JINJER, TEATRO FLORES, 10/12/2024

Si algo tiene claro Jinjer es que en Argentina juegan de local. El Teatro Flores fue el escenario ideal para que los ucranianos desplegaran su arsenal de guturales y grooves demoledores, reafirmando por qué son una de las bandas más queridas de la nueva camada del metal. Pero esta vez, algo se sintió diferente. Con una fecha publicada meses atrás, la banda llenó el lugar, pero la relación con los fans tuvo momentos tensos, y te vamos a contar por qué.

AVIVANDO LA LLAMA. La noche arrancó temprano, con el Teatro Flores convirtiéndose lentamente en una caldera. Los locales Fuego Interior tuvieron la difícil tarea de encender a un público que esperaba con ansias a los pesos pesados de la noche. Y lo lograron, dejando el terreno preparado para los internacionales.

A las 20 en punto, Heaven Shall Burn subió al escenario con “Endzeit”, un bombazo de su álbum Iconoclast, y desató el caos en el público. En apenas 10 canciones, los alemanes hicieron un repaso demoledor por su discografía, desempolvando clásicos como “Behind a Wall of Silence”, “Counterweight” y “Voice of the Voiceless”, mientras que también hubo lugar para “Übermacht”, de su más reciente álbum «Of Truth and Sacrifice» La energía que disparaban fue contagiosa, ¡traiganlos de nuevo, pero solos!

Cuando el reloj marcó las 21:30, las luces bajaron y el rugido del público fue ensordecedor. Jinjer salió al escenario con “Just Another” y comenzó lo que prometía ser un set cargado de power, mezclando lo mejor de su discografía con adelantos de su próximo álbum «Duél», previsto para 2025. Sin embargo, no todo fue perfecto… El sonido fue ajustándose poco a poco, pero los que estaban en las primeras filas sufrieron la peor parte: apenas se escuchaba la voz de Tatiana. Tanto fue así, que en varias ocasiones la cantante tuvo que pedir a su equipo técnico que subieran el volumen de su micrófono. ¿Momento incómodo? Sí. Pero hay que decirlo: su rango vocal es simplemente devastador

Lo que realmente sorprendió fue la nula interacción de Tatiana con el público. Apenas hubo algún intento de comunicación, que rápidamente quedó en nada cuando lanzó un seco “no entienden nada”. ¿Eh? ¿Nos estás diciendo, Tatiana, que no te entendemos porque hablamos otro idioma? A ver si nos explicamos mejor en el pogo…

En cuanto a la banda, Vladislav Ulasevich brilló con su precisión quirúrgica en temas como “Retrospection” y “I Speak Astronomy”. Por su parte, Roman y Eugene cumplieron como siempre: sólidos, metódicos y sin salirse del guion. Eugene, al menos, interactuó un poco con el público, lo cual se agradeció.

El cierre llegó con la esperada “Pisces”, precedida por “Perennial” y “Rougue”, un adelanto de lo que se viene. Pero la despedida fue tan fría como una noche de invierno en Ucrania: sin palabras, sin gestos, solo una reverencia rápida y se apagaron las luces. ¿El veredicto? No fue un show perfecto, y claramente no el mejor de Jinjer en Argentina. Pero a pesar de los altibajos, los queremos de vuelta. El groove y los guturales siempre tienen un lugar asegurado acá, aunque esta vez el sabor haya sido agridulce.

Txt: Maxo Renoldi

Ph: Florencia Giuliana

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