Editado el 3 de noviembre de 1992, «Keep The Faith», el quinto disco de estudio de Bon Jovi, encontró a la banda en una nueva etapa de su carrera, haciéndole frente a los nuevos sonidos que venían de Seattle y habían puesto fin a la escena californiana de hard rock y hair metal identificada con el grupo. A 32 años de su salida, en MADHOUSE te contamos los detalles de la grabación del disco que presentó al quinteto de New Jersey a una nueva generación. Así que no te duermas en un lecho de rosas y leete el informe, que ya comienza.
Cuando Bon Jovi llegó a la última fecha del mastodóntico “New Jersey Syndicate Tour” con el que presentaban mundialmente su cuarto disco “New Jersey” (en una doble función en la Ciudad de México, pocos días después de debutar en Argentina en el Estadio Vélez Sarsfield el 1 de febrero de 1990), hacía rato que la banda estaba en piloto automático. Es que desde su formación en 1983, el combo de Jon no había dejado materia pendiente en la catedra “Sexo Drogas y Rock And Roll”, lo que se reflejaba no solo en los exhaustos cuerpos de los miembros del grupo, sino también en las continuas y lógicas rispideces internas producto de tanto tiempo en la ruta. Y ni bien el avión llegó a su ciudad natal de regreso de la gira, los cinco miembros de la banda tomaron distintos caminos que hacían peligrar el mismísimo futuro del grupo: Jon agarró una moto con el objetivo de recorrer EEUU y de paso registrar “Blaze Of Glory” su debut solista, el guitarrista Richie Sambora sin perder el tiempo se abocó a la grabación de “Stranger In This Town”, su debut en solitario con la colaboración del baterista Tico Torres y el tecladista David Bryan, mientras que el bueno del bajista Alec John Such se dedicó a descansar y encargarse de su otra pasión: las motocicletas.
YO TENGO FÉ QUE TODO CAMBIARÁ: Tras un año y medio de necesario descanso, Jon decidió que era hora de ver si Bon Jovi como banda todavía tenía futuro. El tiempo transcurrido permitía la chance de barajar y dar de nuevo, aunque en un proceso no exento de bajas: la primera fue la salida del manager Doc Mc Ghee, el cambio necesario que Jon precisaba para poder llevar al grupo al siguiente nivel, decidiendo asumir un papel aún más importante dentro de la banda y tomando él mismo el control empresarial del grupo, formando la agencia Bon Jovi Management.
En octubre de 1991, la banda se dirigió a la isla caribeña de St. Thomas para discutir planes para el futuro, y casi de inmediato los problemas internos de la banda se resolvieron y estaban listos para intentar un regreso. «Eso fue salvador para la banda, porque finalmente teníamos un lugar donde podíamos ser honestos y hablar entre nosotros sobre lo que era bueno, lo que era malo y lo que era indiferente», dijo el cantante a la cadena norteamericana NPR en 2009. «Y cuando aclaras el aire decís: ‘Vaya, eso no fue nada, vamos a hacer el próximo disco’. Así que todos regresamos con la cabeza despejada e hicimos ’Keep the Faith’«.
Fue por eso que en enero de 1992, la banda se dirigió a los estudios Little Mountain en Vancouver, Canadá, intentando lograr un nuevo sonido, a tono con los tiempos que corrían «Cuando volvimos a estar juntos en una habitación en Vancouver», señaló Jon en 2007 a la revista Q. «Cerramos la puerta e ignoramos lo que había sucedido con el tipo de música que hacíamos. Y si bien Nirvana nos había pateado los dientes, no le prestamos atención a eso. Nos deshicimos de los clichés, escribimos algunas letras socialmente conscientes y nos cortamos el pelo. No hice nada de grunge ni nada de rap. Pero sabía que no podía volver a escribir ‘Livin’ On A Prayer’ otra vez, así que ni siquiera lo intenté. Y valió la pena»
ECHALE LA CULPA AL AMOR POR EL ROCK AND ROLL: Con el lema “Equipo ganador no se cambia” la banda se había acercado a Bruce Fairbairn, quien había producido los megaexitosos “Slippery When Wet” y “New Jersey”; pero al no estar disponible (por estar trabajando nada menos que en “Get A Grip” de Aerosmith, disco que también daría que hablar), el rol de productor quedó entonces en manos de Bob Rock, quien había oficiado de ingeniero de sonido en los dos discos anteriores, pero que además había sumado un par de cocardas importantes como productor de éxitos como “Dr. Feelgood” de Mötley Crüe y el “Black Album” de Metallica.
De las treinta canciones escritas para “Keep The Faith” (”Mantén la Fe” en castellano; un título mas que elocuente por la situación que vivía la banda) un par fueron coescritas por David Bryan y otro par por el viejo colaborador Desmond Child; el resto son composiciones de Jon, ya sea solo o en tándem con Richie Sambora. Con material de sobra para elegir, la selección final fue una mezcla de canciones rockeras que reflejaban el ADN del grupo como la blusera «Little Bit of Soul» o las stonianas «I’ll Sleep When I’m Dead» y «Blame It on the Love of Rock & Roll» con gemas melódicas como la power ballad «I Want You» o las pop rockeras “I Believe” y «In These Arms», uno de las favoritos en vivo del público.
CON FÉ Y TAMBIÉN CON RIESGOS: Sin embargo, la clave del disfrute de “Keep The Faith” pasa por el riesgo que tomó el grupo para estar a tono, tanto con la escena alternativa que despuntaba desde Seattle, como con el giro moderno del “Achtung Baby” de U2: «If I Was Your Mother» tiene una fuerza que nos hace recordar el trabajo de Rock con Metallica (y lo competentes que podrían ser Torres y Sambora en el terreno del metal), “Fear” y “Woman In Love” podrían tranquilamente competir en las listas de radios college norteamericanas y el tema título (y primer single del álbum con un video que mostraba por primera vez a un Jon con pelo corto paseando por las calles de Nueva York)) presenta una base funky con riffs hardrockeros y un solo impecable que fue sin escalas al número 1 del ranking Mainstream Rock de Billboard, llegando incluso a ser remixada por los Jesus Jones en una versión que el grupo rechazó por considerarla “demasiado tecno”.
Pero las experiencias de los últimos años habían calado hondo en el espíritu compositivo de Jon, que tomó inspiración del viaje en motocicleta que había realizado el verano anterior por el interior de EEUU, acumulando experiencias que lo motivaron a escribir dos temas clave, que harían de “Keep…” uno de los puntos más altos de la discografía de Bon Jovi: «Dry County» y «Bed of Roses».
LA FÉ MUEVE MONTAÑAS (Y COMPONE TEMAS ÉPICOS): “Al otro lado de la frontera convierten el agua en vino/Algunos dicen que es la sangre del diablo/ que exprimen de la vid /Algunos dicen que es un salvador/en estos tiempos duros y desesperados/ Ya ves que me ayuda a olvidar /Que solo nacimos para morir”. Desde sus versos iniciales “Dry County» refleja los duros tiempos que comenzaba a vivir la economía norteamericana tras el declive de la industria petrolera nacional y sus consecuencias en aquellos cuyos ingresos dependían de ella. En las versiones en vivo de la canción (que en su versión en estudio llega casi hasta los diez minutos) Jon aprovecha para monologar sobre las luchas de la vida cotidiana, antes de que Sambora se despache con un solo épico a la altura de clásicos como “Stairway To Heaven” de Led Zeppelin o “Freebird” de Lynyrd Skynyrd.
Y si bien “Dry County” se convirtió con el paso del tiempo en un tema de culto para los fans de la banda, el mayor éxito de “Keep The Faith”, fue “Bed Of Roses”, una power ballad con piano melancólico y punteos grandilocuentes made in New Jersey. «Creo que las mejores canciones que surgen de la honestidad, son las que escribís lo suficientemente rápido», le dijo Jon a Cosmopolis en 2002. «Por ejemplo, ‘Bed of Roses’. Cuando la estaba escribiendo, no estaba de humor para componer una canción debido a las circunstancias del momento. Pero en lugar de dejar la lapicera y alejarme del piano, me senté y escribí: ‘Sentado aquí, perdido y herido con este viejo piano…’ inspirándome en el dolor que estaba sintiendo físicamente ese día». El tema –que tuvo su versión en un dudoso castellano para el mercado latino llamada “Cama De Rosas”) fue el segundo corte del disco y se metió sin escalas en el Top 10 norteamericano.
PARA DORMIR HAY TIEMPO: “Keep the Faith” salió finalmente a la venta el 3 de noviembre de 1992 y alcanzó el puesto número 5 en la lista de Billboard, pero solo obtuvo la certificación de doble platino, muy lejos de los hitos de ventas de la banda en los años 80. Aún así, en el Reino Unido, el álbum tuvo aún más éxito; sus seis sencillos aterrizaron en el Top 20 de la lista.
Luego de un show de precalentamiento para MTV (editado en VHS como “An Evening With Bon Jovi), la gira mundial del disco se desarrolló en dos tramos: el “Keep The Faith Tour” (de febrero a junio de 1993) y el I’ll Sleep When I’m Dead Tour” (de junio a diciembre del mismo año). Fue este último el que trajo a la banda por segunda vez a nuestro país para un show en el Estadio de Vélez Sarsfield el 13 de noviembre de 1993 y una presentación en el programa “Ritmo De La Noche” al día siguiente que coincidió con el cumpleaños 41 de Alec John Such, quien dejaría la banda antes de la grabación del siguiente trabajo “These Days”…pero esa ya es otra historia
Es que, a pesar del paso del tiempo, “Keep The Faith” le mostró a Bon Jovi que podían sobrevivir a cualquier cosa: tendencias musicales cambiantes, turbulencias comerciales y desgastes de relaciones.
«El género musical del que éramos parte estaba desapareciendo así que solo teníamos esta señal de fe para seguir adelante», le dijo Jon al sitio NPR en 2009. «Entramos en los años 90 con un objetivo claro: creer el uno en el otro y confiar en lo que éramos». Y 32 años después, el mensaje sigue vigente.
Baterista frustrado, docente y periodista especializado en cultura y espectáculos. Creador del programa La Isla de los Monos, ha colaborado en Rock.com.ar y las revistas Efecto Metal, Mala Difusión y Devils Beat Records Mantiene su blog Film Song (www.film-song.blogspot.com) desde 2005.