En paralelo a su carrera con Los Peyotes, exponentes locales del sonido garage punk, Rolando Bruno armó en 2001 el Grupo Arevalo, compuesto por músicos underground de Buenos Aires, con el cual se mete en territorios de la «cumbia trash» con la que muestra su admiración por la escena musical de Perú de los 60 y 70. Con «Cosas Raras», su tercer disco ya en plataformas, aprovechamos para intercambiar mails con Rolando y charlar sobre como hacer pogo sin soltar el güiro
¿Cómo explicarías el rótulo de “cumbia trash” con el que soles definir tu arte?
Utilizo ese término para englobar un poco todo el concepto de mi proyecto, en lo musical creo que tenemos una cuota rockera para la cumbia, que ademas mezclamos con estilos muy dispares, como el afrobeat, musica de Medio Oriente, Psicodelia, etc y en lo visual o en el arte de nuestros flyers y discos, todo el cine clase B, pelis de terror, ciencia ficción, lo bizarro en general.
¿Que similitudes y diferencias hay entre este “Cosas Raras” (ya tu tercer disco) con tus dos obras anteriores?
La diferencia más grande la encuentro en la participación 100% de todos los integrantes del Grupo Arevalo en la composición de las canciones, lo que fue un gran upgrade. El primer disco lo compuse solo y lo grabe con Pipe de Los Espíritus tocando todas las percusiones y yo los demás instrumentos, el segundo lo compuse solo y lo grabe con el Grupo Arévalo, pero no hubo mucho tiempo de rodaje de esas canciones previo a la grabación. Por eso creo que el sonido en general está un escalón arriba de los anteriores.
¿Qué cambió respecto al sonido?
Al consolidarse la banda, se encontró el punto dulce de la formación. También hubo mucho labor de pre-producción en nuestros home studios y grabamos varias maquetas.
En cada disco pareces ir más allá de los límites de la cumbia, incorporando elementos de todo tipo. ¿Es algo planeado o se va dando de acuerdo a la inspiración del grupo?
Si, es algo que surge desde la libertad musical y de las cosas que voy escuchando. Yo musicalizo y colecciono vinilos, lo que me hace explorar muchos géneros y me gusta encontrarme con rarezas bailables de distintas partes del mundo y épocas. Eso me va picando en la cabeza y así sale la idea de hacer alguna cumbia medio arabe o algún afrobeat tropicalizado. «Cosas Raras» es un disco definitivamente distinto a los demás, incorporamos una mezcla de estilos que hace que nos alejemos un poco de la “cumbia chicha” que veníamos haciendo.
Has tocado para públicos muy diversos, desde el ámbito de la cumbia pasando al del rock ¿Qué sensación te genera eso? ¿Te sentís más cómodo frente a algún público en especial?
La verdad que me gusta la mezcla que se genera, siempre digo que somos muy cumbieros para los rockeros, muy rockeros para los cumbieros, pero ahi en el medio hay un publico que está abierto a lo que hacemos, que le puede gustar ambos universos, podríamos decir que sería un publico de “cumbia alternativa”. De todos modos, disfruto tocar para todo tipo de públicos, he tenido la chance de tocar desde Burzaco hasta Japón, y encuentro similitudes en cuanto a como reaccionan a mi musica, eso me encanta!
¿De dónde viene tu pasión por la parte vintage de la cultura pop?
Creo que desde muy chico, ya empezaba a acumular porquerías, figuritas de futbol, muñecos de Rambo, GI Joe, etc. Ya a los 13 o 14 años recuerdo que me flasheó saber que Sandro se llamaba Roberto Sanchez y ahi me dije: “che, tengo que tener un nombre artístico también” y así nacio Rolando Bruno que no es mi nombre real, lo tome de un personaje que era cantante de un libro de Francés que tenia en la secundario.
¡Todo por culpa de Roberto!
Y ya en este proyecto, tome a ALF como bandera y parte de la gráfica en general de mis flyers, merch, video clips, etc siempre me flasheó la serie y al día de hoy me sigue generando risas, envejeció bien.
Cuando uno viene de tocar en un grupo de rock, pareciera que no hay nada más alejado que la cumbia. ¿Cómo se pasa de Los Peyotes a la cumbia del altiplano?
Con Los Peyotes veníamos explorando el Garage Punk latinoamericano de los ’60, cuando nos encontramos con gemas como Los Saicos y Los Yorks. Yo particularmente empece a investigar de lleno todo el rock peruano de los ’60 y ’70 llevándome gratas sorpresas, y de tanto investigar cai a escuchar “Sonido Amazónico” por Los Mirlos, en algún compilado de rarezas que salió por los 2000s en España titulado “Back to Peru”. El sonido de las guitarras me cautivó, era como un surf tropical, y a partir de ahi conocí a los pilares de la cumbia chicha como Los Destellos, Juaneco y su Combo, Chacalon y La Nueva Crema, y empece a recorrer ese camino de la cumbia.
¿La gente que sigue a Los Peyotes, cómo tomó el cambio que propusiste?
En cuanto al publico, creo que se empezó a generar eso de ver rockers de mente abierto dispuestos a cagarse de risa y bailar, porque mis primeros shows eran super bizarros, hacia versiones de canciones de los 60s, como The Animals, Rolling Stones, The Music Machine, etc en formato cumbia, mechadas con mi primeras composiciones.
Si tuvieras que invitar a un concierto tuyo a alguien que no te conoce, ¿qué le dirías?
¡Que se deje llevar por el ritmo de la Cumbia Trash! Algo que tiene en común la gente que me sigue es que viene a divertirse, y creo que ese es el principal motivo de mi musica y mis shows, generar alegría en la gente, haciendo esa mezcla bizarra de de “cumbia alternativa” que tanto nos gusta.
Cosecha 1977, como el buen punk rock. Nacido y criado en zona sur. Periodista desde 2011, enfermo de la música desde los 90. Eterno buscador de respuestas y amaneceres. Dog friendly, beer friendly. No me busquen en las barricadas, aún creo en el poder de las palabras.