NOFX: The Hepatitis Bathtub and Other Stories – Por NOFX & Jeff Alulis (Da Capo Press, 2016 – 368 págs.)
¿Qué decir de NOFX que el conocedor de NOFX no conozca? No mucho. Para los profanos, es considerada una de las bandas más influyentes (Blink 182 les debe buena parte de su carrera, sin ir más lejos) y al mismo tiempo controvertidas del punk rock actual; pero créase o no, su historia completa nunca había sido contada hasta ahora. Este grupo californiano fundado en 1983 recorrió el globo con sus giras, vendió más de ocho millones de discos, protagonizó su propio reality show (Backstage Passport) y fundó uno de los sellos independientes (Fat Wreck Chords) más exitosos de todo el mundo.
Así las cosas, este año plagado de desapariciones famosas vio aparecer, justamente, “NOFX: The Hepatitis Bathtub and Other Stories”, su largamente esperada biografía. Escrito en colaboración con el realizador fílmico y escritor Jeff Alulis, este libro recorre más de tres décadas de éxito completamente inexplicable, todo relatado por sus propios protagonistas en una suerte de historia oral (un miembro empieza a contar su versión de algún tema y los demás van aportando lo suyo), de algún modo similar al “Please Kill Me” de Legs McNeil, vale decir los mismos personajes que vivieron las anécdotas aportando una mirada cercana al punk rock, tanto como género musical como forma o estilo de vida. En una vena relativamente similar a la muy famosa y no menos controvertida biografía de Motley Crue, “The Dirt”, este libro pasa por senderos semejantes de libertinaje y salvajismo, pero sin el exceso ni lo que se entiende por típico estilo de vida rocanrolero. Uno se va a encontrar, en cambio, con una mirada profunda a lo que se entiende por punk rock y el estilo o forma de vida que supuestamente trae aparejado.
Sin contar la impactante tapa del libro, el primer capítulo es esencial para asimilar lo que vendrá a continuación; en él, el bajista Fat Mike admite que es un tinkle drinker -algo que puede traducirse como bebedor de pis (!)- y explica cómo fue que se introdujo en el tema. Luego de eso, al lector le resta tirar el libro por la ventana (esperando que no mate a nadie) o engancharse y ver cómo continúa la cosa. Para ser sinceros, es difícil abandonar la lectura: por un lado, es muy interesante enterarse de cómo empezó la banda y qué espantosos que eran en sus inicios. Otro aspecto cautivante es descubrir cuán loca era la escena rockera y musical en general de Los Angeles. Y luego vienen las historias de drogas, violencia, suicidio, asesinato, sadomasoquismo y otros derrapes que cuentan a los miembros del grupo como protagonistas, testigos o estrellas invitadas. Aunque uno no sea fan de la banda, igualmente se va a reír y menear la cabeza de incredulidad.
Tras leer varias de estas historias resulta de algún modo milagroso para el lector que la banda siga con vida para poder contar el cuento, sin mencionar la prodigiosa memoria que demuestran para recordar detalles tan vívidamente como lo hacen. Además de los ocasionales invitados, “Fat Mike” Burkett, los guitarristas Aaron “El Hefe” Abeyta y Erik Melvin y el batero Erik “Smelly” Sandin (este último tiene una vida tan terrible que bien podría escribir su propio libro) atrapan al lector desde el vamos y no lo sueltan a través de las trescientas sesenta y pico de páginas de esta obra, logrando que cueste dejar la lectura para regresar al mundo real. Por supuesto, además de las demenciales anécdotas punkrockeras abundan las fotos poco conocidas, volantes de conciertos y material de todas las épocas de la banda, como para que el combo sea completo.
En suma, indudablemente este libro no es para los débiles de estómago (abundan imágenes fuertes, en todo sentido) ni mucho menos de corazón. Sus autores y su tono transitan la delgada línea entre lo inocente y lo realista en un atrapante, bien fluido relato que hace que valga la pena llegar hasta el final… tal como ha llegado la banda hasta nuestros días. No se lo pierdan.
Periodista especializado en artes, espectáculos, gastronomía y cultura pop. Co-fundador de las revistas argentinas Riff Raff (entre 1985-86) y Madhouse desde 1989 hasta 2001. Director del primer fanzine de habla hispana dedicado a Kiss y autor junto a Carlos Parise del libro «Heavy Metal Argentino» (1993).