Desde las profundidades de la CABA, el siempre eterno Marcelo Pocavida nos hace un tour de la mano a su flamante nuevo libro denominado “La Guía del Mal de Buenos Aires”, donde rescata casos históricos, raros y sorprendentes de la crónica policial en nuestro país en esta extensa pero jugosa nota donde da rienda suelta a todo su conocimiento sobre el tema. Pasen y lean, pero por las dudas pónganse guantes para no contaminar la escena. ¡Avisados quedan!

¿Cómo llegás a la idea de escribir un libro como «La Guía Del Mal De Buenos Aires”?

Hace tiempo venía dando vueltas en mi cabeza la idea de escribir un libro relacionado a asesinos en serie a nivel mundial, con la conexión en el cine y demás, pero “La Guía Del Mal” realmente surge a partir de mis caminatas por la Ciudad de Buenos Aires, en especial por el casco del ala sur. Las zonas de Constitución -barrio donde vivo-, Monserrat, San Cristóbal, San Telmo, La Boca, Parque Patricios; lugares donde sucedieron hechos muy relevantes para la editorial de la crónica policial en Argentina. Me inspiré también basándome en otros lugares del mundo, Inglaterra por ejemplo, donde existe  el paseo de Jack The Ripper (N: Jack El Destripador) y Estados Unidos, precisamente en la zona de Los Ángeles, California y Hollywood donde se hacen tours relacionados con hechos trágicos vinculados a la farándula, con Charles Manson a la cabeza. Fue entonces que me pregunté cómo podía ser que no existiese algo similar en nuestro país, que si bien no tiene una tradición tan vasta en serial killers como la que tienen los países antes nombrados, sí tiene una jugosa crónica policial para ser explotada y contextualizada a la geografía de nuestra ciudad.

¿Cómo encaraste el proyecto?

Al comienzo lo que hice fue rodearme de toda la bibliografía que tenía a mano en mi biblioteca y luego fui a buscar material gráfico de prensa de la época: tabloides, diarios y revistas de actualidad. Es una tarea bastante interesante y ardua a la vez pero era la que más me interesaba, porque aunque en nuestro país hay bibliografía del estilo, aparecían contradicciones en cuanto a cierta información de los hechos y los diarios de época parecían ir a la raíz del asunto. Luego fue tiempo de visitar los lugares, sacar fotos, documentar, etc. En sí es un trabajo que yo ya había hecho pero como una especie de paseo placentero por mi cuenta. Lo último fue elegir el listado de los casos que quedaron en el manuscrito final que llegará a las manos del público.

Teniendo en cuenta la fascinación e interés que despiertan los casos policiales en el grueso de la población, ¿qué aporta tu mirada al tema?

Sin duda estamos ante un boom en el tema del crimen y de la crónica policial, especialmente en la Argentina. A través de películas y libros los periodistas de policiales se han transformado en una especie de “vedettes” con perfiles muy mediáticos. «La Guía Del Mal» representa una vuelta de rosca a este tema tan en boga en la sociedad, ya que trata a la ciudad de Buenos Aires como eje y personaje central. Las historias son interesantes, algunas harto conocidas y otras no tanto, ya que hay casos clásicos que no podían obviarse, pero el formato de “guía” es algo atípico hasta la fecha por estas latitudes. Lo fundamental de este formato es el protagonismo que tiene el lector en cuanto a sentirse inmerso en el recorrido a través de estos casos criminales. Este libro en sí puede ser un objeto, una rareza para tener en la biblioteca o puede ser también que el lector se sienta atraído y seducido a recorrer la ciudad con la guía en la mano y poder visitar esos lugares. Por eso además del relato es muy importante la cartografía, la data que hay de archivo, las fotos de época de las locaciones y cómo lucen actualmente las fachadas y terrenos donde sucedieron los casos.

UNA SERIA SERIE DE SERIALES

A lo largo de tu carrera has incursionado mucho en la temática de los serial killers… ¿Cuándo se inició tu interés por ellos?

Puede decirse que fui un pionero en la Argentina y sobre todo en la escena underground en tocar el tema de los serial killers. Tanto en fanzines como en canciones que he escrito. Mi interés por estos personajes se inicia por mi amor a ciertos géneros cinematográficos: todos aquellos que crecimos con el cine fantástico, el género terror, la ciencia ficción y demás yerbas nos nutrimos desde muy pequeños con los monstruos clásicos que venían de la literatura y luego pasaron de la pantalla al cómic, como por ejemplo Drácula, Frankenstein, la Momia, el Hombre Lobo. etc. Ese fue nuestro basamento. Pero en relación a la crónica policial real, estos monstruos cambian por el monstruo humano y remito precisamente a la película emblemática en ese aspecto que fue “Psicosis” de Alfred Hitchcock. Allí el personaje de Norman Bates inaugura el prototipo de un nuevo monstruo, el psicópata, el del hombre común en apariencia normal pero que esconde macabras fantasías y secretos. A partir de ahí comienzo a hilvanar a través de la cinematografía los aspectos de muchas de estas películas que se inspiraron en casos reales como en la mencionada “Psicosis” con Ed Gein, “La Masacre de Texas” (“The Texas Chainsaw Massacre” de 1974, dirigida por Tobe Hooper) y ese estilo de films. A partir de ahí comienzo la búsqueda de bibliografía -que no era nada fácil- y a ligarla con ciertos personajes del calibre de Charles Manson que fue el Murder Icon por excelencia. Al estar ligado al rock es inevitable no nombrarlo. A partir de todo esto se fue gestando en mí toda esta fascinación por estos personajes, básicamente primero a través de la cinematografía y luego metiéndome en todo el complejo universo de todos estos sujetos.

¿Qué personaje tratado en el libro despertó o despierta mayor interés en vos?

No se puede obviar a un Cayetano Santos Godino -conocido como “El Petiso Orejudo”-, a Robledo Puch o a Yiya Murano, pero lo que más me fascinó incluir en esta guía es un apéndice específico sobre aquellos casos relacionados con aspectos sobrenaturales y esotéricos, como el de las hermanas satánicas de Saavedra, aquellas que asesinaron al padre en un crimen ritual de “limpieza alquímica”.  Hay un caso que me fascina que fue el del doctor Angel Cristo Acoglanis, el llamado «Portero de Erks», donde se mezclan el Cerro Uritorco y gente ligada al Menenato, una cosa extrañísima. El suicidio de los hermanos Süllos en el que hago hincapié en los orígenes de Lily Süllos y cómo ella, en sus comienzos como astrologa, se vendía como descendiente de Vlad Tepes (o Vlad Dracul, figura histórica que inspiró a Bram Stoker a escribir “Drácula” en 1897). Ese segmento del libro me parece que es el más atípico y con el que la gente va a redescubrir un montón de casos que no estaban del todo claros. 

Antiguamente, la bibliografía referida a crímenes y perfiles psicológicos era de difícil acceso. Hoy día circula en internet muchísimo material e incluso plataformas como Netflix y Amazon financian películas y documentales sobre el tema. ¿Qué pensás de eso?

Fue muy ardua la tarea de hacerme de bibliografía relacionada a asesinos. Hace 10 ó 15 años atrás había muy poco material en castellano en cuanto a libros se refiere. Todo el material lo encontrabas en inglés. Durante la década de los noventa hubo un boom grandísimo en EE.UU. de la mano de Marilyn Manson y la iglesia de Anton LaVey; toda esa parafernalia agitó mucho la temática de los asesinos en serie y empezó a circular mucho material gráfico y audiovisual del cual pude proveerme. Con respecto al fenómeno de plataformas como Netflix y Amazon, sinceramente no he consumido mucho de ese material ni soy asiduo usuario de las mismas. He visto algún que otro programa de televisión por cable más que interesante y fiel al aspecto de  tratar estos temas, ya que hoy por hoy vivimos tiempos políticamente correctos donde se edulcora muchísimo todo este aspecto. De muchas cosas directamente no se habla o vienen acompañadas de una moralina a cuestas que no permite manejar información objetiva. La sociedad estadounidense está plagada de estos fenómenos y ya son cuestiones enquistadas a la imaginería popular. Creo que los casos más interesantes se dieron hasta promediando los 90, principios del 2000 quizás, y de allí puedo rescatar algunos buenos documentales como los de Jeffrey Dahmer o el de John Wayne Gacy, por ejemplo. También hay mucha sarasa como lo fue el estreno de la última película de Quentin TarantinoErase Una Vez En Hollywood» de 2019) en el que empezaron a surgir documentales de Manson con imágenes “exclusivas” que en realidad no lo eran tanto. Poseo un VHS, editado aquí en Argentina inclusive, en la que puede se pueden ver las mismas imágenes… Pero bueno, para el que no conoce demasiado el tema y se está iniciando en el asunto están bastante bien. Como dije antes, la década del noventa fue el paraíso para los que amamos a este tipo de temas de la contracultura extrema, también llamada «Cultura Del Apocalipsis” y el tema que hoy nos reúne que es el de los serial killers.

LA POTENCIA DEL EJE

¿Cómo está tu presente musical?

Mi presente musical se ha enfocado en un proyecto llamada Eje Sónico, que ya es un hecho y ha dado muestras de ello con la grabación de una versión del tema “Helter Skelter” de los Beatles, harto versionado pero que nosotros rompemos con todo lo que se había hecho y escuchado hasta ahora. Está en algunas plataformas como Spotify o YouTube para poder escuchar, y la idea es seguir haciendo este tipo de laburos con temas ajenos y propios e ir subiéndolos a las redes con vídeos que acompañen la música, sin perder el deseo de presentarlos arriba de un escenario en algún momento pero debido a razones de público conocimiento, aún no sabemos cuando ocurrirá. Estamos muy cómodos de esta manera ya que fue una idea que surgió casi a los albores de la pandemia y el resultado fue más que óptimo. Hacer “Helter Skelter” era una asignatura pendiente desde hace años con las diferentes bandas que tuve pero por una u otra razón no se pudo dar. Se decidió darle una vuelta de rosca desde el vamos al hacer una versión en castellano y más enfocada en el espíritu de Manson que en reversionar a los Beatles. Sigo en pie con mi banda experimental electropunk, The Pink House, con la cual quedó un disco a medio camino de editarse, y también con invitaciones a grabar temas o versiones atípicas en las que pongo la impronta con mi voz y demás.

¿Cómo atravesaste el contexto de la pandemia?

La pandemia fue una grandísima desilusión porque siempre imaginamos una instancia así pero con todo un marco post apocalíptico y las calles plagadas de infectados, zombificados y cosas surgiendo de los cuerpos, saqueos en supermercados… todo muy inspirado en lo cinematográfico y en la literatura pero fue realmente un fiasco total por ese lado.  Sin minimizar el hecho en sí (Risas),  pasé una pandemia bastante complicada porque soy un tipo muy citadino, muy de andar por la ciudad y estar en la calle de aquí para allá, entonces el quitarme esa posibilidad me llevaba a un estado claustrofóbico para nada agradable. La parte artística, donde uno puede por lo menos hacer una suerte de catarsis, tampoco activó demasiado. Tuve la suerte de encarar el proyecto radial «Body Bag» en Chico Bomba Radio y fue algo fantástico. Además de la experiencia en sí, la respuesta de la gente fue sorprendente y me mantuvo totalmente activo y concentrado haciendo radio, algo que me encanta y me permite llevar todos estos temas tan atípicos de la contracultura a los oyentes. También el hecho de que durante meses yo no me parara frente a un micrófono ni ejercitara mi voz a nivel profesional plantearon dudas y miedos al respecto que por suerte se disiparon instantáneamente cuando me puse a grabar con la banda. Por ese lado la pandemia se presentó mucho mejor de lo que suponía y ojalá en esta nueva instancia que se avecina espero poder hacerme de las mismas armas para afrontarla. Puede sonar cursi pero no hay mal que por bien no venga… Toda la situación volcó a mucha gente a darle pelota a un montón de cosas que antes del encierro no encaraban. Gente abocada nuevamente a la lectura y yo justo había empezado un micro emprendimiento llamado “Fandemonium” en el que vendo libros de temáticas contraculturales, libros y revistas usadas que también tuvo muy buena respuesta. Digamos que se dejó un poquito de lado estar frente a la computadora y el celular en pos de leer y volver a escuchar música, cosas que siempre nos nutrieron y que a veces la vorágine del mundo que vivimos te hace relegarlas o les hace perder el sabor y la magia que tienen…

Has participado como actor en varias películas y cortos vinculados con la temática. ¿Podes hacer un repaso de esas experiencias? ¿Influyeron a la hora de canalizar tus conocimientos sobre el tema?

En mi faceta artística siempre he sido un autodidacta y en el tema actoral no rompo la regla. Nunca estudié teatro ni actuación. Cuando me convocaron para hacer algunas de las películas en las que he participado y en las que el perfil coincidía con el de un psycho o un tipo de un perfil bastante complicado, indudablemente mucho de lo visionado a lo largo de estos años en películas y bibliografía relacionada al tema me ayudó bastante. Después fue ejercitado de forma muy espontánea frente a la cámara. Hubo, sí, un trabajo previo de ensayo y demás pero creo que si sacaron algo bueno de mí, lo mejor salió cuando se prendía la luz y se decía ¡acción!… Ahí surgía el monstruo interno (Risas). Un poco como cuando subo al escenario y me paro frente al micrófono. En este caso no tenía una experiencia previa como en el caso del rock, por lo que fue todo un desafío. Inclusive a la gente que me rodeaba en las filmaciones le llamaba la atención cómo me movía frente a las cámaras. Me dieron muchísima libertad e introduje muchos tics en los personajes que me parecieron adecuados y creo que sirvieron mucho. «Making Off Sangriento» (2012, de los Hermanos Quintana) es una película en cierto modo homenaje al cine dentro del cine y a aquel terror de los 80 y aunque mi papel en sí no tiene nada de paródico ni de risueño, al menos yo me lo tomé muy en serio. Ojalá algún día me vuelvan a convocar para un proyecto similar o poder crear uno mío desde la dirección o desde el guión. Son estos films de tipopsycho movies, en las cuales se da una atmósfera muy claustrofóbica, casi documental diría, como pasa con mi película favorita que es “Henry: Portrait Of A Serial Killer” (“Henry, retrato de un asesino” ,1986 de John McNaughton) o “Angst” (“La Angustia del Miedo”, 1983 de Gerald Kargl) todas películas de una visceralidad muy profunda y que realmente hacen hincapié en la psiquis de este tipo de personajes, por lo que me gustaría protagonizar algún proyecto encarado desde ese lugar, fuera de todo cliché del cine denominado de culto o “bizarro” -detesto ese etiquetado- sino realmente que sea una apuesta comprometida en cuanto a la densidad de la trama. Quizás se pueda.

Asociación libre (o lo primero que pasa por la mente del entrevistado)

CRIMEN – “Fantasías y deseos ocultos”

GORE “Herschell Gordon Lewis, el padre del género”

MÚSICA –  “Catarsis”

ESCRITURA – “Una nueva etapa”

MARCELO POCAVIDA –  “Un subgénero viviente”

Foto: Aillin Caraballo

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