En 1977, Kiss estaba en el pináculo de su carrera. Lo dicho no es una apreciación antojadiza de este redactor. El 22 de junio de ese año, la reconocida Consultora Gallup reveló que según su encuesta anual, los de New York habían sido elegidos la banda más popular en USA, superando a gigantes como Zeppelin, The Eagles o Aerosmith.Llegar hasta ahí le demandó a la banda dos años, período de esplendor que curiosamente dio comienzo con otro álbum en vivo. Si “Alive”(1975) marcó el comienzo de su era dorada, “Alive II” marca el final de la misma. Relaciones personales desgastadas, excesos y varias decisiones artísticas desafortunadas harían a lo largo de los años subsiguientes que Kiss vaya perdiendo progresivamente ese lugar de privilegio, poniendo incluso en peligro la continuidad del grupo. Si el tiempo es tirano, ese registro del dios Cronos que es el almanaque también lo es, y nos indica que es hora de aniversarios y recordar ese episodio trascendental en la Kisstoria. Con las caras pintadas y las botas de plataforma bien calzadas, les proponemos desandar ese camino de ascensos y caídas en las líneas que siguen a continuación.

EL CONTEXTO. No le fue fácil a Kiss el camino a la fama. Los inicios de su carrera fueron bastante erráticos. El cuarteto enmascarado descollaba por sus pantagruélicas performances en directo, pero sus trabajos discográficos editados hasta entonces («Kiss», «Hotter Than Hell» y «Dressed To Kill«), no alcanzaban los objetivos. Básicamente, no habían tenido buenas ventas ni reflejaban de forma fidedigna el sonido del grupo. Como fue dicho más arriba, “Alive”, gracias a la sapiente mano del productor e ingeniero de sonido Eddie Kramer (con un legajo poblado por nombres pesados como Hendrix, Zeppelin, Beatles), fue la llave que les abrió la puerta del éxito. Dado el puntapié inicial a la kissmania, vinieron luego un par de años frenéticos, con giras interminables y tres clásicos en forma de vinilo (una frecuencia entre un disco y otro impensada para los tiempos que corren ) como son “Destroyer“, “Rock & Roll Over” y “Love Gun”, consolidando definitivamente el status del  grupo. Pensando en las claves de semejante impacto, es necesario volver a la mencionada encuesta de Gallup, porque mirando el asunto en perspectiva, podría decirse que no hay banda más “yanqui” que Kiss. Hay otras que seguramente la superan en millones de álbumes vendidos o en convocatoria, pero los pintarrajeados probablemente son los que mejor representan la idiosincrasia estadounidense. Si lo pensamos un poco, Kiss es una condensación de todos los elementos que conforman la cultura de masas norteamericana y su reconocida capacidad por el entretenimiento. En su imagen y sonido conviven el rock & roll, los cómics, el cine fantástico, el music hall y la mercadotecnia. Lo que pocos saben es que “Alive II” pudo no haber existido. Unos meses antes, en plena gira de presentación de “Rock & Roll Over”, el paso de Kiss por Japón fue una marcha triunfal, a tal punto que rompieron el récord de asistencia al mítico estadio Budokan alcanzado una década antes por The Beatles. Su manager Bill Aucoin vio con buenos ojos registrar dichas presentaciones para editar un álbum en vivo sólo para el mercado nipón. Eddie Kramer vuelve a ser contratado para hacerse cargo del registro de esos recitales y la placa hasta tenía el título tentativo de “Rock & Roll Party Night In Tokyo»

El «Alive II» que no fue, disponible en tu plataforma amiga

Se ve que en el vuelo de regreso a casa, el grupo y los ejecutivos de Casablanca tuvieron tiempo para pensar detenidamente el plan, y decidir que era mejor abortar el proyecto y volver al estudio para grabar material nuevo. La estrategia fue acertada: se habían guardado una carta para jugar más adelante y repetir la historia de “Alive”. Después de tres discos de estudio, lanzar un disco en vivo como síntesis de los mismos, dotando a la carrera  de Kiss de una estructura simétrica .De modo que apenas cuatro meses después del lanzamiento de “Love Gun”, Casablanca jugó el as que tenían guardado bajo la manga.”Alive II” se iba a grabar durante el “Love Gun Tour” y el encargado de producirlo sería otra vez Eddie Kramer, intentando repetir la magia lograda en “Alive”.

LA GRABACIÓN. Las fechas elegidas para  las tomas que integrarían la placa fueron las del 26, 27 y 28 de agosto de 1977 en The Forum de Los Ángeles. A la hora de poner las manos en la masa, el nuevo disco en vivo de Kiss tendría, en realidad, muchode artificio. “Cuando encaramos la realización de “Alive II” tuvimos que armar un show que en realidad nunca existió”, dice Paul Stanley en “Face the Music” su autobiografía. “No queríamos repetir temas que ya habían formado parte de nuestro primer disco en vivo (ndr: se refiere a Firehouse, Let Me Go, Rock & Roll, Black Diamond; R&R All Nite,), y realmente teníamos canciones de peso como para no hacerlo”. Para tal fin, se incluyeron en el álbum “Hard Luck Woman” y “Tomorrow And Tonight”, temas que no formaban parte del setlist de la gira. De hecho, ambas canciones fueron grabadas en las respectivas pruebas de sonido de los shows en The Forum, a las que luego se les agregó el sonido ambiente del público. Tampoco se respetó el orden de los temas de los shows. Por ese entonces la banda abría con “I Stole Your Love” sus conciertos, pero en el orden de temas de “Alive II”, pusieron a “Detroit Rock City” como tema de apertura, cuando en realidad integraba los bises. El lugar habitual de “R&R All Nite” como tema de cierre de los shows kisseros, fue ocupado por “Shout It Out Loud”.La elección de no repetir temas en un álbum doble en vivo, llevó al grupo a completar el cuarto lado de la placa con canciones nuevas en estudio. La elección no parece del todo justificada, cuando sabemos que composiciones que sí integraban el repertorio como “Take Me”, “Do You Love Me”, o “Hooligan” fueron directamente desechadas.

«Estos se la pasan haciendo payasadas en los shows y después me tengo que quedar toda la noche acá para borrar las pifiadas», parece estar pensando un abatido Eddie Kramer mientras busca consuelo apoyado sobre la consola

Para el registro de las nuevas canciones, Kiss y Kramer eligieron el Capitol Theatre, un teatro  en New Jersey, con la intención de grabar todo lo más crudo posible y de primera toma. Los conflictos internos de la banda eran cada vez más visibles y está sería una nueva oportunidad para que quedará demostrado. Debajo de las capas de Max Factor y las cuentas bancarias llenas, no todo era color de rosa en la interna kissera. La idea de armar una banda con cuatro caras reconocibles a la manera de The Beatles, tuvo sus pros y sus contras. La fama disparó los egos en el seno de la agrupación, en especial en la persona de Peter Criss, un tanto mareado por el éxito obtenido por “Beth” (el tema le permitió a Kiss acceder a las FM y le valió el Grammy a la mejor canción de 1976). Otro problema con el felino baterista era una creciente adicción a la cocaína.

«Yo me encanuto la birra en este vasito de plástico y a Paul y Gene los engrupo bien engrupidos», dice un Ace ya bastante entonado

Ace Frehley también eligió vivir el reviente rockstar como su compañero, eligiendo rociar sus jornadas de trabajo grupal con hectolitros de alcohol. Con dos workaholics como Simmons y Stanley a bordo de la misma nave, los hábitos de sus compañeros empezaron a ser motivo de roces, más aún cuando los excesos empezaron a minar el rendimiento  tras los parches de Peter, y el presentismo en el estudio de Ace, que por ese entonces tenía con sus compañeros menos onda que un renglón. The Spaceman directamente se negó a participar de la grabación de los temas nuevos, salvo en “Rocket Ride”( tema de su autoría), y hubo que convocar a un viejo conocido como Bob Kulick, hermano mayor de Bruce, para hacerse cargo de la guitarra líder. Bob estuvo a punto de ser el guitarrista original de Kiss cuando allá por 1973 , y luego de su contribución en «Alive II», sumaría otras colaboraciones con la banda ( álbum solista de Stanley del 78, el EP “Killers”)

LA TAPA. A cargo de Dennis Woloch, el histórico diseñador de los años de gloria kisseros, la portada plasmó quizás de manera inconsciente, el momento que se vivía en el cuarteto puertas adentro. Por primera vez la imagen que ilustra la misma no era una postal de la banda unida. ”Alive II” nos muestra cuatro fotos individuales de Paul, Peter Ace y Gene, que anticipaban lo que serían los discos solistas un año más tarde. De la tapa de “Alive” con la banda a pleno tocando, a estos cuatro rockstars luciendo cada uno su ego personal, hay una gran distancia. Simmons siempre fue el miembro de Kiss más llamativo visualmente, pero en la tapa de “Alive II” le hace honor al título de una de sus canciones de «Love Gun», luciendo «casi humano».

«Mientras le arruino la primicia de fotografiarme sin maquillaje al paparazzi, meto el chivo del disco, que tenemos que facturar»(piensa Gene, el Rey del Marketing)

Pero si de grados de pregnancia hablamos, la tapa del álbum quedó opacada por la foto interior del disco, que muestra a la banda montada en sendos elevadores hidráulicos con toda la parafernalia de luces, llamas, explosiones y humo de fondo. En ese aspecto, debemos retomar el concepto de artificio mencionado antes. “La foto interna del disco no refleja del todo la realidad. Estábamos en la prueba de sonido en el Sports Arena de San Diego, cuando decidimos hacer unas fotos con todos los efectos visuales activados a la vez”, cuenta Stanley. “Nunca en nuestros shows usábamos todo nuestro arsenal pirotécnico al mismo tiempo. Para acentuar lo grandilocuente de la escena, hay unas llamaradas altísimas muy cerca nuestro, que en realidad fueron un fotomontaje. Nunca podríamos haber hecho algo así sobre el escenario sin poner en riesgo nuestra integridad física». La edición estadounidense del disco traía los consabidos regalitos que Kiss solía incluir en sus lanzamientos. En este caso, las copias venían con un booklet que narraba en imágenes la historia de la banda (“The Evolution of Kiss”) y un kit de tatuajes temporarios( un tanto truchos por cierto)

Arriba la toma original, abajo la foto editada y con montaje que terminó ilustrando el interior de la tapa doble de «Alive II»

EL CONTENIDO. Dentro del repertorio de “Alive II” hay temas que salen ganando con respecto a su versión en estudio, mientras otros pierden en la comparación con aquellas. “Makin Love “(una reescritura stanleyniana del riff de “Whole Lotta Love”, de Zeppelin), es una trompada al mentón, con una muy sólida base a cargo de Gene y un punteo de Ace que pone los pelos de punta. Otra canción que sale favorecida es “Shock Me”, con un breve fragmento agregado para la ocasión y que sirve de antesala al solo de Frehley portando su Gibson Les Paul humeante. ”Hard Luck Woman” en versión eléctrica pierde algo de la calidez acústica de la original. En vivo, «Calling Dr. Love» no transmite el tono lascivo que alcanza Gene en «Rock & Roll Over». Los temas que más alteraciones sufrieron son los de “Destroyer”, lo que es en definitiva bastante lógico. Imposibilitado el cuarteto de recrear en directo los arreglos orquestales pensados por Bob Ezrin, los temas que forman parte de ese álbum suenan mucho más crudos, como probablemente hubieran sonado si en una realidad paralela el productor de “Destroyer” hubiese sido el mismísimo Kramer en lugar de Ezrin.

Donde este rasgo se hace más notorio es en la acelerada versión de “God of Thunder”(con un aburrido solo de Criss incluido), y una aguerrida versión de “Shout it Out Loud”, sin el cuidado trabajo de voces ni los agregados de piano de la original. Un tema aparte es el último lado en estudio. El que mayores aportes hizo para el mismo fue Gene Simmons, con dos temas. “Rockin in the USA” es hiper rocanrolera, mientras que “Larger That Life” tiene una onda que recuerda al Zeppelin más pesado. Paul Stanley contribuyó con “All American Man”, canción que quedó afuera de “Rock & Roll Over”, con un gran trabajo de Bob Kulick en guitarra. Como ya fue dicho, Frehley pegó el faltazo a las sesiones de grabación, yendo exclusivamente para grabar “Rocket Ride”, tema de su autoría y en el que se hace cargo de todas las guitarras y el bajo. Estando faltos material, para cerrar el álbum, la banda decidió hacer un cover. La primera elección fue reversionar “Jailhouse Rock”, pero la reciente muerte de Elvis Presley los hizo cambiar de planes. Finalmente el tema elegido fue “Anyway you Want It”, de los Dave Clark Five (en los 90s, curiosamente The Ramones haría su propia versión en estudio del tema como bonus track en su placa en directo «Greatest Hits Live”), dándole un descanso a Kulick y con Stanley a cargo de las guitarras.

EL LEGADO. «Alive II» la tenía difícil siendo la saga del primer «Alive» , obligado a competir con su sombra. Su antecesor, además de ser el título consagratorio para Kiss, sigue siendo considerado hoy en día uno de los mejores álbumes en vivo en la historia del rock. Editado el 14 de octubre de 1977, el lanzamiento fue un éxito como todo lo que tuviera impreso el logo de la banda por aquel entonces. Rápidamente trepó al puesto 7 de Billboard, siendo certificado platino. Luego vendría una nueva gira promocionando el disco, tras la cual la banda entraría en un parate. A instancias de BIll Aucoin, y como una forma de aliviar las tensiones dentro del grupo, cada miembro de Kiss se dedicaría en aquel 1978 a grabar su álbum solista. Un año más tarde, «Dinasty» los volvería a reunir, pero ya nada volvería a ser lo mismo. Con una imagen y sonido orientados a conquistar nuevas audiencias, una considerable parte de la Kiss Army no les perdonaría la «traición», y el grupo empezaría a ver su popularidad en descenso. La época de mayor esplendor de Kiss había terminado, y «Alive II» se convertiría en su último capítulo.

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