KISS EN EL CAMPO ARGENTINO DE POLO, BUENOS AIRES, 23/04/2022
(Por Evelyn Marzoa y Marcelo Gobello – exclusivo para MADHOUSE) Se sentía en el aire que se trataba de una noche especial. Flotaba en el colmado campo de Polo de Palermo mucha anticipada emoción ante el nuevo y muy seguramente último encuentro con estos viejos amigos de la vida de la gran mayoría de los asistentes. Mucho rock clásico en los parlantes durante la espera -más la presencia estelar de Arde La Sangre, un correcto grupo soporte que no tenía absolutamente nada que ver en lo estilístico pero que no desentonó y fue bien recibido por el respetable- que despertaba el brillo en los ojos de la gran mayoría que sabía muy bien de que se trataba lo esperado. Porque Kiss es un grupo que divide las aguas entre los que entienden y aprecian la esencia misma del rock & roll y la de aquellos «superados» que en su total ignorancia y falta de sensibilidad rockera los miran desde una supuesta superioridad condescendiente y hablan de «circo», «fiesta de disfraces» o «fórmulas repetidas»…
Como bien señaló hace unos años el guitarrista Tom Morello al presentar al grupo cuando finalmente (se impusieron por cansancio, ante la enorme presión de los fans) fue introducido en el Rock & Roll Hall Of Fame, “Kiss nunca fue la banda de los críticos, es la banda de la gente”. Y la gente siempre estuvo con ellos, siempre, en las buenas y en las malas, porque ellos, más allá de errores o aciertos, de discos buenos o “masomenos”, nunca defraudaron a su público, a sus seguidores, a su fiel Kiss Army. Por eso el rugido de atención que envolvió al estadio cuando de repente, pasado un minuto de las 21:30, el escudo de -precisamente- “el Ejercito de Kiss” copó las pantallas y por los parlantes comenzó a bramar la batería del querido Bonzo Bonham marcando el icónico inicio del tema “Rock & Roll” de Led Zeppelin (toda una declaración de principios) como grito de guerra y de anticipo al show que ya se iniciaba.
EL BESO ETERNO. Desde el escenario hacia el estadio repleto, se transmitió una energía tan ardiente como el fuego que se emanaba al ritmo de cada canción; quién sabe si el incentivo de ser el “último show” tuviera que ver pero Paul Stanley, con sus 70 años, demostró una vitalidad y un rock and roll que nos remontaba permanentemente a los fervientes y jóvenes Kiss de los comienzos. Estuvieron todos sus actos y la edad no los limitó para hacer absolutamente nada: Gene Simmons (72 años) se empapó de sangre y escupió fuego desde una espada, Tommy Thayer (61 años) hizo sus destacados solos con la guitarra y la hacía “disparar” hacia el cielo mientras relucía su metalizado rostro hacia los espectadores, Eric Singer (63 años) demostró no haber perdido ninguna de sus habilidades, tanto en la percusión como al entonar las románticas baladas kisseras, mientras Paul volaba por encima del público subido a una tirolesa y con sus clásicas plataformas de 19 centímetros… Kiss nunca defrauda: siempre entregó todo desde un escenario, y esta vez se esmeraron más que nunca, apoyados en su inefable “show” y espectáculo pero sobre la base (algo que parecen olvidar o ignorar los críticos desdeñosos) de un cancionero espectacular. Porque no hay que olvidar que han creado un corpus de canciones excelentes, verdaderos clásicos de la historia del rock en una cantidad apabullante. No por nada también tienen de fans a gente como el premio Nobel de Literatura Bob Dylan, ¡con el que escribieron un par de temas inclusive!
EL BESO DEL PUEBLO. La respuesta del público a todo lo que surgía del escenario y de los parlantes fue inmediata: llantos, gritos, coros, saltos y sonrisas, en una multitud que abarcaba desde niños a ancianos, una muestra total de entrega y afecto mutuo, entre los fans y los mismísimos miembros de Kiss que no paraban de halagar al público argentino, destacando que son el público «número uno» (en castellano) de Latinoamérica, acompañado de un ineludible “I love you Buenos Aires”; un cariño que se vio reflejado también fuera del escenario, cuando Paul atendió a sus fans fuera del hotel Four Seasons, dando autógrafos y tomándose fotos, al igual que Gene donde incluso pudimos verlo tomándose una foto con los policías que lo escoltaban. Se vio reflejada la tierna humanidad y el amor que los cuatro músicos llevan detrás de sus siniestros y quizá monstruosos trajes que tanto los caracterizan, tanto que hasta parecía hacerlos replantear su despedida al mismo tiempo que demostraban estar en óptimas condiciones a pesar de sus declaraciones recientes. Pero pareciera ser que esa es la idea: según recientes declaraciones de Gene, quieren despedirse mientras aun estén óptimos: “Nos estamos despidiendo en nuestra gira final con nuestro show más grande y saldremos de la misma manera en que entramos… Sin pedir disculpas e imparables”.
EL ¿ÚLTIMO? BESO. ¿Fue realmente una despedida? Sobre el escenario no hubo ningún indicio de ello; más allá de los comentarios de prensa precedentes y el propio título de la gira –End Of The Road Tour– no hubo referencia o evidencia explicita alguna de ninguno de los dos lados del escenario. Pero si realmente esa noche fue el final de los conciertos en directo de la banda para Argentina, no pudo haber sido de una manera más perfecta e inolvidable, con la rúbrica de un gran beso final, esos especiales, llenos de pasión y amor a la vez que sellan una relación perfecta y eterna. Un beso lascivo y caliente, pero sentido y sincero. ¡Un verdadero beso de rock’n’roll!
Fotos (en la portada y donde se indica): gentileza Andrés Violante
PLAYLIST
Rock and Roll (Led Zeppelin – previa)
Detroit Rock City
Shout It Out Loud
Deuce
War Machine
Heaven’s on Fire
I Love It Loud (Gene escupe fuego)
Say Yeah
Cold Gin (Solo de guitarra)
Lick It Up (con interludio de «Won’t Get Fooled Again» de The Who)
Calling Dr. Love
Tears Are Falling
Psycho Circus (Parcial + solo de batería)
100,000 Years (Parcial, la parte final solamente)
(Solo de bajo) God of Thunder
Love Gun
I Was Made For Lovin’ You
Black Diamond
BIS
Beth
Do You Love Me
Rock and Roll All Nite
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