Todo tiene un final, todo termina, y esta ley de la vida no solamente corre para los músicos: Quincy Jones, el legendario productor musical que trabajó con las más grandes estrellas de la música de todos los tiempos y todos los estilos, desde Sinatra a Michael Jackson, falleció este domingo 3 de noviembre a los 91 años en lo que representa una gran pérdida, llorada tanto por fans como por artistas de todo el mundo. Los detalles de su vida, su obra y su final, a continuación de estas palabras.
EN PRINCIPIO, EL FINAL. El publicista de Jones, Arnold Robinson, confirmó murió el domingo 3 de noviembre en su casa de la lujosa zona de Bel Air en Los Ángeles, rodeado de sus hijos, hermanos y otros miembros de la familia. La noticia fue reportada primero por Associated Press. “Esta noche, con los corazones llenos pero rotos, debemos compartir la noticia del fallecimiento de nuestro padre y hermano Quincy Jones”, dijo la familia en un comunicado. “Y aunque esta es una pérdida increíble para nuestra familia, celebramos la gran vida que vivió y sabemos que nunca habrá otro como él”. Las palabras no se detienen allí y continúan, hablando en presente como si el recordado productor aún estuviera en este mundo: “Él es verdaderamente único y lo extrañaremos profundamente; nos reconforta y nos enorgullece enormemente saber que el amor y la alegría, que eran la esencia de su ser, fueron compartidos con el mundo a través de todo lo que creó. A través de su música y su amor sin límites, el corazón de Quincy Jones latirá por la eternidad”. De hecho, Jones estaba por recibir un premio honorario de la Academia a fines de este mes.
EXPERIENCIAS PREVIAS. Al momento de escribir estas palabras, la causa de su muerte aún no ha sido especificada por las autoridades. Recordemos que Jones sufrió diversos problemas de salud a lo largo de su vida (depresión, diabetes, accidentes, etc.) y de hecho ya había escapado por poco de la muerte en 1974 cuando tenía solo 41 años debido a un aneurisma cerebral, delicadísima situación que lo alejó temporalmente de su prolífico trabajo. Años después, reflexionó sobre su problema de salud en las redes sociales: «Fue aterrador», le dijo a GQ en 2018. «Como si alguien me hubiera volado los sesos de un escopetazo. La arteria principal de tu cerebro explota, saben«. El problema fue que durante la intervención el problema original se complicó, o mejor dicho se duplicó: «Mientras me operaban del aneurisma durante 7,5 horas, mis médicos descubrieron un segundo aneurisma que estaba a punto de estallar, por lo que tuvieron que programar una segunda cirugía». En ese momento, le dijeron que tenía una probabilidad entre cien de sobrevivir. «En aquel momento, mi futuro no parecía muy prometedor, por lo que mis amigos planearon un servicio conmemorativo para mí en The Shrine en Los Ángeles, y básicamente asistí a mi propio funeral”, escribió Jones. “Man, todos estaban allí… Sidney Poitier, Sarah Vaughan, todos. Fue especial ver a tanta gente allí para celebrar lo que habrían sido mis 41 años de vida”.
LA VIDA DE QUINCY. Nacido en Chicago el 14 de marzo de 1933, Quincy Delight Jones Jr. citaba los himnos religiosos que su madre cantaba en su casa como la primera música que podía recordar. Pero recordaba con tristeza su infancia, y una vez le dijo a Oprah Winfrey que “hay dos tipos de personas: las que tienen padres o cuidadores y las que no. No hay nada intermedio”. La madre de Jones sufría problemas emocionales y finalmente fue internada en un manicomio, pérdida que hizo que el mundo pareciera “sin sentido” para Quincy. Pasó gran parte de su tiempo en Chicago en las calles, interactuando con pandillas, robando y peleando: “Me clavaron la mano a una valla con una navaja automática, man”, le dijo a AP en 2018, mostrando una cicatriz de su infancia. Por fortuna, la música lo salvó. Su padre se mudó al estado de Washington cuando Quincy tenía 10 años y en su nueva casa, siempre escuchaba al vecino de al lado tocar el piano. Como si eso hubiera sido un anuncio del destino, su mundo cambió en un centro recreativo del barrio cuando Jones y algunos amigos se colaron en la cocina con la idea de comerse un lemon pie; allí, Jones notó una pequeña sala cercana con un escenario, sobre el cual había un piano: “Subí allí, me detuve, miré y luego toqué las teclas un momento”, escribió en su autobiografía. “Ahí fue donde comencé a encontrar la paz. Tenía 11 años. Sabía que eso era para mí. Para siempre”. Y así fue.
PIANO PIANO SI VA LONTANO. A los 14 años, Jones huyó de la casa de su maltratadora madrastra (que, según él, no lo llamó por su nombre hasta que cumplió 57) para unirse a la Guardia Nacional, según reveló a GQ. Mintió y dijo que tenía 18 años para pode enrolarse, pero se encontró con un racismo extremo. Durante esta época, él y un grupo de amigos se dirigían a un rodeo cuando un autobús los atropelló y todos los que iban en el coche murieron excepto él; la escena fue espantosa y lo dejó traumatizado. Intentó tomar lecciones de manejo unos años más tarde, pero «simplemente no pude hacerlo» y nunca volvió a conducir un auto… La vida le daría una pronta indemnización: tenía casi 15 cuando empezó a tocar en Seattle con un joven Ray Charles; al año siguiente, estuvo como apoyo de la leyenda del jazz Billie Holiday en el Eagles Auditorium de la ciudad. Describió este último concierto como “uno de mis recuerdos más increíbles”. Otro momento histórico de Jones fue cuando tocó la segunda trompeta en la primera actuación televisiva de Elvis Presley, en el programa «Stage Show» de la cadena CBS, en enero de 1956, antes de realizar una gira por Sudamérica y Oriente Medio como director musical de Dizzy Gillespie, otro de los grandes del jazz de todos los tiempos.
CON EL SELLO DE QUINCY. Jones pasó de relacionarse con pandillas en el South Side de Chicago a las cumbres del mundo del espectáculo, convirtiéndose en uno de los primeros ejecutivos negros en prosperar en Hollywood y amasar un catálogo musical extraordinario que incluye algunos de los momentos más ricos de la música estadounidense. A finales de los años 50, se convirtió en productor de Mercury Records, donde su adaptabilidad resultó ser una enorme ventaja durante un período de grandes cambios musicales. El rock’n’roll había alcanzado su punto máximo en términos de popularidad, lo que dejó a muchos artistas en una encrucijada. Fue arreglista tanto de «Somebody Up There Digs Me» de 1958, el intento demasiado tardío del pionero del jump blues de los años 40 Louis Jordan de sacar provecho del rock’n’roll; como de «The King Of The Gospel Singers» de Little Richard, un disco de gospel producido con gran brillantez que llevó al arquitecto del rock’n’roll a los años 60. Este eclecticismo le fue de gran utilidad a Jones durante toda la década.
FIESTA, QUÉ FANTÁSTICA ESTA FIESTA. Uno de sus primeros logros fue el super hit «It’s My Party» para Lesley Gore (que tenía solo 16 años en ese momento); el single llegó al número uno y convirtió a Gore en una de las cantantes más jóvenes en alcanzar ese cenit. Jones luego le produjo tres canciones que siguieron al Top 5 en 1963: «Judy’s Turn to Cry», «She’s a Fool» y «You Don’t Own Me». En los años 70, con la recomendación médica de no volver a tocar la trompeta para no agravar su condición tras la operación de aneurisma («La arteria principal de mi cerebro está prendida con alfileres. Hacer buceo de profundidad o tocar la trompeta pueden hacer que eso reviente», explicó), Jones comenzó a ejercitar su magia de producción en los discos de The Brothers Johnson, un dúo funk de Los Ángeles. Produjo sus primeros cuatro álbumes, todos los cuales fueron platino, y tres temas que llegaron al Top 10 de la lista Hot 100 de Billboard y encabezaron la lista de R&B: «I’ll Be Good to You», «Strawberry Letter 23» y «Stomp!». En los años 70 se inclinó por el funk y la música disco cuando produjo material solista, incluido el exitoso álbum de 1974 “Body Heat” y colaboró en temas tan imborrables como el implacablemente maravilloso “Get The Funk Out Ma Face” de los Brothers Johnson. Fue la década en la que se convirtió en rey, ya que produjo gran parte de la banda sonora de The Wiz, la adaptación de Motown Production del musical de Broadway. Allí se hizo amigo de Michael Jackson, lo que dio inicio a una asociación que cambiaría no solo sus vidas, sino también el rostro de la música popular.
LA TRILOGÍA DE JACKSON. Jones disfrutaría de su mayor éxito como productor en colaboración con Michael Jackson. Produjo tres de sus álbumes solistas seminales: «Off The Wall» de 1979, el megaexitoso «Thriller» de 1982 y «Bad» de 1987. «Thriller» se convertiría en el álbum más vendido de todos los tiempos y convirtió a Michael Jackson en una superestrella mundial. «Billie Jean», el segundo single, se convertiría en uno de los éxitos más icónicos de los años 80 y «Beat It» fue uno de los más influyentes, con su fusión de R&B y rock. Jones no solo produjo ese hit sino que también eligió al virtuoso Eddie Van Halen para interpretar el ahora legendario solo de guitarra de la canción. También revivió «Human Nature», una canción descartable coescrita y demoescrita por Steve Porcaro de Toto para su inclusión en el álbum. En una entrevista con GQ, explicó qué hizo especial a Jackson: «Tenía una perspectiva de los detalles que no tenía rival. Sus ídolos son Fred Astaire, Gene Kelly, James Brown, todos ellos. Y les prestaba atención, y eso es lo que se supone que debés hacer. Esa es la única forma de ser grande: prestar atención a los mejores tipos que la pegaron». “Thriller” vendió más de 20 millones de copias solo en 1983 y ha competido con “Greatest Hits 1971-1975” de los Eagles, entre otros, como el álbum más vendido de todos los tiempos. “Si un álbum no funciona bien, todos dicen ‘fue culpa de los productores’; así que si funciona bien, también debería ser tu ‘culpa’”, dijo Jones en una entrevista con la Biblioteca del Congreso en 2016. “Las canciones no aparecen de repente. El productor debe tener la habilidad, la experiencia y la capacidad para guiar la visión hasta su realización”.
EL MUNDO EN SUS MANOS. Jones también coprodujo y dirigió el coro estelar en la canción benéfica «We Are the World», escrita por Michael Jackson y Lionel Richie para ayudar a aliviar la hambruna en África. La canción -que incluía a titanes de la música como Bob Dylan, Billy Joel, Diana Ross, Stevie Wonder, Tina Turner y Bruce Springsteen– se convertiría en el tema más vendido de 1985 y ganaría cuatro premios Grammy, y la orden de Jones a los artistas allí reunidos («Dejen sus egos en la puerta») se volvió legendaria. «Creo que me eligieron para producir ‘We Are the World’ porque había producido un álbum para Donna Summer un par de años antes», dijo Jones en una entrevista con Yahoo Music. «En ese álbum había una canción llamada ‘State of Independence’ que necesitaba un coro. Quería el mejor coro que pudiera conseguir, así que alrededor de un tercio de los artistas de ‘We Are the World’ estaban en esa canción. De modo que me manejé en un terreno familiar». Jones agregó: «Conozco y creo en el poder de la música para unir a las personas para el mejoramiento de la humanidad, y puede que no haya mejor ejemplo de esto que el colectivo que fue ‘We Are the World’. Es por eso que resonó en todo el mundo como lo hizo, y todavía lo hace».
LA LISTA DE QUINCY. Salvo quizá tras el incidente del aneurisma, Jones nunca se quedó quieto ni durmió sobre ninguna clase de laureles; sus créditos fueron vastos y sus logros, enormes. Jones estuvo en compañía de presidentes y líderes extranjeros, estrellas de cine y músicos, filántropos y líderes empresariales. Realizó giras con Count Basie y Lionel Hampton, arregló discos y/o canciones para artistas de estilos tan diversos como Frank Sinatra, Paul Simon, Aretha Franklin, Snoop Dogg, Tony Bennett, Queen Latifah, LL Cool J y Ella Fitzgerald, compuso bandas sonoras diversas y organizó la primera celebración inaugural del presidente Bill Clinton. Por dar algunos ejemplos de la vastedad de su producción, compuso la música de fondo para las sitcoms «Sanford And Son» y «El Príncipe De Bel-Air», que iniciarían el ascenso de Will Smith de rapero a gran estrella de Hollywood. De hecho desde los 1960s compuso la banda sonora de 35 películas y series, incluyendo “The Pawnbroker,” “In the Heat of the Night”, «Roots» e “In Cold Blood”; quizá la más famosa fue «El Color Púrpura» de 1985, que fue nominada al Oscar (aunque no lo ganó) e impulsaría las carreras de Winfrey y Whoopi Goldberg. También grabó una serie de álbumes en los que utilizó una variedad de vocalistas estelares, entre ellos James Ingram, Ray Charles y Chaka Khan. Obtuvo discos de platino con «Sounds…and Stuff Like That!!» de 1978, «The Dude» de 1981 y «Back On The Block» de 1989, que ganó el Grammy al Álbum del Año. Todos ellos generaron singles que se ubicaron en el Top 40.
NOMBRES, NOMBRES Y MÁS NOMBRES. En 1980 estableció su propio sello, Qwest Records, entre cuyos artistas figuraron George Benson (Jones produjo su espectacular single disco «Give Me The Night» en 1980), Patti Austin (produjo su dueto número uno de 1981 con James Ingram, «Baby Come to Me»), el mismísimo Frank Sinatra, Tevin Campbell e incluso los británicos New Order. Habiendo sido uno de los primeros defensores del rap, vio su trabajo sampleado por Ludacris, MC Lyte, 2pac, Ye y muchos más. La lista de sus honores y premios llena 18 páginas en su autobiografía de 2001, “Q”, incluidos 27 premios Grammy en ese momento (ahora 28), un premio honorario de la Academia (ahora dos) y un Emmy por “Roots”. También recibió la Legión de Honor de Francia, el Premio Rudolph Valentino de la República de Italia y un homenaje del Centro Kennedy por sus contribuciones a la cultura estadounidense. Fue el tema de un documental de 1990, “Listen Up: The Lives Of Quincy Jones”, y una película de 2018 de su hija Rashida Jones. Sus memorias lo convirtieron en un autor de gran éxito.
PAPÁ JONES. Padre de siete hijos de cinco madres, Jones se describió a sí mismo como un “perro” que tuvo innumerables amantes en todo el mundo. “Para mí, amar a una mujer es uno de los actos más naturales, dichosos, enriquecedores de la vida –y me atrevo a decir, religiosos– del mundo”, escribió. Jones se casó legalmente tres veces: con Jeri Caldwell de 1957 a 1966 (con la que tuvo a la primera de sus siete hijos e hijas, la hoy actriz Jolie Jones Levine), con la actriz sueca Ulla Anderson de 1967 a 1974 (de ese matrimonio nacieron Quincy Jones III y la hoy fotógrafa Martina Jones), y, de 1974 a 1990, con la actriz de «The Mod Squad» (N.: en castellano «Los Novatos», serie televisiva de los 70s) Peggy Lipton, con quien tuvo dos hijas, Rashida y Kidada. De 1991 a 1995, mantuvo una relación con la célebre actriz Nastassja Kinski, con quien tuvo otra hija, Kenya Kinski-Jones, luego devenida modelo. La última hija es Rachel Jones, cuya madre fue la bailarina Carol Reynolds. También le sobreviven sus nietos Isaiah Jones Koenig, Quincy Renzo Delight Jones IV y Nea Jones. Fue también el padrino del actor y músico Quincy Brown, que recibió su nombre en honor al gran músico.
En una entrevista de 2018 con la web Vulture, Jones reflexionó acerca de sus décadas de innovación: «Todo fue algo de lo que estar orgulloso, absolutamente. Ha sido un contraste asombroso de géneros. Desde que era muy joven, he tocado todo tipo de música: música de bar mitzvah, marchas de Sousa, música de club de striptease, jazz, pop… De todo. No tuve que aprender nada para trabajar con Michael Jackson». Consultado sobre su larga y exitosa carrera, el productor respondió lo siguiente: «Nunca pensé en eso hasta que cumplí 80 años, pero he tenido la suerte de trabajar con todas las grandes estrellas de la música en la historia de Estados Unidos, incluido Louie Armstrong. No podés planificar eso», dijo Jones. “No podés decir: ‘Señor Sinatra, quiero trabajar con usted’. No. Tenés que esperar hasta que te llegue”.
CREAR PARA VIVIR, VIVIR PARA CREAR. En 2015, Jones volvió a estar cerca del final cuando sufrió un coma diabético, tras lo cual cambió su estilo de vida: «Casi fue mi último suspiro. Por la gracia de Dios zafé, pero no sin tener que hacer GRANDES cambios», sobre todo dejar el alcohol y el azúcar. «Al convivir con gente como Ray Charles y Frank Sinatra, tuve suficiente alcohol para que me dure varias vidas, ¡y los doctores me dijeron que lo tenía que largar! Cuando reemplacé el alcohol con palitos de helado sin azúcar, perdí 25 kilos y empecé a sentirme como si tuviera 37 de nuevo. Mi mente se aclaró y se despertaron increíbles recuerdos de mis mentores musicales»… En su libro de 2022, “12 notas sobre la vida y la creatividad”, Jones da una pista acerca del porqué y el para qué del proceso creativo de un artista: “La creatividad es uno de los dones más hermosos que poseemos”, escribió Jones. “Si se utiliza adecuadamente, no solo sirve como una válvula de escape, sino que también tiene el poder de transformar el dolor en algo más que un sentimiento singular”.
EL QUINCY DE LA GENTE. Entre otras facetas de su vida y su carrera, Jones fue un activista político en sus primeros años, pero cambió después de asistir al funeral del reverendo Martin Luther King Jr. en 1968 y luego entablar amistad con el reverendo Jesse Jackson. Jones se dedicó a la filantropía y dijo que “el mejor y único aspecto útil de la fama y la celebridad es tener una plataforma para ayudar a los demás”. Sus causas incluían la lucha contra el VIH y el SIDA, la educación de los niños y la ayuda a los pobres de todo el mundo. Fundó la organización Quincy Jones Listen Up! Fundación para conectar a los jóvenes con la música, la cultura y la tecnología, y dijo que durante toda su vida estuvo impulsado “por un espíritu de aventura y un nivel criminal de optimismo. La vida es como un sueño, dijo el poeta y filósofo español Federico García Lorca”, escribió Jones en sus memorias. “El mío ha sido en Technicolor, con sonido Dolby completo a través de amplificadores THX» Aunque su producción disminuyó en los últimos años, Jones continuó contribuyendo a causas benéficas y trabajó en la banda sonora de la película «Lola» de 2024. En cuanto al retiro, en 2018 le dijo a GQ que apenas estaba calentando motores. «Me siento como un pibe, man», dijo. «Apenas estoy empezando»...
Como suele suceder en estos casos, los tributos de colegas, familiares, amigos y fans de todos los colores, estilos y tendencias abundan en las redes, como podrán ver más abajo. Quienes hacemos MADHOUSE lamentamos la pérdida de tan talentoso artista y productor de maravillas, e invitamos a uds., gente que nos lee, a recordarlo del modo que suponemos a él más le gustaría: con su música, su legado inmortal. QEPD.
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