex le dice que evidentemente no es un representante del sello, de lo contrario sabría “que Lemmy ES Dios” (sic). Ya que estamos con Lemmy, además de tener un pequeño cameo, el difunto bajista aportó “Born to Raise Hell”, el tema principal del soundtrack de la película. La canción formaba parte de “Bastards”, álbum de Motörhead lanzado un año antes, pero para la ocasión decidieron regrabarla con la participación de Ice T y Whitfield Crane de Ugly Kid Joe. Vamos con «Degenerated», uno de sus hitazos (?) interpretados ante un público cautivo (por así decirlo).

12. SEX BOMB-OMB: Debe haber pocos realizadores tan melómanos como Edgar Wright. En casi todos sus trabajos lo musical tiene un lugar preponderante, además de ocuparse el mismo de hacer la curaduría de los soundtracks de sus films. Por eso no  extrañó a nadie que encarara “Scott Pilgrim vs The World” (2010), versión cinematográfica de la historia gráfica homónima creada por Bryan Lee O’Malley, cuyo protagonista es el bajista de una banda under luchando por pegarla. La acción arranca con Scott (Michael Cera), el héroe de la trama, participando junto a su banda, el trío de punk indie Sex Bomb-omb, en un concurso de nuevos talentos cuyo vencedor se hará acreedor de un contrato discográfico. En el medio, se enamorará de Ramona (Mary Elizabeth Winstead) y para conseguir su amor deberá enfrentarse en modo videojuego con “sus siete malvados ex novios”, todos ellos tan cretinos como dotados de alguna habilidad especial. Combinando la estética del rock under, los comics y los fichines, Wright arma un cóctel visual tan dinámico como atractivo, con un montaje ágil que asalta los sentidos del espectador. Un claro ejemplo son las escenas en las que aparece la banda tocando, con planos en los que lo que interpreta la banda se ve reforzado por onomatopeyas emanando de los instrumentos de los Sex Bomb-omb, convirtiendo a la pantalla en una auténtica viñeta animada. Y si sos bajista o fan del instrumento, volate el marulo con las tomas en las que Scott aporrea su inseparable Rickenbacker, tan hermoso como atronador.

11. VENUS IN FURS: “Velvet Goldmine” (1998), nació de una frustración, cuando su realizador, Todd Haynes, le propuso a David Bowie filmar un documental sobre su carrera. Ante el rechazo del Duque Blanco, Haynes encaró este proyecto que desde la ficción (un periodista investiga la misteriosa desaparición del cantante Brian Slade ocurrida hace diez años) hace permanentes alusiones no sólo a hechos de la vida del creador de “Ziggy Stardust”, sino también a toda la escena del glam. De todos esos episodios, el más relevante es el supuesto romance que Bowie (Brian Slade en la película, interpretado por Jonathan Rhys Meyers) e Iggy Pop (Curt Wild en la ficción), mantuvieron en los años que vivieron juntos en Berlín. Venus in Furs, la falsa banda que lidera Slade, contó para la grabación del soundtrack con nombres como Thom Yorke y Johnny Greenwood (Radiohead), Andy Mackay (Roxy Music), Bernard Butler (Suede) y Paul Kimble (Grant Lee Buffalo). Otro nombre importante involucrado en “Velvet Goldmine” fue el cantante de R.E.M., Michael Stipe, quien, desde su rol de productor ejecutivo, se hizo cargo de la elección de las canciones de la banda de sonido, que incluye a Brian Eno, Placebo, Roxy Music, T. Rex, Pulp y The Stooges, entre otros.

10. MYSTERY: Producida la reunión del Kiss original allá por 1996, el furor que generó el regreso de la leyenda llevó a lo que se veía venir: una catarata de merchandising, un documental en VHS (“Second Coming”), nuevos comics y figuras de acción (ambos a cargo de Todd Mc Farlane, que venía de romperla con “Spawn” y “Spiderman”), y por supuesto, la consabida película. Dada la “traumática” experiencia vivida por los neoyorkinos en “Kiss Meets the Phantom Of The Park”, de la cual oportunamente les contamos varias cositas acá en MADHOUSE, esta vez se optó por dejarle el protagonismo a actores «de verdad» para que la banda aparezca solo al final de la película, tocando sobre el escenario. Porque de eso se trata “Detroit Rock City” (1999), contar las peripecias que cuatro pibes oriundos de Cleveland viven cuando la madre de uno de ellos, miembro de la MATMOK (Mothers Against The Music of Kiss), espantada por el hecho de que su hijo escuche a esos “satanistas”, encuentra las entradas para uno de sus shows en el mítico Cobo Hall de Detroit (lugar donde se grabó “Alive!”), y las quema sin piedad. Sin embargo, el amor de estos chicos por la banda no se detendrá y emprenderán un viaje demencial, en el cual harán las mil y una para poder estar sea como sea en el recital. Ni bien arranca la acción nos enteramos, además, que este grupito de amigos conforma Mystery (con la S de Kiss en el logo y todo), una bandita de garage que toca covers de sus ídolos. En la escena en cuestión, mientras ejecutan “Rock And Roll All Nite” en un sótano vemos desfilar por la pantalla, además de posters y vinilos varios de Kiss, ejemplares de revistas de entonces, como Mad o Hustler, latas de cerveza de la época y hasta una planta de cannabis. Si bien la película no tuvo buenas críticas ni éxito comercial, está plagada de guiños que son un deleite para todo buen kissero (personajes femeninos con nombres de temas de la banda, el cameo de Shannon Tweed, la esposa de Gene Simmons, distintos ítems aportados por la colección personal de Gene, etc.), pero también con más de un anacronismo. El más llamativo es que la acción transcurre en 1978, año en el que el cuarteto pintarrajeado no salió de gira. Por ese entonces Paul, Peter, Ace y Gene estaban cada uno por su lado, grabando sus recordados discos solistas por un lado e incursionando en el cine por el otro. Develemos el Mystery entonces con su versión del más grande himno kissero hasta la fecha.

9. THE RUTLES: Seguimos por esta otra banda ficticia, por la sencilla razón de tener varios lazos en común con los Blues Brothers. Surgida del ingenio de Eric Idle del célebre grupo británico de comedia Monty Python y de Neil Innes, colaborador musical del mencionado grupo, esta banda ficticia se creó originalmente para un sketch de «Rutland Weekend Television», una serie de comedia producida por la BBC durante los años 70. El nombre «Rutles» era una broma basada en la premisa regional de la serie, que fue presentada como un programa de una estación de televisión ficticia con sede en Rutland, el condado más pequeño de Inglaterra. La idea inicial había sido hacer una parodia de los Rolling Stones llamada Rutland Stones pero, cuando se convirtió en una parodia de los Beatles, Idle sugirió el nombre «Rutles». «The Prefab Four» es también un juego de palabras sobre el apodo de los Beatles «The Fab Four» («los cuatro fabulosos» y «los cuatro prefabricados», como las casillas de posguerra). Cabe señalar que Los Rutles tenían conexiones con los Beatles además de la serie; los auténticos Fab Four eran fans de la banda anterior de Innes, Bonzo Dog Band, y habían incluido a los Bonzos en su película «Magical Mystery Tour» (1967); Paul McCartney (trabajando con Gus Dudgeon bajo el alias colectivo Apollo C. Vermouth) les había producido el exitoso single «I’m the Urban Spaceman» (1968). Por su parte, George Harrison hizo una aparición especial en el especial del Boxing Day de 1975 de «Rutland Weekend Television», con Idle e Innes, y los animó a hacer una película que parodiara la carrera de los Beatles y sirviera para desinflar los mitos que rodean el legado de la banda. Volviendo a los Rutles, un año después de su aparición inicial en la BBC el 2 de octubre de 1976, Idle apareció en el programa estadounidense de NBC, «Saturday Night» (más tarde «Saturday Night Live») y mostró extractos de su serie, incluido el clip de Rutles. Eso llevó a una sugerencia del productor ejecutivo de SNL, Lorne Michaels, de extender la parodia a una películar de una hora para TV. Esta propuesta dio lugar a «The Rutles: All You Need Is Cash» (1978), dirigida por el director de SNL Gary Weis, con Idle como codirector; este proyecto también incluye en el reparto a las estrellas de los Blues Brothers, John Belushi y Dan Aykroyd, en este caso haciendo papeles secundarios. Dos años anterior a la película de John Landis, “All You Need Is Cash” es un mockumentary, es decir un falso documental sobre el grupo (algunos lo consideran el primer mockumentary de la historia), que parodia con acidez la carrera de los Beatles, desde sus inicios hasta su separación. Desde la recreación de la tapa del «Sgt. Pepper», pasando por la famosa última actuación de la banda en una terraza londinense hasta canciones con títulos jocosos como “Can’t Buy Me Lunch”, o “Tragical Mystery Tour”, no queda momento icónico de la carrera de los Fab 4 que no sea satirizado. Mención aparte para la participación de Mick Jagger y George Harrison, dando falso testimonio de hechos que nunca ocurrieron, (también estánGeorge Harrison y los actores Michael Palin y Bill Murray, entre otros nombres grandes) y para la música, brillantemente compuesta por Innes. Presentado todo, los dejamos con el tema que dio el puntapié inicial a la parodia.

8. SCHOOL OF ROCK: Si bien Richard Linklater cimentó su prestigio con películas románticas como “Before Sunrise” (y sus consiguientes secuelas “Before Sunset” y “Before Midnight”), o dramas como “Boyhood”, en “School of Rock” (2003) demostró también tener buen pulso tras las cámaras a la hora de encarar una comedia. La trama arranca cuando Dewery Finn (Jack Black), descubre que la banda en la que toca literalmente lo ha puesto de patitas en la calle, reemplazándolo por otro guitarrista. Sin un cobre y a punto de ser desalojado de la casa que alquila, se hace pasar por un profesor suplente en una escuela privada como último manotazo de ahogado para ganar dinero. Una vez al frente del aula, se mete la curricula (que ignora por completo, además) en el upite y se dedica a instroducir a sus alumnos en el maravilloso mundo del Rock & Roll, formando una banda con los más dotados para la música. Finalmente, Dewey debe asumir la farsa, pero en el medio ganará con School Of Rock, el grupo que formó con su clase, el concurso de bandas del colegio. La película funciona a la perfección como una mordaz crítica al acartonamiento y la rigidez que suelen habitar el ámbito escolar, el cual no suele tener en cuenta ni las inquietudes ni la potencialidad de los alumnos. El soundtrack cuenta con clásicos de nombres rutilantes como Led Zeppelin, The Doors, The Who, Ramones o Kiss, además del tema homónimo de la película y un cover de «It´s a Long Way to the Top» de AC/DC, interpretados por el propio Black y con la participación en voces del reparto de la película en conjunto.

7. THE BLUES BROTHERS: Nacidos como un sketch musical dentro del famoso show televisivo «Saturday Night Live», en el cual John Belushi y Dan Aykroyd interactuaban con la banda estable del programa, su grado de aceptación fue tan grande que el paso inevitable fue subirse a las tablas primero, y saltar a la pantalla grande después. Dirigida por John Landis, “The Blues Brothers” (1980), comienza con Jake Blues (Belushi), siendo liberado de una prisión de Chicago después de haber cumplido una condena de tres años. Su hermano Elwood (Aykroyd), lo recibe a la salida de prisión para llevarlo a visitar el orfanato en el que se criaron. Una vez allí, descubren que la institución está a punto de bajar la persiana, acosada por una deuda impositiva de varios miles de dólares… Ambos deciden entonces rearmar la banda de blues y soul que integraban antes de que Jake caiga en cana para recaudar el dinero y evitar su clausura («Estamos en una misión de Dios», afirma Belushi en una frase memorable) La película cuenta con apariciones de nombres rutilantes como Aretha Franklin, Ray Charles, James Brown, Chaka Khan, Cab Calloway, John Lee Hooker, Carrie Fisher (la princesa Leia de «Star Wars») y hasta el mismísimo Steven Spielberg, en el papel de un oscuro oficinista. La imagen del dúo luciendo sus trajes, sombreros y lentes oscuros se volvieron un ícono, allanando el camino a una secuela, “Blues Brothers 2000”, aunque ya sin Belushi, quien falleció en 1982 de sobredosis, siendo reemplazado por John Goodman. Los dejamos con su cover improvisado del tema de la serie «Rawhide»… ¡y guarda con los botellazos!

6. DR. TEETH & ELECTRIC MAYHEM: Después de haber sido uno de los creadores de “Sesame Street” («Plaza Sésamo», tal como la conocimos en Argentina allá por los lejanos 70s), Jim Henson estaba decidido a cambiar de rumbo y armar contenidos dirigidos a un público adulto. Convocado por un productor, en 1976 desembarca en la TV británica con la chance de salirse con la suya. Así nace “The Muppets Show”, sin dudas la ficción hecha con marionetas más famosa de todos los tiempos, gracias al indudable talento para el humor de Henson (un tipo de comicidad vanguardista y novedosa para la época), sumada a la maestría con la cual el equipo de animación les daba vida a estos títeres adorables. De la nutrida galería de personajes, sobresalen ampliamente Kermit The Frog (La Rana René, en Latinoamérica), quien hacía las veces del presentador del show, y su novia, Miss Piggy, una cerdita con aires de diva que mantiene con Kermit una relación por demás tóxica. Pero dejemos por ahora a la tormentosa pareja para centrarnos en Dr. Teeth & Electric Mayhem, la house band del programa. Liderados por su tecladista y cantante Dr. Teeth (el personaje está inspirado en el pianista de jazz Dr. John), la “banda” se completaba con Floyd Pepper en bajo, la guitarrista Janice (de aspecto jipón, por ser un homenaje a Janis Joplin), Zoot en saxo (otro homenaje, esta vez al saxofonista argentino Gato Barbieri), y, por último, el personaje que alcanzó mayor popularidad de los cinco: estamos hablando de Animal, su salvaje baterista, hiperkinético a la hora de aporrear su instrumento, sexópata y con una seria dificultad para articular el lenguaje (sólo gritaba palabras sueltas o pequeñas frases sin sentido). Todas estás particularidades lo convirtieron rápidamente en uno de los Muppets preferidos del público, protagonizando varios segmentos por fuera de la aparición de los Dr. Teeth & Electric Mayhem en el show.

5. SACRED COWS: Para los que peinamos canas, “El Super Agente 86” («Get Smart», tal su título original), es sinónino de sentarse frente a la tele -blanco y negro, claro- y pasar media hora inolvidable frente a ella. Creada por el genial Mel Brooks junto a Buck Henry en 1965, la serie era una fabulosa tomada de pelo a las historias de espías del tipo de la saga de James Bond o “El Agente De CIPOL”, tan de moda en aquellos años de guerra fría. Después de habernos regalado varios de los mejores gags alguna vez filmados, el fanatismo argento por el programa se extiende hasta nuestros días, viviendo esa devoción su momento de paroxismo con el capítulo en el que su protagonista Maxwell Smart (Don Adams) es secuestrado y se le hace creer falsamente que es enviado a Buenos Aires… Con “El 86” como denominación para el combate, junto a su inseparable ladera “La 99” (encarnada por Barbara Feldon), forman parte de CONTROL, la agencia que lucha en defensa del “mundo libre”, oponiéndose a las totalitarias fuerzas de KAOS, en una gastada al eje CIA-KGB (aunque en realidad, KAOS era una síntesis de los nazis, los rusos y los maoístas mezclados). El chiste era que mientras personajes como Bond o Napoleón Solo eran tan capaces en lo suyo que resolvían todo de taquito, Smart era un perfecto idiota, cumpliendo con éxito sus misiones gracias a la intervención de su compañera o en su defecto, de puro pedo. En “The Groovy Gurú”, capítulo 15 de la 3ra. temporada, emitido el 13 de enero de 1968, el 86 y la 99 deben detener al villano del título, un agente de KAOS encubierto tras la figura de un conductor radial por demás lisérgico, que lava el cerebro a los jóvenes oyentes enviando mensajes subliminales a través del eter. Esa noche dará su golpe maestro, emitiendo la actuación de The Sacred Cows (Las Vacas Sagradas, oigan), una banda a su servicio, que incitará a una masiva sublevación juvenil con su tema “Kill, Kill, Kill”, un auténtico himno a la destrucción montado sobre unas guitarras psicodélicas. El sonido y sobre todo la imagen del grupo y su mentor, son una soberana gastada al movimiento hippie de fines de los 60 y a los prejuicios que la conservadora sociedad americana tenía hacía ellos, viéndolos como una amenaza social. Los músicos de las Vacas Sagradas, como se los denominó en el doblaje latino, estaba integrado por sesionistas con un importante currículum, siendo Jerry Scheff el más destacado. Bajista de la banda de Elvis Presley en buena parte de los años 70, también participó como invitado en «L.A. Woman» de The Doors, además de una larga carrera como sesionista para artistas como Sammy Davis Jr., Johnny Rivers, Bob Dylan o Roy Orbison. Disfruten esta muestra realista-ficticia del garage rock de la época… y dígannos si no está para que salgan de gira.

4. SPINAL TAP: Concebida como un documental sobre una banda inexistente, “This Is Spinal Tap” (1984), es una sátira por demás ácida del mundillo del heavy metal, tomándole el pelo a todos los clichés del género, pero de una manera tan aguda y certera que lejos de ofenderlos, fue recibida con aplausos por los músicos del ambiente. Nacida de la imaginación de Rob Reiner (interpreta a Martin Di Bergi, el supuesto director del documental), «Spinal Tap» caló tan hondo en el público, que la banda terminó grabando varios discos, y participando de eventos tan recordados como el concierto tributo a Freddie Mercury en Wembley. Músicos que se pierden por un laberíntico backstage buscando la entrada al escenario, novias cizañeras que pudren la interna de la banda, amplificadores con el volumen a 11 y bateristas que fallecen implosionando (!) o sufren «accidentes de jardinería» (!!!), son algunos de los hilarantes momentos que quedaron para siempre en el recuerdo del público. El guión no sólo se burlaba del pasado y del presente de la escena, también fue profética. Veamos: el documental comienza con la banda lanzado su nuevo álbum, titulado “Smell The Glove”, con el arte de tapa más machirulo que imaginarse puedan. La portada del disco muestra en primer plano a una chica encadenada en plena sesión de sadomasoquismo, y a la mano de su amo haciéndole oler un guante, así de literal la cosa. Como era de esperar, la compañía discográfica les comunica que fue rechazada y que la tapa va a ser completamente negra, sin ilustración alguna, al grito de ¡“si los Beatles tienen su álbum blanco, no vemos por qué ustedes no pueden tener uno que sea lo contrario”! Cuando una década después, Metallica lanzó su archifamoso disco negro, arreciaron los chistes al respecto. Lars no la vio venir, parece (bueno, con Napster tampoco). Para ir rockeando el tramo final de este informe, qué mejor que compartirles «Tonight I’m Gonna Rock You Tonight». Y que sea rock.

3. MARVIN BERRY & THE STARLIGHTERS. «Volver Al Futuro» (1985) es, probablemente, la película dedicada a viajes en el tiempo más divertida que alguna vez se haya filmado. Si no la viste, te estarás preguntando por qué. Te cuento. Imaginate que sos un adolescente y por accidente retrocedés treinta años en el almanaque, justo antes de que tus padres se conozcan, y por razones que son largas de explicar (no puedo contarte todo, mirala, está en Netflix), terminás levantándote a tu vieja… ¿Te pusiste a pensar que amén de lo pecaminoso del asunto, esa alteración de los hechos haría que se borre tu existencia?  A partir de ahí, su protagonista, Marty McFly (Michael Fox) deberá recomponer las cosas, haciendo que su futura madre se olvidé de él y se fije en su padre. Más allá de lo genial del plot principal, a lo largo de la trama se dan todo tipo de situaciones hilarantes, siendo una de las más recordadas aquella en la que Marty no sólo logra que sus progenitores se enamoren, también hará un gran aporte a la música. La cosa es así: la fiesta en la cual sus padres se dan su primer beso será animada por la música de Marvin & The Starlighters, pero su líder y guitarrista se lastima una mano antes de subir al escenario, siendo reemplazado por Marty, que también es guitarrista. El pibe (que viene del futuro en la época de oro de Eddie Van Halen y se sabe todos los yeites) la rompe y en agradecimiento, le dejan elegir el bis de despedida. “Vamos a tocar una vieja canción…, bueno, es vieja de dónde vengo”, dice presentando el tema. Acto seguido arranca con los acordes del clásico de Chuck Berry, “Johnny B. Goode”, para delirio de la audiencia que empieza a bailar desaforada. Mientras, el guitarrista de The Starlighters de la mano rota, hace una urgente llamada telefónica y dice “Hola Chuck, soy tu primo Marvin. ¡Marvin Berry! ¿Viste ese sonido que estás buscando? ¡Escuchate esto!” mientras acerca el auricular a la música que emana de los amplificadores… De carambola, McFly acababa de inventar el rock & roll. Vean para creer.

2. TIMMY & THE LORDS OF THE UNDERWORLD: Con su irrupción en la pantalla chica en el ya lejano 1997, South Park pateó el tablero de lo establecido de la mano de una animación rústica y un humor de una acidez tan corrosiva como políticamente incorrecta. Un claro ejemplo de lo dicho es Timmy & The Lords of the Underworld. Esta metalera fake band integrada por Skyler, Jonesy y Mark ya había aparecido brevemente en el show, pero es en el episodio “Timmy 2000” de la cuarta temporada, que el grupo toma su forma definitiva, cuando Skyler decide concentrarse en su rol de guitarrista, dejando el puesto de vocalista y frontman a Timmy Burch, un pibe que se desplaza en silla de ruedas producto de algún tipo de discapacidad no solo motora. En efecto, Timmy padece también algún tipo de retraso intelectual que limita su lenguaje a vociferar su nombre al grito de “¡Timmy-ha!”. Más allá de la ineludible referencia a Ian Dury, aquel cantante punk británico que víctima de la polio acarreaba una parálisis en buena parte de su cuerpo, el personaje no tardaría en hacer que los moralistas y canceladores usuales apuntaran su dedo acusador contra South Park. Previendo eso, sus creadores Trey Parker y Matt Stone, ya tenían desde el vamos una respuesta anticipada desde la ficción misma. En el capítulo en cuestión, “los señores del inframundo” ganan el desafío de bandas, cuyo premio es ser teloneros en el festival Lalapalalapaza (¿conocen alguno con nombre parecido?) de nada menos que Phil Collins. El asunto es que Phil, luego de ver que la performance de los Lords es tan bien recibida que amenaza con robarle el show, se queja airadamente de “la utilización de un discapacitado para llamar la atención del público”. El respetable, enardecido, abuchea la presentación del ex Genesis no sólo por ser un embole: también por ser un demagogo “bien pensante”, dándonos a entender que los responsables de South Park entendieron a la perfección aquella máxima que sostiene que no hay mejor defensa que un buen ataque. Dado el éxito rotundo del programa, esta fake band tuvo su versión discografica, cuandoa fines de 2000 Sony lanzó al mercado un simple conteniendo sólo dos pistas la canción “Timmy and the Lords Of The Underworld” y “Timmy Livin’ A Lie”. Más tarde la primera integró el setlist del video juego “Rock Band”, como bonus track.

1. THE WONDERS. Parece ser que Tom Hanks estaba tan pero tan embolado en medio la maratónica gira de prensa promocionando “Forrest Gump” (1994), que se puso a escribir un guión. Ese guión consiguió sus respectivos mecenas, así que Don Hanks se dio el gusto de pasar del otro lado de la cámara y debutar como director. En realidad, tiró el centro y lo fue a cabecear, porque el rol protagónico se lo reservó también para él, digámoslo todo. “That Thing you Do” (1996), cuenta la historia de The Wonders (que al inicio se llama The Oneders, en un juego de palabras que abajo explicamos), una banda compuesta por el batero Guy Patterson (Tom Everett Scott, el muchachito de la peli), el guitarrista/ cantante Jimmy Mattingly (Johnathon Schaech, el infumable), el bajista simplemente llamado Phil (Ethan Embry, el mamerto) y el guitarrista Lenny Haise (Steve Zahn, el simpático), a los que se agrega la novia de Jimmy, Faye Dohan (Liv Tyler, que luego terminará ya se imaginan con quién) y Mr. White (Tom Hanks), el ejecutivo discográfico que lanzará al grupo a la fama en los dorados años 60s, de la mano de la canción que le da nombre a la película. La gracia de la historia es que relata uno de esos particulares casos en la historia de la música popular, en los que a ciertos artistas la fortuna les sonríe una vez, o para decirlo en la jerga anglosajona, lo que cuenta el film es la historia de un “one hit wonder”, es decir una banda que en su carrera logra un solo y gran hit (si están pensando en The Knack y su “My Sharona” como el mejor ejemplo, están en lo cierto, gente que nos lee). Es decir también, la típica historia de ascenso y caída tantas veces abordada por el séptimo arte, claro que está vez en un tono de comedia y melómano. La composición de buena parte del soundtrack estuvo a cargo de Adam Schlesinger, bajista de los Fountains of Wayne, y el mismo obtuvo sendas nominaciones a mejor banda de sonido en los Oscars y los Goblos de Oro. Sin más, vamos al tema que nos convoca.

Y bien, como diría Bugs Bunny, esto ha sido todo amigos, al menos por hoy. Nos despedimos hasta la próxima. Ojalá les haya gustado este humilde y falso informe, escrito por un redactor imaginario para una página web que jamás existió (N. del D.: ¿¿quién dijo eso??)

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