PACIENTE: LA RENGA – “Alejado De La Red” (Independiente 2022)
Un disco que se empezó a grabar en 2019 y terminó de editarse en 2022 muestra a La Renga pasando desde el rock pesado al rock psicodélico sin perder su esencia.
HISTORIA CLÍNICA: Después de 33 años de trayectoria La Renga tiene varias certezas: una formación con casi nula movilidad con Tete en bajo, Tanque en batería Chizzo en guitarra y voz a quienes se les suma ocasionalmente Manu en armónica, saxo y teclados, diez discos en estudio y la convicción de que la autogestión es la única manera de entender la música y la propia existencia.
Estas certezas tal vez se puedan sintetizar en la frase “Los mismos de siempre” que a su vez pregona una impronta rockera-motoquera que tiene una virtud que tal vez solo Pappo logró alcanzar pero con menor grado de popularidad y de corte de tickets. En un show de La Renga se puede ver fanáticos acérrimos del grupo pero también remeras de los redondos, los Piojos, de grupos de rock barrial y de bandas heavies. El tiempo le ha dado a la banda cierta credibilidad y legitimidad infrecuentes. Mientras los discos eran más pesados (la banda afiló y engordó su sonido a lo largo del tiempo) el público fue creciendo y acompañando a una banda que jamás necesito del mainstream para potenciar o masificar su propuesta, más allá de que hoy acepten ser entrevistados por algunos medios masivos.
En este contexto “Alejado De La Red” es un disco que busca mostrar la versión más cruda y artesanal de la banda. Desde el arte de tapa (un raro collage psicodélico que no termina de tener sentido más allá de las referencias a las canciones), pasando por el sonido del disco (muy cercano al concepto de zapada o sala de ensayo) y en las canciones que al menos esta vez han dejado del lado los arreglos para privilegiar las melodía simples, confiando que de alguna manera la potencia del trío sostiene a las canciones.
El resultado es dispar principalmente porque a lo largo del disco faltan esas canciones como “Hablando De La Libertad”, “El Final Es Donde Partí” o más acá “Panic Show” u “Oscuro Diamante” que tienen ese gancho instantáneo que las hace recordables, algo no menor para una banda que suele sumar permanentemente nuevas canciones a su set para que permanezcan de forma estable.
Editado como vinilo y en USB (este último contiene una caja que sirve de soporte) y con videoclips para todas las canciones, además de llamar la atención que no sea editado en cd; la sensación es que la banda pensó el disco en una división de Lado A y Lado B, mostrando las dos caras que hoy la definen. El primer lado que incluye las primera cuatro canciones, muestra la versión más rápida y furiosa de la banda dejando un par de consignas que muestran tanto su impronta rockera como política. De esta manera “Parece un caso perdido” es la típica canción que a esta altura es marca registrada de la banda tanto desde lo musical gracias a un riff que marca el pulso; como desde lo lirico con esa cosa de estar al costado del mundo ¿o alejado de la red? para cantar “Y el mundo está enloquecido no ves/ Parece un caso perdido ya sé/ Y cada vez que respiro me ves/ Estoy diciendo que sigo de pie otra vez”.
“Buena Pipa” y “Flecha Clave” comparten algo de la sonoridad y difieren en la temática con la idea de mostrar la manera que tiene el grupo de entender el rock y el blues pesado. Mientras la primera propone una crítica al poder político (¿Al Macrismo?) cantando “Presidiario de un sueño anémico/ Y sin ya nada te quieren dejar/ Para ser el mendigo de tu alma/ Y de tu dignidad”; la segunda es de esas canciones en las que el grupo le habla a los que escuchan su música con palabras de aliento y aguante “Te voy a desear buena suerte para los días de hoy/ y para que puedas llegar/ Me alegra verte en la revelación que espera poderte encontrar” se repite como mantra en la canción mientras comienzan a sonar los vientos que lamentablemente quedan algo opacados por la crudeza de la producción.
“Elefantes Pogueando” es el cierre del lado A del disco con un guiño al segundo lado. A pesar de que su formato musical propone un rock bien cuadrado, desde lo lírico es un alucinado viaje psicodélico, algo que toma forma en la segunda parte de la placa.
No es casual que “Llegó La Hora” se encuentre exactamente en el punto medio del disco. Con una lírica de crítica política “La vida que ahorraste igual para morir / Es la que robaste para tu gran festín / Todo en la ruina y vos con el botín / llegó la hora de ponerle fin”, desde lo musical es una canción que suena pesada y rabiosa (casi heavy) y funciona de contraste con la última parte del disco, donde la búsqueda se enfoca en otros horizontes.
“En Bicicleta” es un homenaje a Albert Hofmann (inventor del LSD) y a los referentes psicodélicos, en especial de Chizzo, lo que convierte a la canción en un interesante experimento con sintetizadores y sonidos espaciales. “El que me lleva” parece ser un mal viaje en donde la banda propone una atmósfera deforme y se deja llevar por la estrofa “Sigue buscando, sigue intentando/ hurga en la noche tras de ti” que impregna todo de oscuridad. “Para que yo pueda ver” refiere casi explícitamente a Santiago Maldonado (“Cuando cruces por el río aquel, no verás agua sino sangre fluyendo/ nunca callarán la voz que a la verdad la fue a rescatar del miedo”) algo no casual si tenemos en cuenta que la lucha revolucionaria de Che Guevara siempre fue una referencia para el grupo. Con un sonido y una afinación casi stoner (afinación baja y bajo al frente), la canción suena pesada, convincente y es uno de los grandes momentos del disco.
“Alejado De La Red” es otro de los buenos momentos del disco y se transforma en todo un manifiesto para el grupo. “Yo te invito a nadar alejado de la red/ sentir que puedo flotar donde no vienen por mí”, relata en el momento más calmo del disco en un interesante paisaje calmo y psicodélico que deja un poco de lado la electricidad y la distorsión.
DIAGNÓSTICO: “Alejado…” es un disco en el que La Renga vuelve a plantar bandera con su impronta. Más allá de que falten aquellas canciones que pueden ser hits instantáneos, los de Mataderos siguen siendo una referencia ineludible del rock pesado local en diálogo permanente con ellos mismos. Al igual que su amado Neil Young parecen ser inclaudicables y eso no es poco en los tiempos que vivimos. Eso los aleja de la red y los acerca a un montón de personas que creen en lo mismo. No es poco.
Escribo, colaboro, edito y pienso para distintas publicaciones culturales orientadas a lo musical desde hace más de diez años. Soy comunicador, docente y Floydiano. Amo la literatura tanto como la música.
