Demolition 23 de Demolition 23, CD chez louviers - Ref:117450117

Demolition 23 – «Demolition 23» (1994, Music For Nations / 2022, Wicked Cool Records)

«¿Che, escuchaste el disco de Demolition 23?» Pregunta que resonaba allá por los 90 y que junto a la falta de información imperante en la época nos hacía abrir los ojos y parar la oreja en busca de la mayor referencia posible para justificar el hallazgo. Miguel Mora, en la vieja Revista Madhouse, tenía una sección llamada “Los de Arriba y los de Abajo”  donde exorcizaba sus demonios recomendando bandas o proyectos ignotos que llamaban la atención de los lectores al menos para sentirse parte de algo o por el simple hecho de llevar la primicia a otros cofrades menos informados. Menudas sugerencias tales como The Wildhearts o Manic Street Preachers donde el viejo Miguel encontró un fanatismo del cual muchos de nosotros mamaríamos y tras veintipico de años no podemos más que seguir agradeciéndole. Así fue como un día el plato principal recayó en el nuevo proyecto de Michael Monroe y su séquito de viejos/nuevos integrantes. Nombres del calibre de Sami Yaffa y Nasty Suicide sumados a una estética más rocker que glam hacían prestar, como mínimo, cierta curiosidad. Descartada quedaba la calidad de Monroe y Yaffa en Hanoi Rocks como para apostar unos porotos al proyecto que completaron Jay Hening y Jimmy Clark en guitarra y batería.

Tras sus primeros pasos como solista con el genial “Not Fakin´it” y Jerusalem Slim -el malogrado proyecto junto al guitarrista Steve Stevens-, Monroe se dedicó a zapar en bares con amigos y un desfile de estrellas que pasaban a dejar su impronta en esa suerte de karaoke deluxe. Allí sonaban versiones de sus bandas y covers de sus principales influencias que no tenían tanto lugar en la banda que lo vio crecer. Mucho punk rabioso y rock and roll oscuro que se amoldaba a la perfección al registro del blondo y que apuró la idea de acoplar esa química a sus nuevas composiciones más crudas y urgentes, por lo que comenzó a buscar músicos para formar una banda que perdurara y no se disolviera después de un solo disco. Con el apoyo de Little Steven Van Zandt tras las perillas y producción, el material que la banda tenía entre manos era un diamante en bruto. Así fue como nació el disco homónimo como carta de presentación: un cóctel de actitud macarra y setentera cruza de New York Dolls y Dead Boys, pero con el bonus de sonar más pesados y modernos, con hambre de patear traseros y cerrarle la boca a cualquier detractor. ¿Qué más podemos pedir de un disco que condensa en solo diez canciones la urgencia y el descaro del punk con la pesadez del hard rock y la suciedad del sleaze?

La producción de Little Steven es soberbia. haciendo sonar a la banda actual y clásica al mismo tiempo y potenciando a Monroe a sacar a la fiera que vivía en él al punto de marcar el cambio estilístico y vocal que tendría su carrera de allí en más. Tras el comienzo demoledor con «Nothing’s Alright» y su lúcida letra, los bombazos no dan respiro: “Hammersmith Palais”, la maravillosa y sentida «The Scum Lives On», “Dysfunctional” y ese solo de armónica marca registrada de Monroe. la increíble versión de los Dead Boys «Ain’t Nothin ‘ To Do» (el disco entero está dedicado al recientemente fallecido vocalista y amigo de Monroe, Stiv Bators), la frágil «You Crucified Me», el desparpajo de “I Wanna Be Loved” de Johnny Thunders, “Endangered Species” de UK Subs y ese apoteósico tandem final con «Same Shit, Different Day» y “Deadtime Stories” (colaboración de Monroe y el mismísimo Bators) . Lo llamativo de todo este lío es que la banda logra apropiarse de los covers de tal manera que hasta parecen composiciones propias escritas para la ocasión. Punto para los Demolition.

Pero toda buena historia no siempre tiene un buen final y es un poco lo que ya conocemos: compañías que no acompañan y ediciones a cuentagotas para fanáticos y japoneses melómanos, la partida de Jay Hening y la posterior bienvenida-despedida de Nasty Suicide llevaron a que uno de los mejores discos debuts de los noventa quedara como una perla cultivada atesorada como un secreto bien cuidado y que tras casi treinta años recibe una reedición necesaria de la mano del sello Wicked Cool, propiedad del mismo Van Zandt .

¿Qué decir sobre este update? Vinilo y CD  que incluyen todas las canciones originales (con un sonido mejoradísimo) junto con tres temas en vivo. Las versiones físicas del álbum incluyen un folleto con fotos y notas de Monroe, que detalla cada canción, con notas adicionales escritas por todos los miembros vivos de la banda y nada más: la música ya habla por sí sola. Una obra que sólo admite comparación en calidad, química y fugacidad con el debut y despedida de los Neurotic Outsiders quienes, irónicamente, se formaron (¿o inspiraron?) de una manera muy similar a lo ocurrido con la banda de Monroe y compañía.

Hoy, ya peinando canas -o disimulándolas con matizador- tenemos entre manos para nuestro disfrute esta obra maestra que antiguamente circulaba en TDK regrabados y CDR´s y le refrescó el panorama a más de uno. Lo bonito de esto es que ahora podemos recomendarlo, compartirlo, y hasta escribir sobre él por fuera de las sombras con seguridad de afirmar la respuesta que dio inicio a estas líneas.

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