Son tiempos difíciles para los artistas, es por eso que en MADHOUSE seguimos bancando la movida emergente. Hija del legendario Juan Antonio Ferreyra (más conocido como JAF), Virginia Ferreyra comenzó su carrera desde muy pequeña, hasta consolidarse como una de las promesas más rutilantes del rock local. En esta interesante charla vía correo electrónico, Virginia habló con MADHOUSE sobre sus influencias, el escape de la rutina y la vida post pandemia. Los resultados… a continuación.
¿Cómo habías arrancado el año antes de la pandemia?
Afortunadamente, este año empezó con muchos shows. Fui a la costa como cinco o seis veces durante los meses de enero y febrero, y además tocamos en el motoencuentro de Villaguay, Entre Ríos, con la banda. Marzo venía igual, tuvimos varios shows. Desafortunadamente, el primer show que tuvimos que cancelar fue el del 18, a dos días de que se hubiera decretado el distanciamiento social obligatorio… Ya teníamos muchas fechas programadas para abril en ese entonces, que lógicamente también tuvimos que postergar.
¿Cómo te viene tratando la cuarentena? ¿Cómo te afectó artísticamente? Estuviste muy presente en redes…
Personalmente, veo esta cuarentena como un gran desafío. Mi principal método de enfrentarla es no permitir que el tiempo que estamos pasando en reclusión sea tiempo perdido. En ese aspecto, las redes sociales para mí fueron sumamente importantes. Por un lado, porque me permiten mantener el contacto con la gente y seguir difundiendo mi trabajo, pero además porque hoy en día representan la manera en que puedo seguir presentándome en vivo y trabajar de lo que tanto amo. En cuanto a lo artístico, estos meses creo que representaron para todos, una oportunidad de introspección y búsqueda personal, y en mi caso particular, la música es una extensión de todas esas sensaciones y reflexiones, así como una válvula de escape.
Comenzaste tu carrera haciendo versiones de varios artistas hasta que llegó la edición de tu disco “Claroscuro”: ¿qué balance hacés del álbum? ¿Cómo fue la respuesta de tu público?
Para mí, “Claroscuro” es un excelentísimo primer paso discográfico. El audio que tiene le dio fuerza a mis canciones, que yo ya venía presentando en mis shows, y junto con ese sonido se reforzaron también las letras de los temas… Hoy, a la distancia, estoy orgullosa del disco, de todo lo que aprendí al grabarlo, y no cambiaría nada, porque cualquier cambio alteraría esa identidad única que tiene. La recepción del disco fue sumamente cálida y aún hoy me llegan comentarios bárbaros sobre él.
Tu papá te apoyó en tu carrera artística desde pequeña. ¿Cómo fue crecer junto a un músico profesional? ¿Qué enseñanzas tomaste de él para forjar tu propio camino?
Creo que lo más importante es que pude ver el detrás de bambalinas desde chica, el andamiaje de la profesión, por así decirlo. Es un trabajo del cual, muchas veces, sólo se ve el resultado y no todo el esfuerzo que hay detrás. Bueno, yo pude ver todo ese esfuerzo y me hizo saber que para que las cosas salgan como uno espera, hay que arremangarse y esforzarse; moverse constantemente, buscar, investigar y ser tu propio motor para poder llegar a donde querés.
¿Cuáles son los discos/artistas que más estuvieron sonando en tu equipo durante la pandemia?
(Risas) ¡Es difícil responder eso porque, justamente, una de mis rutinas es tratar de escuchar al menos un disco nuevo por semana! “Nuevo” en el sentido de “disco que nunca escuché completo”. Así que en esta cuarentena he pasado por cosas muy distintas: Stevie Ray Vaughan, Larkin Poe, Taylor Swift, The Weeknd, WASP, Scorpions, Pomme, Don McLean, Skid Row, Van Halen… ¡Realmente variado!
¿Qué lugar queda para el arte dentro de la rutina que nos impone el contexto?
En mi perspectiva, el arte ocupa todos los lugares. Está siempre y en todo, sólo hay que saber encontrarla. La gracia está en poder ver con nuevos ojos, eso es lo más difícil. Uno de los factores que juegan en contra de eso es la sobreoferta de información de los medios y redes sociales, que te dan el contenido servido en bandeja, sin invitar a la reflexión. En esa reflexión es donde uno puede encontrar quizás el origen de una nueva canción, una nueva pintura, un nuevo poema, lo que fuera.
Cuando el contexto lo permita: ¿cuáles son los planes a futuro?
Ahora mismo puedo anunciarte tres fechas (dos de las cuales me permitirán volver a pisar un escenario) que se van a llevar a cabo dentro de los márgenes de las medidas aprobadas actualmente: el 7 de noviembre vamos a tocar junto a mi banda (¡¡el primer show desde marzo!!) en Glew, provincia de Buenos Aires. Ese show se transmitirá virtualmente, así que podrán verlo desde cualquier rincón del mundo. Después, voy a participar en el Festival Abbott Rock, el cual este año se va a hacer en formato virtual. Eso va a ser el 14 de noviembre. Y el 20 de noviembre vamos a tocar con mi banda en el SKY CINECAR, un autocine ubicado en Canning, también como acto soporte del show de JAF y su banda. Las tres fechas me hacen sentir sumamente feliz y agradecida, pero tengo que reconocer que mi equipo y yo trabajamos muy duro y buscamos incesantemente cada una de las oportunidades que se nos presentan.
La pregunta del estribo: ¿por qué los lectores de MADHOUSE deberían escuchar tu música?
Cada artista tiene algo único para decir, algo especial que, quizás, puede llegar a ser especial para el oyente también. Una nota cantada de cierta manera, una frase… La conexión con la música es mágica y uno la reconoce al instante; pero para que haya conexión, hay que dar al menos una oportunidad y escuchar.
Baterista frustrado, docente y periodista especializado en cultura y espectáculos. Creador del programa La Isla de los Monos, ha colaborado en Rock.com.ar y las revistas Efecto Metal, Mala Difusión y Devils Beat Records Mantiene su blog Film Song (www.film-song.blogspot.com) desde 2005.