Creado por el productor y baterista Emiliano Jorge, Spiritual Sin es un proyecto que aglutina a varios miembros con amplia trayectoria en la escena rockera como el gutarrista y cantante Martin Gilardi, la vocalista Marcela Russo y el cantante y multi-instrumentista inglés Tony Lewis. Con la excusa de la presentación de “Downstream”, su primer disco, charlamos via correo electrónico con Emiliano, sobre su surgimiento, los detalles de la grabación del álbum y el futuro post pandemia. Los resultados… a continuación.

¿Cómo se forma el proyecto? ¿Cómo surge el contacto entre ustedes?

El proyecto surgió básicamente porque quería grabar… (Risas) Después de mucho tiempo de trabajar con artistas, arranqué a tocar la batería. Nos conocimos con Tony Lewis, y de ahí arrancamos a hablar de armar algo juntos a distancia, con temas clásicos. Él es, además de cantante, multi instrumentista: toca piano, guitarra, bajo, batería, y tiene un color de voz muy particular que me llamo la atención. Una mezcla entre Jon Anderson y algo de Lennon, tiene ese característico toque inglés de principios de los 70 de bandas progresivas. A Martín Gilardi ya lo conocía por algunos trabajos, ya que además de músico, es productor y técnico en grabación, y realmente ha hecho un fantástico doble trabajo, tanto en su rol como músico, como en el de productor y técnico. Marcela Russo se sumó en voz, cuando Tony no pudiera viajar y hacer shows, y terminamos grabando “Spentte Le Stelle”, de Emma Shapplin, pionera dentro de la fusión del rock con lo lirico que luego recogerían bandas como Nightwish.

¿Cómo los viene tratando la cuarentena? ¿Cómo los afectó artísticamente?

Con muchas series, películas y música, esperando que pase. Esta pandemia trae encadenada una nula actividad de espectáculos o alguna -poca- con distanciamiento, y esto va para largo. Los espectáculos masivos son los que más tardarán en llegar, y creo que van a volver a la vieja escuela: dos cajones de manzanas como cajas, lona en el piso, a lo Woodstock o cualquier espectáculo sesentoso, muy precario y simple, y a sonar. No creo que vaya a haber lugar para las grandes producciones, al menos por un tiempo.

¿Qué nos podés contar sobre “Downstream”?

Es un disco bastante particular; son once canciones, de las cuales diez son clásicos de John Miles, BB King, T Rex, Chicago, Joe Cocker, The Who, entre otros. Está grabado de manera bastante dinámica; por ejemplo en “Behind Blue Eyes” de The Who, Tony grabó todas las voces, hammond, guitarras , bajo y algo de percusión con un magnetófono y se agregó ese sonido a la batería que grabé yo desde aquí, con un arreglo distinto a la versión original y quedó, a mi gusto, una versión excelente. También hay temas que tienen baterías electrónicas, percusión y vientos. Musicalmente es muy rico y creo que está a la altura tanto de los temas que se eligieron como de los invitados que participan del mismo.

¿Por qué “Downstream”?

Por la versión del tema de Supertramp. El álbum se fue grabando a lo largo de varios años por las actividades de cada uno. A modo de anécdota, queda la espina de la grabación de “Colour My World, de Chicago, en el cual iba a participar Andy Fraser, bajista de Free; pero el destino quiso que se vaya de este mundo antes de que se pueda concretar. El tema se terminó sin bajo porque ese lugar era para él. ¡Tienen que oírlo!

¿Cuáles son los discos/artistas que más estuvieron sonando en sus equipos durante la pandemia?

Escucho de todo, pero eso no quiere decir que me guste todo, de todo se aprende o se saca algo interesante. Por ponerte un ejemplo, lo nuevo de Wos, que nada que ver con el contexto del que hablamos en este disco, pero me pareció interesante cómo, a pesar de estar de moda un género, el rock sigue siendo referencia para muchos artistas. También escuché mucho Kiss, AC/DC, lo nuevo de Dave Evans, un discazo en vivo, Supertramp… como escuché una vez sobre el tango y lo traslado al rock: la música te espera a vos, dependiendo el ánimo o el día.

¿Qué lugar queda para el arte dentro de la rutina que nos impone el contexto?

¡Creo que para muchas actividades, es fantástico! Pintura, dibujo, escritura… disponés de un tiempo que nunca se pensó que se tendría. Pero también se puede caer en el ocio de la no-obligación y eso puede jugar en contra. Pero con una disciplina de constancia se puede componer, grabar… el tema es plasmar eso, canalizarlo, generar el interés de la gente… ahí está la cuestión, ya que también se sabe que la cabeza de todos, no solo en Argentina, está en otra cosa con esta pandemia y esto va para todos los artistas, obviamente. El tema es resistir en esto o tirar la toalla.

Cuando el contexto lo permita: ¿cuáles son los planes a futuro para la banda?

Estamos terminando un tema con Neil Turbin, ex vocalista de Anthrax y Death Riders y quizás haya algún músico invitado sorpresa, aunque seguramente saldrá bajo otro nombre. Y cuando se pueda, estaría muy bien volver a tocar en vivo. Ya lo hicimos en 2014 en Buenos Aires, junto a Tony, aunque en ese entonces estuvieron Germán Catelli en guitarra y Julián Acuña en el bajo (Dave Evans/Doogie White/Mark Boals) acompañándonos

Y con esto concluimos: ¿por qué los lectores de MADHOUSE deberían escuchar a SPIRITUAL SIN?

Es un trabajo bastante amplio: tiene partes liricas, rock clásico, grandes temas de rock que no fueron pisoteados, por así decirlo, y también suena simple, fácil de dejarse oír. Tenés temas de The Who, Joe Cocker, Emma Shapplin, Supertramp, Vox Dei entre otros, además hay varios músicos invitados que esta bueno oírlos fuera de sus proyectos personales: Javier Vargas de Vargas Blues Band; Willy Quiroga en dos temas; Hans Zermuhelen, quien fuera tecladista de Air Supply y Glenn Hughes. También participan como invitados Roberto Olivera en guitarra y Ariel Belont en guitarra y voz… Es una buena vara para medir cómo queda este trabajo mezclando artistas de carrera y años con otros nuevos o de trayectoria, pero no tan reconocida.

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