UNSPECIFIED – CIRCA 1970: Photo of Carl Perkins Photo by Michael Ochs Archives/Getty Images

Cuando nacen, las canciones no conocen su destino: algunas directamente terminan siendo clásicos, otras abren caminos nuevos y desconocidos, otras toman años para ser reconocidas y otras logran éxito instantáneo incluso antes de editarse. Pero más allá de estas ponderaciones, posiblemente ninguna otra canción en la historia de la música popular haya dejado una impresión tan profunda en la cultura popular como lo hizo «Blue Suede Shoes», de Carl Perkins. El primer éxito de rock and roll propiamente dicho se convirtió en el punto de partida para todo lo que vino después; hoy, a 66 años de su edición y con mucho cuidado de no pisarla, desempolvamos su azul historia.

Poker de ases: Jerry Lee Lewis, Carl Perkins, Elvis Presley y Johnny Cash. Más rocanrolero no se podía poner.

Al igual que sucede con muchas grandes canciones, «Blue Suede Shoes» está ligada a un mito. Empecemos diciendo que los zapatos de gamuza azul eran un artículo de lujo en el Sur, un calzado con estilo ideal para usar en una salida nocturna. Sin embargo, había que tener mucho cuidado con ellos, ya que la gamuza no es fácil de limpiar.
Aunque Perkins nunca tuvo un par, el mismísimo Johnny Cash afirmó en su momento que fue él quien le regaló a Perkins no unos zapatos, sino la idea de la canción después de un show junto a Elvis Presley en Amory, Mississippi, a fines de 1955. En aquel momento, Cash recordó al sargento CV White, un soldado negro de la fuerza aérea de EE.UU. con el que había hecho el servicio militar en Alemania, un tipo alegre que gustaba de verse y vestirse bien. Una noche se le acercó a Johnny y le dijo “¿Qué tal me veo?”. Cash le contestó “¡Estupendo!”, a lo que White acotó “Entonces tratá de no pisarme los zapatos de gamuza azul” y se fue chasqueando los dedos y bailando. Fue entonces cuando justo antes de irse, Cash lo miró bien y le dijo “¡Eh! Pero si estás usando las botas del ejército!”, que efectivamente eran de lustroso -y reglamentario- color negro.  Y el sargento, yéndose por la puerta, le contestó una última vez: «Esta noche, cuando vaya a la ciudad, van a ser de gamuza azul”… Cash dijo que pensó que podría haber una canción en esta anécdota. Pero Perkins lo recuerda de manera diferente: en su autobiografía, «Go, Cat, Go!», cuenta que se encogió de hombros ante la sugerencia inicial de Cash, afirmando: «No sé nada sobre esos zapatos. ¿Cómo querés que escriba un tema sobre zapatos?»… Lo cierto es que Perkins no se dirigió directamente al estudio con una melodía fresca e inspirada. En cambio, le tomó un segundo encuentro con el destino para que la gamuza azul reapareciera en su subconsciente y lo inspirara.

Los únicos zapatos de gamuza azul que alguna vez usó Elvis: en 2013 pedían U$ 80.000 por el par

LA VERDAD DE LA GAMUZA. En 2015, casi sesenta años después de grabar «Blue Suede Shoes» en los legendarios Sun Studios de Memphis, el último miembro sobreviviente de la banda de Perkins aclaró la historia en declaraciones para la prensa yanqui: «Conozco tres o cuatro versiones diferentes de casi todo lo que sucedió en ese entonces», dijo entre risas el baterista W.S. ‘Fluke’ Holland (fallecido en septiembre de 2020). “En 1955 todos estábamos en la misma agencia de contratación, por lo que las bandas de Cash y Perkins forjaron una gran amistad en las giras. Aquella vez en particular conducíamos el Plymouth verde del ’53 de John por el estado de Arkansas, con Carl y John en la parte de atrás. Este apoyó la pierna en el respaldo del asiento delantero y dijo: ‘Carl, deberíamos escribir una canción sobre unos zapatos’. Un poco más adelante, dijo: ‘¿Por qué no la escribimos acerca de unos zapatos de gamuza azul?'»… El incidente no se volvió a mencionar, afirma Holland, hasta que todos volvieron a casa unos días después y la banda de Perkins fue contratada para tocar en un pequeño club en Jackson, el 4 de diciembre de aquel año. “No había escenario”, recordaba el baterista, “así que simplemente nos instalamos en un rincón, con el amplificador de Carl en el piso. Una chica estaba bailando muy cerca del amplificador y escuchamos a su novio aullándole: ‘Don’t step on my new shoes!’ (¡No pises mis zapatos nuevos!)«.

Holland, ya mayor, en su elemento: palillos, tambores y platillos.

ZAPATOS, LETRAS Y PAPAS. Fue así que Carl volvió a su casa aquella noche y se fue directo a la cama, cansado tras el concierto. A las 3 AM se despertó de golpe y, seguramente tocado por las musas, escribió de un tirón la letra de ‘Blue Suede Shoes” basándose en lo escuchado aquella noche («Dios mío, aquel pibe tenía una novia tan linda y solo podía pensar en sus zapatos») y en la historia de Cash. Como no tenía papel a mano, la escribió, según cuenta, «en una bolsa de papas de papel marrón» (!) Tras repasar la canción con el resto de la banda, Perkins reservó turno en el estudio para el 19 de diciembre. El tema resultó un asunto de familia: además del mencionado Holland y por supuesto el guitarrista, la banda que grabó se completó con su hermano menor Jay en guitarra rítmica y su hermano mayor Clayton (que se suicidaría en 1974) en el bajo. El guitarrista ya había grabado dos singles para el jefe de Sun (y descubridor de Elvis), Sam Phillips, llamados «Movie Magg» y «Let The Jukebox Keep On Playing». La primera era un rockabilly en estado puro, la segunda una balada trepidante. Pero «Blue…» era diferente. Con poco más de dos minutos de ritmo que hacía mover las caderas, impulsado por versos intermitentes y los agudos ardientes de la guitarra de Perkins, se convirtió en el más poderoso mestizaje de blues, country y pop, tan mágico y atrapante que definió una nueva era del rock’n’roll donde todo valía.

DE HOMBRES Y GATOS. Holland no recuerda haber hecho muchos ajustes en el estudio, aunque sí confirma la historia de que Phillips cambió la inoxidable línea introductoria de «Go, man, go!» a «Go, cat, go!» para que sonara más rockera («Cat» era un término muy en boga entre los rockeros de la época). También reconoce que «Blue…» es un tema que lejos está de ser perfecto: “En realidad, no éramos lo suficientemente buenos para trabajar algún tipo de arreglo, simplemente lo hicimos de la única manera que sabíamos. Si lo escuchás con mucha atención, notarás que la introducción no es musicalmente correcta; hay pausas entre cada una de las frases: -‘One for the money, two for the show, three to get ready, now go cat go’–  y eso fue porque yo no sabía cómo contar antes de empezar el tema. Pero esa es uno de los cosas que hicieron que Sun Records fuera tan importante: cuando Sam escuchaba algo diferente, no intentaba corregirlo, siempre lo dejaba así».

Por su parte, Perkins describió sus sensaciones de esta manera: “Sentí que tenía la mejor canción de rockabilly jamás escrita”, dijo. «Me gustó el comienzo y la forma en que canté ‘Blue, blue, blue suede shoes, mm-hmmm, blue, blue, blue suede shoes’. Eso tenía onda, te movía. Me sentí muy bien cuando sonó a través de esos parlantes baratos en Sun. Sentí algo que nunca había sentido antes. Miré a Jay, Clayton y W.S. con otros ojos. Ese fue el momento que realmente había buscado toda mi vida. Nos fuimos del estudio esa noche deseando escuchar esa canción de nuevo. Hablamos de eso todo el camino a casa. Jay me dijo: ‘Esto podría lograrlo. Es posible que hayas grabado algo que llegará a alguna parte, Carl’”.

Lanzado el día de Año Nuevo de 1956, en marzo el single (cuyo lado B, «Honey Don’t», eventualmente sería versionado por los Beatles) había llegado al Billboard Top 100, donde alcanzó el puesto número 2, alejado del primer lugar por «Heartbreak Hotel» de Elvis. Perkins se convirtió en el primer artista country en pasar a las listas nacionales y de R&B. Además, «Blue…» le valió su primer disco de oro y significó para Sun Records su primer millón por ventas. El éxito del tema fue lo suficientemente grande para poner los nervios de punta a todos los capos de RCA, el nuevo sello de Elvis. Tanto fue así que el director, Chet Atkins, le confió a Phillips: «Por un tiempo pensamos que habíamos contratado al artista de Sun equivocado».

LOS IDUS DE MARZO. Todo iba en ascenso hasta que llegó el fatídico mes de marzo. «Blue Suede Shoes» estaba ganando éxito a nivel nacional y demostrando ser la canción más popular de Perkins hasta la fecha; lamentablemente, su carrera, que parecía estar en su punto más alto, frenó su impulso el 22 de ese mes mientras él y la banda viajaban en automóvil desde Norfolk, Virginia, a la ciudad de Nueva York para hacer su debut en la televisión nacional en The Perry Como Show. El chofer del auto, un amigo de Sam contratado para la ocasión, se quedó dormido y chocó contra un camión en una carretera cerca de la localidad de Dover; el impacto fue tan fuerte que el auto rodó cuatro veces antes de caer sobre un puente y detenerse a la orilla de un arroyo. Como resultado del accidente, el chofer del camión murió. Sorprendentemente, Clayton y W.S. sufrieron solo heridas menores, pero Jay se había roto el cuello y las lesiones de Carl incluyeron una clavícula rota, una conmoción cerebral severa y laceraciones en todo el cuerpo. Inconsciente durante dos días y hospitalizado durante casi dos semanas, se recuperó, pero el impulso de su carrera se disolvió en la Ruta 13 de Delaware.

Los tres hermanos Perkins: de izq. a der., Jay, Carl y Clayton, en una foto desteñida por el tiempo

El accidente dejaría secuelas y marcaría un punto de inflexión en la carrera y la vida de Carl Perkins. Mientras se recuperaba de sus lesiones, «Blue …» ascendió al número uno en la mayoría de las listas regionales de música pop, R&B y country. «Yo era un pibe pobre y granjero, y con ‘Shoes’ sentí que tenía una oportunidad pero de repente ahí estaba, en el hospital», recordaba con amargura Perkins, añadiendo otra observación tan agridulce como cierta: «Estuve a solo 85 millas de ser la primera estrella de rockabilly en aparecer en la televisión estadounidense», honor que se llevaría Elvis… Cuando se recuperó, también se había perdido un espacio en el prestigioso programa de Ed Sullivan. Pero los efectos del accidente fueron más allá de su vida profesional. Perkins produjo dos éxitos moderados para Sun antes de dejar el sello de Sam Phillips en 1958 para irse a Columbia, donde logró solo dos entradas menores en las listas; y Jay murió ese año de un tumor cerebral maligno. Angustiado y deprimido por los acontecimientos, Carl se dio a la bebida. En 1964 y 1965, en el apogeo de la Beatlemanía, realizó una gira por Gran Bretaña. George Harrison se había visto particularmente influenciado por su forma de tocar la guitarra, y los Beatles grabaron varias de sus canciones, incluidas «Matchbox» (basada en un estándar de blues) y la mencionada «Honey Don’t», elevando el perfil de Perkins y proporcionándole ingresos por regalías. De 1965 a 1976 actuó con Johnny Cash como parte de su grupo de gira y en su programa de televisión. En su primer año juntos, los ex compañeros deSun se convirtieron en cristianos renacidos y renunciaron a sus adicciones. Cash también tuvo un gran éxito con la composición de Perkins «Daddy Sang Bass». De hecho, muchos otros grupos de country encontraron un éxito similar con sus canciones. Posteriormente, Perkins volvió a tocar con una banda familiar, esta vez con sus hijos Greg (en el bajo) y Stan (en la batería). Sin duda, uno de los pioneros del rock, Perkins tuvo otra gran recompensa para su moral cuando fue incluido en el Salón de la Fama del Rock and Roll en 1987

LA HORA DEL REY. Elvis Presley, fiel amigo de Perkins, lanzó una versión de «Blue Suede Shoes» en marzo de 1956, poco después del trágico accidente. Cabe aclarar que durante las décadas de 1940 y 1950 era común grabar y lanzar covers de canciones exitosas, a menudo en diferentes estilos o géneros. RCA Victor quería promocionar a Elvis como artista de rock and roll y creía que una versión suya de «Blue…» podría vender más que la original de Perkins, especialmente con la mayor distribución y contactos de radio que tenía el sello. Presley, que había trabajado para Sun Records y conocía a Perkins y Phillips, se mostró reacio a grabar una versión para competir con la original. Finalmente accedió a grabar la canción si la compañía retrasaba su lanzamiento como single. Scotty Moore, el legendario guitarrista de Presley, lo recuerda así: “Elvis no estaba pensando en ese momento en ganar dinero para Carl; lo hizo más como un tributo a su amigo. Por supuesto, Carl estuvo agradecido de que lo hiciera, ya que lo ayudó a medida que su disco empezaba a declinar en ventas”. Elvis le dio fama grande a la canción, llevándola a las masas estadounidenses a través de sensacionales apariciones en televisión el 11 de febrero y el 17 de marzo en «The Dorsey Brothers Stage Show» y luego el 3 de abril en «The Milton Berle Show», y se convirtió en el primer tema de su álbum debut de 1956. Esta versión tributo, si bien tuvo su éxito en las listas, no tuvo la magia de grabación original de Perkins. No fue sino hasta varios años después, cuando Presley tocó continuamente «Blue Suede Shoes» en sus presentaciones en vivo y en una de sus películas, que su versión comenzó a tomar vida propia y finalmente superó por mérito propio la popularidad de Perkins.

Amigos son los amigos: Carl Perkins y Elvis Presley, firmando autógrafos a sus jóvenes fans.

Considerada una de las primeras grabaciones de rockabilly, incorporando elementos de blues, country y música pop de la época, en 1987 «Blue Suede Shoes» catapultó a Perkins al famoso Rock N’ Roll Hall Of Fame, demostrando que fue una inspiración para músicos como Elvis, los Beatles, los Stray Cats y muchos otros como Buddy Holly, Bill Haley y Eddie Cochran que hicieron sendos covers poco después. Como testimonio del poder perdurable de la canción, otros que han grabado versiones a lo largo de los años incluyen a Jimi Hendrix, Lemmy Kilmister, Black Sabbath, Grateful Dead y Bruce Springsteen, por citar algunos nombres conocidos. El mismo Perkins, acompañado por Lee Rocker y Slim Jim Phantom de Stray Cats, grabó una versión de este tema en 1985 para el soundtrack de la película «Porky’s Revenge!».

UNA HUELLA IMBORRABLE. A pesar de todo y a través de los años, la canción continuó dando a su creador un enorme orgullo. “Después de todos esos días en los campos de algodón, los sueños se hicieron realidad en un disco de oro”, comentó una vez Perkins, recordando su dura infancia entre los cosechadores pobres de Tennessee. “Está en mi estudio, donde puedo mirarlo todos los días. Lo desgasté de tanto mirarlo»... Entre los jóvenes de la época para quienes esta canción resultó decisiva estaba un tal Robert Zimmerman, hoy conocido como Bob Dylan, quien deja esta reflexión sobre el impacto de la música de Perkins: “Realmente defendía la libertad”, explica Dylan. “Todo ese sonido representaba todos los grados de libertad. Saltaba directamente del tocadiscos; en vivo, era un golpe en tu estómago. Todo: el vocabulario de la letra y el sonido de los instrumentos. En mi pueblo de origen no conozco a mucha gente que lo haya escuchado; creo que algunos de mis compañeros y yo estábamos definitivamente en minoría. Pero nos hizo sentir menos como vagabundos, nos mostró que definitivamente había un sol y una luna y había elementos celestiales en la vida que se expresaban en solo un pequeño grupo de personas, como Carl. Supongo que podrías contarlos con los dedos de una mano. Ese tema era todo. Era casi como otra fiesta en la habitación. Venía de algún lugar al que queríamos ir; queríamos ir a donde estaba sucediendo eso. A diferencia de un disco en la radio, donde puede sonar bien pero no te da ninguna respuesta ni te hace pensar que realmente hay alguna. Ni cualquier otro lugar a donde ir además del lugar al que estás perfectamente adaptado”.

Perkins finalmente llegó al show de Como en mayo de 1956 (nótese el cuello ortopédico que lleva su hermano), aunque la fama grande ya se la había llevado Elvis, queriendo o sin querer

Well, it’s one for the money
Two for the show
Three to get ready
Now go, cat, go
But don’t you
Step on my blue suede shoes
Well, you can do anything
But lay off of my blue suede shoes

Well, you can knock me down
Step in my face
Slander my name
All over the place
Well, do anything that you want to do,
but uh-uh
Honey, lay off of my shoes
And don’t you
Step on my blue suede shoes
Well, you can do anything
But lay off of my blue suede shoes

Well, you can burn my house
Steal my car
Drink my liquor
From an old fruit jar
Do anything that you want to do
But uh-uh, honey, lay off of my shoes
And don’t you
Step on my blue suede shoes
Well, you can do anything
But lay off of my blue suede shoes

Well, it’s one for the money
Two for the show
Three to get ready
Now go, go, go
But don’t you
Step on my blue suede shoes
Well, you can do anything
But lay off of my blue suede shoes

Well, it’s blue, blue blue, suede shoes
Blue, blue, blue suede shoes
Yeah, blue, blue, blue suede shoes
Baby, blue, blue, blue suede shoes
Well, you can do anything
But lay off of my blue suede shoes

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