STEVE VAI, ESTADIO LUNA PARK, 06/06/2023

EL TANO PRIMEREANDO. Nobleza obliga. Lo aviso desde ya. Esta va a ser una crónica difícil con el artista que la ocupa. ¿Si Vai es quién la ocupa, Claudio Marciello es un okupa? De ninguna manera. Marciello es sin lugar a dudas uno de los mejores guitarristas que ha dado esta tierra. Una pena que el Luna Park ostentara tan pocos asistentes a la hora señalada de la apertura de puertas. El Tano demostró ser el mejor escudero de Iorio, y tener la identidad artística para en algún momento armar su propia propuesta. Como solista no sólo conserva esas virtudes, las expande. Penoso fue ver que hubiese tan poco público, un público remolón, que asistió en masa recién sobre el filo de la presentación del acto principal. ¿Qué decir de el ex Almafuerte que no se sepa? Cuando hay que pelar riffs que te hagan cabecear, el tipo va a satisfacer tus necesidades.

¿Llegó el momento de meter solos complejos o tal vez melodías pegadizas? También. Marciello mostró una gran economía de recursos (cosa que la estrella de la noche no). Y te estarás  preguntando que carajo es una economía de recursos: usarlos en su justa medida, y solamente cuando son necesarios. Cómo llegar a fin de mes, ¿viste?. Heavy cuando hacía falta, rockeando a full por otros, refinado y sutil también, pero siempre en pos de causarle una emoción al oyente. Dignísimo lo del Tano. CTM dejó el escenario llevándose el merecido aplauso de una concurrencia que ya empezaba a engrosar sus filas.

LA AUDIENCIA ESTÁ ESCUCHANDO. El intervalo fue breve, y muy puntualmente, el Sr Steve Vai se presentó en sociedad con la totalidad de los ademanes que le son propios. Parado en el centro y al frente, disparó su primer solo desde su guitarra con trastes iluminados por lucecitas celestes. Como si hiciera falta subrayar que esa iba a ser una noche de guitarras, muchas guitarras, G-U-I-T-A-R-R-A, física y sonoramente hablando. En esta oportunidad, la visita del eximio personaje venía con algunos ingredientes extras: la ejecución de un nuevo y particularísimo instrumento, “The Hydra”, (que luego describiremos), el estar festejando su cumpleaños el día del show y la presentación de “Inviolate”, su último disco.

El setlist arrancó justamente con “Avalancha”, del álbum mencionado, con un sonido excelente, sonando todo con mucha definición. Vai es un artista con una larga trayectoria, y mechó de una manera equilibrada el material de su discografía. En cuanto a la labor de los músicos que lo acompañan en la actualidad (Jeremy Colson/batería, Dante Frisiello/guitarra y teclados y Philip Bynoe/bajo), cumplieron correctamente con su tarea de hacer de “colchón” para que Vai pudiera dar rienda suelta a esa necesidad de explayarse con su guitarra, y decirte: “mirá bien como toco, eh”.

Pero como “faltaban solos y demostraciones de solvencia en la ejecución del instrumento” (guiño, guiño), los escuderos también metieron cada uno el suyo, no sea cosa que no quede claro que el capataz de la banda no es el único que puede pelar. Y como si esto fuera poco, hubo que demostrar que los guitar tech de Vai también tocan muy bien, entonces no hubo más remedio que subirlos a escena para agregar Nutella sobre el dulce de leche, y ejecutar todos juntos “Incantation”.

COMO VAI CON CHICHE NUEVO. Promediando el show, “The Teeth Of Hydra” dio paso a la ya mencionada presentación en sociedad del nuevo chiche diseñado en conjunto por Steve y la fábrica de guitarras Ibanez. Se trata de una combinación de dos guitarras (de siete y doce cuerdas), y un bajo, integradas en un solo instrumento. Vai durante el tema recorrió los tres mástiles de cada uno de los instrumentos ensamblados, aportando un poco de aire fresco entre tanto punteo eterno de viola. Con 6.000 gargantas cantando “que los cumplas feliz”, antes de los bises, Don Esteban sopló las velitas sobre una torta con forma de…, guitarra, ¿qué esperaban? Después vino quizás su tema más emblemático, “For The Love Of God” y para los bises la extensa “Fire Garden Suite” y “Taurus Bulba”.

STEVE VAI DICIENDO ADIÓS. Aplauso cerrado de los súbditos y todos pa casa. A la hora del balance, corresponden algunas consideraciones, hechas estas desde mi subjetividad, de la cual ningún ejercicio crítico puede escapar. Valoro el virtuosismo, Vai sin dudas es un virtuoso y sería de necio negar la calidad de semejante intérprete. El problema es si el virtuosismo es un medio o apenas un fin. Es funcional, según mi entender, cuando el mismo está puesto al servicio de una estructura superior que lo contiene, llámese tema, canción, obra. Para ponerlo en términos futboleros, prefiero ver a Messi metiendo el pase gol a Molina o clavándola en un ángulo, antes que mirar como hace jueguito en el precalentamiento.

En definitiva, con artistas como Vai, parece que lo importante es demostrar habilidad y destreza, que si sos guitarrista o amante del despliegue instrumental seguramente te fascinará, pero en mi caso, después de dos o tres temas, me empalaga. O genera algunos pasos de comedia spinaltapescos como los narrados. Me gustaría volver a ver a Steve dentro de una banda, que brille cuando es su turno y después pueda correrse del centro de atención. Porque el brillo permanente, encandila, ¿vio?.

Txt: Hernán Mariotti

Fotos: Florencia Giuliana

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