Jeremías Stutz (ex Sick Porky), Alfredo Felitte (ex Taura, Elio&TheeHorribles, Buffalo, Ararat) Franco Morresi (TV Hijacks ex Satan Dealers, Bombas de Amor) y Marcelo Di Paola (The Tormentos, ex Killer Dolls) no solo armaron una especie de super grupo de la escena garaje stoner argentina, además erigieron una bestia roquera que quiere conquistar el mundo a fuerza de riffs pirotécnicos y canciones gancheras.

Los cuatro venían de estar en bandas con sonidos rockeros, pero bien diferentes. ¿Quién de ustedes salió con la propuesta de juntarse y armar una propuesta con estas características?

Jeremías:
Hace un tiempo que tenía ganas de hacer una banda como Lobisön pero por estar tan dedicado a Sick Porky, no podía hacerme el tiempo. Cuando en 2018 frenamos la actividad con ellos, fue una especie de oportunidad de arrancar con el proyecto y darle forma definitiva a una serie de riffs que ya tenía armados pero que sentía que no iban a funcionar en SP de la forma que yo quería. A partir de ahí empecé a pensar en quienes podían ser parte de la banda y aportar a ese sonido que me imaginaba.

¿Cómo fuiste convocando a cada integrante y que esperabas de cada uno?

Jeremías: Primero hablé con Franco (N. Morressi). Él venía de Satan Dealers, por lo que el estilo que yo me imaginaba lo tenía más que incorporado y no fue difícil pensar que iba a funcionar. Le pasé las ideas que había y le gustaron. Al poco tiempo nos juntamos a zapar en casa y salieron unas cosas muy interesantes. A partir de ahí empezamos a reclutar al resto. Luego pensé en Alfredo (N. Felitte) al que conocía de hacia muchísimos años y con quien habíamos compartido escenario muchas veces con Taura. Alfredo siempre me pareció un baterista increíble por la fuerza y la onda que tiene cuando toca, pero no sabía si iba a aceptar. Le fui diciendo de a poco la idea y finalmente el día que Taura hizo su show de despedida donde él tocó, lo encaré y le dije “esto es lo que hay, va a estar buenísimo y vos tenés que ser el baterista” (Risas) Por suerte aceptó (Más risas). La última incorporación fue Marcelo (N. Di Paola), a quien conocía de hacía muchos años también. Él ya tenía alguna relación con el estilo por haber tocado con los Killer Dolls y por otro lado el sonido que tiene en Los Tormentos más ligado al surf rock me parecía un gran aporte. Ahí tuvimos el grupo armado con la única duda de si íbamos o no a buscar cantante.

LA VOZ CANTANTE

Precisamente es la primera vez que te encargás oficialmente de las voces, aunque en Sick Porky sumabas bastantes coros .¿Cómo es esta nueva función?

Jeremías:
Al principio fue una gran incógnita para mí. Después de algunas charlas y de bastante insistencia de parte de los muchachos empecé a cantar yo, un poco porque ya venía con algunas ideas armadas de voces y también porque me gustaba la idea de que fuéramos cuatro personas en la formación. Por otro lado buscar un cantante es algo muy difícil y tampoco se nos ocurría algún nombre en concreto… ¡Todos los caminos llevaron a que cante! (risas) A pesar de haber hecho coros durante veinte años, encontré que es completamente distinto el desafío de hacerte cargo de cantar toda una canción entera mientras estas tocando la guitarra. Fui aprendiendo sobre la marcha y tuve que practicar bastante el hecho de tocar y cantar. ¡No fue para nada fácil! Igualmente creo que el proceso final de adaptación se dio cuando grabamos “El Destructor” con Rubén Gauna que además es cantante de Misson. Él me aportó muchas herramientas para desarrollar las ideas vocales que tenía y creo que el resultado es bastante digno para alguien que se siente más guitarrista que cantante. La verdad, fue un gran aprendizaje.

El disco tiene un aire a rock escandinavo en la onda Hellacopters pero al mismo tiempo parece haber cosas de rock pesado en la línea de los chilenos de Hielo Negro, cosas más hardrockeras onda Riff y un guiño al rock pesado argentino… ¿Quién empuja para cada sonoridad?

Jeremías:
Entre todos les vamos dando formas a las canciones. No sé si es que cada cual empuja para lograr esa sonoridad, sino que simplemente tiene que ver con la mezcla de estilos de los que venimos. Es un resultado interesante porque la base es el rock, pero cada cual aporta su propio granito de arena y experiencia al resultado final de las canciones… Es innegable que todas esas bandas que nombrás me influenciaron, los Hellacopters son una de mis bandas favoritas desde que los escuché por primera vez a finales de los noventa y desde ese momento siempre tuve esas ganas de hacer algo en esa onda. Hielo Negro sin duda también es una gran influencia, me gustan mucho y además tuve la oportunidad de tocar muchas veces junto a ellos, conocerlos, ver como hacían su música en vivo. Luego aparecen Riff, Pappo’s Blues, así como también el Iron Maiden de «Killers», Thin Lizzy, Motörhead, Turbonegro y sin lugar a dudas Black Sabbath. La hermosa mezcla es la que le termina dando vida a la bestia como si fuera una especie de Frankenstein del rockandroll… (Risas) Eso es lo bueno que tiene Lobisön, la mezcla de bandas,escenas, experiencias y formas de tocar diferentes de las que venimos.

Alfredo: Un poco es lo que dice Jere. Nunca quisimos hacer algo super original, solo que suene rockero y principalmente personal, que suene a Lobisön. Si te fijas cuando ves y escuchas los videos del show en vivo son iguales al EP. Apostamos a ser nosotros, nada forzado. Ya ser “nosotros” es bastante complicado.

RECORDING RECORDING, RECORDING RUBÉN

Teniendo en cuenta esta idea de sonar rockeros, ¿Cómo fue el proceso de grabación y la técnica que usaron?

Alfredo: La grabación y todo su proceso es lo que más me gusta y me siento cómodo aportando desde ese lugar. Todo lo que hicimos no hubiese sido posible sin Rubén Gauna, que no sólo fue el impulsor, ya que grabamos en su estudio que se llama AlbertBoyRecording sino que fue el técnico y productor. Inclusive muchas de las canciones las terminamos de cerrar en el estudio. Con Rubén diagramamos la grabación por sesiones: batería, bajo, las dos guitarras juntas y en vivo, las voces y coros para la última sesión… Usamos un día para instrumento. En algún punto, los temas suenan tan espontáneos y cálidos porque no hubo mucho tiempo para pensar. Fue llegar y grabar lo que salió. Luego nos tomamos un buen tiempo es para la postproducción y la mezcla. Entre lo detallista que es Rubén y nuestras locuras, ¡mezclamos siete veces cada tema! (risas). Lo más extraño es que todas las opciones nos gustaban, pero siempre se nos ocurría algo que mejoraba la canción.

Desde el punto de vista lírico las canciones van por el lado de presentar historias de personajes, traiciones e incluso maldiciones licantrópicas. ¿De dónde vienen esas ideas?

Jeremías:
Quería aportar experiencias más personales, que las letras tuvieran un enfoque más directo y que no quedaran mucho a la libre interpretación. También tenemos canciones que se inspiran en la leyenda del Lobisön, que hablan de “transformarte en una bestia sedienta de quilombo y destrucción”… pero eso también puede aplicarse a momentos de borracheras y hábitos pendencieros (Risas). Hay una pequeña cuota de misticismo, pero es aplicable a los hechos cotidianos, a los sentimientos de enojo, de traición de gente que alguna vez formó parte de tu vida, a la ebriedad, a la sangre que corre caliente. Un poco la idea es sacar todo eso para afuera. Luego aparecen cosas que disfruto como la idea de ir a la montaña y perderme lejos de la gente, algo que en estos últimos años hice mucho y donde encontré una satisfacción enorme, sin dejar de contar estas historias reales que nos pasan todos los días y nos seguirán pasando.

La imagen puede contener: texto que dice "En stock: Lobisón- El Destructor 013-CASSETTE A"

EL K7 NO CD

El disco fue editado en cassette. ¿Qué le aporta a la banda tener el disco en ese tipo de formato físico?

Alfredo:
Hacerlo en cassette fue idea de Franco y nos encantó porque es un formato que nos representa a todos en nuestra adolescencia y trae buenos recuerdos. Al toque se lo comentamos a Fabián Palavecino de Manicomio Discos, que edita, distribuye y nos acompaña en toda esta locura, y le pareció que estaba muy bueno ese formato para tener en la presentación del EP y primer show en vivo de Lobisön. Aparte el arte original de Daniela Zeppa es excelente para cassette. En cuanto a la eterna discusión de la calidad sonora de este formato, no creo que haya duda que no es superior al vinilo o CD, pero con lo fácil que es hoy en día escucharlo en las distintas plataformas digitales no es relevante tenerlo en algún formato específico. Igual no descartamos una edición en vinilo o CD.

Me imagino que la propuesta de la banda está pensada para tocar en vivo… ¿Qué están haciendo en cuarentena? ¿La están aprovechando para algo?

Alfredo:
Como Banda tenemos una idea muy concreta de cómo queremos sonar y qué queremos transmitir; el formato streaming y formatos alternativos por internet no nos parecen lo mejor para Lobisön, aunque no estamos en desacuerdo con los que lo hacen. También tenemos una idea muy clara de la cuarentena, del cuidado personal y principalmente cuidar al otro. No sentimos que sea necesario arriesgarse para ensayar o por hacer un show por internet. Para nosotros el rock es en el escenario transpirando, en vivo y ruidoso. Así y todo nunca dejamos de componer, apenas las cosas se acerquen a la normalidad vamos a grabar el próximo disco que está casi terminado. 

DISCOANÁLISIS: LAS CINCO CANCIONES DEL EP «EL DESTRUCTOR» POR LOS CUATRO LOBISÖN

«TRAIDOR», por Jeremias Stutz : El primer riff y canción que hicimos. Completamente influenciada por los Hellacopters y Escandinavia, con una cuota de Thin Lizzy. La letra habla exactamente de la traición. De despertarte inmerso en el caos, enojado, masticando bronca y a la vez tratar de abrazar y entender esos sentimientos”

«LA LEYENDA», por Franco Morressi: Las letras son lo más difícil de todo este viaje que propone la banda. Acá me inspiraron esos personajes de vida y de las redes sociales que cuentan hasta el papel higiénico que usan… ¡Aunque a nadie le importe! (risas)”

«BAJO LA CRUZ DEL SUR», por Jeremías Stutz: La letra cuenta la alegría que me da estar caminando en la montaña, sentir el frio del sur y estar tomando whisky mirando la cruz del sur en las noches de El Chaltén.  Es un viaje que empieza en la ciudad, inmerso en una rutina asquerosa, pensando y extrañando el estar lejos de todo. La música viene con esa cuota del primer Maiden en las armonías de guitarras, con la voz más parecida a Pappo que pude sacar.

«MANO CADÁVER», por Marcelo Di Paola: “En ‘Mano Cadáver’ nos acercamos al hard rock de medio tempo con toques de blues, hasta hay un solo con slide. La onda de la canción viene un poco de la mano del AC/DC de Bon Scott y sin lugar a dudas Riff también está presente. La letra se inspira en los personajes que al tocar algo lo rompen o al entrar en un ambiente lo convierten en un lugar podrido y tóxico que es imposible estar: los Rey Midas de la mierda”

«EL DESTRUCTOR», por Alfredo Felitte: Desde lo lírico y musical un tema furioso de principio a fin, pasando por un intermedio climático pero no menos infernal, dedicado a la gente e instituciones que queremos ver en la hoguera. La voz es desgarradora a cada palabra.  Es un tema muy importante para el disco, porque no solo cierra el EP, sino que le da el nombre a la obra”

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