Hoy en día todo lo que tiene que ver con la música es digital (da la impresión de que hasta nuestra ropa interior también lo será, en cualquier momento) pero hace 23 años esto era un tema aún lindante con la ciencia ficción… Los invitamos a conocer la historia de la primera venta oficial de música por Internet, que tuvo al sello Capitol y a una conocida banda de los 80 como protagonistas.
Debido a que en 1997 la industria discográfica todavía estaba amasando cantidades obscenas de dinero producto de la venta de plástico, había poco interés o impulso para entrar al universo digital, más allá de un CD estándar. Pero el sello Capitol Records necesitaba inventar algo, sacar un conejo de la galera, descolgarse con un truco de alguna clase para revivir la carrera de Duran Duran, una banda en declive en aquel momento que -paradójicamente- en sus momentos de gloria ochentosa había llegado a enorgullecerse de su futurismo.
Los DD estaban a punto de lanzar un álbum llamado “Medazzaland”, que siguió al pobremente recibido álbum de coverss “Thank You”. El bajista John Taylor había abandonado la banda en enero de 1997 antes de que se completase la grabación, dejando solo cuatro canciones; su lugar fue ocupado por el ex Missing Persons Warren Cuccurullo (por favor, abstengámonos de chistes, chascarrillos, retruécanos y rimas fáciles con este apellido). Lo cierto es que tras ver la lista de temas había uno que sobresalía por su nombre y que muy probablemente en la mesa de trabajo (es un decir) de los ejecutivos de marketing de Capitol haya inspirado un diálogo más o menos como el siguiente:
“¿Y si hiciéramos el nuevo single en un formato disponible para la venta en Internet? Después de todo, se llama ‘Electric Barbarella’, que toma parte de su nombre de una película de ciencia ficción bastante kitsch”, dijo algún cerebro de Capitol.
“Y no olvidemos que Duran Duran es el nombre de un personaje de esa misma película”, dijo otro de los titanes del marketing.
“Fenómeno. Sale con fritas. Ahora… ¿cómo hacemos esto?”, preguntó el primer ejecutivo. Que en realidad fue una ejecutiva llamada Robin Sloan Bechtel, en ese momento senior director de nuevos medios en Capitol.
El hoy celebérrimo MP3 apenas había comenzado a filtrar su existencia en la conciencia pública, pero no había manera de que Capitol se arriesgara a vender música en un formato digital imposible de desbloquear. Contrataron entonces a la empresa Liquid Audio para manejar la distribución, y estos pusieron la canción disponible para la venta a 99 centavos de dólar… Con cinco minutos de duración, su descarga podía resultar eterna (hasta una hora, si la conexión a internet ayudaba) usando un típico módem de acceso telefónico. Probablemente Capitol no ganó casi nada con este experimento, amén de afirmar que este fue el primer single de la historia en venderse a través de Internet.
Esa afirmación es una patraña en realidad, ya que la música había comenzado a figurar a través de Internet desde 1992. Y luego está el hecho molesto de que Aerosmith tuviera un tema llamado “Head First” disponible en línea a través de CompuServ en junio de 1994, claro que como descarga gratuita… En fin, con buena voluntad es posible darle a DD y a Capitol un aplauso por su coraje.
Al final, sin embargo, el plan disparó por la culata: las disquerías simplemente odiaron la idea. “¡Sigan haciendo estas cosas y nos vamos a la quiebra! ¡Vendemos plástico, no bytes! No vamos a vender ese disco. ¡Váyanse al diablo!”… y sí, parece que algo de razón tenían. Mientras disfrutan del single aquí abajo, en video y en formato digital para la hoy omnipresente internet, lean más de toda esta historia en este completo reportaje-informe que publicó Billboard… y sin pagar un solo centavo.
Periodista especializado en artes, espectáculos, gastronomía y cultura pop. Co-fundador de las revistas argentinas Riff Raff (entre 1985-86) y Madhouse desde 1989 hasta 2001. Director del primer fanzine de habla hispana dedicado a Kiss y autor junto a Carlos Parise del libro «Heavy Metal Argentino» (1993).