Con cuatro canciones potentes y crudas, el pasado 15 de marzo salió en todas las plataformas “Punky Oceánico”, el primer EP de XMF, la banda de María Fernanda Aldana que con poco más de dos años ya grabó varios singles y dio varios shows, con un Luna Park incluido. Durante el mes de marzo, XMF tiene una fecha en Adrogué, el sábdo 23, y otra en Córdoba, el 30. MADHOUSE habló con la bajista, cantante y pintora que con más 35 años de trayectoria no solo conserva su espíritu inquieto, sino que va por más: “También estoy escribiendo un libro”, sorprende.

¿Qué nos podés adelantar sobre ese libro?

Lo empecé hace un año, es una autobiografía de artista y también cuenta un poco de mi vida personal y de lo que es la posición de la mujer en el mundo del rock, del arte y en todos los sentidos, incluso como madre. Tengo mucho para contar y a medida que lo voy corrigiendo aparecen un montón de cosas más. Es un libro que también tiene muchos recuerdos, flyers e imágenes. Lo estoy haciendo con una amiga llamada Araceli, que también es artista; es como hacer un taller literario de corrección.

¿Cómo te sentís revisitando años pasados?

Es muy loco, es como una especie de psicoanálisis pero a otro nivel, a un nivel de la obra.

EL OTRO SHOW 

Este sábado tocan en Adrogué, el mismo barrio del último show de 2023...

Ese recital estuvo re loco porque fue diferente de lo que veníamos haciendo con XMF. Nosotros viramos más hacia el lado del punk rock, y ese recital fue en un lugar chiquitito, de estilo inglés, íntimo, entonces hicimos otra lista de canciones más clásicas o hasta místicas. Cómo que era más difícil ese espacio para el punk rock. Encima veníamos de tocar en el Luna, en un festival de punk rock con Dos Minutos, Bulldog y Jauría, y los chicos que nos siguen estaban re arengados, querían poguear y romper todo (risas).

¿Cómo fueron los años en los que estuviste alejada de los escenarios?

Nunca dejé de hacer música, seguí tocando y grabando en el estudio, sola en casa, pero lo que es la vuelta al escenario fue en Bariloche. Me estuve aventurando a cosas nuevas, como siempre me gusta hacer. Creo que lo primero que hice con otras personas fue unirme a dos coros y volver a cantar lírico como soprano. Entré en un coro de un estilo folklórico, y después estuve en un coro ruso que hace música sacra y me encanta, es como que te eleva el alma, cantar soprano y encima en ruso fue toda una experiencia, me tuve que aprender las letras por fonética. 

¿También tocaste sola en Bariloche?

Sí, mi amiga Araceli también organiza ciclos de lectura que son muy interesantes, porque se juntan todos los escritores y lectores del pueblo. Ella me invitó a cantar algunas canciones y a leer, eso también estuvo muy bueno, fue en un contexto súper literario. Después toqué mantras en una fiesta de yoga, que es algo que también me gusta, tengo discos con mantras y también me gusta lograr distintos estilos musicales y música espiritual.

Tanto en tus canciones como en El Otro Yo, la espiritualidad fue tomando más preponderancia a través de los años.

Hay cosas que cuando éramos muy jóvenes no nos dábamos cuenta, no era el momento de vernos a nosotros mismos desde afuera, creo que eso te pasa mas de grande, como que podés contemplarte y reflexionar más. Como que cuando sos más joven vivís a otra velocidad. Ahora cuando ves, hay algunas letras que sí que tienen un mensaje espiritual re lindo, así como hay otras también sobre esa juventud alocada. A veces, cuando trabajamos en la corrección del libro, Araceli me dice: “¡Amiga, cómo te divertiste en tu vida!” (risas).

Bambú, Joan y María, en colores y en acción

DE MUJER ORQUESTA A BANDA DE ROCK

¿Cómo nace XMF como banda?

El 7 de diciembre de 2021 toqué en Niceto invitada para una fiesta de la plataforma de música independiente BeatHey. Esa noche toqué sola, tipo mujer orquesta, pero en ese momento estaban entre el público mis amigos Joan (Sprei), el baterista de El Otro Yo, Lucía (Driftwood), que una vez tocó el bajo conmigo en una exposición y también estaba mi hijo (Florian “Bambú” Araujo), que toca la guitarra. Entonces yo estaba tocando ahí sola y me dije a mí misma: “¡Tengo que hacer una banda con ellos tres!”. Entonces el 9 de febrero llamé a Lucía y a Joan, les propuse a los dos hacer una banda para tocar en vivo y ambos me dijeron que sí. Al poco tiempo, en mayo, hicimos nuestro primer show, en El Emergente. Esa vez todavía éramos tres porque mi hijo en ese momento estaba en México trabajando en producción con el padre.

¿Qué te acordás de ese primer recital?

Fue muy emocionante, nos reencontramos con un montón de gente que hacía años no veíamos, cantamos todos y estuvo re-bueno.

¿Cuándo se sumó Florian?

Él entró para el segundo show, que fue en agosto en Zadar, un club de Wilde. Poco antes de ese recital mi hijo volvió de México, hicimos dos ensayos y tocamos.

Si aprendió los temas tan rápido los tendría bien escuchados…

Sí, le encanta, salió rockerisimo. Encima como que llegamos a las mismas bandas de maneras diferentes. Por ejemplo, él me apareció un día escuchando Slowdive, y para mí era como un secretito que tenía en un cassette desde los 15 años, al igual que My Bloody Valentine o Dinosaur Jr. Después él aparece con esas bandas y le digo “¿Qué hacés escuchando estos grupos? ¿Dónde los encontraste?”. Él llegó a esas bandas por su cuenta, no es que yo se las haya pasado.

¿Y para vos cómo es tocar con él?

La verdad que es una alegría muy grande. Cuando tenés un hijo te encariñás muchísimo y en un momento es como que es tu vida: te levantás, le hacés el desayuno, lo llevás al colegio, te hace el día, es todo. Y después un día se van, hacen su vida y es difícil. 

LA BANDA QUE VA A TODAS PARTES

Vos vivís en Bariloche y el resto de la banda en Buenos Aires. ¿Cómo es la dinámica de XMF a distancia?

Los chicos me bancan, porque yo me vuelvo allá pero ellos siguen ensayando en Buenos Aires todas las semanas… Yo por mi parte ensayo allá en Bariloche, con pistas.

¿Por qué decidieron usar el nombre XMF?

Yo firmo como XMF desde hace un montón, primero firmaba con una X, en mí época punk más radical, a los 11 años (Risas). En esos tiempos todo lo que no fuera punk para mí no existía, firmaba con una X porque me parecía mal hasta tener DNI (Más risas), no quería que me identificaran. Después decidí poner XMF por María Fernanda, mis cuadros los firmo así y después decidimos ponerle así a la banda. También tengo una cicatriz acá (señala su ceja derecha), que me hace una X con la ceja. Y después MF puede significar muchas cosas: Muy Fantástico, Muy Fenomenal, Muchas Flores, etc. La idea era que no se sienta como una solista, sino formar una banda de la que todos se sientan parte y puedan tocar lo que quieran. Y después por ahí les paso un tema y cada uno toca lo que quiere, como hacía Nirvana.

OCÉANO PUNKCÍFICO

Hablemos del nuevo EP: ¿Cuál es el significado de «Punky Oceánico»?

«Punky» es como el leit motiv que te hace no bajar los brazos y seguir adelante, hacerlo por vos mismo, independientemente, hacerlo como sea pero hacerlo. Cuando vos escuchás el ritmo punk es como que te levanta el corazón, el alma, te da ganas de hacer cosas. Y «Oceánico» es por el amor por la naturaleza, porque pensamos que la naturaleza también somos nosotros, y a veces, cuando nos olvidamos de eso es cuando nos enfermamos. El contacto con la naturaleza es lo que nos puede recordar nuestra propia esencia y ayudar a ser una sociedad más armoniosa también. Si podemos respetar la naturaleza, que es la vida misma, también podemos sanar como seres humanos a través de la música.

¿Cómo describirías el sonido de este disco?

Queremos que nuestra música sea bien orgánica; no afinamos las voces con el autotune, las voces son así y si hay un error está OK, porque es un error de un ser humano. Nos gusta agregar pistas como orquestación, pero no como playback.

El EP suena bastante crudo, ¿cómo lo produjeron?

Lo grabamos tocando todos juntos, inclusive las voces, agregué algunas después, pero la principal es la que cantamos ahí. De hecho, tiene el audio de los chicos sonando atrás, porque lo hicimos todos juntos en un estudio de acá, de Adrogué. 

¿Los temas los compusieron juntos?

La música del tema “El Veril” es de Bambú, y la letra la puse yo. Ese es el focus track del EP, es como el track al que más atención le prestamos, el “hit”, ponele. 

El primer tema, “Algo Real”, es una reversión de un track de otro disco tuyo...

Claro, tocamos varios de todos los discos, los sacamos de ahí y los rockeamos. Hay como un cofre enorme de tesoritos que son los temas y podemos elegirlos. XMF es una banda que tiene mucho de pasado, mucho de futuro, y un presente de todos juntos.

¿Por qué te pasaste a la guitarra?

Porque cuando cantás tus canciones quizás como que se las mostrás al resto de la banda con la guitarra. También estoy estudiando; si bien toco la guitarra desde los 8 años en ese entonces yo estudié folklore, ahora estoy estudiando rock. Yo elijo para cantar los temas de EOY que compuse y hacer versiones de algunas de las canciones de los discos que grabé, y hacemos algún cover también.

¿Cuáles covers?

Ahora vamos a tocar por primera vez “Sailin’ On”, de Bad Brains, porque nos invitaron a participar de un tributo latinoamericano y ahí estaremos con una versión en castellano. A mí me parece muy interesante escuchar las letras en castellano y entender bien lo que dicen. Bad Brains es una banda re poderosa.

¿Cuáles son los proyectos futuros o las expectativas de XMF?

Nuestras expectativas son seguir tocando donde nos sintamos cómodos, la onda es poder disfrutar de la música, no tenemos nada que demostrar. Es tocar por compartir, disfrutarlo y seguir aprendiendo. Ahora tenemos que presentar este EP y estamos organizando varios shows para este año. Ahora viene este sábado el de Adrogué, que va a estar lindo porque va a ser al aire libre, además vamos a tocar con Los Muertos No Manejan, la otra banda de Bambú, va a haber mesas para sentarse a tomar algo y feria de libros y discos.

AL INFINITO Y MÁS XMF

Con XMF llevan una agenda muchísimo más relajada que la que tenía El Otro Yo, ¿te gusta este ritmo o preferirías tocar más seguido?

Me gusta, porque yo ya hice todo lo que puede aspirar a hacer una banda de rock: toqué en todo tipo de lugares, desde los más chiquitos a los más grandes, hice muchísimos discos, y grabé en los estudios más importantes. Una vez tocamos en Río Colorado, donde nunca había tocado una banda de rock, también tocamos en Zapala y hasta en Ushuaia, con los mamelucos puestos, como laburantes, obreros del rock. Así conseguimos un montón de cosas, vivimos un montón de cosas; otra vez, como me dice mi amiga, “¡cómo te divertiste!”. Logramos hacer un montón de discos y generar una trayectoria musical y artística que es la base para la música que hacemos hoy. Pero también creo que hoy me cuido un poco más, porque son como muy palo y palo las giras de tocar y viajar todos los días, eso está buenísimo pero tiene un tiempo de duración… Pete Townshend, el guitarrista de The Who, dijo que el músico sube al escenario y lo que da es el mismo fuego de su vida. La verdad que estoy muy agradecida de lo que elegí, de haber elegido de muy chiquita lo que me gusta hacer, y de haberlo hecho toda la vida, creo que hicimos todo rápido también, como que ahora me siento re-joven y tengo un montón de cosas para hacer.

En diciembre cumpliste 50 años, ¿sentís que hiciste algún balance o te pegó de algún modo especial el cambio de década?

Creo que tengo mucho para agradecer, porque cada año es como un regalo de la vida. Me gusta festejar el cumpleaños. Creo que a los 50 hacés un balance de a qué te dedicaste, qué hiciste, qué aprendiste y qué te queda por aprender. Yo me siento muy bien, me amo, me cuido y trato de disfrutar la vida. Me siento bien con el balance conmigo misma, me siento en paz y no me aburro nunca.

EL OTRO YO, LOS OTROS PROYECTOS

Un proyecto que quedó colgado es la edición del acústico en vivo de El Otro Yo, ¿piensan editarlo en algún momento?

Lo vamos a hacer, está todo grabado de consola, pero hay que mezclarlo y masterizarlo, y es una gran responsabilidad porque tiene muchos canales y es como… (enfatiza) EL disco y tiene que re-sonar. La mezcla y la masterización las quiere hacer Cristian, pero no sé si va a poder hacerlo ahora.

¿Por qué?

Es que mi hermano hacía un taller donde les enseñaba música, grabación y producción a otros presos, pero ahora se lo cerraron, porque la represión es así. No sé si tendrá que ver con el nuevo gobierno, pero a algunas personas les cuesta entender lo importante que es el arte.

Con El Otro Yo también subieron varios demos a las redes...

Hicimos un montón de versiones nacientes, es que son tantos años que vamos buscando y encontrando cosas que está bueno que escuche la gente. Ahora que lo pienso es como un proceso al inverso de lo que hacemos con XMF, porque hay temas míos que por ahí en los discos eran como demos y ahora los volvimos a grabar con más producción; y en cambio de EOY ahora publicamos versiones crudas de temas que antes se escucharon re producidos. Eso es lo que tiene de lindo la música: la libertad, y cuando hay tantas cosas hechas es como que no hay nada que las pueda frenar, es como que hasta el tiempo te las trae de vuelta.

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