Ya son varios los rockers que han sido afectados por el coronavirus y muchos están compartiendo el testimonio de sus durísimas vivencias. Luego de revelar en una entrevista a principios de este mes que todavía sufría daño pulmonar después de contraer COVID-19 en febrero, Maynard James Keenan habló sobre su experiencia con el virus en detalle en una nueva aparición en el podcast The Joe Rogan Experience; allí Keenan dijo que se dio cuenta de que estaba enfermo mientras estaba en Australia de gira con Tool, contó los momentos más terribles de su experiencia… y finalmente, dejó un mensaje no-muy-sutil-que-digamos para quienes dudan de su palabra. Pónganse el tapabocas, pasen, lean y nos cuentan.

El conductor estadounidense Joe Rogan y MJK: un reportaje revelador

PRIMER ACTO: INCERTIDUMBRE. “Fue algo realmente feo”, le contó Keenan al diario estadounidense Arizona Republic. “Lo pude sobrevivir, pero no fue nada lindo. Así que definitivamente tuve que lidiar con ello». En la entrevista publicada a principios de octubre, el músico explicó que no había compartido previamente su diagnóstico porque «no quería andar por ahí gritándolo», pero deja una advertencia: «es real». Ya en el podcast que mencionamos en el copete de esta nota, Keenan compartió que estuvo en Australia en febrero p.pdo de gira con Tool para promocionar su nuevo álbum, «Fear Inoculum». El cantante cenaba con un amigo cuando notó por primera vez un síntoma, que no sabía que era de COVID-19 en ese momento. «Inmediatamente, la comida no sabía bien. Pero todo esto es con el diario del lunes, ¿verdad?», contó Keenan respecto al momento en que notó que no podía oler ni saborear la comida, lo que no fue identificado como un síntoma al principio de la pandemia. «No lo sabía en ese momento. No sabíamos que era uno de los síntomas a los que tenés que prestarles atención, y enseguida. Entonces nadie sabía qué decirte al respecto. Inmediatamente me enfermé, luego tuve que tomar un vuelo internacional a la mañana siguiente, volar a Nueva Zelanda… Soy un super esparcidor (N. respondiendo en broma a Rogan), lo traje a Nueva Zelandia, estaba dentro de mí. Y te lo pasé».

Maynard en el podcast: al final se le subió la mostaza se le subió

SEGUNDO ACTO: CUIDADOS Y MÁSCARAS. El relato de Keenan prosigue: «Así que llegamos a Nueva Zelandia y estuve como cuatro días en el hotel. Porque tenemos cuatro días libres antes de los shows. Así que solo estuve bebiendo agua, dándome duchas calientes, cuidándome, bebiendo té caliente, tratando de superarlo, pero todo era una mierda. El tema es que todavía no sabía lo malo que podía ser todo esto. Si lo hubiera sabido, me hubiera vuelto loco». El frontman de Tool, A Perfect Circle y Puscifer de todos modos le hizo frente a la situación y la piloteó como mejor pudo: «Me aislé bastante bien, tenía la máscara puesta incluso antes de subir al avión, actué instintivamente porque viste, tengo amigos que viajan a Taiwán y a Japón y los ves con barbijos, así que pensé, está bien, probablemente voy a usar la máscara en cualquier lugar del avión».

Cosecharás tu siembra: Maynard en sus viñedos californianos

TERCER ACTO: DOLOR Y ANSIEDAD. Así las cosas, al llegar a Nueva Zelandia fue a ver a un médico y cuando le preguntó si pensaba que era COVID, este le preguntó al cantante si tenía fiebre. Cuando Keenan le dijo al médico que no recordaba, el médico dijo que no tenía el virus. Luego logró tocar en un programa, pero le contó a Rogan que le fue muy difícil cantar: «No fue para nada divertido. Tuvimos que ajustarnos un poco, no meter los temas más difíciles». Poco después, mientras practicaba el arte marcial conocido como Muay Thai en Hawaii, Keenan sufrió un intenso dolor en las manos: «Nunca, nunca antes mis manos me habían dolido tanto. Pensé que tal vez me las había torcido porque justo después de recuperarme en Nueva Zelanda me puse a entrenar, pensando, me lo voy a sacar del sistema transpirando, viste, me pondré a caminar, haré ejercicio y entonces me sentiré bien».

El delirio del coronavirus todavía no lo había alcanzado en esta foto… pero ya practicaba.

CUARTO ACTO: CONFIRMACIÓN Y PRONÓSTICO. Por supuesto, esta especie de «cura» por sudor y desintoxicación simplemente no funcionó. «Cuando finalmente llegué a Maui, pensé, no, esto no está bien para nada. Me duele, no puedo hacer esto. Pensé que tal vez me torcí la muñeca, pero pasaban los meses y no se curaba, me tuve que encargar de la cosecha (N. en sus viñedos) y como si nada, nada cambió, no mejoraba. Finalmente fui a un médico especialista en artritis, y me dijo ‘está bien, hablame de la primera vez que notaste esto’… y comencé a explicarle lo que me pasó, y me dice ‘Tenías COVID’. Y que algunos de los efectos secundarios que aparecen es una inflamación como la que yo tenía. Así que lo que sea, supongo, es una especie de respuesta reumatoide. Eso ya de por sí es bravo, solo tengo 56 años y ya tengo artritis, pero bueno, al menos mi análisis de sangre estaba completamente limpio en todas partes, sin otros problemas en ninguna otra parte de mi cuerpo, solo en las muñecas, lo que explica eso, pero todavía tengo tos. Entonces, sea cual sea la tos que tenga, cualquier tos que me haya agarrado en Nueva Zelandia, como ahora me pasa cada dos días tendré un ataque de tos, ya sabés, voy a estar unos 10 minutos tosiendo cosas, así que aún tengo daño pulmonar».

Maynard y su sutil, delicado mensaje: quien quiera oír, que oiga

QUINTO ACTO: UNA DURA… RECOMENDACIÓN. Más adelante en el episodio, discutiendo sobre los negadores del coronavirus y los teóricos de la conspiración, un ofuscado Keenan dijo: «Todavía siento los efectos residuales. Siento que hay un montón de personas que… quizá yo no estuve a punto de morirme, pero tengo amigos que casi murieron. Sí, estuvo cerca. Entonces ves que hay gente por ahí diciendo… que aparentemente me pagan por decir esto (N. que contrajo COVID-19). Chúpense una pija, amigos»… Después de este -ejem- delicado pero no por ello menos acertado mensaje, les dejamos el podcast completo para que escuchen (si no saben inglés, consíganse alguien que los ayude) y saquen conclusiones.

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