TOY DOLLS, TEATRO FLORES, SÁBADO 09 DE SEPTIEMBRE DE 2023

Toy Dolls es un grupo que no existe. O sí, pero claramente no es de este mundo. Quizás sean de un mundo que ya no existe, aunque en verdad parecieran ser más bien protagonistas de alguna tira cómica de antaño. Si no, no se explica cómo pueden hacer un show como el que dieron el pasado 09/09 en Flores, un concierto completamente hilarante y enérgico, como si no tuvieran la edad que señalan sus documentos. Pero organicemos un poco la cosa, démosle rigor periodístico al asunto.

Quinta vez que los capitaneados por Michael “Olga” Algar bajaban a estas pampas, y era para festejar nada menos que sus cuatro décadas. Bueno, en verdad tocan desde 1979 así que los números indican otra cosa, pero deben ser coquetos como la Chiqui Legrand

UN TELONERO QUE NO DEJÓ A NADIE AFUERA . La cita era en el viejo Teatro Flores, cada vez más lindo y cada vez da más gusto ver bandas ahí. El lugar no estaba estallado de gente, pero había gran cantidad desde que Expulsados subió a escena a alegrar a la monada ramonera con su punk rock inspirado en los Fast Four. Se sabe que estos muchachos de Banfield tienen temazos de sobra, y así pasaron bombazos como “Mi Novia Es Una Zombie”, “Quién Soñó En Tu Almohada”, “Enfermera Vudú”, el homenaje a Ramones con esa belleza llamada “Sitting In My Room” y el cierre con “Tarde De Sol”. Punk rock veloz y a otra cosa, nada de sutilezas ni grandilocuencias.

ARMANDO LA CASA DE MUÑECAS. Los Toy Dolls parecen haber nacido el día que repartían la alegría, porque desde la introducción con el seminal “Fiery Jack” (del primer disco, que ya acusa 40 años), dieron rienda suelta a su algarabía y desparpajo. Olga es un tipo hiper carismático, pero además de ser un excelente frontman, también toca de gran manera la guitarra (todo un mérito para alguien completamente autodidacta). Mister Duncan en la batería es la cara seria del grupo, y Tommy Goober en el bajo es el partenaire perfecto del cantante. Ambos forman una base de mucha solidez (sumando unos coros de cancha encantadores) para que Olga nos deleite con sus morisquetas y sus alocados solos de guitarra.

Las canciones también parecen haber sido compuestas por un adolescente descarriado, ya que poseen los títulos más insólitos y las temáticas más ocurrentes que puedan imaginarse. Ejemplo claro es la oda al asma titulada precisa y acertadamente “I’ve Got Asthma”, en la que Olga nos cuenta las peripecias de una persona que padece esa patología (todo esto en clave satírica, claro está).

Si hablamos de gags y de hilaridad, ahí está Algar replicando el chiste antes de “Lambrusco Kid”, en el cual un mozo le trae alternadamente botellas de diferente tamaño hasta llegar a un botellón enorme e inflable que el cantante comparte con el público.

Promediando el show, que no bajó ni un minuto su carga emotiva por parte de la banda ni del público, otro clásico del 1er LP: “Nellie The Elephant”, la historia de la elefante que se escapa del circo, donde el grupo le cede la participación a la gente para que entonen la melodía del tema.  

Seguidamente, y hablando de clásicos, la inmortal “She Goes To Finos”, historia de desamor donde Olga nos cuenta su obsesión por una chica que va a comer a un restaurante y se promete alguna vez entrar y encararla. ¿Oyeron la versión original del tema por los Showbiz Kids? (grupo pre Toy Dolls donde militaba Olga). Denle una escuchada y luego me cuentan.

Claro que también hay espacio para la música clásica. De la mano de Johan Sebastian Bach, el trío interpreta una magistral versión de “Toccata in Dm”, donde Algar le saca chispas a la guitarra dejando a todos embelesados.  

Volamos a los 90, y desde el brillante “Absurd Ditties” llega una de las mejores canciones del grupo. Estamos hablando de “Alec’s Gone”, una de las más coreadas de la noche por su hermosa melodía que porta una de las letras más melancólicas de su repertorio. Intro emotiva a pura guitarra sola, la gente cantando a voz en cuello, emoción a flor de piel…

Cerrando la primera parte del show, el “Wipe Out” de los Surfaris con Olga y Tommy tocando sus instrumentos y luego haciéndolos girar mientras la gente enloquece, y a tomar un respiro porque la cosa seguía.

Los bises arrancaron con el tema que da nombre al primer disco, “Dig That Groove, Baby” y la gente extasiada de tanta locura. Olga con una Telecaster de triple mástil (que sólo utilizó un mástil, pero ¡qué bien le queda!) y luego la tradicional “When the saints go marching in” (versionada hasta el hartazgo por grupos y solistas) y finalizando el show todo voló por los aires con “Glenda And The Test Tube Baby” y “Idle Gossip”, tanto así que aparecieron las bolas enormes con el logo de la banda.

A veces el punk rock se enrosca demasiado en diatribas políticas, y en otros casos carece de contenido interesante. La idea de Toy Dolls pareciera ser dar el show más divertido del mundo, hacernos pasar una hora y media de total relajo, y recordarnos que siempre hay lugar para una carcajada. 40 años (y un poco más) de darle alegría a la gente no es poco, ¡salud por ellos!

Texto Rodrigo Cardozo

Fotos: Huberto Andrada en exclusiva para MADHOUSE

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