Sexo, drogas y rock’n’roll, la sagrada trinidad del hedonismo y el gran lema del lifestyle de (casi) todo rocker del siglo pasado que se preciara de tal, es en realidad un trío más atemporal de lo que uno piensa. El primer uso identificado de la frase tal como la conocemos apareció en un artículo de la revista LIFE de 1969, que declaraba: “La contracultura tiene sus sacramentos en el sexo, las drogas y el rock”. Dos años más tarde, un colaborador de la revista británica Spectator también intentó entender a los «chicos de hoy día», diciendo: «No en vano, la cultura juvenil se caracteriza por el sexo, las drogas y el rock’n’roll». Pero la frase, al menos en el idioma inglés, tuvo su gran salto a la fama en 1977, cuando el punk explotaba en Inglaterra: Ian Dury lanzó una canción con el trinomio como título y este no solo definió toda una era sino que introdujo una nueva frase en la lengua vernácula inglesa. Sin embargo, el que fuera el primer single de Ian Dury & The Blockheads (porque los Blockheads están, aunque no figuren) fue un hit… que nunca fue un hit: hoy 26 de agosto, en ocasión de cumplirse los 45 años de su edición, tenemos la mejor excusa para repasar su historia.
En la vida hay ciertas cosas que uno da por sentadas: por ejemplo, siempre que llovió paró, todo lo que sube baja (menos los precios) y «Sex & Drugs & Rock & Roll» de Ian Dury fue un single de gran éxito en el verano punk británico de 1977. Más allá de lo que podemos discutir, oponer o argumentar sobre los dos primeros puntos, sorprendentemente el último es un concepto erróneo. Si bien muchos asumen que el clásico de Dury debe haber sido su mayor logro en las listas, en realidad ni siquiera figuró en los puestos más bajos del Top 75 del Reino Unido: “Al single le fue bien en las listas independientes, pero fracasó por completo en las nacionales”, coincide Chaz Jankel, quien coescribió y tocó la guitarra en la canción que hoy nos ocupa. “Uno de los problemas fue que, debido al título, la BBC se negaba a ponerlo al aire. Annie Nightingale (N. locutora de la BBC) me dijo recientemente que lo pasaba por las noches. Pero apenas se lo escuchaba en la radio durante el día”. El otro problema fue que el sello discográfico de Dury, Stiff, sacó el disco de circulación muy rápido, lo que significa que vendió solo 19000 copias. “Esa era la política de la compañía en ese momento: buscar ventas rápidas de cada single y luego eliminarlo”, explica Jankel. “Así que no tuvimos muchas oportunidades de escalar en el ranking principal”.
MÁS QUE UN TEMA, UN SUBE Y BAJA. El título en sí fue algo que Dury mantuvo en segundo plano durante mucho tiempo, antes de que Jankel finalmente accediera a escribir la música, pero hay que descartar de plano que al guitarrista no le gustara el título o la letra de la canción; como él mismo lo explicó en el libro «Sex and Drugs and Rock and Roll: The Life of Ian Dury« (escrito por Richard Balls y publicado en 2011) «Eso no es TAN cierto… simplemente no veía cómo encontrar algo que funcionara con eso. Pero Ian perseveró. Cada vez que me enviaba un nuevo lote de letras para que yo trabajara -normalmente él escribía letras, me las daba y yo componía sobre ellas- justo arriba de todo estaba ‘Sex & Drugs & Rock & Roll’. Y yo simplemente la ponía en el fondo de la pila”. Este círculo vicioso podría haberse prolongado durante años, hasta que Jankel terminó por abordarlo gracias a un gesto muy inusual de Dury: “Un día, en su departamento en Oval Mansions (N.: al sur de Londres, frente al Oval Cricket Ground y que Dury apodaba «Catshit Mansions», es decir «Mansiones de caca de gato»), Ian comenzó a tararear un riff que se le había ocurrido para esta canción. Eso fue algo que nunca había hecho antes. Pero me di cuenta de lo que estaba haciendo y lo seguí a partir de ahí. Una vez que tuve el comienzo, el resto fue fácil”.
LADRÓN QUE ROBA A OTRO LADRÓN… Poco tiempo después, Jankel se dio cuenta de dónde había sacado su compañero escritor esta pieza de inspiración musical. “Un día fui a su departamento y estaba sonando un disco. Ian se fue a preparar un par de tazas de café y dejó el longplay sonando. Entonces lo escuché, el riff que se le había ocurrido, allí mismo, en la línea de bajo. Ian volvió con el café y una sonrisa descarada en su rostro, viendo cómo me había dado cuenta”. El álbum en cuestión era de 1960 y se llamaba «Change Of The Century», obra del innovador saxofonista jazzero Ornette Coleman. La canción en particular se llamaba «Ramblin'». Jankel tiene más recuerdos: “Sé que Ian en realidad se propuso contactar al bajista de esa canción, Charlie Haden, y fue al Ronnie’s Scott Club donde estaba tocando a confesarle que había tomado prestada su parte. Pero Charlie le admitió que él mismo la había sacado de una canción folk de Kentucky, llamada ‘Old Joe Clark’ por lo que parecía que el riff se había transmitido a lo largo de los años”… hay una versión alternativa de esta historia que dice que Haden en realidad habló de un tema cajun, pero de un modo u otro, los cien años de perdón del subtítulo que encabeza este párrafo están asegurados.
SEXO, DROGAS, ROCK AND ROLL… Y ALGO MÁS. Lanzada en el apogeo de la popularidad del punk rock, la canción fue malinterpretada (como suele serlo hasta el día de la fecha) en aquel entonces como un tema sobre el exceso, el descontrol y la joda ilimitada, como sugerían su título y estribillo. Aunque el single fue prohibido por la BBC, varios disc jockeys de Radio 1, incluidos Annie Nightingale y John Peel, continuaron promocionando el disco. El mismo Dury, sin embargo, sostuvo que la canción no era en modo alguno un himno punk y aclaró que estaba tratando de sugerir que había más en la vida que una existencia de 9 a 5: «‘Sex And Drugs’ comenzó como una amonestación ligera y terminó como un himno encantador. Hubo un momento en que me cansé de ella, pero cobró una nueva vida», explicó Dury a la revista Unpublished en 1995. «Con esta canción estaba intentando sugerir que había más en la vida que cualquiera de esas tres cosas -sexo, drogas y rock’n’roll- o subir y bajar una palanca todo el día metidos en una fábrica». Los versos en sí tienen un poco de acertijo, aunque siempre sugieren un estilo de vida alternativo:
Here’s a little bit of advice, you’re quite welcome, it is free
He aquí un consejito, de nada, es gratis
Don’t do nothing that is cut-price, you’ll know what they’ll make you be
No hagas nada a precios bajos, sabrás lo que te harán hacer
They will try their tricky device, trap you with the ordinary
Intentarán usar su aparato engañoso, te atraparán con lo odinario
Get your teeth into a small slice, the cake of liberty
Hincá tus dientes en una pequeña rebanada, de la torta de la libertad
UN SLOGAN (IN)VOLUNTARIO. Sin importar las controversias que despertara, «Sex & Drugs & Rock & Roll» se convirtió rápidamente en un eslogan que se hizo más grande que la canción misma. “Ian era brillante al idear títulos que podrían ser slogans. También está ‘Reasons To Be Cheerful’ (razones para estar alegre) y «Hit Me With Your Rhythm Stick» (pegame con tu palo rítmico), que tuvieron el mismo tipo de impacto. En ese sentido, Ian tenía algo de periodista, aunque mucha gente malinterpretó de qué estaba hablando en la letra de ‘Sex & Drugs & Rock & Roll’. No era una celebración del exceso o el libertinaje, sino una descripción detallada de lo que estaba sucediendo en ese momento y aún continúa hasta el día de hoy”. En la misma entrevista del ’95, Dury tenía claro el panorama: «La gente me dice: ‘Ahora que está el SIDA, ¿no te parece horrible esa canción?’, y yo les digo que siempre hubo un signo de interrogación sobre estas actividades, siempre. Y aclaro que escribí el tema antes de que aparecieran todas esas terribles enfermedades sexuales, como el herpes y el SIDA. Lo que estaba diciendo era ‘Si todo lo que pensás es en sexo, drogas y rock’n’roll, entonces hay algo mal’… El título fue utilizado en los titulares de todo el mundo. Desearía poder cobrar una libra cada vez que se usa».
STATUS DE HIMNO. A pesar de su breve estadía en los rankings, la canción alcanzó rápidamente el estatus de himno cuando se interpretó en vivo. Su potencia quedó subrayada cuando el mismo año de su estreno Dury realizó una gira organizada por Stiff Records junto a Nick Lowe, Elvis Costello, Larry Wallis (que formara parte de Motörhead) y Wreckless Eric. Así las cosas, «Sex & Drugs…» se convirtió en el clímax del bis nocturno, con todos uniéndose a Dury en escena para cantarla y tocarla: «Por supuesto, cuando salgo e interpreto la canción, todos la cantan, ¡y no podés detenerlos!«, admitía el recordado Dury. “Creo que fue entonces cuando entendimos que la canción parecía haber cobrado vida propia y la gente definitivamente se identificaba con ella», deduce Jankel. “Era una buena canción para ser coreada por la gente. No tenías que ser Pavarotti para captar la melodía. En Ian Dury & The Blockheads cerrábamos regularmente nuestros propios shows con esa canción. Hoy tiende a ser la que tocamos como apertura”.
AUSENTE SIN AVISO. Dada su popularidad, es notable que la canción, editada con «Razzle In My Pocket» en el lado B del vinilo y lanzada originalmente como de Ian Dury aunque tres de los Blockheads participaran en ella (el baterista Charlie Charles, el bajista Norman Watt-Roy y Jankel, por supuesto) no se incluyera en el álbum debut del grupo, «New Boots And Panties», cuya reedición comentáramos oportunamente en MADHOUSE por si quieren más datos. Jankel tiene una explicación simple: “Ian sintió que la gente ya había pagado por el single, entonces, ¿por qué pedirles que lo compraran de nuevo?»… Sin embargo, hubo cierta confusión cuando la versión francesa del álbum, que sí incluía «Sex…», se importó a Inglaterra y comenzó a vender más que la versión británica oficial: “Eso era típico del enfoque de Ian. También se negó a que se imprimieran las letras en ningún disco. Su argumento fue que estas palabras no eran poesía”.
SEX & DRUGS & LENNON & McCARTNEY & JANKEL & DURY & ROCK’N’ROLL. Casi medio siglo después de su edición, «Sex & Drugs & Rock & Roll» continúa siendo considerada por críticos y fans como la mejor canción que surgió de la fructífera asociación de Dury y Jankel. Una sociedad que el primero solía afirmar que era tan buena como cualquier otra: “Ian solía decir que estábamos ahí arriba con Lennon & McCartney. Sentía que era mejor que cualquier letrista que hubiera por ahí, y que yo era tan buen compositor como cualquiera en ese momento. Trabajar con alguien tan positivo me dio más confianza, lo cual fue importante porque me alimentaba de eso», agradece Jankel. “Creo que cuando escuchás ‘Sex & Drugs & Rock & Roll’ estás escuchando uno de los mejores ejemplos de una asociación extraordinaria. Podíamos escribir algo cada uno por su lado, y eso automáticamente alimentaría el subconsciente del otro. Teníamos esa comprensión simbiótica”… Eso sí, hay una cosa que Jankel hoy lamenta sobre la canción: “Ojalá hubiéramos registrado la frase en sí… ¡Imaginate cuánto valdría hoy!”.
Sex and drugs and rock and roll
Is all my brain and body need
Sex and drugs and rock and roll
Are very good indeedKeep your silly ways or throw them out the window
The wisdom of your ways, I’ve been there and I know
Lots of other ways, what a jolly bad show
If all you ever do is business you don’t likeSex and drugs and rock and roll
Sex and drugs and rock and roll
Sex and drugs and rock and roll
Is very good indeedEvery bit of clothing ought to make you pretty
You can cut the clothing, gray is such a pity
I should wear the clothing of Mr. Walter Mitty
See my tailor, he’s called Simon, I know it’s going to fitHere’s a little piece of advice
You’re quite welcome it is free
Don’t do nothing that is cut price
You know what that’ll make you beThey will try their tricky device
Trap you with the ordinary
Get your teeth into a small slice
The cake of libertySex and drugs and rock and roll
Sex and drugs and rock and roll
Sex and drugs and rock and roll
Sex, drugs, rock, roll, sex, drugs, rock, roll
Periodista especializado en artes, espectáculos, gastronomía y cultura pop. Co-fundador de las revistas argentinas Riff Raff (entre 1985-86) y Madhouse desde 1989 hasta 2001. Director del primer fanzine de habla hispana dedicado a Kiss y autor junto a Carlos Parise del libro «Heavy Metal Argentino» (1993).