PACIENTE: PILSEN “Carne, Tierras Y Sangre” (RGS Music 2020)

HISTORIA CLÍNICA: Empiezo con un spoiler: ¡el tercer disco en estudio de Pilsen es una joyita! Un trabajo de años y signado por fuertes sucesos internos y externos, ve la luz gratuitamente en plataformas digitales. Lo sucedido en el seno de la banda es conocido por todos: la desaparición temprana de Tomy Loiseau, que trabajó en varios aspectos del disco, marcó mucho a sus compañeros y seguidores. Contra una cosa así no hay remedio, salvo recordar a Tomy, reconociendo su trabajo y su persona como algo muy grande… Pero contra una pandemia que deja atrapado un disco en plena producción y a semanas de salir al mercado en formato físico, sí puede haberlo, y la decisión de Pilsen fue liberarlo en plataformas digitales para que por fin pueda llegar a nuestros oídos.

Carne, Tierras Y Sangre” no es un disco punk – el punk es la excusa para que Pil Chalar, Tucán Barauskas, el recordado Tomy y Tulio Pozzio den rienda suelta a la creatividad y nos regalen 14 temas (contando la intro) que nos van a pasear por paisajes tan bellos como diversos: “Es como nuestro London Calling, salvando las distancias, pero es ese disco en el que te animás a todo” nos cuenta el mismísimo Pil vía video llamada.

En cuanto a lo lírico, como es costumbre en cualquier trabajo de Pil, hay que tener presentes unas cuantas referencias literarias para entender el mensaje en su plenitud. En este disco sus historias basculan entre el Borges de «El Aleph» (“Un Punto Dentro De Otro”), «La Invención De Morel» de Bioy Casares (“Marienbad”), Rodolfo Walsh con su novela «Operación Masacre» (“Carne, Tierras Y Sangre”) o el mismísimo George Orwell (“Una Nueva Religión”) que en «1984» nos advertía del control total del Gran Hermano y la idea del panóptico de Bentham (“Tajo Por Puñalada”).

En “Por las Mil y una Noche Más” nos cuenta la historia real de Negzzia, una modelo iraní que escapando del castigo que le habían impuesto en su país por posar desnuda llega a una París que, en lugar de protegerla, la humilla. En mi opinión uno de los puntos más altos del disco.

Musicalmente podemos decir que el punk más acelerado lo encontraremos en lo que ellos mismos llamaban “los trillizos”: “Greenwich Soroche” donde Pil hace referencia por primera vez a algo relacionado con la tierra que lo acoge hace más de dos décadas, “Tinello” y “Reino Criminal” (a pesar de las máquinas del inicio) en el que Tomy puso la voz y me hace recordar al mejor Ciro Pertusi. No podía faltar tampoco un tema que será el himno de la gente: “Una Pilsen Más” cumple con todos los requisitos, el banjo nos sumerge en una taberna donde la cerveza inunde los vasos y los coros están hechos para que nos dejemos la garganta. Otro de los temas diferentes es el medio tiempo de “Marienbad”, un excelente trabajo de guitarras que le dan al tema un aire “hosenero” y me remite a “Alles Aus Liebe”, simplemente hermoso.

¿Sabés lo que es un tinku? Cuando escuches el tema 9 te vas a enterar. La letra de “Wakom Y La Pachamama” le llegó por mensaje a Tomy, quien le hizo la música en 24 horas y no se le ocurrió mejor idea que meterle el ritmo de este folklore boliviano y contar nada menos que con Juan Cruz Torres (el hijo del famoso Jaime, sí) y con Micaela Chauque quienes sumaron ronroco y vientos norteños de quena y siku, todo esto amalgamado por unas guitarras y una base impecables. Sin duda otro del los puntos más altos de “Carne…

La crítica a la escena actual del rock llega en “Así Está El Rock”, un tema que a más de uno le sacará un sarpullido, pero que dice cosas tan ciertas como “Todo amable, nada criticar/ Ahora su pluma no busca incomodar” o “Y qué asco verlo así, silenciado… anestesiado”, y para que las cosas queden más claras, te lo dicen a ritmo de hip hop en la voz de XXL Irione que te la tira en la cara rapeando que hay muchos “punkies flojos” y remitiendo al espíritu de Cemento para dar vuelta la situación, y por si todo esto fuera poco lo remata con beatbox.

“Un Punto Dentro De Otro”, primer tema que se compuso allá por 2016, tiene un ritmo con aires country y una batería que cabalga la melodía de la voz hasta estribillos multitudinarios y pegadizos. La última curva hacia el final la agarramos a toda velocidad con “Tinello” que advierte que hay un personaje que “fue por el fútbol y quiere la Nación” (esto trae memorias de algo, ¿no?). Y ahora sí, el final llega con aires de Enio Morricone; violines, mandolinas y una cadencia hipnótica con varias referencias a canciones de Violadores y el concepto del panóptico que ya había avanzado hace más de tres décadas en “La Era Del Corregidor”.

DIAGNÓSTICO: Sin duda este disco se recordará por los acontecimientos que comentaba al inicio, pero también deberá recordarse como un trabajo que marcó una apertura musical en la carrera de Pilsen, en donde Pil puede mostrar otros matices de su voz que hasta ahora no estaban tan explorados, donde a la guitarra del Tucán se la escucha por fin libre de cualquier prejuicio y encasillamiento y donde la banda entera supo llevar los contratiempos con la altura y profesionalidad que el caso requería. Y remato este comentario con su inicio: ¡es una joyita!

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