(N: Esta nota fue publicada originalmente en la fan page de Facebook de Revista MADHOUSE en 2018 – la rescatamos por su importancia y relevancia. ¡Que la disfruten!)

Mientras Willy Quiroga y Ricardo Soulé celebran cada uno por su lado -y en Tribunales- los 50 años de vida de Vox Dei (con una restricción sobre el uso del nombre impuesta por Ricardo hacia Willy), la banda relanzó en CD dos discos casi perdidos de la mítica banda: «Estamos En La Pecera» de 1975 y «Ciegos De Siglos» de 1976. Con respecto a las reediciones y al festejo del medio siglo de la banda, el legendario Willy recordó esa etapa -vía e-mail- en exclusiva para MADHOUSE.

Vox Dei surge como Mach 4 en 1967, pero vos ya llevabas varios años tocando… ¿Cómo fue esa época antes de fundar Vox Dei?

Comienzo por el principio entonces… Comencé a tocar la guitarra criolla a los diecisiete años y durante diez estuve aprendiendo distintas disciplinas musicales, como folklore a cuatro voces donde yo cantaba el bajo, y hacíamos la apertura del show de Margarita Palacios (N: reconocida compositora y cantante folklórica catamarqueña, considerada como una de las precursoras del boom del folklore argentino producido a partir de la década de 1950) con temas de Los Fronterizos. Después pasé a tocar cumbia con un bajo que me dio un amigo, lo que me permitió trabajar en un cabaret de Pacheco donde hacíamos tres entradas por noche de martes a domingo con un trío de guitarra, bajo y tumbadoras; una formación extraña pero que nos fue muy útil.

Luego a los veintidós aparecen Los Beatles y me compro una guitarra eléctrica y las partituras de sus temas, armo una banda y empezamos a tener muchos shows. Todos esos años fueron además de un aprendizaje, la búsqueda de la banda con la cual soñaba. Por eso, a mis veintisiete años y con diez de experiencia, me encuentro a Rubén BasoaltoJuan Carlos Godoy y Ricardo Soulé y consideré que había encontrado la banda que me representaba. La nombré Mach 4, y luego a pedido de Mandioca (N: el sello que editó su primer disco) cambiamos el nombre. Le puse Vox Dei y claro… cometí la torpeza de no registrarlo en marcas y patentes… no creí que nadie se atrevería… ¡me equivoqué! Tras la partida de Godoy y la primera partida de Ricardo en el ‘75, Rubén y yo nos propusimos nunca dejar Vox Dei, porque era lo que habíamos soñado.

Y ahí es donde comienza la etapa de «Estamos en la Pecera» con Carlos Michelini…

No sé cómo, pero un día Rubén aparece con Carlos Michelini, un violero claramente distinto. Enseguida entendimos que la idea era seguir adelante y hacer algo que creo, a la distancia, fue un Vox Dei Experience. “Estamos…” es el más loco de nuestros álbumes,  pero no deja de tener un vuelo importante e inesperado.

¿Por qué eligieron ese nombre para el disco?

“Estamos…” surge porque estábamos siendo observados como peces raros. Tanto los dibujos como el montaje de la foto de tapa son míos, por supuesto sin registrar, como el hombre árbol que dibujé para el disco “La Biblia”

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Pasemos a “Ciegos De Siglos”. Tanto Díaz como Fernández ya tenían una trayectoria hecha con el grupo La Máquina. ¿Cómo fue que decidieron sumarlos a Vox Dei? ¿Cuál fue el aporte de cada uno?

Michelini decide viajar a España, así que nuevamente quedamos dos. Convocamos a Enrique Avellaneda que tocaba guitarra rítmica y era dueño de una poderosa voz, y a Rulo Fernández, un guitarrista salvaje diría yo, con solos espectaculares. Y de esa manera se grabó “Ciegos De Siglos” que significa que no vemos cuál es la realidad de nuestro yo interior y seguimos en la absurda senda del  odio, la maldad y la soberbia de creernos un ser superior.

En ese disco, la banda recuerda un poco el espíritu más rockero de los primeros álbumes. ¿Cómo ves esas canciones a la distancia?

Para mí es un hermoso álbum con distintos tonos, tanto musicales como tímbricos y de una intrascendencia solo explicable por la estupidez de la compañía en ese momento. Tantas horas de ensayo y de grabaciones para luego enterrarlas en un cajón… claro, me digo… ya el A&R de la discográfica había cobrado su cometa por un trabajo que hicimos nosotros y no él.

A pesar de la poca difusión, tenés un buen recuerdo del disco…

Me siento orgulloso de ese álbum y de mis compañeros por todo el amor y dedicación que pusieron para darle ese toque que logramos darle a mis letras. Desde ese momento, yo debía ser el generador de ideas y me hice cargo. Por ejemplo, el tema “Espontáneo Y Simple Como Un Blues” es una zapada vocal de Enrique Avellaneda sobre un dibujo que le puse enfrente, ya que no tenía letra. Es el mismo dibujo que esté en la contratapa del disco.

Muchas reediciones (sobre todo en Argentina) no suelen tener el visto bueno de la banda. En estas, vos tuviste acceso a las cintas originales. Contanos cómo fue esa experiencia y en qué consistió

Tuvieron la deferencia de invitarme al trabajo de remasterización y lo hicimos a conciencia tratando de darle un sonido actual a algo grabado muchos años antes. Lo que no entiendo es el bonus y ni siquiera recuerdo haberlo grabado. Da la impresión de que fue un momento de zapada y calentamiento en la sala (N: se refiere al tema “Qué Te Sucede” que figura como bonus track en la reedición de «Ciegos…«). Bueno… nada ni nadie es perfecto. Y así fue… así.

DOS DISCOS BAJO LA LUPA. Corría 1974 y mientras se avecinaba una etapa oscura y sangrienta en la historia argentina, Vox Dei vivía una época de cambios. Con Manal, Los Gatos y Almendra ya separados, el power trío  se aprestaba a cumplir su primera década de vida, siendo uno de los pocos sobrevivientes de la era fundacional del rock local. Pero antes Willy Quiroga y Rubén Basoalto debían cumplir con una tarea difícil: reemplazar a Ricardo Soulé, su guitarrista, cantante y principal compositor que comenzaba una carrera como solista. La primera opción fue volver al formato de cuarteto (tal como había sido fundada la banda con el segundo guitarrista Juan Carlos “Yodi” Godoy) incorporando a los guitarristas Beto Fortunato y Carlos Michelini, con quienes grabarían solamente un tema para un compilado. Ya solamente con Michelini y volviendo al formato de trío (una constante que se repetiría con el correr de los años), la banda encara la grabación de su séptimo disco de estudio.

“Estamos En La Pecera”, ya desde el tema que le da nombre y abre el disco (un instrumental con un extenso solo de batería), marca a las claras el inicio de una nueva etapa: un espíritu de zapada, aires progresivos y cierta libertad jazzera se hacen presente en los seis tracks. El disco combina riffs potentes como “Choque De Corazas” con momentos más melódicos (la balada “Mientras Susy“) y un tour de force (“Debes conocer las cosas que andan mal”) que no desentonaba en el panorama rockero internacional de la época. A nivel técnico, la reedición (remasterizada sobre las cintas originales) afortunadamente ajustó el sonido a los tiempos que corren y agrega por primera vez en CD a “Nada Es Tan Difícil Como Estar Vivo” el único tema grabado con Fortunato en la alineación. Luego de presentarlo en vivo en varias oportunidades tratando de revertir la poca difusión del sello discográfico, finalmente Michelini decide radicarse en España (donde continúa viviendo al día de la fecha), dejando a Quiroga y Basoalto nuevamente en la difícil tarea de continuar con  nuevos integrantes.

Para el siguiente trabajo, los elegidos también serían dos, aunque con una trayectoria más reconocida: Enrique “Avellaneda” Díaz en guitarra rítmica y voz, y Raúl Fernández en guitarra líder. Ambos habían formado parte de La Máquina, banda que derivaría en una de las tantas formaciones de Pappo’s Blues. El nombre del nuevo disco fue “Ciegos de Siglos”, y este Vox Dei modelo 76 intentaba regresar a las fuentes tratando de recuperar parte de la magia perdida. El cuarteto contaba a su favor con la voz de Diaz, con un timbre cercano al de Javier Martínez de Manal, lo que le dio al sonido de la banda una atmósfera más blusera y soulera, tal como lo demuestra el tema precisamente titulado “Espontáneo y Simple Como Un Blues”

“Ciegos De Siglos”, muestra a un Vox Dei por momentos más rockero con pasajes disfrutables como la apertura “La Ceremonia Es Total” y “Extraña Visita”, que adelantan el futuro pesado de Díaz (más adelante, además de formar parte de la banda de Pappo, también integraría Boxer, el proyecto post Riff de Boff Serafine), combinados con el toque más melódico característico de Willy como en el tema que da título al disco… A modo de bonus track, la reedición (también producto de las cintas originales) agrega la inédita y rockera “Qué Te Sucede”, sobrante de las sesiones de grabación. Con fotos de la época, contexto histórico pertinente y el arte de tapa original, estas reediciones representan una saludable iniciativa destinada a aquellos nostálgicos que todavía apuestan al formato físico en tiempos de streaming.

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