SUPERSUCKERS EN UNICLUB, 20/10/2024

Los estadounidenses más rockeros pasaron por Uniclub en su cruzada para dejar al rock en lo más alto del mundo, y la poca gente que se dio cita fue testigo del estado actual de la otrora música juvenil. A vos, que seguramente no fuiste al show porque era domingo y te quedaste con tu mamá, pasá y leé como aún hoy hay gente dispuesta a dejar su vida por la causa del rock (aunque los discos de rock n roll no se vendan este año).

HUELE A ESPÍRITU ROCKERO. Si estás esperando la típica reseña de un concierto de rock n roll (ya sabes, llena de clichés acerca de “la banda piso las tablas con puntualidad, el público entregado desde el inicio” y todo eso), mejor seguí de largo. Vamos a centrarnos en algo que va más allá de eso, que tiene que ver con cómo cuadra una banda como Supersuckers en el mundo de hoy y por qué la gente parece haberle dado la espalda al rock n roll en estos días.

Porque claro, la banda es un relojito: un trío super aceitado en el que Edward «Eddie Spaghetti» Daly en el bajo y voz, y Christopher «Chango» von Streicher en batería y coros ofician de pared para que las guitarras de «Metal» Marty Chandler hagan crujir las paredes. Pero, ¿de qué sirve que la mejor banda de rock n roll en el mundo se desviva por mantenerlo en pie si nadie va a presenciar semejante hazaña?

PONIENDO PRIMERA. Empecemos por el principio: llegamos y la poca gente que estaba en Uniclub calentaba la noche viendo como los Turbocoopers nos enseñaban cómo es el rock n roll crudo desgranando sucias gemas de pocos minutos y mucha energía. Homenajearon a Turbonegro con “All My Friends Are Dead” y a Riff con “Mal Romance” en versión killer, mientras nosotros nos preguntábamos dónde estaba toda la gente ávida de rock n roll. A todo esto, Eddie y Chris se paseaban por el lugar saludando a la gente y sacándose fotos, generando algarabía en los presentes.

LA CHISPA DE ROCK AND ROLL ADECUADA. Con una puntualidad más que plausible, los Supersuckers subieron al escenario y lo primero que hicieron fue pedir que todo el mundo se fuera hacia adelante. Porque de verdad, y duele decirlo, éramos tan pocos los que estábamos ahí, que daba un poco de pudor ver a una banda tan inflamable prenderse fuego para los ¿100? que presenciábamos ese acto de coraje.

Y es que la banda te da el mismo show ya sea en Wembley o en un Uniclub que tenía espacio hasta para ir y volver desde el fondo hasta el escenario. Eddie es la exégesis del rock, desde su look hasta la forma en la que habla. Chris es prolijidad y justeza, y Marty saca acordes que parecen salidos del mismísimo averno. Los tres interactúan con la gente, hacen gestos, cantan, hacen coros, revolean sus instrumentos, y todo eso tan hermoso que tiene el rock n roll.

Si, podríamos hablar de qué bien sonaron temas como “Idaho Baby” (con su homenaje al “Rock ‘N Roll” de Gary Glitter), “Worlking My Ass Off”, “Get The Hell”, “Coattail Rider” o el más que apropiado inicio del show con “Rock N’ Roll Records”. Pero imagínate ser uno de los Supersuckers, salir a prender fuego el escenario y ver a poco más de un puñado de fans ahí abajo.

Cuesta entender que una banda de verdadero rock n roll no tenga fans de a cientos en nuestro país. Cuesta entender por qué el rock n roll ha decaído tanto. Cuesta entender que Uniclub le haya quedado enorme a Supersuckers. Y lo más extraño de todo, es saber que sólo bandas como Supersuckers van a salvar al rock n roll, aunque nadie esté ahí para admirarlos.  

Fotos: Natalia Sbert

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