PACIENTE: «THE ROADSIDE EP» – BILLY IDOL (Darkhorse Records, 2021)

HISTORIA CLÍNICA: Fueron siete largos años; muchos a esta altura del partido, sobre todo para un artista que ya no es un pibe. Siete largos años han pasado desde aquel octubre de 2014 que parecía haber escrito definitivamente el epitafio en la tumba de William Michael Albert Broad, alias Billy Idol. A los pocos días, de hecho, salieron en secuencia primero el controvertido “Kings And Queens Of The Underground”, resultado de una extraña unión con Trevor Horn (The Buggles, Yes, Art Of Noise), luego una autobiografía hiper best seller con el título emblemático «Dancing With Myself», que de modo ideal cerró el círculo de ese extraordinario ballet cyberpunk que había sido su carrera artística. Tal vez todo pudo haber terminado ahí: sin embargo, Billy Idol está de vuelta con«The Roadside EP», el decimoséptimo grito del rebelde de Stanmore y el segundo EP de su carrera, después de ese «Don’t Stop» que en 1981 marcara su fulminante debut como solista, poco después de abrirse de Generation X.

Hablamos entonces de cuatro temas de hoy, hechos a la manera de otrora, que bastan para un flashback convincente, crudo y primitivo: esta vez en la dirección, sin embargo, está Butch Walker (conocido por su laburo con Weezer y Green Day) aunque su ladero sigue siendo -ni hace falta mencionarlo- el fiel escudero Steve Steven , compañero de mil batallas dentro y fuera del escenario. El single de lanzamiento «Bitter Taste» fue escrito por ambos junto con Tommy English y Joe Janiak, y su letra se basa en el accidente de motocicleta del 6 de febrero de 1990 que casi le cuesta una pierna al platinado cantante. Aquella noche Idol salió de los estudios de grabación en su moto, corriendo (por no decir volando) a toda velocidad por las calles de Hollywood en su potente Harley Davidson hasta llegar a la intersección de Gordon Avenue y Fountain Avenue: no se percató del cartel de «alto» y un coche lo atropelló. Llevado al hospital, se le aplicó una placa de acero en la cadera para evitar la amputación, por lo que estuvo postrado durante casi doce meses y se vio obligado a rechazar el papel de T-1000 en «Terminator 2» que le ofreciera el realizador James Cameron… Fue un momento que lo marcó para siempre (y que pudo haber sido muchísimo peor), por eso su letra se encuentra entre las más reflexivas y maduras de su repertorio: «Durante la pandemia todos tuvimos mucho tiempo para reflexionar», declaró el inoxidable Billy, hoy de 65 años, “así que me pareció natural volver a lo que había pasado, quizás porque en ese ‘road side’ dejé el ímpetu de la juventud y encontré una mayor sensibilidad como autor, así también como padre. Fue un momento feo pero no necesariamente negativo, casi una catarsis y una alarma”. En las estrofas y en la guitarra domina una acústica sensual y oscura, que recuerda tanto al Chris Isaak de «Wicked Game», como a Johnny Cash y al Depeche Mode más fatalista de «Broken», antes de un estribillo melancólico y mágicamente pegadizo, que una vez escuchado casi no se puede desprender de la cabeza.

¿Y el resto del disco? El «Roadside EP» es distribuido por el sello Dark Horse Records, actualmente administrado por Dhani Harrison (hijo del ex Beatle George que lo fundó en 1974) y David Zonshine. La primera pista contiene una dedicatoria especial a uno de los más seductores iconos en la historia del cine: se llama «Rita Hayworth» y es otro himno fuerte, con estribillo de estadio, referencias de sus bandas preferidas cuando adolescente (Marc Bolan, Sweet, Gary Glitter), letra inspirada en el movimiento #metoo y el mismo desenfrenado ritmo iggypopero que se puede encontrar en «U Don’t Have To Kiss Me Like That», ambos temas enriquecidos con teclados electropsicóticos onda «Real Wild Child». Finalmente, la sofisticada power ballad “Baby Put Your Clothes Back On”, pone el sello a un regreso realmente bien orquestado (sin juego de palabras). De alguien que vivió y protagonizó el mítico punk londinense de McLaren y los Sex Pistols, que escribió al menos dos de los singles más importantes de los ochenta entretejiendo las tendencias más representativas de la época («Eyes Without A Face» y «Dancing With Myself», vamos) para luego entregarse a un rock clásico a veces convincente, otras no tanto, intercalando su música con cameos de cine y televisión (en la película «The Doors» de Oliver Stone y en el reality show «The Real Housewives Of Beverly Hills») no se podía pedir más.

DIAGNÓSTICO. Siete años, nada menos. La espera ha terminado, lástima que solamente en formato miniBilly; mientras esperamos un nuevo largometraje, vale la pena tomarse el tiempo para disfrutar de un saque este “Roadside EP” y “Bitter Taste”, que sin duda es candidato a ser uno de los mejores temas del año, con un estribillo que te hace erizar la piel: “Hello, goodbye/ There’s a million ways to die/ should have left me way back on the roadside” («Hola, adiós / Hay un millón de formas de morir / Debería haberme dejado atrás al borde de la carretera»)… Sin duda hay millones de formas de morir: por ahora, Billy Idol ha elegido la única para renacer.

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