PACIENTE: PEARL JAM “Dark Matter” (Monkeywrench Records/Republic Records, 2024)
HISTORIA CLÍNICA: Cuando una banda toca hace más de 3 décadas y se aprontan a sacar su disco número 12, habiendo perdido sorpresa y frescura hace años, alejados casi por completo del gusto de la mayoría del público rockero, y con lanzamientos que han variado entre el aburrimiento y la repetición, ¿qué puede esperarse?
Bueno, todo lo que en la previa podía olerse desde lejos, Pearl Jam hizo un bollo y lo arrojó bastante lejos. ¿Acaso estamos ante un renacer de la banda de Eddie Vedder y cia? ¿Es este “Dark Matter” un disco que cambiará el destino del rock en pleno 2024? ¿Es quizás el mejor trabajo del grupo en años? Ok, vayamos despacio y por partes.
Es de suponer que Pearl Jam, a sabiendas de todo esto que enumeramos previamente, se tomó el trabajo de parar la pelota y pensar detenidamente la siguiente jugada: “¿a dónde estamos yendo? ¿Quién podrá ayudarnos?”. Las respuestas no parecían brotar por sí solas, al menos no tan fácilmente en el caso de la primera pregunta. Respecto a la segunda, el ojo estaba puesto en el joven prodigio Andrew Watt, que no sólo había producido el último disco de Vedder (el interesante “Earthling” de 2022) sino que también había metido mano en la producción de estrellas actuales como Post Malone o Dua Lipa, y supo levantar a artistas que ya han sabido tener su cuarto de hora hace varias décadas como Ozzy Osbourne, Iggy Pop y los Rolling Stones (imposible oír el “Hackney Diamonds” sin percibir la ayuda de Watt).
Pero no todo es ayuda externa, no señores. No es que los 5 de Seattle estaban en cualquiera, vino Andrew y les tiró un polvito mágico que los convirtió en algo que no son. Pearl Jam es una banda que claramente aún tiene signos vitales fuertes, y saben cómo hacer magia. Que lo habían olvidado hace varios discos, creemos que no cabe duda. Pero en esta ocasión, parece ser que el presente los encuentra enfocados en lo suyo, inspirados, y con muchas ganas de rockear. Pasar más de 30 años juntos tiene sus puntos malos, pero evidentemente también se conocen al dedillo y saben cómo encender la chispa que da inicio al fuego inolvidable.
Así las cosas, podemos encontrar en “Dark Matter” canciones guitarreras y potentes como la que abre el disco. Hablamos de “Scared of Fear”, con sus riffs clásicos para mover la patita y empezar con el pie derecho el disco. Y claro, ese cambio de tempo nos remite al “Alone” de los tiempos de “Vs”. Porque si hay algo que vamos percibiendo en este trabajo, es que Pearl Jam nos lleva a recorrer muchos de los caminos que han sabido tomar. Una especie de no-nostalgia, sino de recordar quiénes han sido en estos 30 años. ¿Autorreferencial quizás? ¿Por qué no? ¿Quiénes mejores que ellos mismos para demostrar quienes son?
Para seguir, y para continuar el viaje por las muchas caras de la banda, “React, Respond” pareciera ser tan de aquél “Pearl Jam” (2006) que hasta guarda similitudes con “World Wide Suicide”. Aquí, Mike McCready saca chapa como preguntando “te acordas de quién es el guitarrista de esta banda, ¿no?”. Veloz y guitarrero, rock clásico y para adelante.
Parece que al bueno de Vedder le sobraron algunos temas de sus proyectos solistas y quiso meterlos por aquí. Entonces, esa cosa medio trovador, medio nostálgica, se cuela entre los parlantes y nos deja una canción muy bonita como “Wreckage”. Emotividad al palo, mix de acústicas y eléctricas, juegos y alternancias de voces. De lo mejor del disco, aunque no es 100% Pearl Jam.
“Dark Matter”, la canción que da título al disco, es pura potencia y distorsión, con Eddie mostrando su costado político y un tufillo a R.A.T.M./Audioslave yendo y viniendo. Le sigue “Won’t Tell”, probable corte de difusión al ser la más tranquila y melódica del álbum. Bastante popera y con guiños al The Edge (U2) más ochentoso.
Si, “Upper Hand” es pariente de “Nothing as it Seems”. Lo notas apenas empieza. Pero también notas que esa intro da inicio a un medio tiempo medio pinkfloydezco que les queda perfecto, elevado por las performances de Vedder y McCready, con un final de antología.
Seguimos con “Waiting for Stevie”, canción dedicada al genio de Stevie Wonder ya que Eddie la compuso esperándolo en el estudio. El riff del tema se lleva las palmas, y aparte de sonar muy en la onda “Breathe”, los lleva decididamente a los 90.
“Running” es la cara pesada del grupo, recuerda a los Foo Fighters más enojados y gritones. Un poco de punk, energía demoledora, coros enojados, típico tema para agitar en vivo. “Something Special” es la faceta paterna de Eddie, una canción construida sobre sus consejos a sus hijas. Esa cosa medio Tom Petty más cancionero que tan bien le queda.
Llegando al final, “Got to Give” son ellos mismos en los 90s bifurcando su camino inicial, y experimentando, jugando quizás a ser los The Who más vitales y armónicos. La última, “Setting Sun”, se arma en torno a percusiones y acústicas que dejan lugar para que Vedder hable acerca del ocaso, tanto del disco como de ellos mismos. Claro, ya han pasado demasiados años en esto, y el cantante no ve que quede mucho tiempo en su reloj.
DIAGNÓSTICO: Pearl Jam parece haber encontrado en Andrew Watt la horma de sus zapatos, y se han despertado a tiempo para recordar(se/nos) quiénes son y por qué estamos en 2024 aun hablando de ellos, aunque el grunge se haya muerto hace tiempo y ya no sean una tromba como cuando empezaron. Tienen el poder de las canciones, saben cómo estremecernos, están en buen estado, y han venido a tomar un lugar que parecía deshabitado. La pelota está en su campo, no es poco para los tiempos que corren. Y si, este “Dark Matter” es de lo mejor que han grabado en años.
Cosecha 1977, como el buen punk rock. Nacido y criado en zona sur. Periodista desde 2011, enfermo de la música desde los 90. Eterno buscador de respuestas y amaneceres. Dog friendly, beer friendly. No me busquen en las barricadas, aún creo en el poder de las palabras.