PACIENTE: KING BUZZO WITH TREVOR DUNN «Gift Of Sacrifice» (Ipecac, 2020)

HISTORIA CLÍNICA: ¿Cómo describir a este álbum? ¿Cómo explicar su esencia? Acá tienen un experimento: tomen al Tom Waits clásico, a Billy Bragg con dolor de cabeza, a Johnny Cash convertido al grunge,a Woody Guthrie y Jeff Tweedy desnudos en una carretera al azar quizá junto a Gibby Haynes y tírenlos al inodoro, presionen el botón, luego síganlos por las cloacas, las alcantarillas, luego al río o al pantano donde todo desemboque y ahí sí, brillando entre la decadencia, ahí encontrarán «Gift Of Sacrifice».

Ahora bien, esperar que un álbum acústico de Buzz Osborne de Melvins y el bajista Trevor Dunn (Mr. Bungle, Tomahawk, John Zorn) suene como algo parecido a un álbum acústico es una locura. El primer trabajo acústico solista de King Buzzo, «This Machine Kills Artists» de 2014, fue directo en su título, objetivo y ejecución. Sus temas se basaban en Osborne tocando pequeñas melodías folklóricas únicamente con su guitarra. Este «Gift of Sacrifice» tensa la definición de un álbum acústico tal como lo haría colocar banditas de goma alrededor de una sandía. La guitarra de Osborne ahora se complementa con contrabajo, cuerdas, distorsiones vocales y una dosis de ambiente electrónico. Sí, atar un millón de bandas elásticas alrededor de una sandía es ciertamente un experimento, pero acá hay elementos para preguntarse si la intención de este disco era investigar cuántas bandas elásticas podrían envolver el fruto antes de que reviente o directamente destruir la fruta sin rodeos. La mayoría de las veces «Gift of Sacrifice» termina como la sandía, trabajando bajo presión.

En este disco la guitarra es la columna vertebral de los guisos que Buzzo y Dunn han cocinado en cada tema, con el objetivo de perturbar en lugar de agradar. El riff de «Housing, Luxury, Energy» asoma junto a un acompañamiento de cuerdas amenazador, donde el contrabajo de Dunn destaca el rasgueo desgarrador de Osborne. La gruesa capa de guitarra de «Delayed Clarity» crea una sensación de inquietud, envolvente y giratoria, hasta que da paso a la disonancia. La tensión nunca se alivia, incluso cuando Osborne hace un solo con tintes de Oriente Medio en «I’m Glad I Could Help Out», marcada por su voz perturbada que oscila entre susurros agudos y gruñidos, antes de que la canción florezca en el tartamudeo esfumado de una sola nota. Desafortunadamente, los jugos de la sandía comienzan a gotear y su dura cáscara se va rompiendo lentamente cuando Osborne y Dunn le ponen aún más bandas elásticas. La mayoría de las canciones se disuelven en secciones desconectadas de la composición del tema anterior; «Delayed Clarity», «Housing, Luxury, Energy» y «Science in Modern America» concluyen con un clima que se corta demasiado pronto antes de llegar a nada. Hay cierta cantidad de potencial acumulado, pero implementado de manera demasiado desordenada para funcionar como algo más que una distracción.

«Mock She», la canción acústica más estilísticamente diferente debido a su interacción romántica entre la guitarra de Osborne y el impresionante contrabajo de Dunn, es la que más sufre por esta mala implementación. A mitad de la canción, el impulso se detiene para lanzar pizzicatos que suenan más como una interrupción tipo Max Headroom (a googlearlo, amigas y amigos); todo se cierra con la voz muy distorsionada de Buzzo abriéndose paso al primer plano. Una tercera parte de las canciones («Mental Vomit», «Junkie Jesus» y «Acoustic Vomit») son limpiadores de paladar, breves y concisos; cada uno coquetea con el ruido, la voz empapada de reverberación y un toque de improvisación, pero ninguno sirve más que de relleno y hacen sospechar que son productos rescatados del tacho de basura desbordado que el dúo tuvo en la sala de edición.

DIAGNÓSTICO: Si hubiera habido más cohesión entre la abrasividad que Osborne y Dunn supuestamente quisieron explorar y la composición de los temas, este álbum hubiera llegado mucho más alto. «Gift Of Sacrifice» se autoestrangula al sacrificar dos objetivos en lugar de comprometerse plenamente con uno. Hay algunas rarezas que merecían haber sido ampliadas; sin embargo, a pocas de las ideas del álbum se les permitió florecer, dejando en cambio que interrumpieran temas muy disfrutables. Lograr el equilibrio es una ciencia… y es el desafío para el próximo trabajo.

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