PACIENTE: SHEVILS – “Miracle Of The Sun” (Tartarus 2021)

HISTORIA CLÍNICA: Noruega vendría a ser el país musicalmente más extremo de la región escandinava. A veces opacada por la vecina Suecia, lugar donde el rock and roll goza de buena vida con exponentes reconocidos a nivel mundial que ayudaron a redefinir el sonido de varias bandas de larga trayectoria, supo ser el epicentro de la nueva ola del black metal y aún hoy cuenta con varios grupos de primera categoría tales como Burzum, Dimmu Borgir, Mortiis y Emperor por citar solo a algunos, sin olvidar a adalides rockeros como Turbonegro, Gluecifer, Audrey Horne y los geniales Kverlatak.

Pasando a la banda que aquí nos ocupa, desde hace más de una década este cuarteto de Oslo llamado Shevils ha recibido grandes elogios y atención por parte de la crítica especializada, ya fuere por sus tres lanzamientos previos o por sus poderosas actuaciones en vivo. Integrada por el vocalista Anders Voldrønning, el baterista Anders Emil Rønning, el guitarrista Andreas Andre Myrvold y el bajista Johan Staxrud, la banda trae un sonido que puede describirse como una fusión interesante entre hardcore y punk noise, algo que se inscribe en la “nueva ola” denominada post hardcore y que continúa el legado de la banda (también escandinava) Refused con aquel maravilloso y ambicioso disco del ’98 llamado “The Shape of Punk To Come”.

Desde el vamos, “Miracle Of The Sun” deja su huella; un pulso sónico arranca con “Black Ace”, tema ganchero de riffs entrecortados y un vozarrón  que te canta las cuarenta a grito limpio. El tema que da nombre a la placa resume el potencial de la banda, compuesto de fuerza y melodía: pese a parecer la típica banda gritona y arengadora, encuentran la melodía entre el despliegue sónico y permiten al oyente recordar los estribillos y cantarlos tras un par de pasadas. «Scandinavian Death Star”, con sus concisos 2.32 minutos, vendría a ser el mejor exponente del nuevo sonido de Shevils: directo, corto y potente como un gancho de Mike Tyson que llega sin aviso y te deja contando estrellitas sin saber qué pasó.

Sucede algo parecido con canciones como “Wet Soaking Wet” y “We Failed This World”, las cuales pueden sonar inicialmente simplistas pero están construidas  a base de guitarras densísimas que adornan y aclimatan la furia de Voldrønning – no me pregunten por qué, pero la voz tiene ciertos guiños a Paul Stanley (!). “No More You” demuestra que el cuarteto tiene mucha nafta en el tanque: impulsado por el bajo (soberbia labor de Johan Staxrud en las cuatro cuerdas), pareciera que cada integrante se olvidara del resto generando una aparente disgregación pero todo tiene un retorcido sentido ya que explota en el momento justo y el caos se organiza. El final, de la mano de “It Never Ends”, termina de aportar dinamismo sonando como una suerte de Foo Fighters deformes y la conjunción de la voz rasposa con coros híper melódicos.

DIAGNÓSTICO: “Miracle Of The Sun” logra unir opuestos al parecer antagónicos, sonando accesibles y complejos a la vez, melódicos pero disonantes y oscuros aunque optimistas. Cualquier interesado en descubrir esta ambivalencia musical encontrará en este álbum un buen exponente, a cargo de una banda aún no muy popular por estos lares, pero que bien vale conocer y darle una oportunidad.

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