Bienvenidos a Terapia De Grupo, la sección de MADHOUSE en donde te contamos las novedades de la movida emergente. Surgidos a mediados del 2013 en la zona oeste del Gran Buenos Aires, Experiencia Tibetana nace dentro de una búsqueda espiritual que usa como herramienta la amalgama del minimalismo proveniente del blues y el rock pesado característico de los años ’70, con la música bizantina, la utilización de sonidos orientales y la incorporación de mantras. A propósito del lanzamiento de “Vol.2” su nuevo EP, nos contactamos con Wally Fernández (guitarra y voz), Leandro Moreno Vila (bajo) y Gastón Saccoia (batería). Los oscuros resultados… a continuación

Tienen nuevo material, “Vol. 2” ¿cómo definirían el sonido y que enseñanzas que les dejó su anterior trabajo pudieron llevar a cabo?

Leandro: El sonido que tiene “Vol II” es más místico, te sumerge en un viaje hacia el más allá. El “Vol I” tenía un trabajo de capas de sonido que vio su evolución en este último material.

Agregaron elementos no tradicionales en el estilo como percusión y didgeridoo. ¿Por qué se decidieron a hacerlo y como evalúan el resultado?

Gastón: La decisión viene porque hay una fórmula que se repite en el género, tanto en tibetana como en otras bandas, que son temas largos con riff densos y repetitivos. Entonces aparecen estos elementos que mencionas con el objetivo de generar otro clima, proponer una dinámica que evite lo monótono. Estos cambios de dinámica en las estructuras terminan provocando curiosidad en su escucha. En cuanto al resultado, fue bueno y cumplió nuestras expectativas, pero lo tomamos como un aprendizaje para algo más. Mucho de lo que se escucha nació de la espontaneidad y nos gustaría profundizar en su resultado: encontrar el espacio exacto de cada instrumento, aprender que menos, es más, y que el mensaje sea contundente y sin muchas vueltas.

¿Qué papel ocupa lo espiritual dentro de la propuesta del grupo?

Wally: Siempre fue algo implícito y fundamental, pero no desde una bajada de línea o un mandamiento a seguir, sino como como un centro de libertad y resistencia donde convive el ocultismo y lo sacro en igualdad de condiciones. Por ejemplo, en «Vol I» se puede escuchar nuestra inocencia en ese sentido, descubriendo un poco lo espiritual desde la cultura lisérgica, su música y sus imágenes, la perspectiva es más corta y el juego se vuelve un poco predecible. En cambio, en «Vol II» me parece que hay otro color y otra picardía, quizás porque el narrador pasa a ser un nihilista burlón, que, conociendo sus antecedentes en la espiritualidad, decide reírse de eso.

¿Cuál piensan que puede ser la clave para que la movida stoner /doom no se vuelva repetitiva?

Leandro: Creemos que se trata más de experimentar sobre distintos subgéneros y aplicarlo con la pesadez del género. Hay tantas opciones y ambientes generados por el rock, que las variantes pueden nutrir el stoner y doom de la escena. La evolución aparece día a día en la infinidad de bandas locales, lo importante es no dejar que la máquina pare y que todos tengan la posibilidad de ganarse su identidad como banda.

¿Cuáles son los planes a futuro para el grupo?

Wally: En lo inmediato van a salir unos clips de algunos temas, donde se mezcla la temática propuesta con imágenes del show que abrimos para JB Larralde hace poco. Por otro lado, estamos preparando material audiovisual, para mostrar un poco el sonido más crudo e íntimo de la banda, como puede ser un ensayo, con lo abstracto y surrealista que pueden ser nuestras presentaciones. Después el 16 de julio va a ser el zenit de todo, vamos a estar tocando en Otra Historia (CABA), con bandas que admiramos y queremos mucho, como son los casos de prototipo, hombre humano y culto desierto. Va a ser un lindo quilombo.

Por ultimo: ¿por qué los lectores de MADHOUSE deberían afrontar la experiencia tibetana?

Gastón: Porque es distinto. Buscamos romper las maneras de como grabar material, romper los estándares de la música en cuanto a su duración y dinámica y centrarnos en lo sensitivo. Además, que el objetivo no está en seguidores, ni en likes ni en aplausos, el objetivo es viajar y proponer nuestro «mambo negro», que para nosotros es el subsuelo de la oscuridad misma. Y, por otra parte, es una escucha particular y personal, que te obliga a armar un ambiente íntimo para un momento introspectivo para callar la mente, viajar por dentro y elevarse.

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