PACIENTE: THE INTERRUPTERS – «In The Wild» (Hellcat Records, 2022)

HISTORIA CLÍNICA: Formados en 2011 en Los Ángeles por un amor compartido por el renacimiento -en aquel momento- del punk rock de los 90 así como por las bandas fundacionales de ska y two tone, los Interrupters encontró rápidamente su ritmo a través de los tres hermanos Bivona, el guitarrista Kevin y los gemelos Justin (bajo) y Jesse (batería), la dinámica frontwoman Aimee Interrupter (su verdadero apellido es Allen), y Tim Armstrong de Rancid, mentor, productor y “quinto Interrupter” honorario.

Cada vez más reconocidos por sus electrizantes shows en vivo de y su potente carisma sonoro, con presentaciones en Vans Warped Tour y soportes de bandas como Rancid o Bad Religion, los planes de The Interrupters a principios de 2020 para grabar un cuarto álbum se vieron interrumpidos (nunca mejor usado este adjetivo) sin contemplaciones debido a la pandemia que azotó al mundo. Pero esta es una banda a la cual parece no asustar ningún obstáculo, y en este caso en particular supo aprovechar el encierro, el aislamiento y la incertidumbre de los últimos años para emerger con una deslumbrante continuación de su álbum de 2018 «Fight The Good Fight«; de entrada el cuarteto se vio obligado a volver a lo basico (justo cuando estaban por unirse al Hella Mega Tour de Green Day), pero en compensación el tiempo de inactividad le dio a Aimee el espacio que necesitaba para enfrentar su difícil pasado, situación que había insinuado en el pasado a través de canciones luchadoras y animadas como «Title Holder», pero que nunca había explorado cabalmente.

El otro factor que terminó poniendo «In The Wild» en su propio espacio es que, por primera vez, nuevamente debido al encierro y a las restricciones, esta vez Tim Armstrong, no pudo producir a la banda. Kevin Bivona debió entonces ocupar la silla del productor, convirtiéndose en «el responsable», como él mismo dijo. Las diferencias están ahí y es lógico que estén, sobre todo cuando una banda busca recorrer nuevos caminos. El sonido de Kevin resulta ligeramente mas despojado y quizá más simple de lo que Armstrong suele buscar. Pero lo que es más importante, en la mayoría de las 14 canciones que componen esta obra, Aimee finalmente logra poner las cartas sobre la mesa y expresarse a fondo sobre su problemática juventud, el pasado a veces abusivo que la arrastró a un torbellino de ansiedad, depresión y comportamientos obsesivos como la tricotilomanía (trastorno que hace arrancarse el cabello)… Con este telón de fondo, esta cuarta y flamante entrega, titulada «In The Wild» constituye hasta la fecha el lanzamiento más íntimo y ambicioso de una banda dedicada a derribar barreras, tanto personales como profesionales.

Sostenido por la voz aguardentosa de Aimee y una línea de bajo que se filtra hábilmente, «Anything Was Better» abre el álbum a puro punk-pop californiano, relajado y fluido aunque con un claro dejo nostálgico; a través de sus coros pegadizos (marca registrada de la banda) y de una melodías brillante, la canción prepara adecuadamente un camino alternado por velocidad a los tumbos («As We Live» con Armstrong y la leyenda del ska Rhoda Dakar), himnos secos al estilo de los 90 («Raised By Wolves»), ska bops al mejor estilo de Gwen Stefani de No Doubt («In The Mirror») y por supuesto, reggae distendio («Kiss The Ground» y «Love Never Dies», cover de The Skints). Lejos de abrevar demasiado tiempo en un género musical determinado, «In The Wild» discurre entre arreglos afables y tonos más voluminosos; aún así, en la canción de cierre del álbum, «Alien», finalmente vemos a The Interrupters mostrándonos su lado vulnerable, con Aimee abriendo su corazón sobre un floreciente universo doo-wopesco.

DIAGNÓSTICO: Líricamente, «In The Wild» representa una gran victoria, con la banda explorando cuestiones oscuras e íntimas sazonadas con la voz empapada de whisky de Aimee, que cautiva y atrae la atención de los escuchas en cada momento del álbum… Es raro hoy en día encontrar un álbum que puede fusionar ska, reggae, punk y matices propios en una obra que es en partes iguales accesible y satisfactoria, pero como cualquier fan de Interrupers sabe, esta es una banda no solo dispuesta a recorrer el lado salvaje codo a codo con sus oyentes, sino también capaz de arrastrarlos a un viaje inolvidable y quizá inesperadamente agradable.

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