PACIENTE: THE DEAD DAISIES – “Holy Ground” (Steamhammer / SPV)
HISTORIA CLÍNICA: ¿Qué harías si fueses un músico millonario y tuvieses que reemplazar, con sólo un músico, al bajista y al cantante de tu banda? La respuesta es obvia: contratar a Glenn Hughes. Y como ya sabemos, desde la fundación de The Dead Daisies en 2018, el millonario guitarrista y fundador del proyecto David Lowy, supo rodearse de grandes luminarias hasta llegar a la alineación actual, la cual completan Doug Aldrich (ex Whitesnake y Dio) en guitarra y Deen Castronovo en batería (ex Journey y Ozzy Osbourne, quien luego de la grabación fue reemplazado por el también ex Ozzy y Black Sabbath, Tommy Cufletos) con Glenn jugando por las dos bandas, reemplazando tanto al bajista Marco Mendoza como al cantante John Corabi.
Y luego de un lógico tiempo de estabilización y la edición de “The Lockdown Sessions”(un EP en vivo grabado durante el aislamiento que no dejó demasiado para el análisis), finalmente llega el esperado debut de la nueva formación. Y la decisión de sumar a Hughes implicó, no sólo un cambio de nombres, sino obviamente también de estilo. Es así que el hard rock clásico de cepa norteamericana se tornó pesado, denso y oscuro; sin tanto gancho como en la era Corabi, pero con más contundencia. Y si para muestra solo basta un botón, “Holy Ground (Shake The Memory)” el tema apertura, es la definición perfecta del álbum: un riff atronador de la factoría Aldrich, una base sólida y La Voz del Rock aullando a más no poder a sus casi siete décadas de vida.
En la misma línea sin respiro encontramos la riffera y pesada “Come Alive” y las oscuras “My Fate” y “Saving Grace”, las cuales bien podrían haber formado parte de una nueva colaboración entre Glenn y Tony Iommi, como en la época de los recordados “Seventh Star” y “Fused”. Y si hay algo que siempre queda claro, es que si Glenn Hughes está involucrado en un proyecto, lo hace suyo; prácticamente eclipsando al resto de los músicos y aportando variedad y elegancia. Es por eso que ciertos momentos de “Holy Ground” remitan indefectiblemente a diversas etapas del ex Deep Purple, como “Chosen and Justified” que suena a California Breed – el power trio que Hughes armó con Jason Bonham y Andrew Watt– con gancho y groove; mientras que el rockero y funky “Bustle And Flow” bien podría haber formado parte de “Resonate” el recomendable último disco de estudio de Glenn.
Pero más allá de la indiscutible calidad del material -que incluye también una versión del clásico “30 Days In The Hole” de los legendarios Humble Pie– el clímax de “Holy Ground” llega con dos gemas de pura cepa Hughes: “Far Away” el impecable cierre de la placa de más de siete minutos con acompañamiento de cuerdas, que remite a lo más épico de otro proyecto de Glenn: Black Country Communion; y “Like No Other (Bassline)”, una clase de ejecución de bajo donde el ex Purple les cierra la boca a puro talento a todos aquellos que se refieren a él solo como un vocalista.
DIAGNÓSTICO: David Lowy lleva su colectivo musical a un nuevo nivel, apostando fuerte a ganador. Y con el as en la manga que significa Glenn Hughes en el proyecto, se asegura tanto un golpe de efecto a nivel comercial, como uno de los mejores discos de la banda a nivel artístico. Y si bien la incertidumbre pasa por la continuidad del grupo en estos tiempos inestables (con la promnesa de un nuevo disco a grabarse en los próximos meses), la vara queda alta para un esperable futuro en conjunto.
Baterista frustrado, docente y periodista especializado en cultura y espectáculos. Creador del programa La Isla de los Monos, ha colaborado en Rock.com.ar y las revistas Efecto Metal, Mala Difusión y Devils Beat Records Mantiene su blog Film Song (www.film-song.blogspot.com) desde 2005.