En tiempos de colaboraciones efímeras, llamó la atención cuando en 2020 dos figuras con larga trayectoria como Antonio Birabent y Ariel Minimal de Pez decidieron llevar adelanto el proyecto denominado Las Lenguas Muertas, con el que acaban de debutar discográficamente en formato vinilo. Vía correo electrónico nos contactamos con Antonio para saber los detalles del proyecto, la próxima presentación en vivo y el futuro del rock de guitarras, en esta charla que ya comienza.

Contanos la génesis de Las Lenguas Muertas. ¿En qué momento deciden armar un proyecto en conjunto con Ariel?

Fue a raíz de un encuentro casual en la puerta del colegio de nuestros hijos. Nos conocíamos de antes, habíamos cantado juntos y compartido escenarios pero esta vez decidimos empezar a escribir una canción casi como una excusa para tomar mate y charlar. Eso derivó en encuentros semanales que siempre terminaban con una canción totalmente lista y terminada. Después de tres meses con casi quince temas nos dimos cuenta de que teníamos un repertorio que pedía una banda de rock.

¿Cómo es componer con Ariel? ¿Es difícil en tu caso compartir el acto compositivo con otra persona?

Es muy fluido, y muy fácil. Claramente tenemos una sincronía como compositores, porque no es normal que salgan canciones tan rápido y que después no haya nada que corregir. Una palabra nos llevaba a otra, las melodías aparecían directas. Yo estoy acostumbrado a componer con otros, lo he hecho en varios momentos de mi vida y con personas muy distintas y la experiencia con Ariel fue la más directa.

¿Cómo fue que se sumaron al proyecto Marcos y Claudio? ¿Qué aporta cada uno a Las Lenguas?

Ambos llegaron acompañados por amigos y gente cercana. Como pasa casi siempre en las bandas. Nos gustaba la idea de ser una banda de tipos grandes, con muchos años en esto. Somos cuatro veteranos, cada uno con su mundo y su experiencia, y cuando estamos juntos la energía es muy juvenil, potente. Eso es lindísimo, y ellos dos son músicos muy creativos, que han aportado no solo arreglos si no que han puesto mucho de ellos en las canciones, en como suenan. Entendieron para donde queríamos ir con Ariel.

Habían lanzado dos EPs en plataformas hasta que finalmente sacaron el álbum en formato vinilo. ¿Qué importancia le das al disco en estos tiempos?

A mí me gusta la música y entiendo que los formatos cada vez son más ambiguos. Y también creo que una banda como esta suena bien en un vinilo. Es lindo seguir pensando en discos. Siempre pienso que de los 25 o 26 discos que edité los que olvido cuando hago la cuenta, son los que no están fabricados.

Después de tantos años como solista: ¿cómo se siente formar parte de un grupo?

Soy muy solista pero siempre toqué con gente amiga o con músicos con los cuales me llevaba bien. Entonces, estar en un grupo no es una gran novedad, es más: me encanta no ser el único que tira del carro y compartir responsabilidades y decisiones. Igual, insisto: es algo que toda la vida hice: escuchar a las personas que tengo al lado.

«Yo ya Dejé Las Guerras» es uno de los temas favoritos del disco. ¿Cómo surgió la canción y por qué pensás que se destaca?

Surgió a partir de una frase que escuche al pasar. Me acuerdo donde y quien la dijo y además por qué lo hizo. Creo que rescatar la paz entre las personas sigue siendo una gran filosofía, y además es el único tema “lento” del disco, y eso hace que destaque. A mí me gusta en particular la frase “¿Qué es lo primero que piensas al despertar?”

¿Cómo definís el sonido de Las Lenguas en vivo? Con que nos vamos a encontrar el 13/8 en el Richards?

Primario y sentimental, es básico y contundente. En el Richards vamos a tocar todo el disco claro, más un par de versiones y seguramente estrenamos algún par de canciones nuevas.

¿Como ves el futuro de Las Lenguas Muertas?

Todos, los cuatro y sobre todo Ariel y yo, hacemos otras cosas, otros proyectos. Eso fue así desde el arranque. Mientras sigamos con ganas la banda va a seguir.

Por último: ¿por qué hay que seguir confiando en el rock de guitarras en estos tiempos de trap y autotune?

Precisamente hay que confiar en que estos no son los tiempos del trap y el autotune. Simple.

BONUS TRACK: EL DISCO

Curiosa pero efectiva reunión entre dos artistas, a priori disimiles, como Antonio Birabent y Ariel Sanzo “Minimal”, los cuales sin embargo, y tal como marcaban en sus dos EP’s adelanto, logran combinar sus talentos de manera interesante en formato cuarteto con el que fuera baterista de Attaque 77 Claudio Leiva y el bajista Marcos Rocca.

“Las Lenguas Muertas”, el esperado álbum debut (editado en vinilo y digital) presenta 13 intensas canciones en menos de 40 minutos, donde el espíritu melódico y el aura sixties de Antonio maridan con la actitud punk/power pop de Ariel; con algunos temas que remiten más al estilo Birabent como “El Himno de los Soñadores”, “La Cabaña” y “Esa Primera Vez” y otros que tranquilamente podrían integrar el repertorio de Pez como “El Mal Del Bien” o “El Salvaje”

Con el logrado “Yo Ya Dejé Las Guerras” como estandarte (un tema con pasta de hit que remite tanto a los Crazy Horse de Neil Young como al rock nacional clásico de los 70’s), a “Las Lenguas Muertas” le alcanzan un puñado de canciones para convertirse en uno de los discos elegidos del primer semestre del año, principalmente porque las composiciones tienen algo que parece cada vez más difícil de encontrar: melodías, armonías, espíritu guitarrero y cosas para decir.

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