EL ÚLTIMO KE ZIERRE, Teatro Flores, 24/05/2022

El punk español suele tener muchas variantes, todas ellas válidas de por sí. En el caso de El Último Ke Zierre, es más un rock punk bastante callejero y sucio, en el cual hay mayor predominio de las letras de historias de vida que las de protesta, aunque logran un interesante balance en lo que a lírica respecta. Esa es una de las razones por las cuales a tanta gente parecen gustarles aquí en Argentina.

En su nueva visita al país, las cosas habían cambiado bastante desde la anterior. Varios años sin verse las caras con el público local, pandemia mediante, ameritaban un reencuentro con todas las de la ley. Y todo reencuentro posee ritos litúrgicos que deben cumplirse. En este caso, se celebra haber dejado atrás un momento del mundo muy difícil en el cual han quedado colegas por el camino, se conmemora a aquellos que ya no están y se abraza a los que se cruzan después de mucho tiempo, y se festeja volver a ver en vivo a una banda que sobre el escenario es un fuego.

Con puntualidad inglesa, los cinco EUKZ tomaron el escenario a las 21:30 de la mano de “Mal Camino”, su declaración de principios acerca de su forma de encarar este mundo. Había que ver las caras de felicidad del público para entender tanta euforia desatada después de tanta espera, para entender que este no era un show más sino una celebración.

Seguidamente otro clásico, “Olor A Muerto”, para retroceder a los 90s combativos y a pura energía mientras de a poco la gente iba calentando más y más el lugar.

A la banda se le notaba la emoción por el reencuentro, y así lo hicieron notar en varias ocasiones del show. Si bien son de pocas palabras y no muy comunicativos, dejando que sólo las canciones expresen lo que sienten, se palpaba en el aire la química que se estableció con los seguidores.

Y así como estaban de emocionados, no dejaban de tirar más leña al fuego: “Altero Mi Cuerpo”, “Vuelta Al Infierno” y “Veneno” salieron por los parlantes como bombas de relojería, para delirio de todos.

Pero claro, si arriba había ganas de buen rollo, abajo también. Y no faltó aquél que luego de tirarse sobre la gente y caer del otro lado de las vallas, intentó subirse al escenario a abrazar a los músicos ante la negativa de los de Seguridad. Hubo uno que, ante alguna desatención, se coló por un costado y no sólo saludó al respetable desde allí, sino que tuvo la brillante idea de llevarse de recuerdo una lista de temas en pleno show. De más está decir que fue interceptado por los de Seguridad y amablemente conducido al fondo del escenario para mantener una simpática charla acerca de lo negativo de su proceder.

Entre medio de tanto clásico, hubo tiempo para una de esas que son figuritas difíciles o que quizás no son los temas que más suelen tocar, y que hacen la delicia de quienes llevan varios años siguiendo al grupo. “En Mi Cabeza”, del “Insurgente” de allá por 2005, y toda su emotividad acerca de un amor tóxico atravesado por las drogas. Punk rock clásico, guitarrero y efectivo.

“Soldadito Español” y otro regreso a los viejos buenos tiempos, un tema marchoso de ida y vuelta con todo el mundo gritando ese alegato en contra de la hipocresía militar española.

Luego otra dupla clásica y criminal, “Tus Bragas” Y “Tú Me Vicias”, infaltables en todo show de EUKZ e imprescindible en una noche como esta. Ya a esta altura, se palpaba que era un concierto extraordinario, con mucha más gente que en su visita anterior y con una lista más guerrera.

La última parte del show se dio de la mano de un himno como “No Tengo Miedo”, resaltando la estrofa de “No tengo miedo a ningún virus de esos”, totalmente apropiado para estos tiempos tan difíciles.

Si bien su último disco “El Mutante del Barrio Chino” ya tiene un par de añitos desde su año de aparición, solamente tocaron tres temas de ese trabajo: “Efímero”, “La Lluvia Y El Sol”, y la que cerró definitivamente el recital, “Empacho De Orfidal”. Antes de eso, los bises abrieron con otro imperdible tema, esperado y coreado por todos: “Hachís”, oda porrera del año 1993 del disco “Que Se Repartan El Mundo”.

Quedaba tiempo para “Hasta Que Pierda La Voz”, tema bien de cancha acerca del sufrimiento y la rutina del día a día. Luego y para ir acabando, “Yo También Puedo Ser Malo” del “A Cara De Perro” del ’97, punk crudo y machacón, directo a la cara.

EUKZ volvió, revalidó los motivos de por qué son una banda de la hostia, dejó a todos contentos y de pasó nos recordó que la vida es para festejar porque la muerte siempre nos espera. ¿No es acaso eso lo mejor que nos puede dar la música?

Txt: Rodrigo Cardozo

Ph: Fernando Diaz

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