Cuando «Closer» se lanzó el 18 de julio de 1980, dos meses después de la muerte de Ian Curtis, marcó el fin de Joy Division y el comienzo de su mito al tiempo que se convirtió en una despedida, una tumba sonora y el eco más profundo de una voz ya silenciada. Una obra maestra desoladora que prácticamente inventó el vocabulario del colapso emocional en la música, «Closer» es considerado uno de los mejores discos de post-punk jamás creados, con canciones que transformaron el dolor en atmósfera, consolidando su lugar como una de las obras maestras más escalofriantes del post-punk… En el día de su 45º aniversario, levantamos la fría lápida de la memoria y profanamos el sepulcro del olvido para exhumar estos datos que quizá no conocías (o no recordabas).

1. EL ÁLBUM SE ARMÓ A BASE DE SANDWICHES Y BILLAR (¡GRATIS!) Entre el 18 y el 30 de marzo de 1980, Joy Division se reunieron en Londres con el productor Martin Hannett para grabar su segundo y último álbum de estudio, «Closer». La sesión comenzó tras las dos anteriores, que incluyeron la grabación de «Love Will Tear Us Apart» en los Pennine Studios el 8 de enero y en los Strawberry Studios de Stockton dos meses después, en marzo. Luego la banda se mudó a los lujosos Britannia Row Studios, originalmente construidos por Pink Floyd en el barrio de Islington, donde grabaron «The Wall». El batero Stephen Morris lo recuerda así: «Nos alojábamos en un piso cerca de Baker Street. Estaba el depto de los chicos buenos, que eran Ian [Curtis] y Martin [Hannett], y a nosotros nos tocó la tapera: Bernard [Sumner], Hooky [Peter Hook] y yo estábamos ahí, viendo cómo los ratones iban y venían. Trabajamos muchas horas grabando el disco». Según Morris, cambiar de estudio fue un enorme paso adelante para la banda. «Lo primero que me impresionó de Britannia Row fue que te daban una pequeña cesta de sándwiches cada mañana. Era tipo, ‘ahora sí jugamos en primera’. Y la principal contribución a ‘Closer’ fue la mesa profesional de snooze [N. variante del billar que se juega con 6 troneras y 22 bolas] de Roger Waters. En Strawberry, solo había una mesa pequeña y para jugar tenías que seguir poniéndole 10 peniques a cada rato».

OK, lo admitimos: es difícil encontrar fotos de los Joy Division practicando la telepatía. Pero esta más o menos da la idea.

2. LA GRABACIÓN FUE CASI… ¡TELEPÁTICA!. Cuando Joy Division empezó a grabar «Closer», lo hizo con una convicción poco común para una banda que apenas tenía tres años de vida y un solo álbum editado. Lejos de mostrarse inseguros, los músicos demostraron estar totalmente compenetrados entre sí, al punto que su nivel de compenetración fue descripto por Morris como “telepático” (!). Cómo él mismo lo explicó en una entrevista para GQ, “Teníamos una conexión que no necesitaba palabras. Tocábamos, y cada uno sabía exactamente lo que iba a hacer el otro. Era como si todos compartiéramos el mismo cerebro musical”. Ese grado de sincronía se tradujo en sesiones rápidas, fluidas y casi mágicas. La banda había evolucionado desde su debut «Unknown Pleasures», y ya no necesitaba apoyarse tanto en estructuras punk o ensayos meticulosos. De hecho, muchas de las bases instrumentales de “Closer” surgieron de largas zapadas, donde la música iba encontrando su forma casi por inercia. Una de las claves de esa telepatía musical era el hecho de que todos los músicos sabían tocar más de un instrumento y se animaban a rotar roles. Hook, por ejemplo, a veces tocaba guitarra; Sumner alternaba entre guitarra, bajo y teclados; Morris podía programar sintetizadores o incluso secuenciar patrones rítmicos. Otro factor que ayudó a esa cohesión fue la intensidad de sus shows en vivo: en los meses previos a la grabación, habían girado intensamente por Europa y el Reino Unido, reforzando así el vínculo interno. Aunque Curtis ya mostraba signos alarmantes de agotamiento físico y mental, sobre el escenario se mantenía como el eje visual y emocional de la banda, y eso también alimentaba el espíritu de conjunto. Sumner lo resumió así años después: “No necesitábamos hablar. Ian miraba, Hook hacía un gesto, y sabíamos para dónde iba todo. Era algo que no se puede explicar, sólo se siente. Y eso está grabado en ‘Closer'».

Los estudios donde empezó «Closer»: cualquier parecido con Strawberry Fields es pura coincidencia

3. LA PRODUCCIÓN FUE ELEGANTE, EXPERIMENTAL… Y A CONTRAMANO. Martin Hannett no era un productor cualquiera. Tenía una idea muy clara (y bastante personal) de cómo debía sonar un disco, y no tenía problemas en ignorar por completo lo que los músicos querían. En el caso de “Closer”, su enfoque fue clave para que el álbum sonara tan sombrío, etéreo y desconectado de cualquier etiqueta del momento. Tras el post-punk más crudo y directo de «Unknown Pleasures», los miembros del grupo estaban con ganas de sonar más agresivos y ruidosos, pero Hannett tomó la dirección opuesta: quiso crear un álbum más atmosférico, con un sentido del espacio casi cinematográfico. Peter Hook se quejaba de que el bajo estaba enterrado en la mezcla, y en entrevistas posteriores lo resumió así: “Martin era un genio, pero odiaba las guitarras. Cuanto menos se escucharan, mejor para él”.  Un ejemplo clarísimo está en el tema «Isolation» (cuyos detalles figuran en otro punto de esta lista).

Bernard Sumner y Martin Hannett toqueteando un Arp Omni 2. Este sintetizador le dio a temas como «Decades» y «Heart and Soul» su sonido distintivo… y a Hannett su fama de obsesivo.

Otra técnica clásica de Hannett fue el uso del AMS Digital Delay, un procesador de efectos digital (pionero en la época) que le permitía manipular el eco y la reverberación de cada instrumento con precisión quirúrgica; eso se escucha clarísimo en temas como «The Eternal» o «Heart and Soul», donde los bombos suenan como si rebotaran dentro de una catedral vacía. Además, Martin solía pedir múltiples tomas del mismo instrumento, no para elegir la mejor, sino para superponerlas, ecualizarlas distinto o filtrarlas de maneras inesperadas. Su obsesión llegó al punto de regrabar sonidos de ambiente dentro del estudio: pedía a los técnicos que abrieran puertas o movieran objetos, buscando microsonidos que pudiera integrar sutilmente a las pistas, como texturas ocultas. El resultado fue un disco que, sin recurrir a guitarras fuertes ni gritos punks, transmitía una sensación de claustrofobia, vacío existencial y belleza fantasmagórica. La banda (salvo quizás Curtis) no quedó muy contenta con esa dirección. Pero con el tiempo reconocieron que sin Hannett, «Closer» no hubiera sido lo que fue. Como dijo Stephen Morris: “Hannett hizo que Joy Division sonara como ninguna otra banda. Podías odiarlo, pero no podías ignorarlo. Lo nuestro era tierra, sudor y sangre. Lo de él, niebla, sombra y eco.”

4. LA TUMBA QUE FIGURA EN LA TAPA FUE PURA CASUALIDAD. Así es, nada fue planeado. La tumba de mármol que define el arte de tapa de «Closer» (de la cual hablamos oportunamente en este informe de MADHOUSE) surgió de una foto de 1978 de una escultura en un cementerio italiano. Los diseñadores Peter Saville y Martyn Atkins habían elegido la imagen mucho antes de la muerte de Ian Curtis. Tras su muerte, Saville entró en pánico, pensando que la gente asumiría que se trataba de una estrategia publicitaria de mal gusto. Pero el sello Factory Records siguió adelante, aceptando la inquietante coincidencia. El resultado es una de las portadas de álbum más evocadoras de la historia de la música, un hecho que es aún más impactante por lo accidental.

Ian Curtis: además de un productor, cerca estuvo de necesitar un exorcista

5. IAN CURTIS DESCRIBIÓ EL MOMENTO DE ESCRIBIR LAS LETRAS COMO «UNA POSESIÓN». Bernard Sumner recordó en una ocasión que Curtis dijo que sentía que las palabras de «Closer» se escribían solas. De hecho Ian habló de estar atrapado en una especie de remolino, arrastrado hacia abajo por fuerzas que no podía identificar, ahogándose… No era una exageración poética: canciones como «The Eternal» y «Decades» transmiten esa sensación de ahogo y claustrofobia en algo mucho más grande que la tristeza personal. Las letras emanaban una sensación de inevitabilidad, como si Curtis fuera simplemente el vehículo a través del cual fluyeron.

6. «ISOLATION» SOBREVIVIÓ A UN ERROR FATAL. Esta canción, una de las más famosas del álbum, comenzó con el ritmo electrónico de Stephen Morris y los agudos punteos de sintetizador de Sumner. Pero casi ocurre un desastre cuando un ingeniero junior manipuló mal (y casi borra) la cinta master. Martin Hannett lo rescató gracias a una precisión sonora excepcional, y el resultado final se convirtió en uno de los temas más vanguardistas de la banda. La batería estridente y el espacio inquietante de la mezcla abrieron una puerta hacia el futuro de New Order. Es un recordatorio de que el caos a veces puede dar lugar a la claridad.

7. «ATROCITY EXHIBITION» FUE EL SONIDO DE LA INVERSIÓN DE ROLES. Para romper la monotonía creativa, Bernard Sumner y Peter Hook intercambiaron instrumentos durante la composición de «Atrocity Exhibition». Hook tocaba la guitarra, Sumner el bajo, y el resultado fue un riff que se percibía desequilibrado y peligroso. Cuando Martin Hannett mezcló la canción mientras Hook estaba fuera del estudio, llenó la guitarra con efectos, aplanando su violencia; además, Morris mandó sintetizadores por fuzzboxes para crear un clima denso, industrial… y rarísimo. Hook estaba furioso con tantas manos en su plato haciendo tanto garabato, pero esa tensión aportó sustancia a la canción. De todos modos, el bajista no recuerda ese momento muy afectuosamente que digamos: «Estaba agarrándome la cabeza… ¡carajo, estaba pasando otra vez! Unknown Pleasures número dos. Martin había fundido la guitarra en ‘Atrocity Exhibition’ con su Marshall Time Waster [N. se refiere al Time Modulator, modulador de tiempo, con el mote «pierde tiempo»]. Sonaba como si alguien estuviera estrangulando a un gato, y en mi opinión, la canción quedó fatal. Estaba tan embroncado con él que fui y le canté las cuarenta, pero simplemente se dio vuelta y me mandó a la mierda». BONUS: El título hace referencia al libro «The Atrocity Exhibition» del escritor de ciencia ficción J.G. Ballard, una colección de historias condensadas e interconectadas. Morris contó a la prensa británica que, junto a Curtis, solían curiosear en librerías alternativas de Manchester como House on the Borderland, uno de los pocos lugares donde se podían encontrar libros de autores como Burroughs y Ballard. Cuando el cantante fue entrevistado para la revista de ciencia ficción Extro el 8 de enero de 1980, dijo que había escrito la canción antes de leer el libro: «Vi el título y pensé que encajaba con la idea de la letra».

8. «DECADES» LE DEBE SU SONIDO A UNA MALA TRADUCCIÓN (!). Nuevamente Morris cuenta la historia del tema que cierra el álbum: “Originalmente se llamaba ‘Euro pop’, y no sonaba para nada parecido a la versión final. Al principio, tenía un ritmo de bossa nova, algo que Martin odiaba por completo. Probablemente fue el mismo día en que habríamos hecho ‘The Eternal’. No teníamos caja de ritmos en ese momento, así que alquilamos una y también un Roland CR-78. Nunca había visto una caja de ritmos y pensé que Martin sabría cómo funcionaba. Se puso a apretar botones y sonó ‘In The Air Tonight’ [N. Famoso hit de Phil Collins] y luego todos esos ritmos clásicos de caja de ritmos. Le dije: ‘En realidad esta no es ese tipo de canción, Martin’. Y me respondió: ‘No, claro. Podemos programar la caja. Podemos hacer que suene donde quieras’. Estuve horas encerrado en una habitación intentando descifrar el manual. Estaba mal traducido del japonés y no tenía ningún sentido. Hacia el final del manual vimos que decía que sólo funcionaba con un pedal extra opcional, así que compramos el pedal extra opcional… y seguía sin funcionar». El final de la anécdota es un digno ejemplo de la Ley de Murphy: «Recién en 2019 me di cuenta, porque vi uno en venta en una subasta, de que nos habían enviado el pedal equivocado” (!)

Tony Wilson (izq.) y Martin Hannett intentan dar en la tecla

9. TONY WILSON TENÍA SUEÑOS, BERNARD TENÍA DUDAS. No bien «Closer» quedó terminado, el fundador de Factory Records, Tony Wilson, le dijo a Bernard Sumner que dentro de un año estaría bebiendo cócteles junto a una piscina en Los Ángeles… Sumner se rió: Joy Division no se movía por sueños de estrellato ni de fama y fortuna ni de gloria en las listas de éxitos. Creaban por necesidad, por la necesidad de expresar lo que no se podía decir a plena luz del día. Años más tarde, recordando esta anécdota, Sumner dijo que «simplemente pensé que fue la cosa más absolutamente ridícula que alguien me haya dicho jamás»… Si bien «Closer» llegó a las listas de éxitos y fue elegido como Álbum del Año en la revista británica NME, su poder residía en su negativa a conformarse. Era sombrío, inquebrantable y totalmente comprometido con su visión.

10. POST MORTEM: ÉXITO Y LEGADO. “Closer” fue el primer top 10 de Factory en Inglaterra, llegando al #6, y llegó al #3 en Nueva Zelanda en 1981. En 1980 fue elegido “Álbum del Año” por NME. Para 1982 ya había vendido más de 250.000 copias a nivel global, mientras que el single “Love Will Tear Us Apart” alcanzó las 160.000. Rolling Stone lo ubicó en el puesto 157 de sus “500 mejores álbumes” (2003, repetido en 2012 y bajado al 309 en 2020). En 2007 Factory lo remasterizó junto con «Unknown Pleasures» y «Still», sumando un CD extra con un show en la Universidad de Londres.

TAN CERCA Y TAN LEJOS. En resumidas cuentas, «Closer» es un mensaje en una botella enviado desde los rincones más oscuros de la psique humana. Estas historias poco conocidas nos recuerdan que los grandes discos se forjan a partir de accidentes, pánico, malentendidos y susurros fantasmales. Y dicho todo lo que (por ahora) hay para decir, step inside (entren) a este disco, tal como dijo Ian.

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