TODOS TUS MUERTOS, TEATRO VORTERIX, 08/03/2025

La banda de Fidel Nadal festejó sus 4 décadas de vida (sónica) dando un show que dejó varias aristas para tocar. Si no queres ser policía (yo no), pasá y leé todo lo que dejó una noche agitada en Lacroze y Álvarez Thomas.

La banda que supo erigirse como una de las más representativas del punk nihilista de los 80s está en su cuarta década, y sabemos que no es fácil estar dentro del ambiente de la música durante tanto tiempo. Contradicciones, cambios, incoherencias, son pasos en falso que la mayoría de las bandas suelen dar. En el caso de los Muertos, podríamos decir que hoy en día es una banda que se dedica a conmemorar sus años de gloria. Tengamos en cuenta que el último disco oficial del grupo («Crisis Mundial«) es de hace 15 años, y el último que grabó Fidel con ellos («El Camino Real») está cerca de cumplir 30 años. Y esta formación toca hace más de 10 años, por eso extraña que no haya material nuevo.

Pero vayamos a lo que fue el show del sábado 8 de marzo en el elegante Teatro Vorterix. Anunciado como el show del festejo de sus 40 años, salieron a prender fuego todo con ese temazo que cerraba su ópera prima, estamos hablando de “Tango Traidor”. Lo extraño es que la mayoría de la gente se quedó inmóvil cuando empezó a sonar semejante clásico, y sólo los que estaban en el medio del pogo dieron síntomas de vida. Puedo asegurar que si en los 90s TTM abría un show con “Tango Traidor”, no quedaba nadie en pie…

Enganchado, salió aquél punk acelerado que dio título al disco homónimo: “Dale Aborigen”, con Fidel haciendo las voces de Manu Chao del “Sueño de Solentiname”. El verdadero jolgorio empezó cuando el bajo de Félix Gutiérrez dio inicio a “Mate”, llevándonos de viaje a los álgidos 90s. Y si encima le enganchas “No Te La vas a Acabar”, más fiesta asegurada.

Latinamente, la cosa siguió con la versión punk de “Guantanamera” (claro, con “Hijo Nuestro” en su parte acelerada). Y aunque muchos esperábamos el enganche con “Lehembiziko Bala” de Negú Gorriak, nos quedamos con las ganas.

Desde «Nena de Hiroshima«, el tema que abría el disco: “Incomunicado”. El que parecía que estaba super comunicado era Fidel, que no paró de hablar durante todo el show, preguntando a cada rato si la gente estaba cansada o si querían seguir, Y la respuesta era afirmativa, todos queríamos más de TTM.

Uno de los temas que mejor le quedan a esta encarnación del grupo es el homenaje a Nelson Mandela, ya que parecen estar más volcados al reggae y al dub que a la parte hardcore punk que tanto le gustaba a Gamexane Villafañe (sí, todos de pie). “Mandela” es dub puro y duro, con los graves de Félix llegando como una trompada en el pecho.

Pero, ¿cómo no volver a tener 15 años cuando los Muertos tocan esa oda a Edgar Allan Poe que es “El Féretro”? No hay mejor manera para abrir un disco tan oscuro y violento como el primero que con esa canción. Y si hablamos de aquellos años de gloria dark, ¿quién mejor que el mismísimo Sergio Rotman como invitado? Y sí, si él es quien tocaba el saxo en aquella primera grabación de TTM en el Parakultural, inmortalizada como «Noches Agitadas en el Cementerio» Con Sergio, la banda versionó dos verdaderos incunables de esos tiempos: “El Espejo” y “Gente Que No ” (tremendos himnos de Jorge Serrano).

Pero siempre hay un pelo en la sopa, y en este caso es que cuando la banda acelera y tiene que ponerse inflamable para versionar canciones como “Demasiado Revueltos”, realmente parece no dar la talla. Se extraña la precisión y el ensamble de otras formaciones de TTM, y la pasión descarnada que destilaban. A veces (y duele decirlo), parece que estuviéramos ante un grupo que hace covers de los Muertos y no ante la banda que compuso discos y canciones fundamentales de la música contracultural de este bendito país.

“Fallas” sonó en su versión «Nena de Hiroshima«, arrastrada y letárgica, no como en la original ochentosa. “Sé que no” también en versión inicios de los 90s, con todo el mundo (ahora sí) bailando. Y más baile hubo cuando metieron “Andate”, aunque no esté ya el Dronkit Master Pablito Molina, a quien le dedicaron unas sentidas palabras.

Se iba acercando el final, y quedaba bastante de lo mejor de la noche: “Trece” en versión RATM, con el guitarrista haciendo ruidismo (?) a lo Tom Morello. Realmente es incandescente este tema en sus manos. Cuando sonó la intro de “Adelita”, ya sabíamos que se venía el pandemónium. Y así fue: todo voló por los aires.

Nos quedamos todos con ganas de más: no hubo palabras referidas a los 40 años, no hubo ni siquiera un bis (se fueron y no volvieron), no hubo temas que sorprendieran… digamos que fue un show común de los Muertos, aunque siendo una banda que siempre hizo lo que quiso, ¿para qué más? Era más que suficiente con esta punky reggae party.

          

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