OVERKILL, TEATRO FLORES, 22 DE ABRIL DE 2024

¿Viste cuando vas a una cadena de hamburguesas y por una módica suma de dinero agrandás el combo y sentís que hiciste negocio? Bueno, algo así pero encima por el mismo precio experimentamos los que el lunes 22 de abril pasado concurrimos a El Teatro Flores. Porque ese día hubo una cajita feliz llamada Overkill que vino con un Ellefson de regalo. Sí, nada menos que el ladero histórico de Mustaine, y uno de los integrantes más representativos de la Sinfónica Del Colorado, hasta que esté lo rajara de la banda en una decisión más que polémica. D.D. Verni, bajista y ùnico miembro original de Overkill junto al eterno Bobby “Blitz” Ellsworth, se encuentra afectado por una lesión en un brazo, y el bueno de Ellefson aceptó solícito la invitación para reemplazarlo hasta que se recupere.

Si algún fan de Megadeth lo extrañó en las recientes funciones del Movistar Arena, probablemente se haya sacado la espina acercándose a Flores el pasado 22 de abril. Al ingresar al show, enseguida podía percibirse que sas instalaciones del lugar no se encontraban habilitadas en su totalidad (los palcos estaban cerrados), y la concurrencia alcanzó un un número “aceptable”, si tenemos en cuenta que era lunes y que el recinto de Avenida Rivadavia viviò un exceso de oferta de shows de bandas thrashers o afines en una sola semana, desfilando por su escenario Sepultura, Death Angel, Anthrax y Overkill en apenas cuatro dìas.

VOLUMEN BRUTAL. Casi un festival del estilo desglosado en tres fechas sucesivas, Con una puntualidad más británica que neoyorkina, el quinteto de New Jersey arrancó a las 21.30 clavadas su presentación con “Scorched”, tema que da nombre a su reciente nuevo álbum. La primera impresión causada en la apertura, se mantendría durante el set completo del grupo. Overkill es de esas bandas que han sido durante décadas consecuentes con su sonido original. Thrash Metal directo, rápido y efectivo sin concesiones. Nada de discos experimentales, ni temas más tranquilos. Palo y a la bolsa,

ESCLAVOS DEL SONIDO. Siempre vi a Overkill como un hermanito de Exodus en ese ejercicio de fidelidad a sus raíces. La banda en vivo derrocha polenta y energía, pero el volumen exageradamente alto de un sonido que estuvo lejísimos de estar a la altura de las circunstancias, empañó por completo el resultado final. Puedo afirmar sin temor a equivocarme que de todos los artistas que me tocó presenciar en El Teatro, nunca nadie sonó peor. Lo que es una verdadera lástima. Si hacías el ejercicio de presionar los lóbulos de tus orejas para filtrar la andanada de decibeles, podías percibir ciertos  matices que la banda tiene, amén de que suenan muy precisos y ajustados realmente, pero todo quedó tapado sonando como una bola infernal.

UN BLITZ-KRIEG BOP THRASHERO . En escena el dueño de la pelota es indudablemente Ellsworth, quien maneja los tiempos del show, es muy comunicativo con la audiencia y aporta su peculiar registro, el cual me recuerda tanto a Udo Dirksneider y Mark Tornillo, ambos vocalistas de Accept. Ellefson, por su parte cumplió dignamente con su labor, y apoyó a Bobby haciéndose cargo de los coros en varios temas, pero realmente su sonido de bajo característico en este caso sufrió como el resto de las inclemencias sonoras que tiñó negativamente la presentación del quinteto..La lista de canciones fue un recorrido balanceado de toda la discografía de la banda. De “Scorched” sonaron también “Wicked Place” y “The Surgeon”, en cuya intro Ellefson metió fragmentos de “Peace Sells”, clásico de su banda madre. También desfilaron títulos de algunos de sus álbumes más celebrados como “Horroscope” o “The Years Of Decay”. Los fanáticos más recalcitrantes agitaron todo el show pese a las dificultades técnicas, que es innegable que terminaron aguando la fiesta. Una verdadera lástima. Tanto Overkill como su gente merecían un contexto más profesional y esta vez no se dio,

Texto: Hernán Mariotti

Fotos: Huberto Andrada

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