Toda muerte en el mundo de la música equivale a una noticia que provoca dolor, tristeza e incredulidad, pero todos estos sentimientos se intensifican cuando se trata de un artista al cual el tan remanido adjetivo «legendario» le hace la más plena justicia: hablamos del guitarrista Jeff Beck, cuyo fallecimiento anunció hoy su cuenta oficial en Facebook. Según una declaración compartida en las redes sociales del músico por representantes de su familia, su deceso se produjo tras una breve pero decisiva batalla contra la meningitis bacteriana. Más detalles a continuación.

ADIÓS AL MAESTRO. Jeff Beck, uno de los guitarristas más hábiles, admirados e influyentes en la historia del rock, murió el martes en un hospital cerca de su casa en Riverhall, una finca rural en el sur de Inglaterra. Tenía 78 años. La causa fue la meningitis bacteriana, dijo Melissa Dragich, su publicista: «En nombre de su familia, compartimos con profunda tristeza la noticia del fallecimiento de Jeff Beck», pudo leerse en el comunicado posteado en las redes sociales del músico británico que reproducimos aquí arriba. El mismo continúa y concluye así: “Después de contraer repentinamente una meningitis bacteriana, falleció pacíficamente ayer [martes 10 de enero]. Su familia pide privacidad mientras procesa esta tremenda pérdida”. El mundo se había quedado sin el que fuera uno de los mejores guitarristas de la historia del rock, pleno de elegancia hasta usando la distorsión, innovador, crucial en la evolución del blues-rock. En la lista de los mejores guitarristas de la historia elaborada por la revista Rolling Stone figura en el puesto número cinco, tan solo por detrás de Jimi Hendrix, Eric Clapton, Jimmy Page (tercero) y Keith Richards.

UN INICIO LEGENDARIO. Nacido en 1944 como Geoffrey Arnold Beck en Wallington, al suroeste de Londres, fue hijo de Arnold y Ethel Beck. Su madre era fabricante de dulces, su padre contador.Jeff le dijo a Guitar Player Magazine en 1968 que su madre lo había «obligado» a tocar el piano dos horas al día cuando era niño. “Eso estuvo bien”, dijo, “porque me hizo darme cuenta de que musicalmente era bueno. Mi otro entrenamiento consistía en estirar bandas elásticas sobre latas de tabaco y hacer ruidos horribles”. Beck se enganchó con el rock and roll después de escuchar «How High The Moon» de Les Paul en la radio. «Fue una profunda influencia para mí cuando era niño», dijo Beck en una entrevista realizada en 2014. «Sus discos fueron un tesoro. Absorbí todas sus variaciones tonales. Su música fue memorable, no solo una cosa de rock and roll bárbara y salvaje. Tenía clase. Su técnica de bending era deliciosa y las ejecuciones fabulosas». Más tarde se sintió atraído por el trabajo de Cliff Gallup, guitarrista principal de la banda de Gene Vincent, y el músico estadounidense Lonnie Mack. Quedó fascinado no solo por el sonido de la guitarra sino también por su mecánica, y eso lo animó a construir su primera guitarra cuando era adolescente… eso y la falta de fondos: «El tipo que vivía al lado de mi casa me dijo: ‘Te construiré una guitarra de cuerpo sólido por cinco libras'», contó una vez a la revista Rock Cellar. «Cinco libras, que para mí eran 500 en ese entonces, así que me decidí y la hice yo mismo. La primera que construí fue en 1956, porque Elvis ya era famos, y todo lo que escuchabas de música pop era la guitarra. Y luego me fascinó. Estoy seguro de que a mucha gente le pasa lo mismo».

Jimmy Page, Jim McCarty, Jeff Beck, Chris Dreja y Keith Relf: The Yardbirds, acodados en la mesa del éxito

¿FEEDBACK? ANDÁ PA’YA. Después de un breve período en el Wimbledon Art College, se fue a tocar con el rockero Screaming Lord Sutch And The Tridents. Cuando Eric Clapton dejó los Yardbirds en 1965, Jimmy Page sugirió contratar a Beck, y fue así que pasó a tocar en recordados éxitos del grupo como «I’m A Man» y «Shapes Of Things», donde su uso pionero del feedback influyó en músicos como Paul McCartney y Jimi Hendrix. «El feedback surgió accidentalmente», declaró en un programa de la BBC Radio 2. «Tocamos en lugares más grandes, alrededor del ’64-’65, y el sistema de amplificación era inadecuado. Así que subimos el nivel y luego descubrimos que se produciría feedback (N. retroalimentación). Empecé a usarlo porque era controlable: podía tocar canciones con él. Hice esto una vez en Staines Town Hall con los Yardbirds y luego un tipo me dijo: ‘¿Viste ese ruido raro que se supone que no debe estar allí? Si yo fuera vos, me lo guardaría’. Así que le dije: ‘Fue deliberado, flaco. Andate».

Por sugerencia de su manager, Beck grabó una pieza instrumental para un posible proyecto en solitario en mayo de 1966 titulada «Beck’s Bolero». Contó con la guitarra rítmica de Page (quien recibió crédito por escribir la canción), Keith Moon de The Who en la batería, el futuro bajista de Led Zeppelin John Paul Jones y el pianista de sesión Nicky Hopkins. Pero la canción no fue lanzada en ese momento, frustrando la esperanza de Beck de que esta formación sería su próxima banda. En cambio, siguió adelante con los Yardbirds, quienes luego agregaron a Page, primero en el bajo y luego en un papel de duelo de guitarra principal con el Sr. Beck. Esa formación fugaz fue inmortalizada en «Blow Up» (1966), la película de la era mod del director Michelangelo Antonioni, en la que interpretaron una versión maníaca de su canción «Train Kept A-Rollin», refundida como «Stroll On». En aquella histórica filmación, Beck destroza su guitarra golpeándola contra el amplificador y luego pisoteándola de forma salvaje.

ROCK & BLUES & UN ASIENTO DE INODORO ROSA (!). Beck permaneció veinte meses con los Yardbirds e incluso tocó en el álbum «Roger The Engineer» al año siguiente, pero lo despidieron después de demasiadas ausencias en la gira; antes de irse, alcanzó a declarar que dejaría la música por completo… y luego lanzó su primer single solista, «Hi Ho Silver Lining». Grabada en solo tres horas, la canción fue su único éxito del Top 20 inglés en las listas de 1967 y 1972. Pero el cantante se mostró ambivalente al respecto. Fue persuadido para grabar la canción por el productor Mickie Most quien, según contaba Beck, «no estaba interesado en lo más mínimo en grabar mi tipo de música. No podía decirle: ‘Mira, no sabés lo que está pasando…’ porque tenía 20.000 discos de oro en la pared que decían ‘Sé lo que está pasando'», dijo a la revista Rolling Stone en 1971. «Así que durante un par de años desperdicié mi carrera haciendo canciones de porquería». Cuando salió del estudio después de grabar el tema, la recepcionista ya lo estaba cantando: «Eso», dijo, «fue cuando supe que era un desastre»… Beck hasta llegó a describir la canción como «un asiento de inodoro rosa colgando alrededor de mi cuello», pero finalmente hizo las paces, incluso interpretándola en el programa de televisión de Jools Holland en 2015.

ENTRE OLAS, IDAS Y VENIDAS. Después de ese breve roce con la fama, formó el mítico Jeff Beck Group, cuyos dos primeros álbumes «Truth» (1968) y «Beck-Ola» (1969), adoptaron un enfoque feroz del blues que sentó las bases para lo que se transformaría en el heavy metal. Pero la banda no estaba contenta en su fuero interno, como se demostró una gira por EE.UU. que regularmente derivaba en discusiones y peleas físicas. El cantante Rod Stewart y el bajista Ronnie Wood renunciaron en 1970 para unirse a Small Faces (más tarde The Faces), y a esto se le sumó el hecho de que Beck sufrió una fractura de cráneo en un accidente automovilístico, de modo que tuvo que suspender su carrera. Una vez recuperado, reunió una segunda formación de su banda, pero sus álbumes «Rough And Ready» de 1971 y «Jeff Beck Group» de 1972, que mostraban sus primeras incursiones en el sonido de fusión de jazz con el que se haría conocido, no tuvieron el éxito esperado. Otra banda que lideró y que prometía comercialmente, Beck, Bogert & Appice (con la sección rítmica de Tim Bogert y Carmine Appice, antes de Vanilla Fudge) ganó un álbum de oro en 1973, pero Beck frustró el proyecto después de menos de dos años. No es que le importara su estatus en la industria: “Afortunadamente, nunca llegué al éxito grande”, dijo a Rolling Stone en 2018. “Cuando mirás a tu alrededor y ves quiénes la han pegado en grande, es un lugar realmente podrido para estar”.

El Jeff Beck Group, circa 1968: de izquierda a derecha Ron Wood, Jeff Beck, Mickey Waller y Rod Stewart, una formación que aunque sentada, nunca terminó de asentarse

EL BECK SOLO BIEN SE LAME. A mediados de los años 70, Beck fue soporte del grupo de jazz-rock Mahavishnu Orchestra de John McLaughlin en una gira, experiencia que cambió radicalmente su forma de ver la música. «Al ver a [McLaughlin] y al saxofonista intercambiar solos, pensé: ‘Este soy yo'», dijo en 2016. Inspirado por este nuevo enfoque, el guitarrista se lanzó como solista en 1975 con el álbum, «Blow By Blow», grabado con el productor de los Beatles, George Martin: completamente instrumental y sumergido en la corriente del jazz rock, la guitarra envolvente y cautivante de Beck reemplazó esencialmente las partes de un vocalista principal, enfoque que adoptaría durante la mayor parte del resto de su carrera. «Blow By Blow» llegó al top 10 de EE. UU. y recibió un disco de platino, convirtiéndose así en el álbum de mayor éxito comercial de su carrera. No obstante, años más tarde Beck expresó su pesar. “No debería haber hecho ‘Blow By Blow’”, le dijo a Guitar Player en 1990. “Desearía haberme quedado con el rock and roll básico. Cuando estás rodeado de gente muy musical como Max Middleton y Clive Chaman, estás en una cárcel y tenés que seguir el juego”. A pesar de sus sentimientos posteriores sobre Blow By Blow, Beck continuó experimentando a lo largo de los años 70 y prosiguió su carrera con «Wired» de 1976 (también producido por Martin), que incluyó a dos músicos de la Mahavishnu: el batero Narada Michael Walden y el tecladista Jan Hammer, que expandieron los elementos de fusión en la música. Beck luego salió de gira con la banda de Hammer, dejando un disco en vivo como testimonio titulado “Jeff Beck with the Jan Hammer Group Live», que obtuvo el disco de oro en 1977. A su vez, Hammer también fue instrumental en «There & Back” (1980), otro solista de Beck que llegó al puesto 21 del ranking de Billboard. Después de la gira documentada en el álbum, el músico se retiró a su finca en las afueras de Londres y permaneció en silencio durante tres años. «El tono en el que toco es tan intenso que no puedo hacerlo todas las noches», explicó más tarde.

EL BECK DE TODOS. Beck definitivamente fue un solista prolífico, lanzando álbumes bajo su propio nombre a lo largo de siete décadas (!). No obstante, su producción disminuyó drásticamente en los años 80, en parte debido a que padecía la dolencia auditiva conocida como tinnitus. Hay que decir que sus proyectos a lo largo de la década fueron esporádicos pero notables: en 1981, actuó con Clapton, Sting y Phil Collins en los conciertos benéficos Secret Policeman’s Other Ball de Amnesty International, y regresó con su primer álbum solista en cinco años, «Flash», en 1985. Producido por Nile Rodgers de Chic, mostró un cambio dramático para Beck en el sentido de que incluía principalmente temas pop con voces, despegándose de su producción instrumental de los 70. De hecho este disco le dio su primer single exitoso en los EE.UU., un cover de «People Get Ready» de Curtis Mayfield con Rod Stewart en la voz principal, cuyo videoclip no solo fue un hitazo en el canal MTV sino que además le valió un premio Grammy.

En 1987, tocó en el álbum solista de Mick Jagger «Primitive Cool»; dos años después editó «Jeff Beck’s Guitar Shop» y ese fue su último álbum propio en una década (y su último disco de oro), pero permaneció activo durante los 90, colaborando con Jon Bon Jovi, Kate Bush y Roger Waters, entre otros, además de contribuir al soundtrack de Hans Zimmer para la película de Tom Cruise «Days Of Thunder». En 1999 lanzó «Who Else», que incorporó elementos techno y electrónicos. Pero nuevamente su producción solista se desaceleró, hasta el lanzamiento de «You Had It Coming» de 1999 con Imogen Heap en la voz, seguido en 2003 por un álbum que simplemente llamó «Jeff»; en esta época comenzó a incorporar más elementos electrónicos y de hip-hop a su música, culminando con su cuarta victoria en los Grammy por el tempestuoso y cambiante tema instrumental «Plan B».

NUEVA DÉCADA, NUEVO SIGLO. En el siglo XXI Beck lanzó pocos álbumes, pero comenzó a asentarse en su papel de leyenda viviente y elogiada influencia, actuando con artistas como Kelly Clarkson y Joss Stone. Vivió en su propiedad de East Sussex desde 1976 y se casó con su segunda esposa, Sandra Cash, en 2005. En 2010 volvió a lo suyo, rindiendo homenaje a Les Paul en el álbum en vivo «Rock’n’ Roll Party (Honoring Les Paul)», grabado junto a Imelda May y su banda. Realizó numerosas giras en la década siguiente, incluida una en la que co-encabezó el cartel con Brian Wilson de los Beach Boys. El dúo tenía el anhelo de grabar juntos, pero esos planes se desmoronaron. Beck terminó haciéndose amigo del actor Johnny Depp, con quien lanzó un larga duración titulado «18», lanzado en julio de 2022: este trabajo incluía canciones originales escritas por Depp y covers de Marvin Gaye, The Velvet Underground y otros artistas y grupos clásicos.

LA MAGIA DEL SONIDO. A lo largo de su carrera, Beck se convirtió en uno de los guitarristas más innovadores e influyentes de todos los tiempos, incorporando elementos de blues y jazz en su forma de tocar y desarrollando un estilo característico y definido, con el cual podía machacar y rockear a su antojo. «Tengo una fascinación con el sonido musical y lo que me provoca», dijo a Classic Rock. «En un minuto estoy enojado por alguna porquería nueva, luego estoy llorando a mares con Christine Johnson cantando ‘You’ll Never Walk Alone’… ¿Por qué me sucede eso? ¿Por qué me entusiasman tanto ‘Nessun Dorma’ o ‘Pavane’ de Ravel? ¿Y la Quinta de Mahler? Lo divertido para un músico como yo es que puedo ir a donde quiera. Puedo tocar a Puccini; no estoy atado a una fórmula de rock. La gente no puede esperar que yo sea como Led Zep 2,3,4. No hago eso. No es gratificante. No voy a estar en el mark 20 de Guns N’Roses». Para sus fans, y para sí mismo, Beck estaba tan profundamente identificado con su guitarra -particularmente con la Fender Stratocaste- que parecía inseparable de ella: “Mi Stratocaster es otro brazo”, le dijo a Music Radar. “Me soldé a ella. O se me soldó, lo uno o lo otro”. Y agregó: “Es una herramienta de gran inspiración y tortura al mismo tiempo. Siempre está ahí sentada, desafiándote a encontrar algo más en ella. Parece que no, pero está ahí si lo buscás en serio”.

UN JUGADOR POLIFUNCIONAL CON EL PASE EN SU PODER. Su talento, por fortuna, tuvo el debido reconocimiento y no solo por parte del público, los medios y sus colegas: Beck ganó ocho premios Grammy: siete por Mejor interpretación instrumental de rock y uno por el cover de 2010 de «Imagine» de John Lennon, grabada junto a Pink, Seal, India Arie, Konono N°1 y Oumou Sangare. También fue incluido en el Salón de la Fama del Rock and Roll dos veces: como miembro de los Yardbirds en 1992 y como solista en 2009. También fue colaborador serial, tocando en temas de Stevie Wonder, Rod Stewart, Tina Turner, Diana Ross, Mick Jagger, Duff McKagan, ZZ Top, Joe Cocker, Pretenders y Brian May, por nombrar solo algunos, y recientemente apareció en el álbum «Patient Number 9″ de Ozzy Osbourne, tocando en dos pistas… Pero a pesar de ser un músico de referencia para lo bueno y lo mejor del rock, Beck nunca se unió a otro grupo. No fue por falta de oportunidad. «No soy de ofrecerme a las bandas, de veras», nos dijo. «Pink Floyd me quería, pero no tuvieron el coraje de preguntarme. También me quisieron los Rolling Stones (N. cuando buscaban reemplazar a Mick Taylor, quien renunció en el ’74). Les dije que no hacía audiciones. Y no habría encajado. Nunca me arrepiento de nada».

TRIBUTOS, HOMENAJES Y DESPEDIDAS. Como es habitual en estos casos, comenzaron a llegar tributos de amistades, colegas, allegados y afines que idolatraban al virtuoso de la guitarra. Beck era, por supuesto, muy respetado como «el guitarrista del guitarrista», un auténtico genio de la técnica que nunca necesitó apoyarse en un cantante y siempre supo brillar con luz propia. Entre quienes lo lloraron en las redes sociales están sus ex compañeros de banda Jimmy Page, Ronnie Wood y Rod Stewart, así como una gran cantidad de otros íconos del rock clásico. “Ahora que Jeff se ha ido, siento que uno de mis hermanos ha dejado este mundo y lo voy a extrañar mucho”, escribió Wood. “Estoy enviando mis condolencias a Sandra, su familia y todos los que lo amaban. Quiero agradecerle todos nuestros primeros días juntos en el Jeff Beck Group, conquistando América”. Por su parte, The Edge de U2 lo considera “uno de los guitarristas más inventivos de todos los tiempos” y lo describió como el “punk rock antes de que existiera el punk”… justamente, lo llamativo (y conmovedor) de todos los saludos, recordatorios y homenajes es que el cariño y el reconocimiento hacia Beck proviene de artistas sin distinción de estilo, género, sexo, popularidad o nacionalidad. Mientras los invitamos a darle un vistazo a todos estos mensajes, finalizamos diciendo que quienes hacemos MADHOUSE lamentamos profundamente la desaparición física de esta verdadera leyenda y como es habitual, les dejamos la invitación a recordarlo como suponemos a Beck más le hubiera gustado: con su música. QEPD

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