Con el lanzamiento de «Blizzard Of Ozz», el 20 de septiembre de 1980, Ozzy Osbourne inició una de las remontadas más improbables -y memorables- de una carrera artística en la historia del rock, silenciando a decenas de incrédulos que sentían que el ex cantante de Black Sabbath nunca podría lograrlo por su cuenta; de hecho, el propio Osbourne podría considerarse uno de esos escépticos… pero como las historias no están hechas de teorías, suposiciones, escepticismos o especulaciones, aquí les traemos los hechos concretos que rodearon a la salida de este influyente, trascendental disco que hoy llegó a la friolera de 40 años.
GOODBYE TO ROMANCE. A fines de los años 70, los días como cantante de Black Sabbath estaban contados para John Michael Osbourne. Por aquellos años la banda atravesaba su época más oscura con el alcohol y las drogas y el vocalista era uno de los más afectados por las adicciones. Antes de comenzar a componer y posteriormente grabar el octavo disco de Sabbath, Ozzy abandonó el grupo agobiado por distintos problemas, pero meses más tarde volvería para registrar -por última vez en muchos años- sus voces en un álbum de Black Sabbath. Según recuerda el guitarrista Tony Iommi, «Simplemente no podíamos continuar con Ozzy. Por mucho que todos quisieran que lo hiciéramos, simplemente no podíamos hacerlo. No pasaba nada y hubiera significado el final de la banda. No queríamos despedirlo, pero teníamos que hacerlo si queríamos continuar». Por su parte, Ozzy intuía que el final estaba cerca: «Durante un tiempo tuve la sensación, en el estudio, de que Tony estaba tratando de terminar, haciéndome cantar tomas una y otra vez, a pesar de que no había nada malo en la primera». Y la sensación se volvió realidad: después de la gira presentación del álbum «Never Say Die», el 27 de abril de 1979 Black Sabbath despidió a Osbourne.
LA DAMA DE HIERRO. Como en muchas películas de suspenso, por lo que podríamos llamar mera casualidad apareció alguien en esta historia que se transformaría en uno de los pilares fundamentales en la carrera y por sobre todo en la vida del atribulado vocalista. Tras su salida de Black Sabbath y el divorcio de su primera esposa Thelma, Ozzy estaba sumido en una profunda depresión. En esos días se enclaustraba en un ruinoso motel de Los Angeles que apenas podía pagar luego de reventar su dinero en cocaína y alcohol. Había perdido a su matrimonio, su banda, su autoestima y su carisma. Pero Sharon Rachel Levy, más conocida como Sharon Arden, la hija del manager de Black Sabbath (y de ELO y Small Faces, dicho sea de paso), Don Arden, sentía que Osbourne era la verdadera estrella cuando estaba en el escenario con Sabbath y aún podía volverse algo excepcional. Así que lo tomó bajo su protección, primero como amigo y luego como gerente, y restauró su confianza como intérprete, insistiéndole en que debía continuar con su carrera musical.
Los comienzos fueron difíciles y no encontraban un sello que contratara a Ozzy, por lo que Arden Sr. le hizo firmar contrato con su propia compañía, Jet Records. Inicialmente el manager estaba interesado en que Ozzy retornara a Sabbath, pero del otro lado, con la llegada de Ronnie James Dio, la banda de Iommi y cia comenzaba a levantar vuelo. Pensando en la futura banda de Ozzy, Arden le sugirió que el conjunto bien podría llevar el nombre de Son Of Sabbath (hijo de Sabbath), pero la idea fue descartada de plano por el vocalista; asimismo, también se consideró el nombre Blizzard Of Ozz, juego de palabras con el título de la película «Wizard Of Oz» (wizard = mago, blizzard = viento helado). Era momento de buscar las piezas faltantes para poner en marcha esta nueva etapa de Ozzy.
CON UNA AYUDITA DE MIS AMIGOS. A finales de 1979, Osbourne retomó el proyecto Blizzard of Ozz, el cual había iniciado luego de su primera salida de Black Sabbath. En esta oportunidad lo acompañaban uno de sus amigos, el baterista Barry Scrannage, además del bajista y compositor Bob Daisley (de Rainbow y Uriah Heep) y el tecladista Don Airey (de Rainbow y Deep Purple años después). El puesto de guitarrista era el más complicado de ocupar, teniendo en cuenta que surgirían las obvias comparaciones con su ex compañero Tony Iommi. En un principio Sharon propuso a Gary Moore, pero este se negó debido a las conocidas adicciones del cantante, que le daban bastante mala fama. El bajista y gran amigo de Ozzy Dana Strum fue el que le insistió en que probara al guitarrista de un grupo californiano llamado Quiet Riot: su nombre era Randy Rhoads.
ESA CHICA PARECE UN CHICO. Ozzy recuerda el primer encuentro con el guitarrista: «Sharon me mandó a audicionar a varias personas y yo nunca había audicionado a nadie en mi vida. Entonces Dana me dijo: ‘Voy a traer a este chico, es genial’. Resulta que finalmente vuelve y trae a un pequeño hombrecito, que pesaba alrededor de unos 45 kilos. Pensé que era una mujer. Y le dije, ‘¡Dejame de joder, me estás cargando!’, entonces Dana dijo: ‘Escuchame. Bajá al estudio para que puedas escucharlo tocar’. Así que fui al estudio, y aluciné. Este chico entró con su pequeño amplificador y me voló la cabeza – quiero decir, este chico era otra persona. Hablamos un rato y le dije: ¿querés el puesto? ‘Goodbye To Romance’ fue lo primero que hicimos juntos; era un pibe tranquilo, no le interesaba andar de joda, solo escribía y hablaba de música”. Sin saberlo, Rhoads se convertiría en una de las piezas clave en el debut de Ozzy como solista desde su ingreso en 1979 hasta su prematura y trágica muerte en 1982.
El tridente Rhoads, Daisley y Osbourne fueron los encargados de componer y darle forma al álbum en unos estudios situados en Montmouth, Gales, a sabiendas de que el baterista Barry Scrannage (el cual había sido convocado temporariamente) no participaría de esta tarea. Fue así que la banda en formación lo sustituyó por Dixie Lee quien había formado parte de la banda galesa Lone Star. En un principio Lee grabó los primeros demos de las canciones “I Don’t Know”, “Crazy Train” y “Goodbye to Romance”, pero a comienzos de 1980 y ante la necesidad de tener un ritmo más pesado y consistente (había que aguantar la voz de Ozzy y los demoledores riffs y solos de Rhoads), los demás miembros decidieron contratar los servicios de Lee Kerslake, miembro estable de la banda de rock progresivo Uriah Heep.
En un primer momento Osbourne estaba interesado en el talentoso Tommy Aldridge para el puesto, pero el baterista ya se encontraba ocupado. Con la formación completa, la banda se trasladó al Castillo de Clearwell en Gloucestershire para poder ensayar con la debida tranquilidad y por sobre todo, para darle a Kerslake la oportunidad de aprender las nuevas canciones. Una semana más tarde viajaron a los estudios Ridge Farm en Rusper, Inglaterra, para comenzar la grabación definitiva del álbumcon el productor Chris Tsangarides (conocido por su trabajo con Judas Priest, Anvil, Yngwie Malmsteen y Thin Lizzy, entre otros) y Max Norman como ingeniero de sonido.
VECINOS EN LA MIRA. Del otro lado de la vereda, la ahora ex banda de Ozzy atravesaba momentos complicados, afrontando la búsqueda de un remplazante para seguir adelante. Curiosamente la incorporación de Dio llegó por recomendación de Sharon, quien le propuso al vocalista formar parte del proyecto después de haber sido despedido de Rainbow, la banda de Ritchie Blackmore. El 25 de abril de 1980 Black Sabbath editó “Heaven And Hell”, el álbum fue un éxito absoluto y el primero en fomentar la grieta que al día de hoy continua entre los fans, cuando se preguntan: ¿Sabbath con Ozzy o con Dio? Tras el éxito del mencionado álbum, la vara quedaba alta para el vocalista que miraba de reojo a sus ex compañeros. Según cuenta el cantante en su libro «I Am Ozzy», de 2011, «Estaría mintiendo si dijera que no me sentía como si estuviera en una competencia con Black Sabbath cuando hicimos ‘Blizzard Of Ozz’. Les deseaba lo mejor, supongo, pero de algún modo sentía resentido por el hecho de que ellos pudieran tener más éxito sin mí”. La grabación del álbum comenzó bajo la supervisión de Tsangarides y luego quedó en manos de Norman. De la nada, Ozzy estaba preparado para dar un puntapié inicial demoledor conformado por nueve canciones de las cuales cuatro serían un éxito instantáneo. La primera canción que grabaron fue «Goodbye to Romance», una melodía que establecería la reputación de Osbourne de equilibrar temas de alta energía con baladas conmovedoras. Repitieron la fórmula en la inquietante «Revelation (Mother Earth)». Otros destacados fueron la fogosa «Steal Away the Night», la oscura «Mr. Crowley”, el instrumental de guitarra clásica “Dee” y la controvertida “Suicide Solution ”. Algunos pensaron que la canción abogaba por el suicidio, pero en realidad era una advertencia sobre los peligros del alcohol.
Inicialmente hubo algunas confusiones con respecto al nombre de la banda, ya que no lograba dejar en claro si esto era un grupo nuevo o el proyecto solista de Ozzy. Según Daisley, la portada del álbum hacía un mayor énfasis en el nombre del cantante. Sin embargo él tenía otra visión de los hechos: “Randy, Lee y yo insistimos que la banda tuviera un nombre en lugar de la sugerencia de la compañía discográfica de llamarnos The Ozzy Osbourne Band o simplemente Ozzy, algo que rechazamos. Escribimos las canciones, hicimos los arreglos y ayudamos a producir el álbum, no queríamos pasar a un segundo plano como una banda de apoyo, así que cuando se sugirió The Blizzard Of Ozz estuvimos de acuerdo porque al menos sonaba como el nombre de una banda” . No obstante, uando la banda Blizzard of Ozz terminó el álbum, en CBS Records crearon una tapa que mostraba el nombre de Ozzy en letra grande y Blizzard of Ozz en letra mucho más pequeña. Inmediatamente, por error o no, el álbum fue considerado el primer álbum solista de Osbourne. Con toda probabilidad, cuando el sello se dio cuenta de lo fuerte que era el disco, pensaron que sería más fácil comercializarlo como el álbum solista del ex cantante de Black Sabbath que como una banda totalmente nueva.
«Blizzard Of Ozz» vio la luz el 20 de septiembre de 1980 y el impacto fue inmediato, marcando el regreso triunfal de Ozzy quien exorcizaba sus demonios a través de las líricas por sobre todo y ponía al descubierto el talento de Rhoads ante los ojos del mundo. Irónicamente, Ozzy y sus compañeros de banda se sintieron inicialmente decepcionados con el sonido del álbum. Culparon a Tsangarides, a quien despidieron, y promovieron a Norman a la silla de productor. Aunque no se le acredita en el lanzamiento, Norman fortaleció el sonido del disco y trabajó como productor de Ozzy hasta «The Ultimate Sin» en 1986.
El tramo que recorrió Inglaterra, titulado “Blizzard Of Ozz Tour” se inició el 12 de septiembre de 1980 en el Apollo de Glasgow, Escocia, una semana antes del lanzamiento del álbum. La gira dejó en claro la solvencia de una banda con los engranajes ajustados y bien aceitados, la figura de un Ozzy renovado y por sobre todo la frescura del joven guitarrista que sin saberlo comenzaba a escribir las primeras páginas de su propia leyenda. Aprovechando el envión compositivo y la excelente química grupal, la banda volvió al estudio y antes de comenzar el tramo norteamericano de la gira grabaron el sucesor, «Diary Of A Madman», entre febrero y marzo de 1981.
LOS DRAMAS DEL ÉXITO. Con todo, tanta alegría seguida les hizo mal a los miembros del grupo. Los chispazos con Daisley y Kerslake fueron en aumento, la imagen y el liderazgo de la dupla comenzaban a ganar mayor protagonismo y en marzo de 1981, por decisión de Sharon (como se dice en la jerga futbolística, siempre atenta a la jugada) fueron despedidos el batero y el bajista para ser sustituidos por Rudy Sarzo y (ahora sí, con su pase en su poder) Tommy Aldridge para completar el tramo norteamericano de la gira. Tiempo después Daisley y Kesrlake iniciarían una demanda por haber sido excluidos de los créditos en las canciones que ellos mismos habían compuesto, dejando al descubierto las mezquindades de Arden en post de cuidar los intereses comerciales suyos -ante todo- y del vocalista.
VIENTOS DE CAMBIO. «Blizzard Of Ozz» entró en el ranking de álbumes de Billboard en el n. ° 21 y en el n. ° 7 en el Reino Unido.El álbum fue certificado oro el 31 de julio de 1981 y platino el 18 de junio de 1982; a la fecha vendió 6.000.000 de copias en todo el mundo y es considerado uno de los discos más importantes en la historia del heavy metal no solo por el excelente nivel de sus canciones y la destreza de sus integrantes, sino también por ser el que marcó la resurrección de Ozzy Osbourne. Por otro lado, no es solo uno de los álbumes metaleros más exitosos de todos los tiempos, también es uno de los más influyentes. «El primer álbum que tuve sabiendo muy bien que era heavy metal fue ‘Blizzard of Ozz'», dice el guitarrista de Testament, Alex Skolnick. “Todavía no estaba familiarizado con Sabbath. Pero fue un gran descubrimiento para mí. Y escuchar a Randy Rhoads tocando fue completamente alucinante y prácticamente reinventó la forma en que pensaba la guitarra eléctrica y lo que se podía hacer con ella, lo cual fue bastante sorprendente «.
N. es en realidad Nicolás Arroyo (a) Sr. Derrape. Muletea la escena desde tiempos inmemorables. Melómano, ama hacer entrevistas,
reviews de shows, discos, etc. Ocupa un lugar en el mundo desde 1979.
Excelente reseña