El museo de Berlin, el New York Post de agosto de 1983 y la noticia: «estrella apaleada del punk rock lucha por su vida»

Johnny Ramone fue el nombre escénico de John Cummings, quien fue miembro fundador y guitarrista de los Ramones durante 22 años, desde que la banda comenzó allá en 1974 hasta que se separó en 1996. Johnny falleció en 2004 de cáncer de próstata, pero no todo el mundo sabe que el 14 de agosto de 1983 pudo haber sido su fecha oficial de deceso… y no lo fue por una cabeza, como dice el tango. Esta es la historia.

Ante todo, los hechos: ¿cómo fue que Johnny casi pierde la vida? El diario New York Times lo explica claramente en su edición del 15/8/1983:

“MÚSICO DE ROCK HERIDO EN UNA PELEA

Johnny Ramone, guitarrista de 29 años, fue herido seriamente en una pelea acontecida en la madrugada de anoche cuando otro músico y él combatieron frente al departamento del East Village donde vive Mr. Ramone, según explica la policía.

Mr. Ramone –un apellido ficticio que comparte junto a los demás miembros de Ramones, banda formada hace una década en Forest Hills, Queens- sufrió una fractura de cráneo durante una pelea con Seth Macklin (22), que comenzó a las 3:50 A.M. cuando Mr. Ramone encontró a Mr. Macklin con una joven con la cual Mr. Ramone había salido, según cuenta el sargento Peter Ruane, un vocero policial.

Mr. Ramone, cuyo nombre verdadero es John Cummings, fue herido cuando Mr. Macklin lo pateó en la cabeza hacia el final de la lucha, continúa el sargento. Mr. Macklin fue arrestado y detenido bajo cargos de asalto y Mr. Ramone fue trasladado al hospital St. Vincent’s donde fue operado. El hospital rehusó comentar acerca de la condición de Mr. Ramone.”

¿Vieron alguna vez a Johnny tocando en Ramones con el pelo corto? Bueno, aquí lo tienen

PATEANDO AL CAÍDO. Ya en el hospital, el guitarrista de los Ramones no la tuvo nada fácil: fue sometido a una delicada intervención quirúrgica que duró unas cuatro horas y durante la misma se le practicó una craneotomía en buena parte del cráneo fracturado, tras la cual entró en recuperación, afortunadamente fuera de peligro. Según se supo más tarde, el atacante de Johnny era miembro de otra banda punk llamada SubZero, y su versión de los hechos, tal como se la explicó a Mickey Leigh, hermano de Joey Ramone, en la biografía “I Slept With Joey Ramone” -y según se aprecia también en este recorte del diario The Courier del 16/8/83- fue que Johnny estaba golpeando a Cinthia Whitney, su ex novia, y que también lo había amenazado a él: “(Johnny) empezó la pelea golpeándome con un bolso, y se la devolví. Me defendí y le pegué dos o tres veces. Cayó y se golpeó la cabeza en la puerta de un auto y con la vereda”.

Una versión diametralmente opuesta la que relata el propio Johnny en el capítulo 5 de su autobiografía póstuma, “Commando”, publicada en 2012, también apoyada por varios testigos presenciales que vieron a Macklin dando una violenta patada a la cabeza del caído.  Vean si no:

“Nunca ví realmente al pibe que me pateó la cabeza. Me dejó ciego con un gancho de costado, y caí desmayado. Los testigos dicen que siguió pateándome en la cabeza pero yo no recuerdo nada.

 La van me dejó en la esquina de mi vieja casa de la calle 10, en Manhattan, tras un concierto en Queens, en L’Amour’s, a eso de las tres de la madrugada del 14 de agosto del 83, y me dispuse a tomar un taxi para ir a mi piso de la 22 oeste. Y cuando pasé frente a mi antigua casa, la que compartí con Cynthia, la vi ahí, borracha, al otro lado de la calle, sentada en la escalera de entrada. Estaba con ese muchacho, al que nunca antes había visto, un chico punk rock como cualquier otro, y no se me ocurrió que pudiera hacerme nada porque pensé que mi aparición lo intimidaría. Le dije a Cynthia que entrara y él empezó a decirme que me perdiera, pero lo ignoré y seguí diciéndole que no podía quedarse ahí fuera. A pesar de haberla dejado, me preocupaba por ella. Su problema con el alcohol estaba fuera de control.

Lo siguiente que sé es que me desperté en el hospital St. Vincent, aunque tuvieron que decirme dónde estaba. Tenía la cabeza vendada y me estaban dando anticonvulsivos por miedo a que la lesión desencadenara alguna respuesta. Me habían cortado el pelo. Tenía una hemorragia interna y los médicos decían que iba a morir. Otra vez.

Vista de la entrada de la guardia del hospital neoyorquino de St. Vincent (cerrado y demolido en 2012), donde internaron a Johnny

Tenía el cráneo fracturado y me habían sometido a cirugía cerebral; hasta salí en la portada del New York Times. Mi madre, Tommy y Linda me visitaban y como recibí un montón de flores de fans de todo el mundo, les dije a las enfermeras que se las dieran a otros pacientes que estuvieran peor que yo. Estuve internado diez días y luego tuve que guardar reposo durante algún tiempo. A los tres meses ya estaba listo para volver a tocar y nuestro disco siguiente se tituló ‘Too Tough To Die’ (“demasiado duro para morir”)”.

Una de las escasas fotos existentes de Johnny tocando en vivo post-operación, con pelo corto y erizado

JOHNNY TOMÓ SU FUSIL. A pesar de lo cerca que estuvo de perder la vida, Johnny conservó su cabeza en su sitio y se concentró en volver al trabajo. Efectivamente el tiempo de recuperación fue breve para una operación de estas características y así fue que el 20 de diciembre de 1983, en la disco Meadowbrook de Cedar Grove, en New Jersey, un Johnny Ramone inéditamente pelicorto (se dice que por esos meses usaba un gorro porque le daba vergüenza no tener pelo largo) volvió a tocar en vivo, como se aprecia en las fotos que ilustran esta nota, poco conocidas por cierto.

The Courier del 16/8/83: Johnny tuvo “un ataque de furia por celos”, según la policía, cuando vio a su ex novia con Seth Macklin

¿Y qué fue de Macklin? Johnny lo explica en su libro, sugiriendo de paso cuál sería -para él- el castigo apropiado: “El tipo que me atacó fue imputado por asalto en primer grado y al año siguiente lo condenaron a unos meses de cárcel. Fui al juicio a declarar y no volví a oír hablar de él, aunque yo estaba muy cabreado y quería que lo mataran. Soy un convencido partidario de la pena de muerte. De hecho, creo que las ejecuciones deberían ser televisadas con el sistema de pay-per-view y darle el dinero a las familias de las víctimas”… como el zorro, Johnny perdió el pelo, pero no las mañas.

 

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