PACIENTE: DUFF MCKAGAN «Lighthouse» (The World is Flat, 2023)

HISTORIA CLÍNICA: No debe ser fácil para un músico con 40 años de carrera, el éxito masivo y un sinfín de excesos (que en un par de oportunidades lo dejaron cerca de tocar las puertas del cielo) encontrar inspiración para escribir una docena de canciones que, irónicamente, raramente podría incluir en una banda monstruo como Guns N Roses. No obstante, los Guns entraron, quizás producto de sus egos volátiles, en la categoría de esas bandas que creativamente funcionan mejor separados que juntos.

Hoy día, dentro del universo gunner, si querés un álbum solista, preguntale a Duff Mckagan. Por cada proyecto del que oíste hablar, tiene cuatro de los que no tenías ni idea. Ni lento ni perezoso, ocupa su tiempo libre mostrando influencias en canciones relajadas y profundas, en su mayoría midtempos de factura sensible, introspectiva y ligeramente espiritual. Técnicamente, este puñado de temas no podría ser cantado por ningún otro ser humano que no sea Michael McKagan.

El álbum comienza con la canción que da título al disco, cargada con un rasgueo de guitarra acústica que cambia de marcha en la segunda mitad y resume una melodía pegadiza y motivadora. Con «Longfeather» encontramos uno de los mejores temas de la placa: una composición sórdida de corte crooner que linkea directo con la otra alma sensible del combo de Hollywood: el gran Izzy Stradlin junto a los Juju Hounds (¿Alguien más considera a estos dos como los Guns preferidos?).

La mitad de este álbum está dedicada a ritmos perezosos, riffs acústicos relajados y un sentimentalismo que realmente toca las fibras más íntimas. No obstante, todavía tenemos al Duff punkie que se da el gusto de apelar a ese recurso en «Just Another Shakedown» (puro punk and roll) y en «I Saw God on 10th Street», con un tufillo que huele al lado más recitado de Rancid.


Y para no olvidarnos de su Seattle natal tenemos un temazo de corte grunge y voces poderosas como lo es «Hope» (nada menos que con su compañero Slash de invitado). El álbum se completa con un reprise tipo Spoken-Word de la canción de apertura a cargo de -nos ponemos de pie- James Osterberg Jr., A.K.A Iggy Pop.
El mundo tiene a GNR. Los fanáticos del rock tienen Loaded y Velvet Revolver. Nosotros, los fans, tenemos su álbum en solitario «Lighthouse» y sin duda nos deja más que conformes.

DIAGNÓSTICO: Hay una especie de máxima (no chequeada, pero empíricamente comprobable) que si en tu adolescencia fuiste un músico con raíces punk, al madurar tu gusto musical devendrá por un amor irracional hacia la música country/folk/americana, con la cual tendrás intenciones de bucear las raíces del blues y derivados desarrollando un amor a primera vista por canciones medio tiempo de mucha carga acústica.
¿Es esto algo malo? No necesariamente (aunque esto tampoco esté empíricamente comprobado). Lo que sí sabemos es que el tercer disco del Sr. Bajista de Guns N’ Roses contiene un puñado de muy buenas canciones, compuestas y ejecutadas con mucho oficio y sin presión alguna, haciendo que “Lighthouse” nos sorprenda gratamente con el buen gusto de un músico que a sus 60 años es capaz de reescribir su legado musical.

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