ASKING ALEXANDRIA, TEATRO FLORES, 29/02/2023

En el marco del I Wanna Be Tour, Asking Alexandria convirtió el Teatro Flores en una gran fiesta. El clima estaba ideal, hacía calor, pero no era sofocante, y estábamos preparados para una velada que resultaría inolvidable.

La cita musical comenzó con In Your Hands, y entrar y que te impacte de lleno su bajo en el medio del pecho, fue un importante recibimiento. Guturales, guitarras podridas, el clima ideal para un concierto de estas características. A continuación fue el turno de Renacer, con su ya acostumbrado metal pesado con toques power, pero un poco más melódico que sus antecesores.

¿HACIA DONDE VAMOS?

Ahora sí, después de varios amagues y sonidos de afinación de instrumentos desde atrás del telón -que a cada movimiento hacían exclamar a los fans- los Asking Alexandria se presentaron y su público se rindió ante ellos. Sólo con las primeras notas de «Closure», el público se enardeció y comenzó a corear, algo que se sostuvo durante todo el show: a los gritos limpios y con las manos levantadas: Danny Worsnop avivaba la llama desde el escenario, pero Cameron Liddell no se quedaba atrás, saltando, colgándose desde la esquina del escenario, alzando sus brazos, llevando la batuta como un director de orquesta, para que salten más o se abran para la tradicional olla de pogo.

«Alone Again» y «Bad Blood», de su último trabajo «Where Do We Go from Here?», el motivo por el cual se largaron a hacer una gira después de bastante tiempo lejos de las tablas, siguieron encendiendo ese fuego que los conecta con el público argentino.

EL FINAL ES EN DONDE PARTÍ

Claro que se esperaba un clásico como «The Violence» y cuando Danny peló la acústica para «Someone, Somewhere» y «Moving On» ya se estaban experimentando sus sensaciones más potentes. 

De repente, mirar hacia el costado y ver todas las manos extendidas y escuchar al público corear esas letras prácticamente más fuerte que la misma banda, se vuelve una sensación impagable. «The Final Episode (Let’s Change the Channel)» y «Alone In A Room», señalaban el cierre del show, el final del viaje. Los Asking dijeron adiós y se fueron, y el público, que esperaba aunque sea una canción más, se quedó con ganas de seguir cantando, frente a una banda que se despidió repartiendi púas y set lists, marcando el irrebatible final.

HUELE A ESPÍRITU METALCORE

¿Acaso hubo tanta pasión? Sí, porque Asking Alexandria marcó a la generación que era adolescente en la década pasada: los rebeldes, los inquietos, los cuestionadores de un sistema que ya se venía desmoronando, los que fueron punta de flecha en esta inflexión del paradigma, con cambios de valores como demostrar sentimientos, en contraposición de una era de la que veníamos en la que debíamos esconderlos. 

Ahora esos adolescentes ya son los jóvenes -y adultos- que fueron a revivir un poco de esa época de idealización, en la cual todos siempre somos un poco más felices. Pero no sólo ellos, sino también los más chicos de esta época, lookeados, compartiendo el campo, eso es lo lindo y lo impresionante de un show: diferentes edades, diferentes etapas, pero compartiendo la misma emoción, sin competencias, sin caretas, disfrutando lo más lindo de la vida: la devoción por la música.



Txt: Lisa Lain

Ph: Huberto Andrada

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