Con motivo de una nueva presentación de La H No Murió en el estadio Obras el próximo 23 de octubre, además de la gira por el interior del país, nos juntamos vía zoom con Claudio O’Connor para una charla descontracturada, amena y divertida, en la que atravesamos todo límite al recorrer diversos tópicos de conversación: su trayectoria y sus diversos proyectos, los cambios de estructura en Malón y la H, la vida en el Delta, la pandemia e ídolos en común como Rob Halford y además… ¡Sandro! Alguna vez vendrá el fin sin el principio, pero ahora prepárense que a continuación viene la entrevista completa.
LA BELLA, LA BESTIA Y LA PANDEMIA
Hola Claudio, ¿Cómo estás? ¿Cómo vienen las ganas de tocar post pandemia?
¡Hola! Y… vienen las ganas, más que nada por hacer algo, ¿viste? Nosotros encima vivimos acá en el Delta y es un lugar donde hay poco tránsito, pocos vecinos; vivimos en un arroyo que no tiene salida, no hay domingueros de esos que salen con los amigos para hacerse ver en su lanchita y bueno, hemos tenido poco contacto. Lo que antes nos hinchaba las pelotas, bueno, ahora lloramos por volver a sufrir eso, lo de la gira, los viajes largos… Además, nosotros vivimos de esto, no tenemos otro negocio aparte. Nosotros hicimos el show de la pandemia, nos pusimos a tocar acá, porque ya estando solos nosotros nos llevamos muy bien, no necesitamos que venga gente para interactuar. Pero la falta del contacto humano, hablar con otras personas, aunque no las conozcas, la familia, etcétera, lo psicológico es más dañino, ¿viste? Te afecta psicológicamente.
Contame cómo surge esto de “La Bella y La Bestia”…
Con “La Bella Y La Bestia” en un momento me sentí John Lennon y Yoko Ono (Risas). Igual Bere (N. Berenice, la compañera de Claudio) canta un poco mejor que Yoko. Y si no hubiera sido por la pandemia nunca lo hubiéramos hecho, por mi actividad constante. La idea salió porque ella quería grabar un disco, y era siempre “bueno, ya lo vamos a hacer, esperá”… Terminamos haciendo ese dúo, que lo bautizó la gente. Nosotros subimos un video y empezaron a poner en los comentarios “La Bella y La Bestia”… por supuesto que la bella soy yo, ¿no? Rrisas). Cuando hicimos esto de “La Bella….”empezamos acá, tocando una guitarra fea, que desafinaba. De hecho hemos subido videos con esa guitarra, que se nota que desafinaba, estaba pegada con Parsec (Risas). Después, Luciano (N. Napolitano), el hijo de Pappo, nos prestó una guitarra criolla y después conseguimos por esto del canje una Ovation electroacústica divina, no sabés, es la Copa del Mundo para nosotros. Y bueno, hicimos esto de “La Bella…” por streaming y 3000 pesos ganamos, y lo que ganamos fue salir. Esa fue la primera vez que salimos de acá y nos encontramos con gente, no con la gente de nuestra crew, y ya me quería quedar dando vueltas a la noche… (Risas).
Y esta aventura termina con ustedes haciendo un Uniclub…
Claro, después hicimos un presencial en Uniclub en enero de este año. Ahí sí, ahí nos reencontramos con el operador de sonido y asistente. Si bien hablábamos por teléfono, hacíamos video llamada y todo eso, no es lo mismo que estar cara a cara en el momento. Pensé que no iba a vivir para vivir para contemplar esto, que es como una guerra mundial, ¿no? Esta cosa…
Creo que nadie se lo imaginaba.
Y bueno, pero yo cumplí 58 años, pensé que algo así podía pasar en el 2200, en el 2100… (Risas).
Pensando un poco, muchas de las películas que nos asustaron sobre el futuro estaban todas más o menos por acá igual…
Y… las películas lo hacen a propósito, es como un avance de lo que se viene (Risas).
MALÓN MESTIZO
Durante el 2020, después de ese último show de Malón en Teatro Flores, si bien no hubo otras presentaciones de Malón o La H No Murió, hubo movimiento en la estructura…
¡No sé a qué te referís! (Risas)
Bueno, hubo una baja y un alta. Se sumó Javier Rubio.
Sí, bueno, no voy a entrar en detalles o indiscreciones con lo de Pato (N. Strunz), pero sí puedo decirte que hubo un proceso de desgaste. A Javier lo conocemos desde que era chiquito, desde que él tocaba en Trepanador. Después con los años nos distanciamos, nos dejamos de ver y eso, y el que me habló de él en su momento fue Andrés Vignolo (N. Manager) que me dijo “Ya tengo el batero”, y cuando me dijo “Javier Rubio”, le digo: “¡Ah, boludo! Lo conozco desde que era un nene”, si todavía iba al colegio secundario cuando lo conocíamos… Así que por ese lado se integró muy bien porque era una persona conocida, digamos, más allá de lo musical que toca muy bien también, los temas los sacó al toque. Pero bueno, los mejores ensayos son los shows, ahora tenemos muchos ensayos desde principio de año hasta ahora, aunque pocos shows y creo que la banda se ensambla en los shows, al menos, para mí. Y también la continuidad. Porque si haces un show por año también es lo mismo, aunque si vos tenés, no sé, tres o cuatro shows por mes, se va poniendo cada vez más afilado todo, le vas sacando filo al cuchillo.
¿Se sumó también desde la parte compositiva?
Javier no está participando en la composición porque ya veníamos laburando en eso. En realidad, el compositor, digamos, el que hace la estructura de los temas siempre fue el Tano (N. Romano). Incluso en Hermética. Hay más canciones que la letra es de Ricardo Iorio pero la música es del Tano. No lo quiero tirar abajo a Ricardo, que es muy buen compositor, pero el Tano, con los riffs y todas estas cosas, hasta partes cantadas, es gigante. Yo soy más bien autor, si tengo que ir y componer lo que voy a cantar para un riff, me cuesta mucho ¡Ojo! lo he hecho en muchas canciones y si me preguntás en cuáles ni me acuerdo, pero me gusta escribir. Entonces el Tano me dice “Bueno, te lo mando cantado”, así como avergonzado y le digo: “¡Sí, sí, sí! Vos no te persigas, vos interpretá, ya sé que no sos cantante, pero no sos cantante porque no te dedicaste a cantar, porque te si te hubieras dedicado a cantar desde joven como yo, quizá hoy serías un gran cantante”. A mí me sirve mucho eso y me gusta escribir sobre la melodía que el otro me dio. Funciono mejor así, me gusta mucho interpretar. No soy mucho del “¡Oh, soy el compositor!”, las composiciones no son mucho si no hay un buen intérprete que le cuente la historia al otro, de una manera creíble y amena, así como si fuera de la familia, como un hermano que te lo está contando. De hecho hay muchos compositores que nunca cantan, o sea, componen para otros. El caso de Luis Miguel por ejemplo, creo que no ha hecho una letra y sin embargo, lo escuchás y te llega al corazón. ¡Ni te imaginabas que te iba a hablar de Luis Miguel! (risas).
De hecho fue el primero que se me vino a la cabeza cuando hablabas.
¡Vi la serie! La parte 1, la 2 todavía no la vi. Me encantó. Me encantó el que hace del padre, muy guarro, muy bueno el actor.
Sí, es tan malo como Scar, el hermano de Mufasa en el “El Rey León”…
¡La tengo acá en DVD! En esa época que salió “El Rey León” la fuimos a ver al cine que mis hijos que ahora tiene 29 años el más chico. En los 90, bueno, eran unos niños y fuimos a verlas al cine, a esa y «Pocahontas» también (Risas)
CLAUDIO DE AMÉRICA
Pero está bien, mucha diversidad…
Y… yo escucho de todo, me gusta todo. Bueno, no sé si decir que no me gusta, porque como me dedico a la música no puede ser que no te guste la música, pero lo que no me atrapa es la cumbia, por ejemplo, la cumbia más moderna. Sí me gustan Los Wawancó, esas bandas que se escuchaban en mi casa y había discos en mi casa cuando yo era chico y que escuchaba en los bailes de carnaval. Qué se yo, nací en la década del sesenta y todavía los clubes de barrio contrataban artistas, iban artistas a tocar. De hecho, cuando yo tenía dos años mi papá era mozo en un club de Temperley y para carnaval, hacían los bailes y contrataban artistas y un día tocaron Sandro y Los de Fuego, ¡y Sandro me dio un beso! Pero yo no me acuerdo, mi mamá me llevó en brazos, se metió en el camarín, tenía acceso porque mi viejo era mozo del evento. Yo le pregunté a mi mamá qué hizo Sandro y ella me dijo que estaba todo transpirado… (Risas).
¡Qué buena anécdota!
Es más, te cuento, cuando Sandro murió y el cortejo salió de capital y todos iban para Banfield, yo vivía en Lavallol, que es, ponele, a 50 cuadras de Banfield. Y me agarró un impulso en un momento cuando estaba llegando, yo tenía una moto y con ella me fui hasta Banfield, esperé que llegara ahí,y me fui custodiando así al lado con los de Gendarmería, creo, no sé quiénes eran, ellos iban ahí con motos también, me puse ahí con ellos y me fui hasta donde en un momento no me dejaron pasar. Y me volví. Y también estoy acá en la isla por él, porque cuando murió, en un día dieron todas las películas, una maratón de las películas de él y hay una que se llama “Muchacho”, que es de acá, de la isla, y yo me estaba por ir de vacaciones y no tenía mucha guita… Dije, “me voy al Tigre” y bueno, desde esa época, ya vivo acá.
Sí, sí. Creo que es una fantasía de muchos alquilar la casa de la película también.
Claro. Yo llamé para alquilarla, pero no te la alquilaban para instalarte, la alquilan por el fin de semana. La conozco, la he visto un montón de veces. Es más, conocí al que manejaba la lancha, ¿viste que Olinda Bozán era la actriz, la que hace de la abuela? No manejaba ella realmente en la película, la maniobraba un patrón, se llama patrón de a bordo, y era vecino mío. Cuando me vine esa vez de vacaciones, alquilé una semana la casa. Y después se la alquilé todo el año, y durante ese año enfrente vivía Isidoro, que ya murió. Y él fue el que maniobraba la lancha para la película, y tenía fotos con Sandro, todos se quedaban a dormir ahí, y dice que Sandro terminaba de laburar, y pintaba asado y se quedaba hasta cualquier hora… le gustaban mucho las sobremesas largas y todo eso.
Qué lindo todo lo que contás…
Te cuento otra: cuando tenía 13 años me rateaba del colegio al que iba en Lomas de Zamora y nos íbamos con otro dos hasta el paredón de su casa de Banfield para ver el paredón nada más (Risas) ¿Qué cosa, no? ¡Qué intérprete! Yo lo conocí por mi madre, porque ella tenía los discos y la flasheaba con el chabón, no sé si tanto con los temas, por ahí eso lo cacé ahora de grande, ¿no? La imagen del tipo, los labios, me acuerdo que le miraba los labios que parecía como un corazón, terrible (Risas). Mi vieja tenía un disco que lo abrías al medio y el chabón estaba con un traje de vinilo así todo re-ajustado, con unos cordoncitos, ¡terrible! Podía estar tocando en Judas Priest así, con esa imagen (Risas)
Bueno, tal cual, sin duda es uno de los que nos infundió de rock también a nosotros, de alguna manera.
Sí, claro. Yo creo que ese beso que me dio, que no me lo acuerdo porque era muy chiquito… es como que me tiró una bendición para que me dedicara a cantar, ¿no? (Risas)
SCREAMING FOR CLAUDIO
Estaba pensando en esta admiración sincera que tenés por Sandro, y pienso que a tanta gente le pasa lo mismo con vos...
Sí, sí, es muy loco. A veces es como too much: ¡se tatúan mi cara! Me lo mandan al Instagram y me quedo como sorprendido, “firmame el brazo que me lo tatúo” me dicen, y yo: “loco, ¿cómo te vas a tatuar un garabato? No sé, tatuate la cara de tu mamá, de tus hijos” (Risas).
Bueno, yo justo no te puedo explicar mucho el por qué, ¡porque yo me tatué a Rob Halford!
¡Lo conocí! ¡Un capo! Escuchá, hablando de Halford, me pasó que toqué con internacionales, con varios, algunos ni los vi y con otros tuve la oportunidad de saludarlos. Yo no soy un hincha pelotas que va a la puerta del camarín a pedir fotos, si da, bueno. Ese día, era un festival que también tocaba Motöhead, creo que era un Monsters Of Rock, acá en Buenos Aires, en el año 2015, y bueno, fuimos ahí a verlo a Lemmy en realidad, y el que nos hizo entrar, fue Mikkey Dee, el baterista de Motöhead, un capo, divino también. Mikkey estuvo mirando el show de Malón todo el tiempo, y después nos hizo entrar a los camarines de ellos, y entonces vino el nuevo guitarrista de Judas (N. Richie Faulkner), porque se había ido K. K. Downing, se acercó a una valla y se puso a hablar con Mikkey, y yo ni idea de que era el guitarrista de Judas, ¡parecía un plomo! Porque era joven, ¡muy joven! Entonces viene Mikkey y nos dice que él iba a ver si venía alguno de los de Judas a saludarnos y sacarse alguna foto. Bueno, nos quedamos esperando y vino él, Rob Halford, que tenía problemas con la cadera, venía caminando medio despacito… bueno, saludamos y cuando nos vamos a sacar la foto nos abrazamos, y cuando me apoyó el brazo, te juro que sentí una cosa espiritual que no la sentí nunca, con nadie, no sé, una cosa así como que me abrazó Cristo, no lo puedo explicar. Fue una cosa del universo, ¡sentí una vibra! Un capo, la verdad. Ah, después lo vi en el año 2019 en Estados Unidos: nosotros estábamos allá, terminamos unas cuatro o cinco fechas que hicimos y después había un festival que se llama “Rockville” en Jacksonville, y tocaba Judas y un montón más, eran tres días. Al final de un tema, no me acuerdo cuál, las pantallas lo enfocaban a él y él señalaba a la gente y hacía reverencias, y bueno, ese día Claudio lloró (Risas). No de tristeza, de emoción del momento, de amor (Risas).
BUSCANDO RAZÓN
Estuve en el último show de Malón pre-pandemia, en febrero de 2020 en el Teatro Flores y todos nos prendimos fuego cuando se pusieron a tocar los clásicos y las canciones de Hermética, era sentir mucha emoción compartida con un montón de gente… Es sobrecogedor, te abruma eso de estar todos en el mismo nivel emocional. A vos te pasó con Halford. ¿Por qué creés que pasa eso con estas canciones tanto de Hermética como de Malón?
Y… Es difícil de explicar por qué te pasa eso, ¿no? Uno puede decir, las letras, esto o lo otro, sí, buenísimo, pero todo eso es materia. El tema es porqué uno siente cosas así, que no siente todos los días porque, viviendo acá en Argentina, y desde que tengo uso de razón, siempre fue difícil ganar un mango, empezar. Pienso en nuestros comienzos cuando teníamos 20 años, cuando el Tano tenía Cerbero, antes de Hermética, ya era muy difícil conseguir lugares para tocar, comprarte un equipo, comprarte una guitarra, comprarte un encordado, era inalcanzable… Disculpá, a veces me quedo colgado, se me cuelga el rígido… (Risas) La verdad que yo no tengo idea por qué le pasa eso a la gente con nuestras canciones, lo que sí hago es celebrarlo porque me siento afortunado de haber encontrado mi lugar en el mundo. ¿Viste que hay músicos que experimentan con las drogas? Bueno, yo fui al revés, era un drogadicto que experimentó con la música (Risas). Yo estaba en otra en mis comienzos, a mí mis amigos del barrio me empujaron el escenario, así literal: “Vos tenés que cantar” y yo no quería saber nada, cantaba para hinchar las bolas, todo bien, un rato. Y mis amigos me decían: “no, vos tenés que cantar en una banda de heavy metal”… y yo pensaba, pero si está de moda Soda Stéreo, ¿adónde voy a ir? ¿Qué me iba a poner yo con veinte años en vez de salir y divertirme a comprarme equipos y tener una disciplina? Pero bueno, Dios quiso otra cosa para mí (Risas).
Menos mal que te empujaron, entonces.
Y sí. La primera vez que escuché un aplauso, que éramos ultra amateurs, ahí fue donde me dije: «¡Sí, sí, quiero intentar con esto y que sea lo que Dios quiera!» El aplauso es el tesoro más grande que puede tener un artista, podés ganar millones de dólares, vender 40 millones de discos, comprarte la mansión, es todo buenísimo, pero no hay nada más valioso que el aplauso y la sonrisa, porque yo te cuento lo que veo desde arriba: veo las sonrisas, las caras de felicidad, que me tiran besos hombres, mujeres, y ese el tesoro más grande, ¿no? Sin haber querido, en un principio, dedicarme a esto. No porque no me gustara, sino porque pensaba que no iba a tener futuro.
La historia demostró lo contrario...
Sí, el destino no está escrito.
Yendo al tema que nos convoca, ¿esta versión nueva de “La H no murió” es un show de Malón homenajeando a Hermética? ¿Es un show de “La H no murió” como una entidad en sí misma? ¿Cómo hacen esa separación, si la hacen?
Yo creo que ya “La H No Murió” ya es como una banda paralela, si se quiere. Sí, surgió como para darle el gusto un poco a la gente, pero después terminó siendo algo en sí mismo. A mí me gusta cantar las canciones de Hermética, todo lo que canto, lo hago porque me gusta… “Yo canto porque me gusta”, creo que lo decía Palito Ortega. En casa se escuchaba Palito también (Risas – canta:) “Esa flor que está naciendo, se parece a mi mamá”… (Risas). Tenemos que tener en cuenta que todo lo que sea artístico no necesariamente nos tiene que apasionar, pero sí hay que respetarlo. A mí me genera mucha indignación cuando empiezan “ah, esto es una mierda, esta banda es una mierda”, y se les hace bowling (sic). Eso me parece que está mal porque la cultura también es educación y hay que apoyar a los artistas, no solo musicales, actores, artistas plásticos, lo que fuere, porque eso educa también a la gente, ¿no es cierto? Y educa con mejor intención que poner los noticieros y que te muestren un robo en tiempo real y toda esa mierda.
¡Y caramba si han educado con Hermética! Estaba pensando que justo son los 30 años de «Ácido Argentino» y ahí hay mucho para aprender. De hecho, hoy, cualquiera de las canciones es vigente.
Sí. Y de todas maneras en ese momento que las grabamos, no pensábamos en que eso iba a transmitir un mensaje, era simplemente inventar algo para salir a rockear (Risas) Y después se convierte en eso. Es asombroso pero en realidad, nosotros desde adentro lo hacemos para divertirnos. Nosotros primero ¿no?, lo hacemos para cagarnos de risa y sentirnos que somos, no sé, Led Zeppelin, fantasear con esas cosas. O Vox Dei, ponele, porque no estoy nombrando bandas nacionales de las que he mamado mucho también.
En el momento ese en el que todo surgió, ¿no se te cruzó la idea de que podían llegar a tener la trascendencia a la que llegaron?
No, no. Cuando empecé yo pensaba que no iba a tener futuro, que iba a ser una aventura de un par de años… justo murió Charlie Watts, hace poco, y me acordé de una nota a los Rolling Stones, que vi en un documental: le preguntan a Mick Jagger por cuánto tiempo se van a dedicar a esto y Jagger re jovencito dice “no sé, un año o dos más” (Risas) Tendría 20 años en ese momento. Y mirá, es la única banda que no se separó nunca. ¿Viste esa cosa de las tribus de los rolinga, los reggae, los estos, los aquellos, los heavys? No comparto la división por tribus. A mí me parece que hay una gran tribu del rock y abarca muchas diferentes expresiones, unos tocamos todos así como unos monstruos y otros no tanto y otros le ponen unos tecladitos, pero en definitiva es el rock, que es la contracultura en un momento, pero después el sistema también te chupa y te mete en MTV y MTV ahora es un canal de novelas, de realities sexuales, que no tengo nada contra eso tampoco, pero el sistema, ¿no? Pero bueno, tampoco nos podemos apartar del sistema completamente, sino aprovecharlo lo mejor que podamos para demostrar que somos cristianos, sin ser practicantes ni ir a la Iglesia, ni tener la Biblia en la mano. Somos cristianos en el sentido de que evangelizamos con nuestras canciones, como lo hacía Jesús. Yo no sé si será una leyenda o fue verdad, pero el mensaje es muy bueno, como el “Sermón de la Montaña” como para que el ser humano, aprenda… Hay una parte del “Sermón…” que dice “¿Por qué trabajan, por qué van a trabajar, si Dios les provee, si las aves tienen comida todos los días y no trabajan, al contrario, cantan, nos conmueven con sus colores, colores…” (Risas) Bueno, el sistema nos obliga a eso, entonces tenés que tener un laburo, tenés que tener un auto, tenés que tener, si no, no sos nada, y no es así. O sea, no es que somos buenos como creación de Dios, y Dios puede ser lo que a vos te parezca. Estamos arruinando el planeta, quitándole el hábitat a otros hermanos nuestros que son los animales, a los que también le pusimos nosotros ese nombre, “animal”… Un saludo para Andrés Giménez (Risas).
Justamente, en muchas entrevistas vos también dijiste que sos un animal de escenario.
Así es, sí. Pero alguien me lo dijo: “Vos sos un animal de escenario”. Y sí, a mí eso me gusta grabar discos, lo que más me gusta es la misa de los shows.
AJENOS AL TIEMPO
¿Y cómo están preparándose para los shows venideros?
Estamos preparando un lindo show, con batero nuevo, no hay mucho cambio de repertorio. Además estamos en proceso de composición para un nuevo disco de Malón, y con respecto a O’Connor ya estoy trabajando con el con el que va a ser el productor del disco. Tengo 30 canciones de O’Connor y tengo que elegir 10, porque se viene postergando, entonces se van sumando temas. Y después está también el desafío de hacer un disco con La Bestia (Risas).
Con el tiempo te consolidaste muchísimo como intérprete y justamente, el tener esta diversidad de proyectos, te permite explorar distintas gamas.
Sí, si quisiera podría cantar siempre igual, pero nada, Dios me tocó con una varita con un don que yo puedo ir desde lo totalmente histérico a una cuestión así más climática. Lo que más me gusta cantar es a lo que lo que me he dedicado, no sé, ahí saco todo… No sé si puedo cantar tango, ponele, es difícil cantar tango, lo tenés que tener en la sangre. Pero lo que tiene que ver con el rock, y el pop también, en definitiva… son rótulos, porque “pop” significa “popular”, no es, en sí, un estilo de música, es una cultura, que nació en los años 60, como yo (Risas).
Buenísimo que están acá y están activos, y que la sociedad con el Tano esté tan arraigada.
Al Tano lo amo. Nos conocemos de antes de tocar juntos e incluso cuando me vinieron a proponer lo de ir a probarme a Hermética, no quiero quedar mal con esto, pero lo que más me atrajo fue que estaba el Tano. Porque yo había tocado con él en un festival. Yo con la banda Mark 1 y él tenía Cerbero, tocamos el mismo día, y yo había visto fotos en una revista que tenía una sección de bandas emergentes y ponían una pequeña galletilla, siempre lo chequeaba eso para ver si salíamos nosotros (Risas). Y cuando vi la foto de Cerbero me cayeron re simpáticos, me encantó, había unos ataúdes atrás, sin terminar aparte, eran unos ataúdes que no estaban pintados todavía y todos en cueros, y dije “¡Qué locos que están estos!” Y bueno, después tuve la oportunidad de conocerlo y tocar, y cuando escuché la guitarra del Tano, su manera de tocar, nada, es mi ídolo. Lo adoro así como guitarrista y como compañero. Es el padrino de mi hija, es un hermano de la vida, y qué sé yo, a veces nos peleamos. He sido muy cruel con él a veces, pero jamás él se enojó conmigo o dejó de hablarme o vino a decirme: “vos sos una mierda, Claudio”. Tengo con él un vínculo espiritual y sobre todo musical… Nada, lo adoro.
Esto de las conexiones espirituales me hace pensar; imagino que debe pesar el pedido de la gente por Ricardo, pero tal vez esa conexión no esté.
Nunca estuvo. Si bien nos divertíamos mucho y le ha pasado muy bien, tampoco quiero decir la verdad (Risas). No reniego de haber compartido con él Hermética, Ricardo es el padrino de mi hijo… o era… pero bueno nada que ver con la personalidad del Tano, esa cosa de amigo. A veces hay personas que se comen el personaje. Yo también me hago cargo del personaje, porque creo que al público, en realidad, más que mi voz le gusta el personaje, ¿no? Pero bueno, el personaje es en el escenario, después abajo no, no me vengas a venderme vos a mí que tocás conmigo… qué oh, que no sé qué. Como te dije hoy, soy un drogadicto que empezó a experimentar con la música; en el caso de él, es un músico que empezó a experimentar con las drogas de grande, y lo que no hiciste de chico, no da que lo hagas de grande. Te voy a decir una frase de Charlie Watts: “la droga no es para cualquiera”. Y le rendimos homenaje y brindo por él, por todo lo que aportó.
Antes de irnos, a título personal te tengo que felicitar porque la cerveza “La Bestia…” es fantástica y la extraño. ¿Para cuándo va a haber más Bestia?
Pasa que no tenemos presupuesto como para fabricar demasiado, los chicos que hacen el líquido tampoco son unos magnates de la cerveza. Pero va a volver, la que vos probaste tenía whisky, ahora hicimos una nueva fórmula con vodka. La cosa es que si vos fabricas 200 mil latas te cuesta centavos, pero como no tenemos para hacer 200 mil latas, todo nos cuesta re-caro, la etiqueta, el enlatado… y la pandemia, al cortarnos el laburo, al no tener ingresos, quedó en stand by, digamos. Pero va a volver, porque es muy buena, no porque sea mía, es muy buena porque el producto de los chicos, Martín y Nico, que lo fabrican, es excelente. Yo sólo le pongo la marca.
¿Querés dejar un mensaje para los lectores de MADHOUSE?
¡Vénganse a los shows! El 4 de septiembre estuvimos en GAP de Mar del Plata. Ahora, el 24/9 estamos en Villa María, en el Teatro Verdi; el 25/5 en Ciudad de Córdoba, el 23 de octubre en Obras y el 19 de Noviembre en Santa Fe.
Bueno, Claudio la verdad que ha sido un placer charlar con vos. ¡Te lo agradezco mucho!
No, te agradezco yo a vos por seguir dándonos pelota y teniéndonos en cuenta. Porque viste que todo cambia rápidamente, de un día para el otro, y eso también es un poco increíble que después de tantos años todavía haya una especie de atención hacia nosotros, que ya estamos pisando los 60 y con mucha alegría, porque nada, el sistema te dice que, bueno a los 40, ya no servís más. Así que bueno, agradecido de que siga existiendo MADHOUSE y que siga existiendo el rock en todas sus formas, gracias por seguir apostando al rock a pesar de que la tendencia es otra, por ahora… ¡Ya seremos gobierno!
Profesora de Filosofía (UBA), oriunda del reducto metálico de Tres de Febrero. Escritora. Fue integrante del Grupo de Investigación Interdisciplinaria sobre Heavy Metal Argentino (GIIHMA). Es voluntaria en Chicas Amplificadas, Rock Camp. Cuenta con experiencia en gestión de redes, contenidos, producción y conducción radial. Asistidora serial a recitales de metal. Metalera femininja.