La ciudad de Seattle, en el estado de Washington, comenzó a gestar a fines de la década del 80 una revolución musical (tal vez la última gran revolución que se recuerde) que cambiaría la cara del rock and roll en los años venideros. Asociado con camisas a cuadros, depresión y guitarras de sonido profundo, el así llamado grunge (suciedad, basura, desaliño) devoró al hair metal, lo masticó y luego lo escupió, más oscuro y definitivamente cambiado. Si bien la música grunge llegó a las masas con el megaexitoso álbum «Nevermind» de Nirvana en el otoño de 1991, un año antes hubo otra banda de Seattle que comenzó a sentar las bases para la explosión musical que se avecinaba: hablamos de Alice in Chains, claro, quienes el 21 de agosto de 1990 lanzaron su primer larga duración, «Facelift».

Alice In Chains, allá por 1990: el grunge en toda su colorida (¿?) expresión

¿Qué es el grunge? ¿Qué hacer con él? ¿Qué pretende, adónde va, qué lo mueve? Los fans y los críticos (sobre todo estos últimos) estaban desconcertados al comienzo. Este nuevo subgénero del rock, que combinaba elementos del punk y del metal con una actitud desafiante pero al mismo tiempo sombría y desesperanzada, tomó el control del universo rockero entre 1991 y 1992. Pero antes de «Nevermind», de «Black Hole Sun» de Soundgarden y del icónico festival Lollapalooza, antes de todo eso y mucho más estuvo «Facelift». Posiblemente uno de los mejores álbumes debut en la historia del rock, esta fue la introducción contundente de Alice in Chains al mundo en los años noventa. Nadie sabía cómo llamar/denominar/bautizar/definir lo que hacían el guitarrista Jerry Cantrell, el vocalista Layne Staley, el bajista Mike Starr y el batero Sean Kinney. No eran el rock and roll que el resto del mundo amaba y conocía, y tampoco eran exactamente punk ni metal… pero arrasaron igual. Para celebrar un nuevo aniversario (33, al momento de escribir estas palabras) de este espectacular álbum debut, te invitamos a leer y descubrir (o recordar) una docena de datos relativos a su creación y a sus creadores que posiblemente no conocías.

1. EL ÁLBUM CASI SE FRUSTRA A CAUSA DE LA MARIHUANA (!). En Washington, el promotor local Randy Hauser conoció a Alice in Chains en un concierto y quedó tan entusiasmado que se ofreció a pagar llos costos de estudio para que la banda grabara un demo. Sin embargo, un día antes de que los músicos grabaran en el estudio Music Bank de la mencionada ciudad estadounidense, la policía cerró el estudio durante lo que fue una de las acciones en la mayor redada de marihuana en la historia del estado. El demo final, llamado «The Treehouse Tapes», llegó a los managers Kelly Curtis y Susan Silver, quienes también manejaban a Soundgarden, otra banda grunge con sede en Seattle. Curtis y Silver le pasaron la cinta al ejecutivo de Columbia Records, Nick Terzo, quien concertó una cita con el presidente del sello, Don Ienner. Basado en lo que escuchó en «The Treehouse Tapes» (que la banda vendía en los shows), Ienner contrató a Alice in Chains para que firmara con Columbia en 1989.

2. ANTES DEL ÁLBUM, HUBO UN EP. Alice in Chains se convirtió en una prioridad para Columbia, que lanzó la primera grabación oficial de la banda en julio de 1990, más precisamente el EP promocional «We Die Young». La canción que dio nombre al disco, que también se lanzó como single, se convirtió en un éxito resonante en las radios metaleras. Acicateados por el éxito, los ejecutivos del sello se apresuraron a producir el álbum debut de Alice in Chains con el productor Dave Jerden. «Cuando me presentaron a Jerry Cantrell, le dije: ‘Metallica tomó a Tony Iommi y lo aceleró. Lo que vos hiciste es ralentizarlo de nuevo'», recordó Jerden. «Jerry me miró a los ojos y dijo: ‘Lo entendiste’. Así fue como conseguí el trabajo». BONUS: El álbum se grabó en el London Bridge Studio en Seattle y en los Capitol Studios en Hollywood, California, desde diciembre de 1989 hasta abril de 1990. Las imágenes de las sesiones de Facelift se pueden encontrar en el DVD «Alice in Chains’ Music Bank: The Videos».

3. FUE EL PRIMER ÁLBUM GRUNGE DE VERDADERO ÉXITO. «Facelift» fue el primer álbum grunge en superar la barrera del top 50 del Billboard 200, alcanzando el puesto 42. También fue el primero en su género en obtener la certificación de disco de oro. A la fecha, ha vendido más de dos millones de copias.

4. EL VIDEOCLIP DEL TEMA «MAN IN THE BOX» AYUDÓ A DAR EL SALTO. «Facelift» no fue exactamente un éxito inmediato: solo vendió 40.000 copias en los primeros meses de su lanzamiento. No obstante, una vez que MTV agregó el video del tema «Man In The Box» a su rotación diaria, las ventas del álbum alcanzaron las 400.000 copias en el mes y medio siguiente.

«¡Me gusta tanto ‘Facelift’ que hasta te estrangularía de felicidad, mirá!» le dice un entusiasmado Ozzy a Mike Starr, allá en 2018 y en Copenhague

5. A OZZY OSBOURNE LE ENCANTA ESTE DISCO. El propio Ozzy Osbourne mencionó en una ocasión a «Facelift» como uno de sus 10 álbumes de metal favoritos de todos los tiempos. Refiriéndose a él como un «debut asombroso», Osbourne declaró a la revista Rolling Stone que «‘Man in the Box’ es un clásico. Layne Staley era un tipo encantador. Es una pena que no haya podido vencer a sus demonios».

«Cómo me voy a romper el brazo antes de grabar, vos fumá – qué Layne este, ¿no?», le dice Kinney al fotógrafo en una calle de Los Angeles allá por 1990.

6. EL BATERO SEAN KINNEY TOCÓ… ¡CON UNA MANO ROTA! Pocas pesadillas más terribles para un músico que romperse la mano justo antes de entrar al estudio, pero Sean Kinney tuvo que vivirla, soportarla y atravesarla. «Casi no toco en el disco», recuerda el baterista en el libro «Grunge Is Dead: The Oral History of Seattle Rock Music», y sigue: «Los chicos comenzaron a ensayar con el baterista de Mother Love Bone, Greg Gilmore. Yo estaba sentado allí tocando con una sola mano, guiándolo en el proceso. Jerden llegó al estudio y empezaron a intentar hacerlo juntos. Él estaba onda, ‘A la mierda, paremos acá. Esto no va a ser lo mismo’. Por suerte, nos tomamos un poco de tiempo libre. Tuve ese yeso por un tiempo, y me decía a mí mismo ‘No puedo perderme esto’. Fue así que corté el yeso en el estudio y puse un balde de hielo junto a la batería. Mantuve mi mano congelada y toqué con una mano rota. Desde entonces me he cuidado para no volver a hacer eso: imaginate, tu primera gran oportunidad y la cagás…»

7. BON JOVI INSPIRÓ UN TEMA DEL DISCO. SÍ, BON JOVI. La famosa talk box (N.: un accesorio electrónico con un tubo que va en la boca para modular el sonido vocalmente, popularizado por Peter Frampton en los 70s) que se escucha en el hit de Bon Jovi «Livin’ On A Prayer» es la razón por la que Jerry Cantrell usó el mismo artilugio en el tema «Man In The Box». Dave Jerden alentó el uso del dispositivo y agregó que eso haría que la canción fuera un éxito.

8. EL RIFF QUE ABRE «IT AIN’T LIKE THAT» INICIALMENTE FUE HECHO EN BROMA. Ese sonido tan cool que se aprecia al comienzo de «It Ain’t Like That» originalmente no iba a quedar en la canción; de hecho, Cantrell admitió más tarde que no fue intencionado. «Ese riff salió medio en joda», le dijo a Guitar World en 2013. «Recuerdo que en un ensayo me enojé por algo, agarré la guitarra e hice algo de ruido… Estaba haciéndolo como un chiste, pero todos se me quedaron mirando, diciéndome, ‘¡Eso estuvo genial! ¡Hacelo de nuevo!'». Y sí, a veces las musas tienen estas cosas…

¡Ya en los 90s la polución de los mares era tan terrible que el plástico hasta llegaba a las piscinas!

9. EL ÁLBUM RECIBIÓ SU NOMBRE POR LA FOTO QUE SE USÓ EN LA TAPA. La banda discutió varias ideas para la tapa del álbum con el fotógrafo Rocky Schenck. Una de ellas fue hacer que pareciera como si los músicos estuvieran emergiendo de un globo ocular. Ahora bien, Columbia Records no le dio a la banda un gran presupuesto para la sesión de fotos, pero a Schenck le gustó tanto la idea que estuvo dispuesto a hacer que funcionara. El presupuesto apenas alcanzaba para un día, pero Schenck (quizá inspirado por algún argentino que por allí pasaba) se las ingenió para estirarlo a más de tres. La sesión comenzó el 2 de mayo de 1990 en la piscina de los Oakwood Apartments en Burbank, California, la cual cubrieron con una capa fina de plástico para dar la idea de que la banda estaba emergiendo de un globo ocular. Claro que no fue fácil: tuvieron que nadar debajo del plástico, subir a la superficie y aguantar la respiración mientras salían, por lo que el plástico distorsionó sus rostros. Al ver las fotos, finalmente se decidieron por una de Mike Starr y llamaron al álbum Facelift por la forma en que su rostro estaba distorsionado (Recordemos que «Facelift» puede traducirse como lifting o estiramiento facial). BONUS: Una de las fotos de esa sesión mostraba a Layne Staley envuelto en plástico con los otros miembros sosteniéndolo, imagen que terminó usándose como tapa del single «We Die Young».

10. «KILLING YOURSELF» SOLO APARECE EN EN VINILO. Uno de los temas grabados como demo durante las sesiones de grabación de «Facelift» fue «Killing Yourself». Aunque no terminó en el álbum, sí se incluyó como cara B del single en vinilo «We Die Young» de 1990.

11. ESTE ÁLBUM LOGRÓ QUE ALICE IN CHAINS FUERA INVITADA A JUGAR EN PRIMERA (PERO DE VISITANTE) Una vez que «Facelift» despegó y Alice in Chains se hizo cada vez más popular, fueron invitados a abrir varias giras de bandas y solistas como Poison, Extreme e Iggy Pop, por citar algunas. En 1991 fueron la banda de apertura de la etapa estadounidense de la famosa gira llamada Clash of the Titans, encabezada por Slayer, Megadeth y Anthrax. Pero claro, una banda nueva y de Seattle no encajaba exactamente en el cartel de los gigantes del thrash, y los miembros de Alice sintieron la indiferencia y -más a menudo- la sutil desaprobación de la siempre comprensiva y tolerante multitud metalera… aún así, la banda supo plantarse ante la adversidad. El guitarrista de Anthrax Scott Ian recordó un detale clave a la revista Guitar World: «Nos subíamos al escenario todas las noches y veíamos cómo les tiraban de todo, cualquier cosa que esa multitud podía tirarles. Y Layne saltaba hacia la audiencia y se agarraba a piñas con la gente. Pero aún así, Alice In Chains nunca abandonó el escenario»… Al joven grupo también se le ofreció un lugar en la gira del álbum de Van Halen «For Unlawful Carnal Knowledge» en 1991; la invitación fue hecha por el cantante-guitarrista Sammy Hagar, quien admite que se sintió intimidado por su rápido éxito y actitud relajada.

¡Solo otro momento de sobria, responsable musicalidad en la gira de Van Halen y Alice In Chains, amigas y amigos!

12. «FACELIFT» LE VALIÓ A LA BANDA SU PRIMERA NOMINACIÓN AL PREMIO GRAMMY. Así es, «Man in the Box» fue nominado para un Grammy a la «Mejor interpretación de hard rock» en 1992, pero perdió ante «For Unlawful Carnal Knowledge» de Van Halen.

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