CADENA PERPETUA, ESTADIO OBRAS SANITARIAS, SÁBADO 14/12/2024

La icónica banda oriunda de… no, olvidate de los lugares comunes: CP se ganó a pulmón un lugar dentro de la música nacional, sin concesiones excesivas ni amiguismos. Haber tocado en el estadio Obras una vez más, es sólo una excusa para revalidar su título de «grupo de amigos» que, entre el amateurismo y la profesionalidad, hacen lo que les sale de los cojones. Y para reencontrarse con su gente, sus seguidores que los han posicionado en un lugar de privilegio. Si estuviste el sábado en el show, entendes de lo que hablamos. Sabemos bien que nadie da todo por nada, y aquí te contamos todo lo que dio Cadena para no caer en la trampa y seguir disfrutando su libertad (que es más, mucho más que una palabra).

CON EL PUNK A PERPETUIDAD. Hay bandas que, a través del tiempo, han dejado un hito o una enseñanza en su devenir histórico. Podemos citar en caso de Ramones, quienes nos hicieron entender que, a priori, no se necesita ser un músico eximio para agarrar un instrumento y contar historias de más o menos de 2 minutos de duración. O también los Dead Kennedys, que a través del carismático Jello Biafra, nos dieron una lección de cómo comprometerse activamente en política sin perder credibilidad ni furia en el intento.

En el caso de Cadena Perpetua, cuyos integrantes sin duda alguna crecieron escuchando tanto a Ramones como a Dead Kennedys, encontramos una indeclinable voluntad de mantenerse firmes a un DIY que mezcla profesionalismo y amateurismo en partes iguales. La banda prescinde de una multinacional que financie sus discos, o de una empresa que banque cada una de sus movidas, ni necesitan gestos demagógicos o ser parte de festivales multitudinarios. Los pasos que dan, lentos pero seguros, están bancados por un selecto grupo de amigos que ofician de managers, plomos (“stage” se dice ahora), gente que los ayuda a seguir en pie en esta idea que ya lleva incólume más de 3 décadas.   

La voluntad de Cadena los lleva a no depender de nadie, a ser sus propios jefes (con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva), pero eso los hace una banda completamente creíble y querible. La enseñanza que lleva implícita la carrera de estos 3 antihéroes del punk rock es que se puede llegar a jugar en primera sin necesidad de vender el alma para lograrlo. Se puede ser una banda de barrio, un grupo de amigos, ser independientes y aun así poder girar por el país y el extranjero, se puede llenar el Luna Park, Obras Sanitarias, o donde sea que toquen con el corazón como nervio motor.

UNA ETERNA CELEBRACIÓN. El grupo puede pasar largas noches sin editar un nuevo trabajo de estudio y aun así no hay una merma en la convocatoria de su público, que cada vez es más entusiasta y fervoroso. ¿Conoces a otra banda que no edite un disco nuevo desde 2010 y que pueda llenar Obras así como así? Catorce años es una vida, hay bandas que surgieron cuando CP editó Plaga y que hoy en día ya no existen más… ¡Y Cadena sigue acá!  

Entonces CP puede tocar sólo unas pocas veces al año, y agotar localidades en un santiamén. Y celebrar que estamos vivos, a pasar de todo (de la distancia, de la situación político social, de que el punk hoy en día no es lo que era en los 90s, etc). Pueden invitar a los mercedinos de Da-Skate con su hardcore melódico a abrir la noche, y a Sin Ley (los próceres de Quilmes) para descargar su punk vicioso y visceral, para que la fiesta sea completa. Y da lo mismo con qué tema abran, porque la gente va a estar cantando y aplaudiendo todos y cada uno como si fueran partes fundamentales de sus vidas.

Porque las canciones de CP tienen eso, están impregnadas en el ADN de su gente. Y ellos pueden tocar con la misma pasión los temas del debut autotitulado o de Demasiada Intimidad. No descubrimos nada hablando de lo bestias que son como músicos y letristas, pasando de la velocidad de los 90s a la intensidad de hoy en día. En vivo son eso, una maquinita perfecta que no pifia, que se prende fuego desde el minuto uno, que te tira bellezas como “No Quiero Flores” apenas te estás acomodando, o una apasionada versión de “NN Un Jubilado”, que duele tanto por no perder vigencia.

Pasan los temas de todos sus discos, y ves la evolución natural en canciones como la casi grunge “La reacción” o “Que mundo” (se extrañan los vientos, pero en vivo CP es como Ramones o Dead Kennedys). Y se recuerdan momentos de gloria radial con “De Más”, ese semi outtake ramonero que es “Tres Historias”, el nihilismo suicida de “Dispara”, se corea “Desdudame” como si fuera un hit de siempre, la cosa se pone hermosamente pop en “Mutante” y se llega al clásico final con “Sigo Acá”. Chino, Vala y Edu se emocionan como en cada fin de show, y sabemos que hay Cadena para rato (aunque sea en cuentagotas), y Vala promete disco nuevo en breve, y mientras salimos a Av.Libertador sudados y felices por cantar canciones que llevamos en el corazón, pensamos que quizás la mayor enseñanza que nos deja Cadena sea su persistencia en intentar caminar a pesar de los empujones de la vida, eternizando para siempre sus deseos.     

Fotos: Natalia Sbert

Reseña: Rodrigo Cardozo

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