El 26 de octubre de 1981, Queen lanzó un memorable single grabado en colaboración con David Bowie. En su momento esta canción -compuesta entre tensiones y lucha de egos y alimentada por el vino y la cocaína- terminó anotando otro éxito indeleble en el repertorio de Queen y revitalizando la carrera de Bowie. Incluso el título parecía apropiado: «Under Pressure”, es decir “Bajo Presión». Los invitamos entonces, sin presión alguna, a conocer los pormenores de esta pequeña gran obra, a casi 40 años de su lanzamiento.
En el verano boreal del lejano 1981, los miembros de Queen –el frontman Freddie Mercury, el guitarrista Brian May, el baterista Roger Taylor y el bajista John Deacon– estaban armando nuevas canciones en los Mountain Studios de Montreux, Suiza, que habían comprado en 1979 y donde grabarían seis discos de estudio. (Un productor lo compró en 1995; hoy es un museo llamado Queen: The Studio Experience). Y ese año, cuando David Bowie pasó por los estudios a saludar a su buen amigo Roger Taylor, hizo lo propio con Mercury: llamativamente, ambos se encontraban en diferentes puntos en sus carreras. Queen era un éxito comercial mucho más grande, pero Bowie era el favorito de los críticos. Bowie y Mercury eran a su vez artistas muy teatrales, pero el glam rocker era considerado genial, mientras que la revista Rolling Stone tildaba a la voz de Mercury como “un rascado de garganta», y a Queen como «la primera banda de rock verdaderamente fascista» (¡!). Pero los dos cantantes apreciaban mutuamente sus talentos musicales, y cuando se reunieron una noche de julio de aquel año para una maratónica sesión alimentada por vino y drogas, terminaron componiendo y grabando una canción que benefició a ambos y quedó en la historia grande del rock de los 80.
El contexto en el cual se reunieron ambas potencias no es un dato menor: recordemos que durante los setenta, Queen se había convertido en una de las bandas de rock de estadio más grandes del mundo, gracias al éxito de temas que aún hoy se escuchan en la radio como «We Will Rock You», «Another One Bites the Dust» y «Bohemian Rhapsody», el tercer single más vendido en el Reino Unido de todos los tiempos. Sus deslumbrantes conciertos incluían disfraces extravagantes, parrillas gigantes de luces y canciones vaudevilianas de alto nivel que mostraban la sorprendente gama vocal de cuatro octavas de Mercury. Los primeros años de la década de 1980 fueron una época de excesos para la banda, como dijo Brian May a la revista Mojo en una entrevista de 1999, afirmando que estuvo a punto de destruirlos a todos: «Fuimos la cosa más grande del mundo durante cierto tiempo y todo lo que eso conlleva realmente confunde tu mente de alguna manera».
Volviendo al ’81, Bowie, mientras tanto, estaba escondido en la cercana Vevey, recién divorciado de la actriz-modelo Angie Barnett y trabajando en el tema “Cat People” (del productor Giorgio Moroder) para la película homónima, tras una gira mundial que había completado sin su copioso consumo habitual de cocaína. En ese momento el camaleónico artista ya había pasado por varias iteraciones de su siempre cambiante carrera, como el rockero glamoroso Ziggy Stardust, el cantante de la así denominada «alma plástica» en el tema «Fame» y la estrella de la película de culto “El Hombre Que Cayó A La Tierra”; en lo musical, los finales de los 70 vieron sus colaboraciones electrónicas con Brian Eno. Si bien la variedad sin duda estimulaba el genio creativo de Bowie, también confundía a sus fans, quienes tuvieron dificultades para terminar de entender qué Bowie estaban presenciando. Y al igual que Freddie Mercury, Bowie no era ajeno a los excesos de la época, aunque su imagen pública era más peculiar y extraña en contraste con la audacia descarada de Mercury.
En julio de 1981, cuando Bowie se detuvo en los Mountain Studios, como contó May en 2016 al Daily Mirror, los músicos decidieron que la mejor manera de conocerse sería tocar juntos (La leyenda dice que Mercury conoció a Bowie en 1969 en Londres, mientras trabajaba en la zapatería del famoso Alan Mair en Kensington Market y le ayudó a calzarse un par de botas al ya famoso cantante). Taylor le pidió una colaboración para lo que sería el futuro y polémico disco “Hot Space”. Bowie aportó su voz en el tema “Cool Cat”, aunque prohibió terminantemente que utilizaran su voz en el disco. Eran más de la ocho de la noche, cuando Roger Taylor lo convenció de intentar con otro tema, una canción suya titulada “Feel Like”, con la cual empezaron a improvisar y finalmente evolucionó hasta convertirse en “Under Pressure”, la canción que aquí nos ocupa.
Mientras tanto, Deacon volvió a insistir en un riff onda Bernard Edwards de Chic. Así sacó uno de seis notas, con una de bajada final en la última. Empezaron a trabajar, pero ya era muy tarde. Tras una cena con risas y anécdotas (y muchísimo vino) en el Casino de Montreaux, a la vuelta, fue David Bowie quien le sugerió a Deacon que utilizara el riff de seis notas en un acorde en Re, y finalmente, un La: con ese pequeño gran cambio, el Duque Blanco dio en el clavo y aportó el sonido definitivo al tema. May sumó un riff de guitarra a la línea de bajo. «Realmente la rockeaba», escribió May acerca de la canción, la cual «nació de forma completamente espontánea, era fresca como una margarita».
El tema, en principio, suena bastante alegre en las sesiones de estudio, pero el final estuvo cargado de tensión, según confesó Brian May. En su biografía de Queen “Is This The Real Life?”, Mark Blake cuenta que el productor alemán Reinhold Mack dijo que la sesión -de casi 24 horas- fue impulsada por «demasiados saques”, en referencia a la cocaína. Volviendo a la famosa noche, ya era tarde y un par de miembros de la banda querían terminar e irse, pero Bowie dijo que no, insistiendo en que se quedaran y grabaran las pistas vocales. Los dos cantantes no se ponían de acuerdo hasta que Mack los convenció de ponerles el “backin track” y que cada uno cantara lo suyo sin escuchar al otro, cada uno en una cabina propia. Freddie no oía lo de David y David tampoco escuchaba a Freddie. De ahí es de donde proviene el divague vocal de Mercury que abre la canción, lo mismo que Bowie pronunciando las palabras “Pressure pushing down on me” («La presión me aplasta»). El resultado fue explosivo, porque Mack tuvo que elegir entre una y otra pista, democráticamente. Cada cantante entraba en la cabina de voces y cantaba lo que le viniera a la cabeza, sin escucharse el uno al otro. Mack recuerda lo siguiente: «Freddie estaba haciendo todas sus partes y en eso vi con el rabillo de mi ojo a David asomando la cabeza por la puerta y escuchando. Luego, Fred salió y entró David, y Fred estaba bastante impresionado de cómo David hacía un increíble contrapunto con lo que él (Freddie) hizo antes. Fred me dijo ‘¿qué pensás de esto?’ y le contesté, ‘Bueno, sería más fácil si te parases en la puerta y escucharas’… (Risas)».
Mercury y Bowie se mostraron amistosos pero eran rivales, ambos de voluntad fuerte, contundentes y competitivos, y acostumbrados a salirse con la suya. En varias entrevistas donde se recordó esta grabación May calificó a Bowie de «difícil», gracias a su constante intervención. “Fue muy duro, debido a que éramos cuatro divos y se sumó un quinto con David”, recuerda May. Lo cierto es que Bowie “se hizo cargo de la canción líricamente” e insistió en que quería estar en la sesión final de la mezcla”. Esto no sucedió finalmente, ya que “Under Pressure” terminó mezclándose en Munich, en los estudios Musicland de Moroder.
Mack recuerda que “La mezcla no iba bien, hasta que Brian May encontró la solución, a base de cortes por todos lados. No había todavía tecnología digital y se hacían todas las partes sobre cintas en estereo de media pulgada”. Cuando Bowie logró escuchar la mezcla final, montó en cólera y dejó de hablarle a Taylor. Efectivamente, su voz estaba bastante más baja que la de Freddie y sobresalía menos. La canción se llamó originalmente «People On Streets», pero este nombre cambió al día siguiente cuando regresaron al estudio y Bowie volvió a mezclar la canción, lo que provocó un fuerte enfrentamiento con Mercury. «Freddie y David chocaron los cuernos, sin duda», contó May en un reportaje de 2017. «Pero ahí es cuando vuelan las chispas, y es por eso que todo resultó genial»… Pasada esta anécdota y con el correr de los años, en la actualidad los críticos consideran a Bowie como una especie de mentor musical para Mercury. Una nueva biografía de Bowie a cargo de de Bobby Neil Cossar sugiere que podría haber tomas de descarte de la sesión de Montreux, aunque si existen, aún no se han lanzado públicamente.
Queen incluyó «Under Pressure» en su polémico álbum de 1982 “Hot Space”. La canción alcanzó el número 1 en la lista de singles del Reino Unido, y Queen la incorporó a sus espectáculos en vivo, tocándola siempre hasta la muerte de Mercury en 1991. Poco después de la sesión de Montreux, Bowie lanzó “Let’s Dance”, que se convirtió en el éxito más comercial de su carrera. Eligió no presentar «Under Pressure» en público y esto cambió en el recordado Freddie Mercury Tribute Concert de 1992 en Wembley, donde lo cantó a dúo con Annie Lennox de Eurythmics. Luego continuó cantándolo en casi todos sus shows subsiguientes hasta que dejó de hacer giras. Bowie lanzó su último álbum, “Blackstar”, en 2016, y murió de cáncer de hígado solo dos días después. Tenía 69 años.
Hoy, a casi 40 años años del lanzamiento oficial de “Under…” y reflexionando sobre toda esta historia, es inevitable escuchar una frase de esta inolvidable canción, en referencia directa a Bowie y Mercury: “This is our last dance. This is our last dance” («Este es nuestro último baile. Este es nuestro último baile»)
Periodista especializado en artes, espectáculos, gastronomía y cultura pop. Co-fundador de las revistas argentinas Riff Raff (entre 1985-86) y Madhouse desde 1989 hasta 2001. Director del primer fanzine de habla hispana dedicado a Kiss y autor junto a Carlos Parise del libro «Heavy Metal Argentino» (1993).